miércoles, agosto 26, 2009

Vinos y bodegas de Aragón. Catas. Arquitectura

Como ya sabeis el “Heraldo de Aragon” eligió nuestra sala de catas para realizarla.“. En esta sesión cataremos los 10 primeros clasificados. Grandes Vinos Aragoneses de menos de 15 Euros
o Bodega Reino de los Mallos .Reino de los Mallos Tinto. (Vino de las Tierra Ribera del Gállego Cinco Villas)
o Grandes Vinos y Viñedos. “Corona de Aragón Syrah” ( D.O.Cariñena )
o Bodegas Pablo“Gran Viu Reserva” (D.O.Cariñena)
o Bodegas Meler “ Meler Rosado” (D.O .Somontano)
o Bodegas Victoria “Dominio de Longaz” (D.O.Cariñena)
o Bodegas Virgen de la Sierra “Albada Garnacha 2003” (D.O.Calatayud)
o Bodegas y Vinos Meler “Meler Tinto 2004 ” (D.O. Somontano)
o Bodegas Reino De los Mallos “Reino de los Mallos Blanco” (Vino de las Tierra Ribera del Gállego Cinco Villas)
o Bodegas Sierra de Guara “Idrias Sevil 2003” (D.O.Somontano)
o Bodegas Lomablanca.”Gabarda III” (D.O.Cariñena)

Reino de los Mallos 2003 ganador en la cata Heraldo Aragón:::
Nuestro vino Reino de los Mallos 2003 resultó ganador en la cata realizada por Heraldo de Aragón coronándose como mejor vino de Aragón, según 4 expertos, de menos de 15€.
La cata ciega fue organizada por el Heraldo de Aragón. Tras una preselección de 40 vinos aragoneses realizada por 4 expertos se cataron a ciegas resultando ganador Reino de los Mallos 2003 y quedando en 7º lugar nuestro Reino de los Mallos Blanco Fermentado en Barrica 2002 coronándose de nuevo como el mejor vino blanco de Aragón de menos de 15€ según las opiniones del jurado.
El jurado estaba compuesto por Jordi Miró (viticultor del Priorat), Jesús Miguel Arlés (sumiller y hostelero), Ismael Ardid (sumiller) y Eduardo Bueso (gastrónomo)
"Esto supone un apoyo muy grande a nuestros vinos, nuestro trabajo y creación, así como a los Vinos de la Tierra de Aragón de tanta calidad como desconocidos por el consumidor" (Estela Rasal/Gerente Bodegas y Viñedos Reino de los Mallos)

“VIÑA URBEZO” cosecha 2008
* ROBERT PARKER. Otorga 88 puntos en su cata anual. (Febrero 2009)
* PRIMER 2008 elegido, por votación popular, segundo mejor tinto joven de España, de maceración carbónica.
* VEREMA.COM, Catado con 9.3 puntos Calidad/Precio y 8 Puntos de nota Media. (22/05/09)
* REVISTA GS.- "Una vez mas uno de los mejores tintos jovenes del Pais con 89 Puntos". Junio 09.
* MEDALLA DE PLATA - Concurso de Vinos de España en Moscu. 89,6 Puntos.

“VIÑA URBEZO” cosecha 2007
* BACCHUS DE ORO, otorgado por la UNION ESPAÑOLA DE CATADORES (19/03/08).
* “HERALDE DE ARAGON” 4 de Mayo de 2008 elegido como el mejor vino joven de España.
* Suplemento "MUJER HOY" del Heraldo de Aragón, elegido Tinto con Sello de Ganador.
* Con casi 90 PUNTOS. GUIA DE LOS 300 MEJORES VINOS DE ESPAÑA 2008/2009.
* MEDALLA BRONCE - PREMIOS VINHORECA 2008 ( 15/10/08)


