sábado, diciembre 30, 2006

Surplus: análisis del papel del consumidor actual, un eslabón servil en la cadena capitalista.

Irónico y corrosivo es el documental "Surplus" de Erik Gandini, realizado por la productora independiente ALMO de Estocolmo. Parte de un análisis del papel del consumidor actual, un eslabón servil en la cadena capitalista.
Atmo, Erik Gandini y Guantánamo (Alejandro Pedregal)
Rebelión

Durante algún tiempo, coincidiendo con los preparativos de la invasión de Irak, circuló por internet un extraño vídeo musical en el que tanto Bush como Blair se dedicaban, el uno al otro, una dulce canción de amor a dúo. Las imágenes eran resultado del virtuosismo técnico de un editor (Johan Söderberg) que ha ido perfeccionando hasta límites insospechados una serie de malabarismos destinados a dar las palabras apropiadas a los rostros populares de la élite política y económica, acostumbrada a sufrir la dura frustración que significa el ser eternamente esclavo del eufemismo... y eso, en los casos más amables.

La pieza forma parte de una serie de video clips que se presentan bajo el título “Read my lips” (“Lee mis labios”) y su popularidad la convirtió en el referente iconográfico del trabajo de una productora independiente sueca llamada Atmo (se puede acceder a este material y mucho más en su página de internet: www.atmo.se). Bajo los principios de servicio público e independencia mediática, Atmo ha conseguido aunar a una serie de profesionales para crear obras con un sello único, alcanzando a una gran diversidad de expresiones audiovisuales, desde documentales a series de televisión o animaciones, así como clips para internet como los mencionados anteriormente.

Una de las figuras principales en Atmo es su miembro fundador Erik Gandini, director de obras que exponen un nuevo lenguaje documental destinado a traspasar todas las fronteras de lo que entendemos por cine documental, tanto en su forma como en su fondo. Erik Gandini es referencia indispensable del documental contemporáneo, terreno que ha sacudido con la producción de tan sólo cinco obras. Su método para abordar sus temas huye de los arquetipos prefijados y revela un interés por demostrar la relatividad del discurso único, incluso en los aspectos históricos establecidos en el “reino de la verdad”. La forma que adoptan sus películas raramente asume el rol de la metodología tradicional que se le aplica al documental. Por el contrario, se sirve de cualquier fórmula audiovisual para desarrollar sus tesis y, para ello, nada mejor que contar con la edición de alguien de la categoría de Söderberg, capaz de ayudar a sus “actores” a hacer y decir lo que realmente tienen en sus mentes. El resultado de esta asociación se puede disfrutar en “Sacrificio: quién traicionó al Ché Guevara” (codirigida con Tarik Saleh) y “Surplus” (ganadora del Lobo de Plata en IDFA en 2003, uno de los galardones más valorados por los documentalistas), piezas claves de esta revolución del cine documental actual.

Gandini se ha vuelto a asociar con Saleh para su nueva película, “GITMO: The New Rules of War” (“GITMO: Las Nuevas Reglas de la Guerra”), presentada en IDFA y en Lens Politica a finales de 2005. La película es el resultado de tres años de investigación sobre aquello que se esconde en la base de Guantánamo y las dramáticas consecuencias que acontecen cuando se superan todos los límites legales y se legitima cualquier forma de violencia indiscriminada, incluso por encima de las reglas acordadas internacionalmente. La película aborda el plano personal de este drama para, poco a poco, introducirse en los aspectos políticos más oscuros, ofreciendo un retrato aterrador de la situación a través de los silencios en las palabras y los vacios en las imágenes. Aquí reside el gran mérito de “GITMO”, en ofrecer tanto al espectador sin apenas aportar luces sobre lo que se debate. Después de tres años de trabajo, los silencios que los generales americanos dan son más significativos que cualquiera retórica oficial; la ausencia de imágenes sobre el interior de Guantánamo, la imposibilidad de recoger nada más allá que aquello que ofrece el recorrido turístico, resulta más estremecedor que las pocas fotografías que han podido ver la luz en los medios. Y el recorrido conduce a Gandini y Saleh a la Europa del Este, a Washington... y, como no, a Abu Ghraib, prisión unida a Guantánamo por una figura clave en el ejercicio de las políticas criminales planificadas desde Washington: Geoffrey D. Miller. En este conflicto, las confesiones de la coronel Janis Karpinski (a cargo de Abu Ghraib hasta que se conoció el escándalo) en la película, resultan aún más impactantes cuando describen el perfil de su sustituto, Miller. Las posibilidades de haber utilizado a Karpinski como “cabeza de turco” en una operación para ensuciar su carrera y quitarle un obstáculo a la Casa Blanca, e introducir a un elemento de la línea más dura de Rumsfeld, como es Miller, para endurecer todo lo que conocemos, quedan en el aire, arrojando una sombra que atormenta al espectador más documentado en la materia.

La brillantez de Gandini y Saleh para obtener tantos elementos significativos de los protagonistas que se pasean por su obra, reside en lo que ellos mismos describen como el método de los “no-profesionales profesionales”. O lo que viene a ser lo mismo: es más fácil obtener lo que se busca de cualquier entrevistado si siente que le está hablando a la cara de la ingenuidad, sin ese sello de la “profesionalidad” que tanto asusta cuando se está frente a una cámara. La otra gran lección, común denominador del trabajo de Atmo, reside en saber entender que se dice más en los silencios, en los movimientos y en las conductas, que en las palabras, así como en darles a esos el apropiado espacio en sus películas.

lunes, diciembre 25, 2006

Canción para Pinochet de Carlos Mejía Godoy



El tío Sam-Gepeto,

el viejo titiritero
dispuso hacer un muñeco
que le acompañe en su senectud.
El tío Sam-Gepeto,
ese viejo tan morocho
dispuso hacer un pinocho
que le obedezca con exactitud.

Este pinocho... pino, Pinochet
es un buen chico, como lo veis,
amaestrado, bien alienado,
habla español, pero piensa en inglés.

Este pinocho, pino, Pinochet
todo lo aprende en un dos por tres,
hace tan bien las poses gorilistas
que le enseñó su tío imperialista
que ya parece todo un chimpancé.


El tío puso al muñeco / una lujosa guerrera,
dos flamantes charreteras / y el presuntuoso quepís oficial.
Le dio condecoraciones, / medallas hasta los dientes
y en los hombros relucientes / las cinco estrellas de la iniquidad.

Este pinocho... pino, Pinochet / es un buen chico, como lo veis,
amaestrado, bien alienado, / habla español, pero piensa en inglés. / ¡Oh yes!

Este pinocho, pino, Pinochet / todo lo aprende en un dos por tres,
hace tan bien las poses gorilistas / que le enseñó su tío imperialista
que ya parece todo un chimpancé.

Pero a todo muñequito, / aún siendo un juguete fino
le llega su cruel destino... / la cuerda al fin tiene que reventar.
Y ahora que venga el cambio / ¡Al diablo tanta locura!
y al cajón de la basura / la marioneta tendrá que ir a dar.

Este pinocho... pino, Pinochet / es un buen chico, como lo veis,
amaestrado, bien alienado, / habla español, pero piensa en inglés. / ¡Oh yes!

Este pinocho, pino, Pinochet / todo lo aprende en un dos por tres,
hace tan bien las poses gorilistas / que le enseñó su tío imperialista
que ya parece todo un chimpancé.

Colorín, colorado... / el pinocho está acabado.

Límites de la libertad de expresión: Necesitamos un debate sobre lo que la ley debe y no debe permitir que se diga y escriba por Timothy Garton Ash

Un filósofo francés ha tenido que esconderse para escapar de las amenazas de muerte aparecidas en páginas web islamistas porque publicó un artículo en un periódico francés en el que afirmaba que en el Corán se dice que Mahoma es "un maestro del odio". Un montaje de Idomeneo, de Mozart, que en diversos momentos exhibe la cabeza de Mahoma (¿de plástico? ¿de papier maché?) decapitada, junto a las de Jesús, Buda y Poseidón, ha sido retirado de la programación de la Deutsche Oper de Berlín después de que la policía local informara a la dirección sobre una amenaza telefónica. Y eso sólo en la última semana.

Si retrocedemos un poco, nos encontramos con el asesinato del cineasta holandés Theo van Gogh y el acoso criminal a Ayaan Hirsi Alí y Salman Rushdie. Dan una paliza a un activista antifascista después de que se publiquen su fotografía y su domicilio en una página de extrema derecha llamada Redwatch. Los defensores de los derechos de los animales amenazan a los investigadores científicos y sus familias. Unos extremistas sijs obligan a retirar de los escenarios británicos una obra que les molesta. Unos extremistas cristianos amenazan a los ejecutivos de la BBC porque emiten Jerry Springer: la ópera. ¿Hace falta que siga?

