Cuarenta y dos profesores han pedido ayuda psicológica en Aragón por acoso este año.
La mayoría de las llamadas al teléfono del Defensor del Docente son de educadores de Secundaria. P. CIRIA. Zaragoza | Cuarenta y dos docentes aragoneses han contactado en lo que va de año con el teléfono del Defensor del Profesor para recibir ayuda psicológica tras recibir presiones, insultos amenazas o, incluso, agresiones por parte de sus alumnos. Respecto al resto de España, Aragón se sitúa entre las Comunidades con menos atenciones, lejos de las 366 de Andalucía o las 193 de Castilla-La Mancha. Sin embargo, supera en llamadas a otras como Navarra (6), Cataluña (27) y País Vasco (35).
En el teléfono del Defensor del Profesor -de ámbito estatal y creado por el sindicato independiente ANPE-, los educadores cuentan con un equipo de especialistas que asesoran psicológica y jurídicamente a los docentes que se sienten amenazados. Primero se les ayuda a desahogarse y después se le aconseja cómo pueden vencer su problema. Si el acosado quiere denunciar el caso, también se le da ayuda jurídica.
Aunque no existe un perfil definido del educador acosado, la mayoría de los afectados (el 65%) dan clases en Educación Secundaria Obligatoria (12-16 años), la etapa más "estresante" para los docentes. Entre las causas que motivan las llamadas destacan la imposibilidad de impartir clase (70% de las consultas), las agresiones verbales (20%) y las físicas (7%). "A veces los profesores quieren mantener el orden y la disciplina y sufren intimidaciones", explican desde el sindicato.
Como ejemplo, uno de los casos reales recogidos en la memoria del teléfono del Defensor del Profesor: "Soy el blanco de un grupo de chicos, en el que se encuentra un ex alumno y un alumno conflictivo del centro. A la salida del instituto me esperan y caminan detrás de mí, insultándome y amenazándome. (...) Saben donde vivo y llaman a altas horas de la noche al teléfono insultándome y amenazándome. Otras veces mantienen el timbre de mi casa apretado durante varios minutos. Vivo una verdadera pesadilla", relata un afectado.
Vídeos humillantes en la red
Con la extensión de las nuevas tecnologías se ha creado también otra forma de acoso, aquel en el que los alumnos cuelgan en la red vídeos sobre el docente, que se ve expuesto al escarnio público. "No sé que puedo hacer. Han colgado en internet la grabación realizada por un alumno que me insultaba en clase y se burlaba de mí", explica otro de los casos recogidos por el sindicato de enseñanza.
"Soy profesor de Filosofía. Se me ocurrió crear una página web donde mis alumnos pudiesen exponer, sugerir o debatir ideas sobre los temas tratados en la asignatura. Con pena, comprobé que lo único que se podían leer eran insultos y acusaciones vejatorias hacia mi persona", comenta otro afectado.
Desde el sindicato señalan que los docentes se tienen que enfrentar a veces a las familias de los alumnos. "Hizo un comentario ofensivo y le dije que saliera del aula. Se levantó, tiró la silla y me dijo: `Te vas a enterar gilipollas´. Al día siguiente, a la salida de clase, me encontré con la madre y la hermana que, sin pedirme explicaciones del hecho, me insultaron y me agarraron del pelo", relata una docente.
Los datos que se manejan en el teléfono de ayuda a educadores reflejan también diferencias entre el medio urbano y el rural. El 70% de las llamadas se reciben de personas que trabajan en colegios de municipios. Las razones -señalan en el servicio de asesoramiento- suelen ser que en los pueblos los jóvenes se sienten más respaldados por sus familias o amigos. Además -apuntan- se registran más casos de presiones por parte de los padres.
Las llamadas y denuncias de los educadores se reciben durante todo el año, incluso en vacaciones. "Algunos aguantan todo el curso y cuando dejan de dar clase se dan cuenta realmente de la presión que han sufrido", argumentan fuentes del servicio de asesoramiento a educadores. Tras la vuelta del verano y de Navidad se registra también un repunte de las consultas.
