viernes, julio 13, 2007

El Zimbabue de Mugabe 80% de paro. Diáspora brutal. Masiva infección de sida. Y la UE y EE UU imponen sanciones al país

El Zimbabue de Mugabe 80% de paro. Diáspora brutal. Masiva infección de sida. Y la UE y EE UU imponen sanciones al país Irene Zoe Alameda DOMINGO - 01-07-2007

Antes de que el avión llegue a su destino, la turista procedente de Johanesburgo se percata de que muchos de los árboles de la sabana están muertos. Lo mismo ocurre con grandes extensiones de superficie cultivada: las cepas, los arbustos... dos de cada diez plantas permanecen de pie, pero su color anaranjado grisáceo, rodeado de verdor, da firme testimonio de su estatus de reliquia. La turista ignora si observa los primeros síntomas de una epidemia arboricida, aunque recuerda haber leído algo relativo a la cosecha de este año...
... La Foreign & Commonweath Office sostiene que "entre 2000
y 2004 la producción agrícola de Zimbabue se redujo en un 90%", y el Department for International Development (DFID) ha anunciado que la cosecha de este año se ha echado a perder. Sin embargo, en su circular del 18 de mayo, el Ministerio de Trabajo, Desarrollo y Bienestar Social del país prescribe que "las jefaturas provinciales se aseguren de que las ONG vinculadas en programas de asistencia alimentaria interrumpan sus acciones con efecto inmediato". Los jefes tribales leales al Gobierno son los encargados de registrar a las personas con necesidades alimentarias (aproximadamente, 2,5 millones); no obstante, los ciudadanos sospechosos de apoyar a la oposición nunca son inscritos.

Ya en el aeropuerto de Victoria Falls, la turista espera la cola para obtener el visado, pero enseguida se percata de que tendrá problemas. Formula, en inglés, la pregunta: "¿Hay que pagar por el visado?". "30 US$", es la respuesta. "OK. Tengo que sacar dinero de un cajero. No llevo nada encima". "En este país no va a poder sacar dinero". La turista no comprende qué relación guardan los dólares americanos (US$) con el lejano Zimbabue, tan al sur de África. Tampoco entiende que ni en el aeropuerto, ni en ninguna parte, haya cajeros...

... La Unión Europea, Estados Unidos y Australia han impuesto sanciones económicas a Zimbabue. Su derecho de voto en el FMI está suspendido, los préstamos al país se han paralizado desde el año 2000, y se le han impuesto restricciones en el cambio y en diversas operaci
ones financieras. También la Commonwealth lo suspendió temporalmente del Consejo en el año 2002, como consecuencia del fraude electoral que tuvo lugar ese año a manos del presidente Mugabe. No quedan instituciones internacionales que presten financiación directa a Zimbabue, y en una orden del 16 de abril de 2007, la UE ha decretado congelar con efecto inmediato las cuentas europeas de casi todos los miembros del Gobierno de Mugabe, acusados de corrupción. Éstos, además, tienen prohibida su entrada en Europa.

Para poder entrar en el país, la turista tiene que convencer a una oficial del servicio de inmigración de que pida prestado dinero al chófer que la espera a la salida del aeropuerto. Finalmente, la turista consigue la cantidad, compra su visado y sale al exterior. Haber sido socorrida por un desconocido de un país tan pobre le hace sentir, por unos instantes, algo confundida... La furgoneta en la que la llevan al hotel deja un rastro sucio de humo. No hay más automóviles en la carretera por la que circulan, en ninguno de los dos sentidos. A ratos ve a personas sentadas sobre piedras, y también a gente asomarse y ocultarse entre los matojos. También hay algunos chamizos -rincones de trueque o de comercio-. Por fin, un vehículo se aproxima en sentido opuesto. No es un coche; es un carruaje tirado por dos caballos, con siete personas a cuestas. En el pueblo de Victoria Falls hay una gasolinera abandonada...

... La falta de cotización de la moneda local da lugar a graves carencias de combustible, así como de otros bienes de importación, incluyendo la electricidad.

La furgoneta ruge tanto, y avanza tan despacio, que la turista mira alarmada la caja de cambios: no van a más de 50 km/h. y el conductor lleva puesta la quinta marcha. (Tal vez, piensa ella, en Zimbabue se use la primera para arrancar y la quinta para lo demás). A su izquierda, la turista
adivina un rótulo pintado a mano, "Driving School", la escuela donde puede que su chófer aprendiera, hace años, a conducir. De la edificación sólo quedan las paredes, y sobre ellas las letras, medio borradas por el sol y por el tiempo...

