domingo, octubre 04, 2009

Nadie quiere dirigir el instituto. La falta de candidatos para gobernar centros públicos es un problema desde hace décadas

Nadie quiere dirigir el instituto. La falta de candidatos para gobernar centros públicos es un problema desde hace décadas - A los profesores no les compensa asumir la responsabilidad; ni ganan más ni tienen autonomía. J. A. AUNIÓN EL PAÍS - Sociedad - 29-09-2009
Al parecer, se trata de una sencilla ecuación: "Demasiada responsabilidad y escasa valoración social y económica. El ratio responsabilidad/valor es demasiado elevado". Así explica Iñaki Zurutuza, director del instituto Alaitz, de Barañain (Navarra), por qué es tan difícil muchas veces que los profesores quieran asumir la labor de dirección de los centros públicos: el 75% de los directores de colegios y el 50% de los institutos públicos navarros fueron nombrados el año pasado por la Administración por falta de candidatos. En el País Vasco, ese porcentaje fue del 70%. En Baleares es el 60%; en Cataluña, el 58%; en Galicia, el 40%.
Y, aunque en algunas comunidades la tasa baje (en Andalucía, que incluye también los centros de educación infantil, está en torno al 37%, en Madrid del 14% y en Canarias, incluso, del 11%), el presidente de la federación de asociaciones de directivos de centros educativos públicos (Fedadi), José Antonio Martínez, calcula que alrededor de la mitad de directores de toda España son elegidos de la misma manera por ausencia de candidatos.
La cuestión es que no se trata de un problema nuevo, sino que se detectó ya en los años setenta del siglo pasado y persiste, más acentuado en algunas comunidades que en otras, a pesar de que todas las reformas educativas desde mediados de los ochenta lo han tratado de paliar. Se cambió el sistema de elección democrática instaurada en los ochenta por la actual selección basada en los méritos, se les ha dado más capacidad de acción y las comunidades van actualizando -aunque para muchos aún de forma insuficiente- los incentivos por el cargo.
Y, sin embargo, el problema persiste. "Se van dando pasitos, pero pasitos cortos", asegura José Manuel Villegas, director en Talavera de la Reina. "Tenemos muchísima responsabilidad, pero escasísimo poder de decisión", se queja Ginés Pérez Gea, director del colegio público de infantil y primaria El Frabraquer, de Campello (Alicante).
El problema, además, es que no se trata de una cuestión menor, si hacemos caso de los recientes análisis que ha hecho la OCDE sobre la importancia del liderazgo en los centros educativos. "Si no directamente, los directores tienen una enorme influencia indirecta en la mejora de los resultados. Hay muchas evidencias de que los profesores son la pieza principal para esa mejora y, a su vez, los directores son los que pueden crear el clima adecuado para que los docentes sean mejores", asegura Beatriz Pont, coautora del estudio de la OCDE Mejorando el liderazgo en la escuela. Y a pesar de esa importancia, "en muchos países, los hombres y las mujeres que dirigen los planteles escolares están agobiados, mal pagados y próximos a jubilarse. Y hay muy poca gente que quiera ocupar esos puestos", alerta el trabajo de la OCDE que coloca a España, según Pont, como un país que va con retraso -¿cómo no?- en este sentido.
Por ejemplo, empezando por lo de mal pagados, los directores de instituto españoles cobran en torno a un 20% más que el resto de profesores, la sexta menor diferencia de la veintena de países analizados en el estudio. En él se hace una división en la que en el tercio bajo, con una diferencia menor del 20%, junto a España están países como Austria, Portugal, Grecia o Luxemburgo. En el medio, entre el 20% y el 40% de diferencia, están Alemania, Italia, Bélgica o Dinamarca. Y en el superior, con más del 40% de distancia, Finlandia, Suecia o Reino Unido, este último, con diferencias que pueden llegar casi al 180%.
Estas cifras comparativas, en todo caso, están tomadas del curso 2002-2003 y, desde entonces, aunque probablemente no hayan variado mucho las posiciones de la estadística anterior, es cierto que los complementos por ser director se han ido actualizando. Éstos varían según el tamaño del centro, pero teniendo en cuenta que la mayoría son grandes, la comparación más ajustada a la realidad es por arriba, explica Antonio Redero, de FETE-UGT. Así, según los datos recabados por el sindicato, la horquilla va desde los 518 euros en el País Vasco y los 754 en Cantabria para infantil y primaria y entre los 613 en el País Vasco y los 995 en Cataluña para secundaria.