La mayoría de las llamadas al teléfono del Defensor del Docente son de educadores de Secundaria. P. CIRIA. Zaragoza | Cuarenta y dos docentes aragoneses han contactado en lo que va de año con el teléfono del Defensor del Profesor para recibir ayuda psicológica tras recibir presiones, insultos amenazas o, incluso, agresiones por parte de sus alumnos. Respecto al resto de España, Aragón se sitúa entre las Comunidades con menos atenciones, lejos de las 366 de Andalucía o las 193 de Castilla-La Mancha. Sin embargo, supera en llamadas a otras como Navarra (6), Cataluña (27) y País Vasco (35).En el teléfono del Defensor del Profesor -de ámbito estatal y creado por el sindicato independiente ANPE-, los educadores cuentan con un equipo de especialistas que asesoran psicológica y jurídicamente a los docentes que se sienten amenazados. Primero se les ayuda a desahogarse y después se le aconseja cómo pueden vencer su problema. Si el acosado quiere denunciar el caso, también se le da ayuda jurídica.
Aunque no existe un perfil definido del educador acosado, la mayoría de los afectados (el 65%) dan clases en Educación Secundaria Obligatoria (12-16 años), la etapa más "estresante" para los docentes. Entre las causas que motivan las llamadas destacan la imposibilidad de impartir clase (70% de las consultas), las agresiones verbales (20%) y las físicas (7%). "A veces los profesores quieren mantener el orden y la disciplina y sufren intimidaciones", explican desde el sindicato.
Como ejemplo, uno de los casos reales recogidos en la memoria del teléfono del Defensor del Profesor: "Soy el blanco de un grupo de chicos, en el que se encuentra un ex alumno y un alumno conflictivo del centro. A la salida del instituto me esperan y caminan detrás de mí, insultándome y amenazándome. (...) Saben donde vivo y llaman a altas horas de la noche al teléfono insultándome y amenazándome. Otras veces mantienen el timbre de mi casa apretado durante varios minutos. Vivo una verdadera pesadilla", relata un afectado.
Vídeos humillantes en la red
Con la extensión de las nuevas tecnologías se ha creado también otra forma de acoso, aquel en el que los alumnos cuelgan en la red vídeos sobre el docente, que se ve expuesto al escarnio público. "No sé que puedo hacer. Han colgado en internet la grabación realizada por un alumno que me insultaba en clase y se burlaba de mí", explica otro de los casos recogidos por el sindicato de enseñanza.
"Soy profesor de Filosofía. Se me ocurrió crear una página web donde mis alumnos pudiesen exponer, sugerir o debatir ideas sobre los temas tratados en la asignatura. Con pena, comprobé que lo único que se podían leer eran insultos y acusaciones vejatorias hacia mi persona", comenta otro afectado.
Desde el sindicato señalan que los docentes se tienen que enfrentar a veces a las familias de los alumnos. "Hizo un comentario ofensivo y le dije que saliera del aula. Se levantó, tiró la silla y me dijo: `Te vas a enterar gilipollas´. Al día siguiente, a la salida de clase, me encontré con la madre y la hermana que, sin pedirme explicaciones del hecho, me insultaron y me agarraron del pelo", relata una docente.
Los datos que se manejan en el teléfono de ayuda a educadores reflejan también diferencias entre el medio urbano y el rural. El 70% de las llamadas se reciben de personas que trabajan en colegios de municipios. Las razones -señalan en el servicio de asesoramiento- suelen ser que en los pueblos los jóvenes se sienten más respaldados por sus familias o amigos. Además -apuntan- se registran más casos de presiones por parte de los padres.
Las llamadas y denuncias de los educadores se reciben durante todo el año, incluso en vacaciones. "Algunos aguantan todo el curso y cuando dejan de dar clase se dan cuenta realmente de la presión que han sufrido", argumentan fuentes del servicio de asesoramiento a educadores. Tras la vuelta del verano y de Navidad se registra también un repunte de las consultas.
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