... El DFID afirma que el coste de la enseñanza se ha incrementado hasta límites imposibles para las familias. La Universidad de Zimbabue ha perdido a la mayoría de su personal docente, sus instalaciones están muy deterioradas, y ni siquiera su antigua página web está operativa. El presidente del país es también el rector de la universidad.

El Victoria Falls Hotel, uno de los pocos hoteles que continúan abiertos en la zona, está flanqueado por dos casetas, dentro de las cuales sendos guardias supervisan el acceso de los recién llegados.

La Foreign & Commonwealth Office avisa de que en Zimbabue no se puede viajar de forma independiente, sino sólo bajo la supervisión (y protección) de tour-operadores. En ningún caso podrán los turistas circular fuera de los destinos recomendados por los responsables de los grupos organizados. Los mochileros y excursionistas deben abstenerse de viajar al país. En el año 1
999, los veteranos de guerra ocuparon las prósperas explotaciones agrarias y en ocasiones asesinaron a sus propietarios; esos mismos soldados acosaron a los turistas. El turismo, que hasta ese año atraía a casi un millón y medio de personas al año, y representaba una fuente de ingresos esencial para el país (contribuía al 6% del PIB), ha desaparecido virtualmente como actividad. La práctica totalidad de los hoteles de la ciudad de Victoria Falls ha cerrado; por el contrario, al otro lado de la frontera, la vecina Livingstone (Zambia) atrae las visitas y la inversión occidentales.

Una vez ha dejado su equipaje en la habitación, y ha soñado durante unos minutos con la emoción estética de los primeros colonizadores británicos, la turista se propone caminar los 500 metros que separan la cancela septentrional del jardín de la entrada al parque nacional de las Cataratas. La turista cruza el 'hall' del hotel y desde el frescor de su sombra se deleita ante la visión del viejo puente de época tardo-victoriana, envuelto en la neblina del salto de agua del río Zambesi. Enmarcada por la exuberancia vegetal que cubre el horizonte, la visión es de una belleza sobrenatural...


"You can't walk alone, madame. It's too dangerous. Wait here for the agent". (No puede caminar sola, señora. Es demasiado peligroso. Ahora vendrá un agente para acompañarla).

Entretanto la turista espera la llegada del policía que la acompañará hasta la puerta del parque, comienza a encajar los numerosos datos que ha leído en los informes que (h)ojeó durante el vuelo...

... Más del 80% de la población está en el paro y vive con menos de 2 US$ al día (el 56% vive con menos de 1 US$ al día). El dólar zimbabuense (Z$) sufre la mayor tasa de inflación del mundo: fue del 1.216% en 2006 y se calcula que alcanzará el 4.279% en 2007. Por detrás de Zimbabue, el país con inflación más salvaje es Eritrea, con (sólo) un 22%...

¿Y qué significa eso? La inflación de la eurozona fue del 1,9% en 2006... Aquí, unos zapatos que cuestan 100 US$ a las ocho de la mañana, costarán 120 a las dos de la tarde...

"Good afternoon, madame". (Buenas tardes, señora).

Y es una chica muy-muy joven, la policía que la escolta. De camino al parque, algunos hombres cargados de pequeños animalitos en tallas de madera les salen al paso, mientras la agente mantiene firme la mano en su metralleta. "No les mire, no les hable", susurra a la turista, quien con esfuerzo logra no levantar la mirada. Hasta que llegan a la vía del tren.

"Stop. Elephants".

Y es una manada de elefantes, que cruza por delante de ellas. Aguardan sin moverse. La turista observa. Los elefantes machos están en celo. Gruesas manchas de sudor enmarcan sus caras.

"See you in 2 hours. I'll be here. Enjoy!". (Nos vemos en dos horas. Estaré esperándola. Disfrute del paseo).

La turista paga los 20 US$ (también prestados) de entrada al parque. Y lo recorre. Y se fotografía junto a la estatua de David Livingstone, que "abanderó los valores cristianos", y ve las cataratas desde múltiples puntos de vista, y se empapa, y se espanta de los brazos y del cuello los mosquitos que transmiten la malaria, y se llena la memoria de las cataratas más inmensas del planeta...

