domingo, octubre 11, 2009

La clase se sube a lo digital. JAVIER PALAZÓN

La clase se sube a lo digital. JAVIER PALAZÓN EL PAIS SEMANAL - 04-10-2009 Sería injusto pensar que en España no se ha hecho nada respecto a la tecnología aplicada a la educación. La penetración de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en los colegios empieza a ser una realidad: alumnos que estudian con un Tablet PC o un miniportátil, profesores que imparten sus clases a través de una PDI, el uso de Internet para buscar información… Desde el Ministerio de Educación afirman que nos encontramos ante toda una revolución: “Si el primer hito fue la educación gratuita y obligatoria hasta los 16 años, ahora estamos ante el otro gran hito destinado a transformar la enseñanza en España: la introducción de las nuevas tecnologías dentro del aula, que significa que hay que empezar a enseñar de otra manera y, por tanto, a aprender de otra manera”, dice Eva Almunia, secretaria de Estado de Educación y Formación Profesional. Más que una revolución, otros prefieren considerarlo una necesidad capital: “¿Por qué hay que utilizar las TIC en las aulas? Porque en una sociedad en la que la tecnología está en todas partes, los alumnos deben adquirir sus propios conocimientos digitales, y esto es como montar en bicicleta: o tienes bicicleta o nunca aprendes”, explica Pere Marqués, profesor del Departamento de Pedagogía Aplicada de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona. El programa Escuela 2.0 contempla la entrega de ordenadores portátiles a los alumnos de centros públicos y concertados desde 5º de primaria hasta 4º de ESO. Se empezó en septiembre con los de 5º de primaria en algunos centros piloto, y se generalizará a lo largo del curso. Además de la progresiva dotación de otras herramientas como pizarras digitales, proyectores o la infraestructura necesaria para acceder a Internet en las aulas. “Los alumnos aprenderán a manejar un ordenador, a escribir en una pizarra electrónica y a navegar por Internet. No todo lo que está en la Red vale la pena, pero sí ofrece muchas cosas que son muy interesantes para su aprendizaje”, apunta Almunia. El programa está financiado a medias entre el Gobierno y las comunidades autónomas. Algunas llevan tiempo invirtiendo en tecnología, como Extremadura o el País Vasco. Otras han empezado después. Todo parece indicar que la escuela 2.0 está destinada a convertirse en un revulsivo. Sin embargo, junto al apoyo de las instituciones, hay dos elementos imprescindibles para su éxito: la implicación del profesorado y el desarrollo de contenidos digitales específicos para los soportes que sustituirán o complementarán al tradicional libro de texto. “El profesor es la clave de todo”, subraya Sandrine Roux, responsable de desarrollo de negocio del fabricante de pizarras Mimio. Por un lado, porque su mayor o menor entusiasmo y predisposición es vital para que los alumnos conozcan las bondades de emplear un portátil o recibir sus materias a través de una PDI. Por otro, por la necesaria formación que debe recibir para que pueda dar el salto en la utilización de las TIC. “Si los que tienen que guiar hacia la escuela 2.0 no disfrutan de una formación adecuada, esto no va a funcionar jamás”, enfatiza José Manuel García, profesor y coordinador TIC del colegio Montserrat-Fuhem. “En el siglo XXI, el profesor no puede tener los mismos roles que uno del siglo XVIII, como está sucediendo todavía en muchos colegios”, asegura García. Roux rompe una lanza a favor de los docentes: “Se encuentran perdidos porque la oferta tecnológica es muy grande y desean evaluar todos los productos, pero también demandan un asesoramiento muy fuerte, y no sólo a nivel tecnológico, sino sobre cómo adaptar las TIC a sus necesidades pedagógicas con el objetivo de involucrar a los alumnos”. Pero no sólo de portátiles vive la escuela 2.0. Si hay un dispositivo considerado referencia imprescindible para explicar el nuevo modelo de educación, es la pizarra digital interactiva. “Un instrumento capaz de ofrecer cualquier información que le pidamos al tiempo que permite que los alumnos muestren lo que han hecho y lo compartan con el resto. Ya no sólo corrige el profesor, sino toda la clase, al ser un elemento mucho más ágil que la pizarra tradicional. El conocimiento es, por tanto, compartido”, afirma Marqués. Un estudio del Instituto de Técnicas Educativas de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE, patronal de centros privados) del mes de marzo señalaba que el 27% de sus centros ya dispone de al menos una PDI destinada a sustituir a la pizarra de tiza, que representa el mayor símbolo del modelo de enseñanza tradicional. Pero ¿qué es una pizarra digital? ¿Cómo funciona? Y la pregunta clave: ¿por qué es tan importante? “Básicamente, es una prolongación del PC, pero llevada a la superficie de la pizarra, de forma que lo que vemos en el monitor aparece ahora en grande gracias a un proyector”, explica Stephen B. England, director de StudyPLAN, compañía especializada en equipamiento digital para la educación y distribuidor de la pizarra digital eBeam. Con una PDI es posible navegar por Internet delante de los alumnos para mostrar todo tipo de recursos educativos online, así como interactuar con contenidos desarrollados específicamente para la pizarra y que suelen estar dotados de componentes multimedia. Así, para explicar los diferentes elementos de un templo griego en una clase de historia del arte, el profesor puede buscar en Internet una imagen, congelarla y, sobre ella, escribir con el dedo o con un lápiz electrónico el nombre de sus diferentes componentes utilizando los colores y los grosores que desee. Una vez finalizada la clase guarda el resultado en un archivo para continuar al día siguiente o, incluso, enviarlo por correo electrónico a aquellos alumnos que no hayan podido asistir. Las posibilidades son infinitas. “Gracias a sus opciones de captar y proyectar información, aporta mayor dinamismo e interés en el proceso de aprendizaje, al tiempo que ofrece una gran libertad en la preparación y adaptación de contenidos”, apunta Roux. El empleo de la tecnología motiva a los alumnos. Un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona, realizado a 374 profesores de 51 centros, concluye que el uso de pizarras digitales aumenta el tiempo de atención de los niños y su entusiasmo cuando se utilizan como apoyo a las explicaciones, para hacer búsquedas en Internet o corregir ejercicios.