Los fanáticos sin fronteras están en marcha. Es un error hablar de una única "guerra contra el terror"; nuestros enemigos son muy variados y sus ideologías muy distintas. Pero si alguien no ve que estamos librando una lucha contra múltiples enemigos de la libertad, que pueden llegar a ser tan mortales como los que afrontamos en los años treinta, es que está en Babia, que es lo mismo que decir: es un europeo contemporáneo típico. En el primer decenio del siglo XXI, los márgenes para expresarse con libertad, incluso en las viejas democracias liberales, se han reducido, se reducen constantemente y -si no nos decidimos a luchar- seguirán reduciéndose. La libertad de expresión no es dominio exclusivo de escritores y artistas. Es una libertad fundamental, el oxígeno del que dependen las demás libertades. No es casual que John Stuart Mill dedicara todo un capítulo de Sobre la libertad a "la libertad de pensamiento y discusión".

La erosión de la libertad de expresión se produce de muchas formas distintas. La más obvia es la violencia o la amenaza de violencia: "Si dices eso, te mataremos". En nuestra época, esto se ha vuelto tremendamente más fácil gracias a Internet, el correo electrónico y los teléfonos móviles. El filósofo francés Robert Redeker tuvo que esconderse cuando una página web islamista decretó que "el cerdo" tenía que ser "castigado por los leones de Francia", igual que había hecho "el león de Holanda, Mohammed al Bouyeri", y publicó su domicilio, su número de teléfono y su fotografía. Mohammed Bouyeri fue quien asesinó a Theo van Gogh.

Si bajamos un escalón nos encontramos con las protestas pacíficas públicas, a veces con la amenaza implícita de violencia. Existen asimismo otras formas de presión menos visibles, como el uso de las armas económicas: por ejemplo, el boicoteo a los artículos daneses en varios países islámicos tras el escándalo de las caricaturas, o la presión encubierta del Estado chino a las empresas de televisión por satélite, de las que China es un cliente muy importante.

Luego está la autocensura de quienes sufren dichas amenazas. La canciller Angela Merkel calificó la decisión de la Deutsche Oper de retirar Idomeneo, apropiadamente, como una "autocensura por miedo". Pero la autocensura también puede nacer de una idea bienintencionada de armonía multicultural, en la línea de "tú respetas mis tabúes y yo respeto los tuyos"; lo que en alguna columna he llamado la tiranía del veto de grupo. Y hay que contar con los casos en los que los gobiernos y parlamentos democráticos intentan, equivocadamente, garantizar la paz y la armonía entre comunidades mediante leyes que limitan la libertad de expresión. La ley propuesta inicialmente por el Gobierno británico sobre la incitación al odio religioso es un ejemplo típico.

Las amenazas proceden de los sectores más variados. Sería absurdo pretender que, en la actualidad, entre las más intimidatorias no están las de los extremistas islámicos, al menos para Europa y EE UU. Al fin y al cabo, los cristianos, los budistas y los adoradores de Poseidón no amenazaron, que sepamos, con tomar represalias violentas por la exhibición de las cabezas (¿de plástico?) decapitadas de sus seres más sagrados en un escenario berlinés. Pero los ejemplos que enumeraba al principio muestran que los yihadistas no son los únicos que pretenden cortar el oxígeno de la libertad de expresión. Mientras escribo, me llega la noticia de que un buen amigo mío, Tony Judt, historiador de la Europa moderna, que ha criticado abiertamente las recientes decisiones políticas de Israel, ha visto de pronto que habían anulado su presencia en un local de Nueva York después de que la institución anfitriona, que era el consulado de Polonia, recibiera una serie de llamadas de teléfono (tenía pensado hablar sobre El lobby israelí y la política exterior de EE UU). Según el cónsul polaco, las llamadas las hicieron "un par de grupos judíos", entre ellos la Liga Anti-Difamación, y "representantes de círculos diplomáticos e intelectuales estadounidenses". No se pueden comparar unas llamadas de teléfono con unas amenazas de muerte, desde luego. Pero todo ello forma parte de una erosión gradual y múltiple de la libertad de expresión, incluso en tierras tradicionales de libertad como Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña.

¿Qué podemos hacer? En primer lugar, debemos darnos cuenta de la gravedad del peligro. Repito: es uno de los mayores riesgos que corre hoy la libertad. Necesitamos un debate sobre lo que la ley debe y no debe permitir que se diga y se escriba. Ni siquiera el propio Mill sugería que todo el mundo pudiera decir cualquier cosa, en cualquier momento y cualquier lugar. También debemos discutir qué es prudente y juicioso decir en un mundo globalizado en el que pueblos de culturas tan diferentes viven tan cerca unos de otros, como compañeros de habitación separados sólo por una cortina. Hay una frontera de prudencia y sensatez que está más allá de la que debe fijar la ley. Por ejemplo, creo que el artículo de Robert Redeker en Le Figaro fue un desafuero imprudente, con su afirmación de que el islam (no el islamismo o el yihadismo, sino el islam, por las buenas) es el equivalente actual al comunismo mundial de tipo soviético -ayer Moscú, hoy La Meca- y su denuncia de Mahoma como un "caudillo despiadado, saqueador, asesino de judíos y polígamo". No obstante, cuando los fanáticos sin fronteras reaccionan diciendo que van a matarle, debemos mostrar una solidaridad total con el escritor amenazado, en consonancia con el espíritu de Voltaire.

No importa que Voltaire seguramente no dijera nunca lo que suele atribuírsele: "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo". La famosa cita parece ser, más bien, una paráfrasis de principios del siglo XX. Pero la esencia corresponde sin duda a Voltaire. Y el orden de las frases es vital. Con demasiada frecuencia, desde el caso de Rushdie, hemos visto esta sintaxis invertida: "Por supuesto que defiendo su libertad de expresión, pero...". El principio de Voltaire expone la idea en el orden debido: primero la discrepancia, pero luego la solidaridad incondicional. Ahora nos toca a todos desempeñar nuestro papel. El futuro de la libertad depende de que las palabras sean más poderosas que los cuchillos.

El saqueo del mar. La presión pesquera está llevando a las especies marinas al borde del colapso