... El río Zambezi tiene un potencial de generación de energía que sería suficiente para colmar las necesidades energéticas de ocho países adyacentes. La enorme cantidad de electricidad que produce tal caída de agua no está explotada, como sí lo está en las cataratas del Niágara (EE UU), donde se encuentra una de las plantas de energía más eficientes del mundo occidental.

Como había prometido, la joven policía la aguarda a la salida. Al calor de la confianza que siempre emana de un segundo encuentro, la turista y su acompañante entablan una conversación amistosa. La joven es muy-muy joven, y habla. Dice que ha tenido que dejar de estudiar, pero que estudiar le gustaba. En Victoria Falls hay un policía cada dos turistas.

"We need tourists. We need American dollars". (Necesitamos turistas. Necesitamos dólares americanos).

Sonríe. E inmediatamente deja claro que no aceptará dinero: perdería el empleo. La turista se fija en lo disímiles que son los calcetines de la joven, y en el fuerte olor que despide, y en que sólo la gorra, y la metralleta, forman parte del uniforme oficial. Lo demás -los zapatos, el pantalón, la camisa- simplemente es azul. Y, como el paseo llega a término, la turista se atreve a preguntar: "¿Y por qué no puedes seguir estudiando?".

"My father and my brother are dying".

(¿De qué mueren tu hermano y tu padre?, piensa la turista.) Pero no lo pregunta. El silencio del crepúsculo, entre ambas mujeres, oficia la despedida...

... Zimbabue está experimentando una acuciante falta de recursos humanos, derivada, sobre todo, de la epidemia del VIH, puesto que una gran parte de los trabajadores, o bien sufre el sida, o bien atiende a sus familiares infectados. De los 9 millones de zimbabuenses que quedan en el país tras la brutal diáspora de los últimos ocho años, el 14% de la población son niños huérfanos a causa del sida. Según datos del propio Gobierno, el 20% de las personas entre los 15 y los 54 años está infectado por el VIH. De los infectados más jóvenes (14-24 años), el 80% son mujeres. La OMS ha calculado que la esperanza de vida de las niñas al nacer es, actualmente, de apenas 30 años...

¿Qué futuro tiene un país sin una nueva generación sana? Todavía no he visto a ningún niño: ni al venir desde el aeropuerto, ni en los alrededores del hotel ni del parque... Y con toda seguridad, muchos de los adultos que he visto hoy están infectados...

... En Zimbabue, una persona se infecta de VIH cada tres minutos. Tal y como un médico dijo a los periodistas: "La ecuación es simple: la gente se muere de sida antes de poder morirse de hambre".

A la hora de cenar, la turista elige el Jungle Junction Restaurant, al aire libre, y al tiempo que espanta las moscas de las ensaladas del 'buffet' y sacude las hormigas de las rebanadas de pan, charla con el 'chef', un joven blanco oriundo de Harare. (Su familia será una de las pocas que sobrevivieron a la expropiación del 99..., piensa).

... El sector agrícola (en manos del 1% de población blanca) fue hasta 1998 el más próspero del país, y en ese año aportaba el 28% al PIB, justo antes de que el Gobierno de Mugabe decidiese la expropiación de las tierras. La política de redistribución fue tan desastrosa que la producción agrícola del que fue "el granero de África" se ha contraído hasta bajar a un crecimiento negativo (el -22,7% en 2002 o el -4% en 2006). La economía del país se colapsó: la inversión extranjera se retiró y se produjo una huida masiva de capitales. El PIB del país es hoy la mitad de lo que era en el año 2000.

"¿Y está disfrutando en Zimbabue?", pregunta el cocinero. "No sé qué contestar... En realidad, lo que más me ha sorprendido es que aquí no haya cajeros. Y debo dinero a mi chófer: 30 US$ de mi visado, 20 US$ que me dejó para entrar en el parque y 30 US$ de los trayectos entre el aeropuerto y el hotel". "Para sacar dinero tendrá que cruzar a Zambia. Allí quedan algunos bancos que venden dólares"...

... En teoría, en cualquier país del mundo, el Banco Central es el prestamista de último recurso, pues su función es la de garantizar y avalar los préstamos de los bancos comerciales a los clientes. En Zimbabue ocurre al revés. El método de autofinanción del Gobierno funciona así: con el compromiso de futuro cobro de las pocas exportaciones (de productos agrícolas y minerales) que aún realiza el país, el Reserve Bank of Zimbabwe pide prestado a los bancos locales. Con ese dinero, el Gobierno hace frente a sus gastos más ineludibles: los salarios del ejército, el sueldo vitalicio de los veteranos de guerra (que supone el 3% del PIB) y el de los miembros del Ejecutivo. Como los gastos del Estado exceden en mucho el beneficio obtenido de las exportaciones, el Reserve Bank lleva años imprimiendo más y más moneda, con la que paga el resto de los salarios a los funcionarios, y de paso paga los intereses contraídos con los bancos locales. Eso explica, en gran medida, la disparatada inflación del país.