Pero si bien el importe puede explicar algunas diferencias, otras no. Por ejemplo, no explica las que se dan entre Canarias (11% de nombramientos por falta de candidatos) y Navarra (más de la mitad), por mucho que se tenga en cuenta el coste de la vida, ya que en ambas comunidades el complemento está entre 500 y 675 euros. Ni tampoco las cifras de Cataluña, donde los responsables de instituto cobran más que en ninguna otra parte y los de primaria están entre los tres primeros y, sin embargo, se tienen que cubrir más de la mitad de los puestos de director a dedo.
Se puede discutir si el complemento en sí es mucho o poco, pero la verdadera cuestión es si alcanza para compensar todo el esfuerzo. En general, el sueldo de los profesores españoles (unos 29.000 euros de media al empezar) está por encima de la media de la OCDE y de UE, pero los informes internacionales siempre han señalado que hay una escasa progresión, salvo por la acumulación de experiencia. Para muchos, ello crea entre los profesores la sensación de que parece dar igual, a efectos de reconocimiento profesional (y ya no sólo de dinero), hacer bien o hacer mal el trabajo, esforzarse un poco más o salir corriendo cuando suena el timbre, escaquearse siempre que hay ocasión o hacerse cargo de todas las excursiones, ser director o no serlo... En fin, un ambiente en el que todo parece quedar a merced de la buena voluntad y el pundonor profesional de cada uno.
El estatuto docente (promesa pendiente de la anterior legislatura) tenía que llegar para paliar de alguna manera esa situación. Se retrasó por desacuerdos entre el Gobierno y los sindicatos y ahora se retomará en medio de una terrible crisis económica. El tema concreto de la dirección no está sobre la mesa, pero el Gobierno siempre está dispuesto a hablar de todo lo que planteen los sindicatos, asegura un portavoz del Ministerio de Educación.
En general, los directores dicen que no se trata, o no sólo, de una cuestión de incentivos económicos. "Nunca se hace por el dinero", asegura María Jesús Melián, docente canaria de inglés durante los últimos 20 años, de los que ha pasado nueve como directora. Dejó de serlo hace dos, para trasladarse más cerca de su casa y para recuperar algo de tranquilidad. Precisamente, Canarias tiene una tasa muy baja de nombramientos a dedo por falta de candidatos. La Consejería canaria de Educación acaba de aprobar un decreto que regula la función directiva con el que, entre otras cosas, los directores que tengan una evaluación positiva de su paso por el cargo podrán consolidar una parte del complemento. Sin embargo, aparte de que ese decreto todavía no ha podido afectar a esa estadística del 11%, María Jesús Melián cree más bien que se trata de que más gente se anime a tomar la dirección para ganar méritos que le sirvan para ir a otro destino (una isla más grande o la Península) o para dar el salto a la inspección educativa.
José Antonio Martínez, director de institutos desde mediados de los ochenta, insiste en que no se trata sólo de dinero. "Al final, la soledad del despacho es muy dura", dice. Y se queja de que los directores han ido asumiendo cada vez más responsabilidades, pero eso no ha ido acompañado de una capacidad real para llevarlas a cabo. Desde el arreglo de una ventana rota o la reunión con los padres de ese chaval que se porta como un demonio hasta la presunta dirección pedagógica, el director (junto al equipo directivo que completan el jefe de estudios y el secretario, es justo decirlo) se ocupa de casi todo en medio de una maraña de trabajo burocrático que les ahoga. Los datos periódicos de planificación, estadística o inventario, de proyectos, memorias, peticiones... una enorme lista que muchas veces les impide atender sus responsabilidades pedagógicas, o les obliga a hacerlo fuera de su jornada de trabajo. Todo ello, sumado a la complejidad que ha tomado la propia tarea educativa de los centros, sobre todo los de secundaria, por la heterogeneidad de los alumnos, y de la relación con los padres, asegura José Manuel Villegas, director en Talavera de la Reina.