Puede parecer absurdo que una cofradía desee limitar así sus posibilidades de pesca. Sin embargo, el proyecto tiene una lógica contundente. "Aquí se captura cada vez menos", explica Emilio Louro -Milucho-, secretario de la cofradía. "Los ingresos bajan, los jóvenes emigran, el pueblo envejece...". Un drama. Ahora quieren autolimitarse, pescar menos de lo permitido, y dejar que, por una vez, el mar respire. Pero saben que este esfuerzo será inútil si otros pescadores arrasan el caladero. Por eso piden a las autoridades que creen la reserva. Porque en Galicia, al igual que en el resto del mundo, la presión pesquera es enorme, imparable. Y los mares ya no dan más de sí. El bacalao de Terranova se agotó hace 20 años y todavía no se ha recuperado. La anchoa del golfo de Vizcaya ha entrado en peligro de extinción. Y otro tanto está pasando con el atún rojo. La lista puede alargarse. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha lanzado una alerta contundente. El 25% de las 600 especies marinas más consumidas sufre sobrepesca o sencillamente se ha agotado. Otro 52% soporta una captura al límite de lo sostenible. Pero no sólo los números explican la gravedad del escenario. Las palabras de los pescadores también son muy claras. Al igual que los de la cofradía de Lira, otros muchos marinos con años de experiencia repiten lo mismo. "Antes no era así. Ahora trabajamos casi para nada", dice Massimo, pescador de bajura de Lampedusa, un lunar de tierra italiana al sur de Sicilia. Massimo tiene 40 años, un cigarro en la boca y pocas palabras; las suficientes, en todo caso, como para acompañar con blasfemias cada recogida de las redes. El mar parece burlarse de los marinos a cada captura, escupiendo neumáticos, cajas de maderas, bolsas de plástico... Y peces, pocos. Como si las aguas trataran de vengarse del daño sufrido. Hijo y nieto de pescadores, Massimo no cree que sus hijos puedan vivir del barco de la familia. La situación en España -la flota con más toneladas de la Unión Europea- no es diferente: entre 1990 y 2003, la cifra de marineros descendió de 98.000 a 50.000. Y ello pese a que España es uno de los mayores consumidores mundiales de pescado. El drama rojo
El atún rojo es el símbolo más dramático de esa dinámica destructiva. Se trata de una de las pescas más antiguas del mundo, además de una de las más valiosas del mercado. Reunidos la semana pasada en Madrid, los científicos de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico -el ente que gestiona la pesquería en el Mediterráneo y en el Atlántico- acaban de denunciar que las capturas de atún rojo se elevan a 50.000 toneladas anuales. Muy por encima de las 36.000 autorizadas y más del triple de lo que ellos consideran actualmente sostenible: 14.000 toneladas. "Si no se corrige el sistema, hay riesgo de colapso", observa José Cort, director del centro de Santander del Instituto Español de Oceanografía y miembro del Comité de Científicos de la comisión citada. "Y cuando una especie escasea tanto que apenas se encuentran ejemplares, puede tardar décadas en recuperarse". Si es que se recupera... Sin embargo, a pesar de las alertas de los científicos y de algunas medidas de emergencia, los mares viven un aumento de la explotación pesquera, por mucho que haya menos trabajadores en el sector. "A lo mejor no crece el número de barcos o de horas de pesca. Pero la tecnología hace cada vez más eficaz el esfuerzo", observa Jordi Lleonart, especialista del Servicio de Recursos Marinos de la FAO. Los pesqueros pueden ser guiados hacia sus presas por radares o incluso por helicópteros: la tecnología ayuda. Y hace todavía más preocupante que el número de capturas se estanque o caiga. "Los datos científicos nos indican que hay muchas especies que escasean. No hay que alarmar, pero hay que tener cuidado y tomar medidas más drásticas para reducir la presión pesquera", observa Alain Bonzon, secretario general de la Comisión General de la Pesca en el Mediterráneo, que vigila la actividad pesquera en el área. "En este último año, los países miembros de la comisión han demostrado una actitud más seria que nunca. Se han tomado medidas concretas. Pero hay que hacer más, acelerar la dinámica, actuando siempre de forma coordinada con los resultados científicos". Mientras algunos pescadores optan por la pesca sostenible, otros arrasan al máximo. Es un secreto a voces, por ejemplo, que no se respeta el límite de 500 caballos de potencia para los motores de los barcos en el Mediterráneo. Los expertos advierten de que algunos pesqueros, convertidos en armas mortíferas, navegan con potencias de hasta 2.000 caballos. Todos lo saben, pero los motores siguen ahí y nadie hace nada. "Y tampoco es difícil encontrar en los mercados merluzas más pequeñas de lo permitido", dice Lleonart. Si las cosas están así en Europa, aún peor van en el Tercer Mundo. Venta por internet
Pero si muchos arrasan, algunos pescadores han empezado a buscar alternativas, como los gallegos de Lira. "Nos es que queramos ir de santos. Sólo hacemos cosas que creemos van a favor de nuestros intereses", explica Milucho. Y añade que el primer paso fue empezar a vender su pescado directamente a través de internet, para asegurar más beneficios a los pescadores. "Luego", prosigue, "montamos talleres de pesca para los escolares y excursiones mariñeiras para turistas, para transmitir la importancia de la conservación de los recursos. Por este programa ya han pasado 3.400 personas". "Eso, de paso, contribuye a elevar la autoestima de los pescadores, que normalmente es bastante baja. Así se pueden sentir un poco catedráticos del mar", prosigue. "Al principio, algunos respondían a nuestros proyectos con un cachondeo generalizado. Pero ahora, no sé si es por nuestras iniciativas o qué, el hecho es que mientras las demás cofradías siguen perdiendo empleo, nosotros no. Y entran jóvenes". Sobre unos y otros cae, indistintamente, una buena lluvia de subvenciones. En el periodo 2000-2006, la UE ha destinado al sector pesquero 3.701 millones de euros. Casi la mitad, a España. Son cifras muy inferiores a lo que suponen las ayudas a la agricultura, pero contribuyen a mantener en el mar barcos que no son rentables. ¿Y eso es bueno o malo? Depende, obviamente, de si se juzga desde la óptica socioeconómica o desde la medioambiental. La organización ecologista WWF/Adena, muy activa en el sector, exige reglas más estrictas, más controles y un cambio de política, en la pesca y también en la acuicultura, que ya representa el 43% del consumo mundial de pescado. "Hay que defender más el recurso", dice Raúl García, de WWF, "y no siempre la flota, sobre todo la industrial, que es la que recibe gran parte de los subsidios y tiene menos que perder de la depresión de los caladeros". Porque un buque industrial puede fácilmente buscar caladeros lejanos, a diferencia de uno de bajura. La conciencia de ello anima pescadores como los de Lira a optar por una pesca más sostenible. Dentro de un año, probablemente, en Galicia habrá una nueva reserva. Mientras tanto, 120 millones de toneladas de pescado habrán sido sacadas de los mares de todo el mundo.

Vuelve la misa en latín gracias a Benedicto XVI

Blog Religión Periodista Digital

Todas las religiones a la hora de realizar sus ritos han procurado a lo largo de la historia darles una pátina donde se han mezclado el espectáculo con el secretismo. Ha sido una manera de mantener la atención de los fieles al tiempo que se les hacía saber que estaban lejos de los centros de poder. Al fin y al cabo el tener fe en un Dios que no es visible hace aumentar la confianza del pueblo en los sacerdotes, estos tan humanos como los fieles, mediadores entre ellos y la divinidad. A cualquiera que no sea creyente todas las manifestaciones externas de cualquier religión le parecerán extrañas, extravagantes y, a veces, fuera de lugar. Pero para los creyentes de cualquier Dios estos son los signos que les diferencian de los demás y que les acercan a su fe. Desde los judíos ortodoxos con sus sombreros negros y sus trenzas dándose cabezazos contra el “Muro de las Lamentaciones” hasta los cristianos que se dedican a darse golpes de pecho o a pasear en multitud las imágenes de su fe, pasando por los islamistas y sus rezos inclinados hacia la Meca o los budistas y sus adormecedores “mantras” todos tienen unos signos externos que, aunque muchas veces no comprendan, les acercan a sus creencias.

Como muchos de mi generación pasé la infancia y parte de la adolescencia en un colegio religioso. El ritual de la misa mayor tenía para nosotros algo de espectáculo. Aquellas casullas bordadas, nosotros mismos haciendo de monaguillos vestidos con hábitos rojos y sobre ellos la sobrepelliz blanca, el toque de las campanillas en determinados momentos, el mareante aroma a incienso y los cánticos en latín nos parecían algo esotérico. Luego con el paso del tiempo pasamos a tocar las guitarras al pie de altar cantando el “Kumbayá, Deu meu” mientras el sacerdote daba la cara a los feligreses y abandonaba el viejo latín.

Lo que desconocíamos en aquellos días es que aquella forma de decir la misa tenía muchos años. Fue instituida por San Pio V después del Concilio de Trento(1545-1563) y de ahí su nombre de “tridentina”. Este Papa recopiló todas la legislación canónica existente sobre la misa y estableció la bula “Quo Primum Tempore” para que a lo largo de los tiempos no pudiera ser modificada esta manera de decir la misa en latín y de espaldas al pueblo. Era una manera de igualar el idioma de la misa en todo el orbe cristiano pero dejando a los feligreses aparte ya que la mayoría de ellos desconocía esta lengua.

En Noviembre de 1.960 y a raíz del Concilio Vaticano II el papa Pablo VI estableció el “Novus Ordo Missae” y a partir de entonces las misas fueron dichas con el oficiante de cara a los feligreses y en la lengua del país donde se celebraban. Esto no gustó a una parte de los fieles, que incluso acusaron a Pablo VI de haber hecho un pacto con los protestantes, e incluso un Obispo, Monseñor Lefèbvre, se separó de las ordenes del Vaticano por discrepar en este tema. Y en algunos lugares los sacerdotes más tradicionales siguieron celebrando misas en latín y con toda la antigua parafernalia. En España en estos momentos se celebran misas en latín en Madrid, Barcelona, Toledo y Pamplona con el visto bueno de los ordinarios del lugar.