Al día siguiente, al regreso de su breve excursión a Zambia (unos tres kilómetros de ida y otros tres de vuelta), la turista ha saldado su deuda de 80 US$ con su chófer, al que además ha pagado otros 10 US$ por cruzar la frontera. A eso se suman otros 10 US$ de su visado zambiano, otros 10 US$ por el impuesto que las autoridades de Zimbabue imponen a los vehículos, otros 20 US$ de comisión de cambio a dólares de los dos millones de kwachas zambianas (que sacó del cajero de Barclays, sin recibo). De los dependientes que la atendieron, uno estaba tan drogado que no podía abrir los ojos. Del otro no logró obtener ninguna factura que acreditase su operación bancaria... Pero ahora estudia la factura del hotel:

-Jungle junction dinner.................. 3.900 US$
-Tips........................350 US$
-Room .....................366 US$
-Tax ....................610,70 US$
-Total ...............5.226,70 US$
-Marketing discount ..........4.704,03 US$
-Total balance ....522,67 US$

¡¿Una cena, 3.900 US$?! ¡¿350 US$ en propinas?! ¡Ésos no eran los precios que ponía en la carta! Sólo es correcto el precio de la habitación, y ya es cara tratándose de un país del Tercer Mundo. ¿Y qué es el "Marketing Discount"??...

... El mecanismo de facturación en los hoteles se detalla a continuación: sobre el papel, el Estado cobra aproximadamente un 15% de impuestos. Sin embargo, como ese porcentaje se realiza sobre unas cantidades desproporcionadas (como, por ejemplo, una cena por 3.900 US$), la recaudación, teóricamente, es altísima. Eso permite al Gobierno exhibir ante los organismos internacionales un alto nivel de actividad económica en el país. Por otro lado, para favorecer el turismo, los hoteles están obligados a hacer un "descuento promocional" de un 90% sobre el precio final, con lo que el turista, al final, termina pagando una factura razonable. De ese modo, en la práctica, el Estado recauda en impuestos el 100% de los beneficios del turismo, y hace frente a los salarios de los empleados del sector imprimiendo moneda local. Eso explica, también, la disparatada inflación del país.

De vuelta en el aeropuerto, y después de elegir con el dedo su asiento -13F- sobre un croquis arrugado de la cabina del avión, la turista tiene ocasión de comprobar que el 'duty free' vende falsificaciones en mal estado, pero a precios occidentales. Además, el personal de tierra ha mezclado los equipajes del vuelo recién llegado y del que va a partir, de modo que los pasajeros salen de uno en uno a la pista para identificar sus maletas. En el aeropuerto sólo hay dos aviones: el de Air Zimbawe, oxidado y entregado al sol y a las próximas lluvias, y el suyo, de British Airways. Durante la larga espera causada por el lío de las maletas, la turista charla con otra pasajera, una empleada del Banco Mundial, que le cuenta que hace un mes hizo un vuelo a Harare con una compañía africana en un avión tan viejo que todavía estaba revestido con el logotipo antiguo de Iberia y los carteles de la nave seguían escritos en español. La tripulación le contó entre bromas que nunca podría evacuar el avión porque no entendía lo que ponía en las instrucciones, y el capitán, un ex piloto del ejército serbio, pretendió invitarla a ir en cabina con él, y a beber mucho, mucho vodka...

... En 2001, todas las compañías no africanas, a excepción de British Airways, cerraron sus rutas a Zimbabue. La UE ha prohibido a la mayoría de las compañías africanas el uso del espacio aéreo europeo, a causa del deficiente mantenimiento de sus aviones.

En el vuelo hacia Johanesburgo, la turista se pregunta a sí misma qué le ha parecido su fulgurante excursión a Zimbabue. Reflexiona, y llega a la conclusión de que la respuesta llegará dentro de algún tiempo, cuando ponga en orden sus ideas. Para distraerse, le pide una de sus revistas a la empleada del Banco Mundial. En la portada de la revista se anuncia un reportaje algo escalofriante, dada su situación: "Volar en África. ¿Te atreves?".

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