¿Mejoran los resultados? Ésta es una de las preguntas que ha suscitado la utilización de las TIC en la comunidad educativa. Según la Fundación Telefónica, el 57,3% de los profesores cree que mejoran la calidad del aprendizaje, frente al 6,9% que se muestra en desacuerdo. Además, el 30,3% opina que quienes las utilizan mejoran sus resultados escolares. Asociaciones de padres y sindicatos subrayan la importancia de formar al profesorado y luchar contra otros problemas como el abandono escolar. “Seguimos con un 30% de fracaso escolar al final de la enseñanza obligatoria. Sin las TIC ya hemos hecho todo lo que se nos ha ocurrido en las aulas. Así que ¿por qué no intentarlo?”, se pregunta Pere Marqués.

Carrera de largo recorrido Las editoriales ya están volcadas en nutrir de contenidos a las nuevas herramientas digitales, bien comercializándolos en CD-ROM o bien a través de sus páginas web. Santillana ha puesto en marcha www.santillanaenred.com, una plataforma destinada a facilitar contenidos multimedia a los profesores. Desde ella se accede a Kalipedia, una enciclopedia multidisciplinar que ayuda a docentes y alumnos a preparar clases, estudiar para exámenes o repasar contenidos. Por su parte, Anaya ha creado www.anayainteractiva.es, un portal para docentes en el que es posible descargarse de forma gratuita recursos educativos, ejercicios interactivos, programas de apoyo, vídeos, evaluaciones… En www.isftic.mepsyd.es, el propio Ministerio de Educación ofrece miles de recursos realizados por profesores, igual que los blogs desarrollados por los docentes más entusiastas: Aulablog, Planeta Educativo, El Tinglado, Soloprofes…

Las aulas que vienen
En el Reino Unido, la tradicional pizarra que ha presidido las aulas de la mayor parte del mundo desde el siglo XVIII está en retirada. De hecho, alrededor del 80% de las clases en este país se imparten utilizando una pizarra digital interactiva (PDI). El pasado mes de enero, por ejemplo, se celebró en Londres la feria BETT (British Education, Training and Technology), en la que se dieron cita más de un centenar de expositores y 30.000 visitantes. En España, el aula digital todavía está dando sus primeros pasos, pero ya hay algunos ejemplos que han liderado esta tendencia. Uno de los más destacados es el del colegio rural agregado Ariño-Alloza de Teruel, donde desde 2003 conocen lo que significa sustituir el tradicional cuaderno de papel por un ordenador. Desde ese año, el centro comenzó a proporcionar a sus alumnos de 5º y 6º de primaria un Tablet PC (portátil con pantalla táctil que permite escribir como si se tratara de un cuaderno). Desde entonces estudian mediante un aprendizaje interactivo basado en los recursos digitales que el profesor prepara o que ellos mismos buscan y elaboran a partir de sus visitas a webs educativas. Además, toman apuntes con lápiz electrónico y utilizan el ordenador para realizar sus deberes. “En horario extraescolar chateamos, subimos archivos de la Red a los grupos de trabajo… Los alumnos son mucho más autónomos y aprenden a encontrar la información precisa”, explica José Antonio Blesa, director del colegio.

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