Ahora, Benedicto XVI, que de cardenal ya dijo alguna que otra misa en latín, está estudiando dictar un “motu proprio” (disposición de su exclusiva responsabilidad) para que las misas en latín vuelvan a las celebraciones. Así mata dos pajaros de un tiro. Vuelve la antigua espectacularidad a las celebraciones católicas y vuelven al redil los hermanos que en su día se apartaron de la buena senda. No son tiempos para ir perdiendo clientela. No creo que la mayoría de los católicos se tome con buen talante este regreso al pasado, y más en España, donde los recuerdos de los años del nacionalcatolicismo todavía están demasiado frescos. Los que si que estarán contentos si el Papa dicta esta disposición serán los cardenales Rouco y Cañizares representantes de esa Iglesia del boato, el espectáculo, el esoterismo y el hablar al pueblo sin que éste se entere de lo que se les dice. Así que si Dios no lo remedia volveremos al viejo “Ite missa est”

Entrevista a Celia Amorós: "Mi cabreo nace de que la relación entre varón y mujer es injusta"

Acaba de serle otorgado el Premio Nacional de Ensayo por su obra La gran diferencia y sus pequeñas consecuencias... para las luchas de las mujeres. ¡Y es la primera mujer que lo recibe, después de 30 años de existencia del galardón!
Pregunta.¿Somos más iguales ahora?Respuesta. Bastante más; el hecho de que me hayan otorgado este premio representa que hay ciertos hitos en el camino de la igualdad. ¡Ninguna mujer lo había recibido, con tantas y tan buenas como escriben! Tenemos un Gobierno paritario, cada vez hay más cargos académicos de los que son responsables mujeres... Hemos mejorado.
P. ¿Y las malas noticias?R. Los feminicidios espantosos en Ciudad Juárez y en Guatemala, esos crímenes horrendos que no se investigan... Esa violencia patriarcal, cometida por quienes creen tener el poder sobre la vida o sobre la muerte. Tan difícil de erradicar porque tiene unas raíces profundas en el sentimiento del poder....
P. ¿Hay algo en la cabeza del hombre, en sus genes, que le lleve a tratar de manera tan funesta a las mujeres? R. Yo creo que si un grupo humano puede ejercer dominio sobre otro, lo ejerce. Los varones, hasta ahora, han podido hacerlo; un grupo humano puede dominar, sobre todo, si tiene la ventaja de actuar reunido y formando pactos. Los varones, en función de la división sexual del trabajo, han ocupado espacios donde por mucho tiempo han estado separados de las mujeres y se han constituido en grupos tramados en función de pactos muy sólidos... Las mujeres, por el contrario, han estado atomizadas, para que no construyamos grupos sólidos entre nosotras.
P. ¿Qué consecuencias ha tenido en los hombres su prepotencia?R. Cerrilismo, distorsión de la percepción de lo real.
P. ¿Se arregla educándolos?R. Yo disolvería las pandillas masculinas; habría que hacer que esos varoncitos pequeños no se relacionaran entre sí de la manera que lo hacen, con esos rituales del que mea más lejos; haría que se mezclasen con niñas, rompería la lógica de la pandilla masculina...
P. Ahora entra en la polémica el uso del velo en las mujeres musulmanas.R. Es un símbolo de sumisión. Los partidarios de los velos son los islamistas marcados por su ideología patriarcal y misógina, los que dicen que las mujeres tienen que llevar velo porque así lo dijo Mahoma, y que deben estar subordinadas a su marido.
P. Celia, ¿cuál sería hoy su mejor definición del feminismo?R. La única salida viable al caos. Sería lo único que podría civilizar el conflicto de civilizaciones, o al menos colaborar de una manera significativa.

Este terror no busca excusas. Explicación de la yihad, al qaeda, la guerra santa contra occidente... por Antonio Elorza

El islamismo más radical incorpora necesariamente la violencia contra el disidente
ANTONIO ELORZA El Pais DOMINGO 10-09-2006
Los terroristas de Al Qaeda deben sentirse incomprendidos. A pesar de todos sus esfuerzos a partir de 1998 para explicar a la comunidad de los creyentes y a todo el mundo cuáles son los fundamentos de su acción, qué objetivos buscan y por qué medios, un amplio sector de los medios occidentales, incluidos representantes de sus víctimas, sigue empeñado en buscar todo tipo de coartadas para no mirar de frente al fondo ideológico de su estrategia.
Con gran frecuencia, el problema es abordado únicamente desde una óptica determinista, como si el factor económico -la explotación del Tercer Mundo en la globalización-, -la marginación de los jóvenes en los suburbios de Occidente-, el sociológicoel político -la proyección imperialista de Estados Unidos sobre Oriente Próximo- o el doctrinal -la incomprensión, o la aversión, ante el islam en Occidente- dieran como precipitado el actual fenómeno yihadista. Nadie puede negar, por supuesto, que esa pluralidad de factores, a la que se suman datos coyunturales, tales como la catastrófica política de Bush en la zona, desempeñan un papel importante, como lo hizo en el pasado el ensayo de occidentalización por vía colonial, pero dominación económica existe en otras regiones del planeta, y las alternativas, por ejemplo el resurgido indigenismo en Latinoamérica o las variantes del populismo caudillista, nada tienen que ver con la práctica del terror. Los ciclos de violencia juvenil forman ya un componente de la vida social en nuestras sociedades, pero sus manifestaciones no consisten en la formación de grupos de afinidad integristas que acaban preparando la voladura de aviones. Frente a Israel y su apoyo norteamericano, una cosa era la acción nacionalista de Al Fatah, y otra, la vertiente yihadista de Hamás o de Hezbolá. Y, cosa olvidada, la suerte de las minorías judías y cristianas en los países musulmanes no es muy ventajosa, más allá de los tópicos sobre la tolerancia y "la protección" prestada a las gentes del libro (pensemos en Sudán). Y nadie responde con el terror.
Exclusión estéril
En una palabra, resulta fácil, pero intelectualmente estéril, fundir en la línea de Edward Said la justa denuncia de la visión orientalista en Occidente con la exclusión de toda posibilidad de ejercer la crítica sobre el mundo árabe en general, y sobre las formas violentas del islam en particular. Para entender cuanto sucede en la órbita de Al Qaeda, cuya proyección tiene lugar hoy como organización y como inspirador doctrinal, y también la variante iraní, del terror de los ayatolás a Hezbolá, hay que acudir a los procesos endógenos de formación del yihadismo, desde que en la segunda mitad del siglo XX tiene lugar la radicalización del islamismo versión Hermanos Musulmanes, reforzada luego con otra radicalización, la del wahabismo saudí. La citada variante shií sigue una senda propia, no sólo por su original sustrato ideológico, sino por la excepcionalidad de contar con los medios económicos de un Estado. Es así como Hezbolá ha podido ir más allá de su condición inicial de simple grupo terrorista, inventor de los vehículos suicidas, y convertirse en una organización político-social que gracias al dinero de Irán desempeña una importante labor asistencial en medios shiíes libaneses, con vocación hegemónica tanto en el orden político como en el militar. El terrorismo de Estado de la era Jomeini, con el bueno de Salman Rushdie como más visible chivo expiatorio, y con víctimas tan entrañables como el ex primer ministro Shapur Bakhtiar, ha pasado a ser la base de una política expansiva, propia de una potencia regional, con un objetivo concreto: la eliminación de Israel. La lógica de esa estrategia no debe ser pasada por alto: todos los medios son válidos para eliminar a quien se oponga, o se haya opuesto, al poder religioso y a sus dogmas. Al mismo tiempo que eran ajustadas las piezas de la construcción doctrinal, el contexto político interno y regional favoreció el paso a la violencia desde la década de 1970. La importancia del primer aspecto, casi siempre desdeñada, resulta fundamental, ya que, si bien en la fase de acción militar y elaboración religiosa como "profeta armado", a partir de 622, podían encontrarse suficientes recursos, simbólicos y ejemplares, para legitimar una yihad con terror, había que adaptar algunos elementos de ese escenario al presente. En el orden técnico no habrá dificultades, ya que vencer al adversario podía hacerse por la espada en el siglo VII y hoy por los explosivos o con el Kaláshnikov, como muestra la portada del folleto sobre la necesidad de la yihad, pagado con dinero saudí, que podía comprarse en cualquier librería cercana a las mezquitas de Londres hasta julio del año pasado. Pero había que mostrar, como hizo el paquistaní Maududi, tan bien retratado en el filme El silencio del agua, o como puso en práctica el sudanés Al Turabi, que con la ley coránica en la mano, aplicando estrictamente la sharía, la destrucción de la satánica libertad occidental era realizable, instaurando un orden social enjaulado en las reglas dictadas por el Corán y los hadices, leídos desde una óptica ultraconservadora. Ya el fundador de los Hermanos Musulmanes, Hassan al Banna, presentado por su nieto Tariq Ramadan bajo los rasgos de un reformador progresista, dejó claro qué tipo de sociedad cerrada aspiraba a implantar en todos los aspectos, desde la imposibilidad de una política laica hasta el fin de la libre expresión. Conviene recordarlo cuando con demasiada facilidad se ignora que la instauración del islamismo, propuesto en su versión moderada con suaves palabras, incorpora necesariamente la violencia contra el disidente. Por algo el juramento de entrada en los Hermanos Musulmanes se hacía sobre el Corán, con un revólver a su lado. Para que resultase eficaz la actuación de esos "caballeros bajo el estandarte del Profeta", como designó Al Zawahiri a los terroristas de su grupo en el 11-S, era necesario montar un tinglado de analogías, de manera que los aspectos más agresivos del Corán encontrasen aplicación a la realidad del siglo XX. Es así como el gobernante infiel es designado una y otra vez, de acuerdo con la ramplona caracterización coránica, como faraón: todo faraón, ejemplo Sadat, ha de ser eliminado. Otro tanto le sucede al tirano, o taghut, término con el que Jomeini se dirigía al Sha. Y sobre todo el estado de ignorancia primordial que caracterizara a los adversarios mequíes de Mahoma, yahiliyya, es al parecer del todo aplicable a las sociedades, intelectuales y Gobiernos occidentales del día, según sugirió Maududi y divulgó con éxito hasta hoy el egipcio Sayyid Qutb. Sólo falta la articulación de las distintas piezas por la codificación que desde el año 1300 proporcionó "el jeque del islam" (palabra de Bin Laden), Ibn Taymiyya, para que funcione el mecanismo de adhesión a la verdad religiosa, en el marco del sujeto de la acción, la umma o comunidad de los creyentes, y de rechazo radical del otro, con la consiguiente voluntad de destrucción. Ese momento de codificación es también el de las cruzadas, cuando la yihad elimina a los invasores cristianos. Nueva analogía, Israel, Estados Unidos, los occidentales en general, son los nuevos cruzados a los que los creyentes eliminarán con la ayuda de Alá. En la versión ofrecida por los dirigentes de Al Qaeda, el islamismo radical se convierte en yihadismo en la medida en que todos los elementos religiosos, utilizados con una sincera voluntad de ortodoxia, pasan a girar en torno a la guerra contra el infiel (gentes del libro incluidas). El yihadismo es un salafismo, porque se legitima por el regreso a la edad de oro de los "piadosos antepasados", el tiempo del Profeta. Pero también aquí introduce la simplificación de centrar todo en la voluntad de aniquilamiento del adversario.
Terror sin límites
De ahí la apología de un terror que, dada la disparidad de fuerzas existente, "lleve el miedo hasta los fetos en los vientres de sus madres". Ese terror es explícitamente alabado, lo mismo que el mártir, que sigue el patrón definido en los libros sagrados y recibe la correspondiente recompensa. Una vez fijados estos principios, que en países como Inglaterra fueron hasta hace un año objeto de una divulgación sin trabas en mezquitas, casetes, vídeos y folletos, los problemas tácticos adquieren una decisiva importancia. En su extensa enciclopedia de la yihad, el hoy desaparecido Mustafá Setmarian proporciona datos que contribuyen a explicar cómo ya no se trata de una pirámide articulada, propia del tiempo que existía la plataforma afgana, sino de un centro que difunde posiciones y elabora consignas, con células aisladas y combatientes individuales, encargados de protagonizar las acciones terroristas. Sin la eficacia inicial. Lo cual no significa la eliminación de un riesgo persistente de imperio del terror, dado el impacto cada vez mayor de las doctrinas que propugnan el enfrentamiento a Occidente y la cohesión de tipo religioso que va adquiriendo la umma, gracias a los trágicos errores del tipo de "guerra antiterrorista" puesta en práctica por Washington. Con su estrategia en Palestina e Irak, Bush ha sido el principal colaborador del proyecto político yihadista.