La arquitectura del vino en Aragón
Las empresas de vitivinicultura de Aragón se suman a las nuevas tendencias y convierten sus edificios en reclamos turísticos. >> En Somontano predominan los proyectos de diseño rompedor y en Cariñena abundan las bodegas señoriales de estilo aragonés. JOSÉ LUIS SOLANILLA. Zaragoza
Les llaman las ‘catedrales del vino’. Estos nuevos ‘templos’, de estar consagrados, tendrían que rendir homenaje a Baco o a Dioniso, dioses descubridores de los líquidos extraídos de las uvas, los vinos que la humanidad viene libando desde hace miles de años. Ahora, en Aragón muchos caldos se elaboran y duermen su crianza bajo los arcos y las bóvedas de estos edificios de culto con formas romboidales o estilizadas, que dibujan atrevidos y elegantes perfiles, dando una nueva perspectiva al horizonte que preside el macizo pirenaico.
Siguiendo las tendencias que imponen las modernas políticas empresariales, la arquitectura del vino convierte la bodega en un centro neurálgico en el que, además de albergar las actividades propias de una empresa vitivinícola, se desarrollan variadas acciones de promoción y difusión de los productos que allí se elaboran y de la cultura del vino en general. El edificio, su entorno y su contenido se convierten así en un reclamo turístico muy importante para las zonas rurales y en una nueva vía de negocio para los propietarios de estas explotaciones.
Una de las bodegas que ha marcado estilo en Aragón es la de Irius, ubicada a muy pocos kilómetros de Barbastro, capital de la Denominación de Origen de Somontano. Inaugurada hace pocos meses, su peculiar silueta destaca sobre el suave paisaje de viñas y lomas en el altiplano que hay llegando hacia Barbastro por la carretera de Monzón, poco antes de descender hacia el nivel del cauce del río Vero. El arquitecto navarro Jesús Marino Pascual es el autor del proyecto, resultado de un concepto de bodega funcional y moderna y que hunde gran parte de sus 30.000 metros de superficie construida bajo tierra, lo que permite un ahorro energético de un 70% y aprovechar la gravedad para el movimiento de las uvas, de los mostos y de los vinos. Otras obras relacionadas con la vitivinicultura que ha firmado este arquitecto son el Museo del Vino de Dinastía Vivanco y los edificios de Bodegas Darien y Bodegas Antión. El edificio de Irius, construido con acero y vidrio, alcanza una altura de 54 metros y se ha convertido ya en un icono de esta pujante Denominación de Origen.
Justo enfrente de Irius, al otro lado de la Nacional 240, se levanta otro edificio bodeguero que responde a los mismos objetivos de atracción del turismo enológico, aunque el estilo arquitectónico es bastante diferente. Se trata de la Bodega Laus, con una estética que transporta a quien la visita a ambientes orientales relacionados con el zen.
Predomina el color negro en una mezcla de materiales sencillos y a la vez funcionales, como son el hormigón, el vidrio y la madera. El edificio persigue cierto mimetismo con el paisaje de viñedos y con algunos olivos recién plantados que rodean la bodega. Mariano Beroz, responsable de la bodega y presidente del Consejo Regulador de la D.O. Somontano, destaca que este edificio desarrolla la idea de modernidad y funcionalidad de una bodega del tercer milenio. “Es una bodega que mantiene un perfecto equilibrio entre sus formas y el entorno en el que se ubica, entre el atractivo necesario para que guste a quienes nos visitan y la funcionalidad y comodidad imprescindible para nuestro trabajo habitual de elaborar vinos”, asegura.
En la misma D. O. hay otras bodegas con edificios también singulares, como Enate, que fue una de las primeras de España en apostar por un diseño moderno y rompedor con los estereotipos de las bodegas tradicionales. Se caracteriza por las líneas rectas de su perfil exterior. El ‘maridaje’ de esta bodega con el mundo del arte es otro atractivo para los visitantes de la Ruta del Vino del Somontano. Bodegas Olvena es otra empresa que ha levantado un edificio singular en la carretera de Barbastro a Aínsa y que combina formas tradicionales con líneas actuales.
Lo antiguo frente a lo nuevo
La pujante zona elaboradora oscense ofrece también el contrapunto a estas bodegas de nuevo cuño que resultan igualmente atractivas para el visitante. Son las bodegas más tradicionales, como la de Lalanne, que data de finales del siglo XIX y que recrea la típica bodega familiar de Francia, de donde provenía la familia que fundó la finca.
Muy cerca de allí se encuentra el coqueto edificio de Bodega Blecua, donde se elabora uno de los vinos más exclusivos de cuantos se producen en Aragón. Se trata de una edificación del siglo XIX que fue rehabilitada en el año 2000 por Viñas del Vero. Tiene una sala de barricas incrustada en la roca especialmente atractiva y cuenta con una de las bibliotecas gastronómicas más completas del país.
Cariñena, de estilo aragonés
La D. O. Cariñena está experimentando también una eclosión de nuevas bodegas de pocos años a esta parte. En esta zona, sin embargo, la tónica general es la construcción de edificaciones señoriales, con carácter y estilo aragonés, casi siempre con fachadas de ladrillo y cuidados jardines, formando conjuntos rodeados de viñedos. Al igual que las modernas bodegas de diseño del Somontano, estas cuentan en su interior con la más avanzada tecnología, con amplias y espaciosas salas de depósitos, de barricas y salones para catas, comedores e incluso zonas para convenciones y reuniones de empresa. Todo ello con el objetivo de beneficiarse de las nuevas propuestas del turismo relacionado con el mundo del vino. Uno de los edificios más conseguidos es el de Bodegas Victoria, que tiene una superficie construida de más de 3.000 metros cuadrados y se integra a la perfección con los viñedos que la rodean.
Muy llamativo es también el edificio de Bodegas Señorío de Aylés, situado en medio de una gran finca, en el término de Mezalocha, y rodeado de viñedos. Lo mismo cabría decir de la gran casa aragonesa a la que se asemeja Bodegas Añadas, que es muy espaciosa y cómoda en su interior. Otras bodegas de reciente construcción en esta D. O. que merecen ser visitadas por la singularidad de sus edificios son Tierra de Cubas y Prinur. Al igual que la sede central de la bodega Grandes Vinos y Viñedos, situada junto a la carretera de entrada a Cariñena desde Zaragoza, un gran edificio concebido como un monasterio de estilo mudéjar aragonés que incluso tiene un pequeño claustro interior, desde el que se accede al museo de la bodega y al comedor con artesonado del que está dotada, además de una sala de conferencias y salas de catas.
En la D. O. Campo de Borja, destaca el edificio de Bodegas Aragonesas, en Fuendejalón, construido en ladrillo y en estilo aragonés, con espaciosos interiores.
Vinos de la tierra
No solo en los territorios de las denominaciones de origen se pueden ver bodegas con estilo. También en las zonas de vinos de la tierra aragonesas se pueden encontrar edificaciones dignas de conocerse. En la zona del Valle del Cinca, por ejemplo, conviven dos estilos tan interesantes como antagónicos. La Bodega Nuviana, del Grupo Codorníu, en Belver de Cinca, es un ejemplo de edificio funcional, moderno y bien integrado en el entorno. Muy cerca de allí se encuentra Monte Valonga, en la que se sitúa Bodegas Valonga, en un conjunto arquitectónico muy antiguo que conserva el sabor de las explotaciones agrícolas del siglo XIX. Tiene un bonito museo y restaurante abierto al público. También merece la pena una visita a la finca de Monte Julia, cuya historia se remonta a varios siglos, si bien su tecnología, igual que la de Valonga, está puesta al día para afrontar los nuevos retos de la vitivinicultura.

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