La tiranía de la perfección femenina. Mary wants to be a superwoman.

Cinthya Sánchez El Universal Domingo 24 de diciembre de 2006
La presión social femenina hacia las propias mujeres es sistemática, cultural. Se arrastra desde la infancia y comienza con la madre: "Tienes que realizar todo lo que yo no pude hacer", explica Ana María Olabuenaga, publicista y creadora del concepto "Soy totalmente Palacio".
Olabuenaga argumenta que para su labor ella sólo refleja las exigencias de la sociedad. "No nos quieran echar la culpa a los publicistas de crear estereotipos de mujeres guapas, delgadas, envidiadas y exitosas, nosotros sólo hacemos publicidad".
El asunto es impactar, dice, aunque pocas mujeres reconocen que ni siquiera es a los hombres sino a las otras mujeres presentes. "Creo que mientras más miradas femeninas acaparas e incluso de esas que parecen escanearte, mejor te sentirás".
Contar las calorías, sumir la panza, disimular la celulitis, demostrar inteligencia, aguantar los tacones, ser delgada, estar bien vestida, huir de la soltería, tener hijos antes de los 30...
Las mujeres viven para los demás y eso les genera estrés. Han sido educadas para cumplir expectativas poco realistas, lamenta Juan David González Sánchez, especialista en Estudios de Género de los Centros de Integración Juvenil.
Para el sociólogo Roberto Bermúdez, profesor de la UNAM, es cuestión de culturas y también de niveles de preparación. "La lucha por la perfección se hereda de generación en generación y quien no la alcance será despreciada por el núcleo familiar".
Mientras sigan pensando que sus logros están ligados a su apariencia, no podrá haber un cambio, afirma el sociólogo. Concluye que 3% de las mujeres padece algún trastorno alimenticio, y 90% admite preocuparse por el número de calorías que come.

Los gobiernos comienzan a entrar en razón sobre la trascendencia del cambio climático

Repita conmigo: es el cambio climático
Al Gore y el 'informe Stern' logran que el debate del calentamiento global salte del mundo científico a la opinión pública

RAFAEL MÉNDEZ 24/12/2006 El Pais
Hace 20 años, aún se ponían en duda los efectos nocivos del tabaco. Pese a que el médico británico Richard Doll -luego sir Richard Doll- había relacionado científicamente que fumar causaba cáncer en los años cincuenta, sus estudios tardaron décadas en calar en la opinión pública. Costó vencer las dudas interesadas que sembró la industria tabacalera. Hoy, nadie sensato niega que fumar sea malo. El tabaco causa cáncer. Y punto. Con el cambio climático pasará algo parecido. Y 2006 probablemente quede como el año en que el calentamiento llegó definitivamente a los ciudadanos. La discrepancia científica sobre el calentamiento global desapareció hace años. En 2001, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático, más de mil científicos auspiciados por Naciones Unidas, apuntó a la actividad humana como causa del calentamiento, y en 2007 lo volverá a hacer. Hay consenso científico en que los gases de efecto invernadero que se producen principalmente al quemar petróleo y carbón se acumulan en la atmósfera y calientan el planeta al frenar la salida del calor que emite la Tierra. Faltaba bajar el tema al suelo, trasladarlo a la opinión pública. Y nadie ha hecho más por esto que Al Gore en los últimos 12 meses. El ex vicepresidente de Estados Unidos y ganador frustrado de las presidenciales de 2000 ha llevado el mensaje a través del documental Una verdad incómoda. "La gravedad del problema es tal que para mí se ha convertido en una cuestión moral", declaró Gore a este diario en noviembre. Y convirtió sus conferencias por todo el mundo en una película mezcla de documental y charla universitaria. Es un filme que deberían ver escolares, empresarios, políticos, alcaldes y amas de casa; todo el mundo. De forma didáctica y amena, Gore detalla los datos, tan irrefutables como preocupantes, del calentamiento: la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera en miles de años ha oscilado entre 200 y 300 partes por millón y ya va por 379,1 debido a más de 200 años de revolución industrial. Estos gases, los que usted produce al encender la luz o a arrancar el coche, calientan el planeta. Y si ya hay calor, a los científicos les asusta predecir qué pasará cuando la concentración llegue a 550 partes por millón (el doble de la media histórica), algo que ocurrirá antes de 50 años. En la película, Gore viaja al Ártico, cada vez más frágil. El polo norte ha perdido un 20% de su hielo desde 1979 y perderá la capa helada en verano a partir de 2040. Los datos eran conocidos, pero sólo un líder como Al Gore podría llegar a tanta gente. Esté o no en campaña contra George W. Bush y/o por la presidencia de EE UU, su tarea contra el cambio climático es innegable. En 2006, Gore ha retomado el discurso ecologista que en los ochenta le llevó a escribir La Tierra en peligro, un superventas a favor del desarrollo sostenible que le valió el apodo de míster Ozono. Como explica el secretario general para el Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, Arturo Gonzalo Azipiri, "2006 ha supuesto un hito, el año en que ha llegado sin dudas a la opinión pública de que el calentamiento está en marcha. En 2005 se puso en marcha el Protocolo de Kioto, pero el mensaje no caló. Este año se han unido tres cosas. La primera es un año climatológico anómalo. La gente nota que hace más calor, ya es común en las conversaciones. Además, Al Gore ha despertado a mucha gente y el tercero es el informe de Nicholas Stern, que predijo una catástrofe para la economía mundial si no se frena el calentamiento. Stern ha involucrado al mundo económico". Es más, un estudio de Medio Ambiente predice retrocesos de 15 metros en las playas españolas por la subida del nivel del mar en 50 años; España ha vivido el año más cálido desde que hay registros (el sexto en el mundo); y los Alpes estaban sin nieve a principios de diciembre tras el otoño más cálido en 1.300 años. Todo coincide con lo que desde hace décadas predicen los expertos. Lo que impulsa el cambio en la opinión pública es que ni Al Gore ni Stern son radicales ni desinformados. Gore pudo ser presidente de EE UU y aún puede serlo. El segundo ha sido economista jefe del Banco Mundial y ostenta el título de sir. Su informe fue encargado por el Gobierno británico (no por Greenpeace) y concluyó que la economía mundial caerá un 20% si no se frena el calentamiento del planeta. Por el contrario, frenar el calentamiento costaría un 1% del PIB mundial. No es tan fácil desprestigiar a tipos así como durante años han hecho las petroleras con científicos y ecologistas. El resultado es que la canciller alemana, Angela Merkel, ha anunciado que el cambio climático será un eje de su presidencia de la UE en los próximos seis meses, que el tema marca la agenda política en Washington y que los ministros de Exteriores lo tienen en cuenta al abordar las migraciones. Conocido el diagnóstico, falta el doloroso tratamiento: ahorrar energía y pasar a fuentes renovables. Pero eso queda para otro año.

La invasión de Irak y las bajas en campaña de los USA ¿Han muerto en vano? por Garton Ash

Marlboro-Man Originally uploaded by Spencer Batchelder.
La intervención en Irak ha creado un mundo más peligroso para las democracias. "Murieron en vano". Cuatro palabras que son insoportables para la madre de un soldado muerto y vergonzosas para los políticos que le enviaron a morir. Así que nuestros dirigentes aseguran que "no murieron en vano". Pero ¿quién les cree?
Al contemplar las dimensiones del fracaso estadounidense y británico en Irak he tratado de imaginar si puede haber alguna circunstancia futura, alguna línea de acción estratégica a largo plazo, que un día nos permita decir honradamente y con credibilidad a la madre de un soldado muerto en Irak: "Su hijo no murió en vano". Por el momento, parece casi imposible.
Es verdad que nuestras tropas acabaron con una tiranía repugnante, con el consiguiente júbilo inicial de la población iraquí. Para algunos -sobre todo para kurdos y chiíes-, varios elementos de su vida han mejorado. Gente que estaba en la cárcel o en el exilio, está ahora en casa. Millones de iraquíes acudieron a votar a los partidos políticos de su elección, a pesar de las intimidaciones. Disponen de unos medios de comunicación incomparablemente más libres que antes, y de menos motivos para temer la represión del Estado central. Unos cuantos han prosperado. En algunos lugares, las fuerzas de ocupación han llevado a cabo una gran tarea de reconstrucción. Pero la lista de consecuencias positivas se acaba ahí; la negativa es mucho más larga.

Como narra Patrick Cockburn, escritor británico que conoce como pocos Irak, en su nuevo libro, The occupation, la dimensión de nuestro fracaso, después de más de 40 meses de ocupación, es sobrecogedora. Empieza por los servicios más esenciales. A pesar de los cientos de miles de millones de dólares gastados, varios testigos del Gobierno estadounidense declararon ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, a principios de año, que el rendimiento de los servicios de electricidad, agua, alcantarillado y combustible en Irak es aún inferior a los niveles anteriores a la invasión. La economía, en muchos aspectos, está peor. La gente ha sustituido el miedo a la policía secreta de Sadam y los torturadores por el miedo a bandas, milicias, criminales y fanáticos.

Sustituir la tiranía por la anarquía es limitarse a pasar de un círculo del infierno a otro. Como decía hace poco un iraquí: con Sadam teníamos un Estado, un Estado malo, pero no tener ningún Estado es peor. Aunque el cálculo que ha hecho la Universidad Johns Hopkins de unas 600.000 muertes de civiles iraquíes desde la invasión sea exagerado, una cifra extrapolada de una muestra demasiado pequeña, el número de muertos iraquíes es espantoso. El país se encuentra en plena guerra civil. Cuando se vayan las tropas extranjeras es prácticamente seguro que la situación empeorará todavía más antes de, quizá -pero sólo quizá-, mejorar, si los dirigentes chiíes, kurdos y suníes, con sus patrocinadores extranjeros, son capaces de elaborar un compromiso basado en un Estado confederal más o menos (des)integrado.

Y eso es sólo lo que ocurre dentro de Irak. En el mundo en general, la balanza es aún peor. Una intervención que pretendía hacer un mundo en el que la democracia estuviera más a salvo ha creado un mundo más peligroso para todas las democracias. La Valoración Nacional de Inteligencia recién publicada por EE UU confirma que Irak se ha convertido en "la gran causa" de los terroristas. Ha indignado a los musulmanes de nuestros propios países, incluidos los terroristas que atentaron en Londres el 7 de julio. Al desviar fuerzas y atención de nuestra misión inicial y legítima de eliminar las bases de Al Qaeda en Afganistán, ha permitido que los talibanes se reagrupen y recobren fuerza allí. Ha convertido a un Irán islamista militante en un líder regional, con más probabilidades de que intente desarrollar armas nucleares. Ha hecho que EE UU alcance sus mayores niveles de impopularidad en todo el mundo desde que existen los sondeos serios y ha disminuido drásticamente su capacidad de salirse con la suya. Corea del Norte, por ejemplo, le hace un corte de mangas nuclear a Washington. Para eso vale ser "la única hiperpotencia del mundo". El economista y premio Nobel Joseph Stiglitz calculó hace poco que los costes definitivos de la guerra de Irak, "incluidos los costes presupuestarios, sociales y macroeconómicos, superarán probablemente los dos billones de dólares". Es decir, 2.000 dólares per cápita para cada uno de los 1.000 millones de pobres más pobres del mundo, que viven (y mueren) con menos de un dólar al día.

Ya ha pasado el tiempo suficiente para sugerir que la invasión y ocupación de Irak por parte de estadounidenses y británicos ha resultado ser el mayor error estratégico de nuestro tiempo. Por consiguiente, ¿qué podemos decir honradamente a esa madre o ese padre afligidos?, ¿"su hijo (o hija) murió en vano"? Mientras meditaba sobre esta cuestión me he acordado de la revolución húngara de 1956, cuyo 50º aniversario conmemoramos esta semana. Ambas historias comenzaron con muchedumbres jubilosas que celebraban alrededor de la estatua derribada de un tirano (Stalin en Budapest, Sadam en Bagdad). En ambos sitios, al cabo de unas semanas, la celebración se transformó en sangre y miseria. Tres años después, en 1959, prácticamente todos los húngaros reconocían que la revolución había terminado en derrota. Muchos llegaron a hablar más bien de desastre y adoptaron el realismo pragmático encabezado por Janos Kadar, que había autorizado la ejecución del líder revolucionario Imre Nagy. Sin embargo, 33 años después de aquella derrota, en 1989, presencié en Budapest la ceremonia con la que volvió a enterrarse a Nagy, una celebración inolvidable de una revolución que acabó triunfando. La plaza de los Héroes estaba adornada con enormes banderas rojas, blancas y verdes, todas con agujero recortado donde antes estaban la hoz y el martillo; igual que habían hecho en 1956. Fue lo que un historiador húngaro ha denominado "la victoria de una derrota".

Desde luego, los casos de Hungría e Irak tienen muchos elementos que los diferencian: los húngaros luchaban directamente por la liberación de su propio país, a diferencia de los soldados británicos y estadounidenses en Irak. Pero lo que me interesa de la comparación es sencillamente que nuestra opinión sobre unos acontecimientos tan dramáticos cambiará con el paso del tiempo dependiendo de cuáles sean las consecuencias a largo plazo, pero también de nuestras decisiones políticas. Con un rumbo histórico afortunado, y si las democracias son capaces de aprender de sus errores y comprometerse de forma más inteligente con una lucha a largo plazo, hasta una derrota puede ser un hito en el camino hacia la victoria.

Después de 1956, las democracias occidentales aprendieron de sus errores, dejaron de hablar de "reducción", impidieron que Radio Europa Libre siguiera animando a los pueblos de Europa central y oriental a alzarse y, por el contrario, se entregaron de forma constructiva a lo que yo llamo la "distensión ofensiva" con los Estados y las sociedades del mundo comunista. Cincuenta años después, tras lo que es -llamemos a las cosas por su nombre- una gran derrota en Irak, ¿podemos volver a aprender de nuestros errores?; ¿podemos aceptar que esta guerra contra el terrorismo, como la guerra fría, nunca se ganará por medios militares?; ¿tenemos la confianza necesaria para emprender la vía diplomática con todos los países de la región, incluidos Irán y Siria, y entablar una negociación regional sobre seguridad comparable al Proceso de Helsinki en la Europa de los años setenta?; ¿podemos elaborar -junto con disidentes e intelectuales árabes e iraníes- políticas de "distensión ofensiva" para tratar con los Estados y las sociedades del mundo musulmán, y mantener esas políticas durante más de una generación?, ¿o se limitará EE UU a salir corriendo y retirarse a su vasto desinterés (para adaptar una famosa expresión de Scott Fitzgerald), y emprender, con el próximo presidente, una nueva y desgraciada mezcla de aislacionismo y presunto realismo? Si es lo primero, es posible aún que, en los próximos años, tengamos palabras honradas de consuelo para la madre afligida. Si no, no habrá consuelo sincero.

domingo, diciembre 24, 2006

El Hilarión Gimeno celebra la Navidad con normalidad para más INRI de los malintencionados que montaron el escándalo mediático

Padres y profesores siguen dolidos por el trato recibido durante las últimas semanas. 24/12/2006 EL PERIÓDICO
El colegio Hilarión Gimeno fue el viernes una gran fiesta navideña. A pesar de haberse convertido en un centro famoso en toda España por la polémica artificial suscitada en torno al laicismo y la no celebración de un festival navideño, los alumnos cantaron villancicos, participaron en una tronca de Navidad, entregaron sus cartas a los Reyes Magos y asistieron a una actuación de magia organizada por los más mayores. Sin embargo, el ambiente no era totalmente festivo, algunos padres y profesores todavía estaban dolidos por el trato recibido desde algunos sectores de la sociedad en las últimas semanas. "Llevo 31 años en el centro, fuí directora durante 18, y siempre hemos celebrado actuaciones navideñas", explicó María Ángeles García. "La polémica nos ha hecho mucho daño, se ha dado la impresión a la sociedad de que existía una guerra entre padres y profesores y el ambiente siempre ha sido muy cordial", señaló otra docente.
LA LLAMA DE LA POLÉMICA
A principio de curso, en el seno del consejo escolar se decidió que, por falta de espacio en el gimnasio y problemas de organización, este año no se celebraría festival de Navidad, pero sí el resto de actividades navideñas propias de otros años. Un sector de los padres, que no estaba de acuerdo, recogió firmas para que el evento se retomase al año siguiente. "Lo único que queríamos era participar con los niños en alguna actividad del centro. Nos hacía ilusión pero nos daba igual que fuera en Navidad, o en cualquier otra fecha", puntualizó uno de los padres. Este "tira y afloja interno" saltó a los medios, donde se "confundieron" los términos, se abrió un debate sobre el laicismo en la escuela, y muchos de los trabajadores del centro se sintieron "vilipendiados". Pocos niños acudieron ayer a clase con libros. Cada aula era una pequeña fiesta. Las ventanas y las paredes estaban decoradas con guirnaldas y celofán y los pasillos repletos de postales de felicitación. Durante la jornada, los niños conocieron la leyenda de la tronca navideña, originaria del Pirineo, y, a los gritos de Tronca, tronca, caga turrón, se fueron a casa cargados de caramelos.

La dirección del "Condes de Aragón" insiste en expulsar a los alumnos responsables del episodio de vandalismo escolar y no contempla otras medidas

El decreto de derechos y deberes de los alumnos y la normativa disciplinaria vigente están claramente obsoletos. La situación actual requiere una normativa más flexible, imaginativa y adaptada a nuestros tiempos.

La dirección del "Condes de Aragón" se pilló los dedos al proponer en el expediente disciplinario abierto a los alumnos solamente como única medida sancionadora el cambio de centro. Al serles denegada con buen criterio por el director provincial, Felipe Faci, han quedado legalmente sin posibilidad de aplicar otra sanción además de la expulsión de hasta 3 días que aplica el director y que ya cumplieron. Pero qué hay de otras medidas que pueden aplicar tutores, jefe de estudios y orientador (y hasta podrían sumarse los propios padres de común acuerdo, que, por su parte, deben corregir a sus hijos con las medidas que estimen convenientes, sin perjuicio de las que pueda decretar el centro educativo). (También sería interesante conocer el dictamen de los psicólogos que los tratan.) Entre ellas pueden estar la privación de recreos y de actividades extraescolares, la realización de tareas y trabajos escolares suplementarios (mejor si están relacionados con el arrepentimiento y la reparación de los daños). ¿Se ha consultado a los alumnos, por medio de sus representantes, sobre su opinión acerca de una sanción justa a sus compañeros inculpados? Nada de esto. O hay dejación de la función educadora del centro o desidia y contumacia ante el revés sufrido por la decisión de Felipe Faci. La solución única contemplada era la expulsión y así se pactó con el inspector de turno. Anuncian movilizaciones y se hacen las víctimas obviando que esta sanción también se deniega frecuentemente a los centros públicos cuando la sugieren. La recogida de firmas y las manifestaciones no son más que bulla, pataleta, bronca contra la administración educativa socialista en el más puro estilo del PP (sección Acebes-Zaplana) y demonización de unos alumnos que merecen castigo... y una oportunidad de reparar el mal y enmendarse. Por "montar bronca" no se tiene razón ni se demuestra poseer el criterio mayoritario. Ya salen a la luz opiniones de madres discrepantes en los diarios que quitan la razón a esta contumaz dirección y piden cerrar ya el conflicto y dejar de aparecer en los medios.
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El Periódico de Aragón. Carta al director de una madre del colegio Condes de Aragón. 24/12/2006 M.R. Zaragoza. EL PERDÓN.
La junta directiva del colegio Condes de Aragón, así como algunos padres, siguen exigiendo el traslado de los alumnos que en el mes de Octubre cometieron los destrozos en sus dependencias.
Se apoyan, entre otras cosa, en el rechazo existente por parte del resto de los alumnos. Bien, soy madre de alumnos de este colegio y puedo decir que el comportamiento de todos los compañeros con ellos es totalmente normal, como lo es el de ellos con el resto. Mis hijos fueron los primeros sorprendidos cuando conocieron quiénes eran los autores de la fechoría, porque, lejos de ser los gallitos folloneros que podíamos pensar por su actuación, eran, y son, según me comentan mis hijos, unos chicos infantiles, de los que en los recreos, lejos de esconderse a fumarse un cigarro como otros, juegan al "corre y pilla".
¿Qué pasó por sus cabezas para hacer lo que hicieron? Lo desconozco, pero estoy segura de que con las consecuencias que ha tenido el hecho, tanto económicas como mediáticas para sus padres, estarán más que arrepentidos y , siendo como parecen ser, dudo que vuelvan a reincidir en un acto vandálico.
Este hecho ha sido indicado también por los psicólogos que los están viendo. El colegio Condes de Aragón es un colegio católico, donde la religión es obligatoria, existe capilla y se prepara a los niños para la Primera Comunión. ¿No es el perdón lo que predica Jesucristo?
Que dejen de sacar el tema en los medios de comunicación, que permitan centrarse nuevamente a estos chavales y que se intente pasar esta lamentable página, porque su traslado de colegio en nada va a beneficiar ni a ellos ni al resto de los alumnos. Es la dirección del centro la que se ha sentido ninguneada y dolida en su orgullo por la decisión, y son ellos, junto a algunos profesores, los que más se empecinan en que después de casi tres meses sigamos saliendo en la prensa.
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Los padres del colegio Condes de Aragón anuncian movilizaciones. Recurren al Justicia para que Educación acepte el cambio de centro de los siete vándalos que asaltaron la escuela en octubre. P. CIRIA. Zaragoza |Heraldo de Aragón 19/12/2006
La Asociación de Padres de Alumnos (APA) del colegio Condes de Aragón de Zaragoza convocará una "multitudinaria" concentración después de Navidad para exigir que Educación acate la decisión del consejo escolar del centro y cambie de colegio a los siete jóvenes que destrozaron las instalaciones el pasado mes de octubre (los daños ascendieron a más de 60.000 euros). La APA ha comenzado también a recoger firmas contra la resolución de la DGA entre las familias del Condes de Aragón y otras asociadas a la Federación Cristiana de Asociaciones de Padres y Madres (Fecapa).
La presidenta del APA, Carmen Torrijos, explicó que el pasado día 13 mantuvieron una reunión con el director provincial de Educación, Felipe Faci, para tratar el tema. "Lejos de convencernos, las palabras de Faci afianzaron más nuestra propuesta de rechazo a la citada resolución, que desautoriza a la dirección del colegio y deja indefensos a los profesores, a la vez que perjudica gravemente el proceso educativo de los menores", comentó Torrijos.

La directora técnica del centro, Esther Santacruz, aseguró que el director provincial consideró que en la actualidad en el colegio ya debería haberse conseguido la total normalidad, "pero no es así". "Ahora, cuando llamamos la atención a los alumnos porque están molestando en clase, por ejemplo, nos contestan que no es para tanto. Si a unos compañeros que destrozaron el colegio no les ha pasado nada, ¿cómo van a pensar que se les puede castigar por interrumpir las explicaciones de una profesora?", comentó Santacruz.
Ante esta situación de "indefensión", el presidente de Fecapa, Pedro Martínez, trasladó ayer al Justicia de Aragón una queja del colegio y le pidió que intervenga en este asunto. "García Vicente publicó una recomendación en la que aseguraba que el director provincial sólo podía negarse a un cambio de centro mediante un recurso de alzada. Queremos que esto se tenga en cuenta", afirmó Martínez.
La presidenta de la APA añadió que Felipe Faci les dijo que si el dictamen del Justicia de Aragón iba en contra de su resolución, que la escucharía. "Pero nos dejó bien claro que para él la medida no sería vinculante". "No se piensa en los niños se diga lo que se diga", sentenció Martínez.
"Faltan respuestas"
Los representantes de la comunidad educativa del Condes de Aragón manifestaron su descontento con la actitud del director provincial y le acusaron de "no dar respuestas". "Nos insistió en que deberíamos convencer al colegio para que impusiese otra medida correctora a estos alumnos a sabiendas de que los plazos que m
arcan la legislación vigente se lo impide", comentó la presidenta de la asociación de padres. Por su parte, la directora técnica del centro explicó que sólo se podría imponer otra medida correctora si Faci, mediante otra resolución, lo ordenase, indicando, además, cual debería ser ésta.
El director provincial de Educación decidió no cambiar de escuela a los siete jóvenes de entre 13 y 14 años que a principios de octubre destrozaron el interior del colegio Condes de Aragón para que "asuman la responsabilidad de los graves actos que cometieron" -explicó Faci en su momento-. "Deben volver a integrarse mostrando su arrepentimiento a la comunidad educativa, pero difícilmente podrán hacerlo si se les traslada. Cambiar de centro les haría eludir esa responsabilidad", argumentó el responsable educativo.

viernes, diciembre 22, 2006

Politeísmo: Los dioses únicos, además de tener vocación universal, generan visiones del mundo absolutas y maniqueas... y guerras santas

22/12/2006 JOSÉ ÁNGEL Bergua Sociólogo

Se dice que la civilización occidental ha logrado desembarazarse de sus antiguas ataduras religiosas. No es cierto. Gran parte de las instituciones y creencias occidentales son el resultado de nuestro pasado religioso. En efecto, como sabemos desde Weber, el capitalismo no hubiera podido aparecer sin la clase de subjetividad que había contribuido a forjar el protestantismo. Por otro lado, la misma Reforma Protestante, al defender la libertad de los fieles para interpretar los textos sagrados, permitió la aparición del individuo libre sobre el que luego se ha levantado la democracia moderna. Por lo tanto, la religión forma parte de los cimientos de dos de las más importantes instituciones de Occidente: el capitalismo y la democracia. Tiene pues razón el psicoanálisis. Dios no ha muerto, simplemente se ha vuelto inconsciente.

De lo anterior se deduce que las civilizaciones que se han levantado sobre otros suelos religiosos podrían alumbrar experiencias económicas y políticas distintas a las nuestras. De hecho, es lo que viene intentando buena parte del reformismo musulmán desde hace tiempo. Le gustaría, por ejemplo, crear una democracia que diera más valor a la comunidad. También querría una economía que funcionara con bancos que no invirtieran en negocios considerados impuros y que dieran préstamos sin interés. El problema es que la vocación universalista de Occidente ha frustrado, en gran medida, esos y otros deseos. Y esto porque nuestro mundo nunca se ha contentado con vencer. También ha querido convencer: que el vencido asumiera como propias y de sentido común nuestras creencias e instituciones. Este universalismo laico es prácticamente un calco del cristiano. Y el mundo musulmán también ha sentido la necesidad de exportar sus propias creencias. La colisión de ambos impulsos misioneros ha dado lugar a un abanico de conflictos repartidos por el planeta. Según esto no sería arriesgado concluir que gran parte de la culpa de la inestabilidad mundial la tienen las creencias, conscientes e inconscientes, de carácter monoteísta.

Los dioses únicos, además de tener vocación universal, generan visiones del mundo fundadas en verdades absolutas y de carácter maniqueísta que desembocan, invariablemente, en Cruzadas contra el Mal. También instauran relaciones jerárquicas con sus fieles basadas en la deuda. Como decía Santo Tomás, "el hombre no puede devolver a Dios nada que no le deba ya, jamás saldará su deuda". El "pecado original" es la traducción moral de esta deuda impagable. Las religiones politeístas, por el contrario, tienen visiones pluralistas del mundo y relacionan el bien y el mal de un modo más complejo. Además, no hay jerarquía ni deudas que vinculen a hombres y dioses. Ambos, tienen la obligación de dar y el derecho de recibir. Por eso dice el Bahagavad Gita, uno de los textos canónicos del hinduismo, que "por medio del sacrificio alimentas a los dioses y por él los dioses te alimentan a ti". El taoísmo, por su parte, supone que sus 36.000 dioses son simples engranajes de una compleja organización en la que no deben inmiscuirse porque marcha sola.
A pesar de que el monoteísmo y sus derivaciones laicas tiendan a conducir la vida de la humanidad, eso no quiere decir que el politeísmo haya desaparecido. En India y China, por ejemplo, sus gentes son mayoritariamente politeístas. Pero es que, aunque sea de un modo informal o clandestino, el politeísmo también ha continuado funcionando en el interior mismo de las grandes civilizaciones monoteístas. En efecto, como demuestra la historia del cristianismo, si ha sido capaz de sobrevivir es porque ha permitido que se mantengan en su seno distintas clases de religiosidades antiguas con sus correspondientes dioses (o santos, que es como prefiere llamarlos el orden oficial). Esas religiosidades han sobrevivido incluso al laicismo moderno.
Dentro del politeísmo, los más intensos encuentros entre fieles y dioses tienen lugar en las fiestas. Decía Bataille de ellas que su esencia es la de cultivar el exceso. En efecto, del mismo modo que la naturaleza derrocha ingentes cantidades de vida, así los humanos nos solemos entregar a exuberantes fiestas tan inútiles como placenteras. El juego, el arte y el erotismo, tienen características idénticas. Pero es que este exceso de vida también lo podemos observar a diario en la proliferación gratuita de opiniones, estilos de vida, estéticas, etc. Visto desde este flanco, lo social se parece a una eterna primavera en la que no cesa de florecer cualquier clase de actividad. De ahí el consejo de Pessoa: "¡Sé plural, como el universo!".
LA FIESTA, el juego, la risa y, en general, lo lúdico, permitieron crear en la Edad Media una cosmovisión plural del mundo de la que fueron magníficos ejemplos las fiestas de los Locos, la del Asno, la de San Vito o San Juan, Santa Águeda, las risas Pascual o Navideña, los Carnavales, etc. Personajes como Gargatúa, Don Quijote e incluso Hamlet son descendientes de esa comicidad y locura medievales con las que se celebraba la pluralidad. En las saturnales romanas y las celebraciones dionisíacas de los griegos ocurría lo mismo. Más cerca de nosotros tampoco hay que olvidar a los románticos y malditos que, obedeciendo a William Blake, frecuentan los caminos del exceso para alcanzar la sabiduría.
Las fiestas que se avecinan son otro buen ejemplo de vocación politeísta. Alguna, como Nochebuena, tiene un claro origen pagano. Otras, como los Inocentes y Reyes, han sido definitivamente ganadas al cristianismo. Finalmente está Nochevieja, que se sostiene desnuda y directamente sobre el "deseo de fiesta". Todas estimulan diferentes aspectos de la condición humana y son, a pesar de los esfuerzos del cristianismo por bautizarlas, claramente paganas. Lo son porque cultivan el exceso y celebran la pluralidad. Mientras los monoteísmos laicos o religiosos no cesan de reducir, jerarquizar y moralizar la existencia, hay una pulsión politeísta que permite recuperar la diversidad. Gracias a esa pulsión la vida es más sostenible. De modo que ¡Felices (y paganas) fiestas!.

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