En primaria, por otro lado, también aumenta la burocracia, y las dificultades muchas veces son mayores, ya que en gran parte de las comunidades no existe en los colegios apoyo de un administrativo y hay mayores dificultades para restar horas de clase a los directores para que se dediquen a la gestión: pueden hacerlo, pero muchas veces a costa de cargarle con mucho más trabajo al resto de profesores, porque no hay apoyos, dice Ginés Pérez Gea.
Son muchas horas que se acumulan a lo largo del año - "entre una y media y dos veces más que el resto de profesores", según Villegas-, pero también se trata muchas veces de esa frustración por no poder llevar realmente a la práctica la dirección del centro. "Cuando aceptas el cargo te das cuenta de que nadas entre dos ríos. Por una parte eres Administración y por otra no puedes ni deseas descolgarte del claustro de profesores. Y, realmente, se crea una cierta desconfianza por ambas partes: la Administración desea que no le des problemas, y así se llevará bien contigo, y los compañeros desean que estés de su parte en todo momento. Y ninguna de las dos cosas es posible muchas veces", explica Rocío Fernández, directora hasta hace dos años de un instituto asturiano. Lo dejó al trasladarse de centro: "No sé si volvería hacerlo, ahora puedo disfrutar de mi tiempo libre sin estar pegada al móvil y con la cabeza libre de responsabilidades", añade.
Hace pocos días, el profesor de Sociología de la Educación Rafael Feito, a cuenta de la polémica sobre la autoridad del profesor, escribía que el único que debiera ser autoridad pública es el director. Aseguraba que en los procesos de democratización de los centros, durante muchos años la inspección educativa no ha funcionado y el director "se habría de convertir en el director-compañero que justificaría los retrasos, ausencias y cómodos horarios de algunos de sus colegas". Además, sostenía que muchas veces las asociaciones de padres han "tenido que tratar de realizar las labores -intromisión, según algunos- de inspección, coordinación y dirección que desaparecieron o menguaron". Sea intromisión o no, algunos directores sostienen -privadamente, eso sí- que el excesivo protagonismo de los padres en la toma de decisiones, por ejemplo, en las sanciones disciplinarias, también dificulta la gestión.
La experta de la OCDE Beatriz Pont pone además de relieve lo corto del mandato de los directores que, tras cuatro años, pueden volver al puesto anterior. "Es un periodo muy corto, con lo que si se tiene que tomar una decisión difícil frente al profesorado, no se hace", asegura.
Además, es un periodo muy corto, continúa, como para que a las administraciones les merezca la pena invertir en la formación de los directores. Sin embargo, los directores de Fedadi, aunque defienden la estabilidad de los equipos directivos, no son partidarios de crear un cuerpo profesional de directores, pero sí de que se les reconozca claramente su liderazgo, para gestionar la labor del profesorado (designar a los jefes de departamento, distribuir las clases, etcétera), con una autonomía real de los centros o esa formación específica, aunque no piden, como algunas otras voces, que se recupere el antiguo cuerpo de directores. Un reciente informe de la OCDE señala que los centros españoles tienen muy poca autonomía (valorada según la capacidad de la dirección para elegir profesores, fijar su salario inicial o las subidas de sueldo), sólo por encima de Brasil, México, Turquía, Italia y Malaisia.
Para el profesor de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Girona Joan Teixidó, precisamente, la cuestión no es si profesionalizar o no la dirección, ya que todo el mundo está de acuerdo en que la tarea, según está concebida ahora mismo, requiere gran preparación, sino hasta dónde dar autonomía a los centros. Y esto supone un dilema, "ya que más autonomía significa menos controles". Se trata de una cuestión de modelos, de inercias y fuerzas dentro del sistema que implicarían para Teixidó grandes cambios legales, incluso, en la propia esencia del funcionariado. Algo, como poco, complicado.
Mientras tanto, hay cambios, esos pequeños pasitos de los que hablaba algún director. Por ejemplo, la recién aprobada Ley de Educación de Cataluña trata de que haya equipos directivos con más poder, precisamente uno de los temas que primero se desarrollarán, junto a la autonomía de centro. El tiempo dirá si será tan infructífero como intentos anteriores o si por fin funcionará
Comentarios:

127 MARCOS - 29-09-2009 - 18:54:18h
A todos los que les parece que cobramos demasiado, tenemos excesivas vacaciones y no damos un palo al agua... Estudiad!! Es sencillo, se pone un codo en la mesa y luego el otro. Te concentras, relacionas, reflexionas, razonas y escribes. Es sencillo. Luego pasas año de interino, haciendo 200 km al día y al final después de un año estudiando de nuevo apruebas una oposición para no perder tu puesto de trabajo. Es sencillo. Intentenlo. Puede que alguno de Ustedes no esté atacado de envidia, ignorancia y estupidez. Lo que hacemos no es fácil. No somos héroes, pero no hacemos tuercas. Formamos y educamos a niños y adolescentes que en el futuro serán quienes formen el cuerpo de la sociedad. Si prefieren que sean tontos, no los lleven a la escuela o al instituto.

97 Vergüenzadebíadarles - 29-09-2009 - 13:49:57h
soy funcionaria y trabajo en un instituto desde hace unos cuantos años. No soy docente, ni pretendo serlo. Sé que la respuesta fácil es, pues nada, estudia para docente y tendrás lo mismo que ellos. Llevo oyendo sus quejas años, y me parece absoluta y totalmente vergonzoso, dado que son los trabajadores con más ventajas de todos, y parece que nunca nos hemos parado a pensarlo. Y encima, quieren más. Quién trabaja por ley 18 horas a la semana? Ese es el límite de horas lectivas que tienen, las demás, no los busques, que no los vas a encontrar en el centro. Pero si hablas con ellos se quejarán de que trabajan en casa. Quédate en el instituto como hacemos los demás. Quién tiene cuatro meses de vacaciones pagadas? y bien pagadas además... más de dos meses en verano, no los busques a finales de junio ni a primeros de septiembre. Aparecerán cuando tengan que ir a clase. Y muchas veces ni eso. Quién tiene más de 15 días en navidad, más de una semana en semana santa, todos los puentes, semana blanca, etc etc? Y la mayoría de la gente no cobramos lo que ellos, con trienios, sexenios, etc. Y no hablemos de equipos directivos. Con complementos, sí señor, y no bajos precisamente, con seis horas lectivas a la semana... y por mi experiencia propia, con muy pocas ganas de trabajar, más bien de figurar y asegurarse ese complemento para siempre. Poco más.Y encima creyéndose los dioses del mambo, que no os cuento lo que tenemos que aguantar por su parte los curritos de a pie...

87 Aclarando - 29-09-2009 - 13:12:47h
La LOGSE no se debe a los pedagogos sino a los psicólogos: los que MANDABAN en el Ministerio, y orientaron toda la reforma, eran reconocidos psicólogos de la educación (a la cabeza el Sr. Marchesi, que tuvo en su amigo César Coll el proveedor de todo el lenguaje LOGSE y sus instrumentos). Creo que no hay que confundir las fuentes disciplinares de una reforma (otra cosa es que los psicólogos traspasen sus fronteras disciplinares y actuen como pedagogos, cosa usual ante una Pedagogía poco sólida y demasiado hueca...).

81 Manuel - 29-09-2009 - 12:35:40h
El mayor error ha sido eliminar los Equipos Directivos elegidos por el Clustro y Consejo. Ello permitía ser director ( yo lo fui) con responsabilidades compartidas y con un programa asumido por la mayoría del centro. Ello facilitaba que muchos compañeros-as y padres arrimaran el hombro en la gestión. Ahora los mdirectores son más jefes de personal que otra cosa y los equipos no existen. El jefe de studios curra y toma un montón de decisiones y nadie lo ha elegido ( sólo el director el cual delega muchísimos asuntos). Hay que recuperar la tradición democrática y horizontal que tenían muchos centros en los años 80. La jerarquización sólo produce malos rollos y escaqueos.

60 Control de calidad en la enseñanza - 29-09-2009 - 11:23:16h
Cualquiera que haya trabajado en un instituto sabe que el trabajo de director tal como está planteado hoy en día sólo compensa a personas muy vocacionales, con gran capacidad de sacrificio por su profesión o a gente autoritaria con afán de figurar. También es cierto que la gestión del personal es problemática, no todos rendimos igual y eso no se reconoce. Evaluación de calidad del profesorado ya: una evaluación normalizada externa de conocimientos del alumnado al principio y al final del curso para estimar el desarrollo obtenido, ponderada por una evaluación psicotécnica de la dificultad del grupo, y que los resultados influyan en un complemento y como méritos para concursos. Vale que hay intangibles, pero al menos los "tangibles" hay que evaluarlos objetivamente. ¿De qué tenemos miedo, de que se demuestre nuestra incompetencia? Estamos acostumbrados a evaluar, pero no soportamos que se nos evalúe. Un profesor no debe ocuparse de gestión de personal cuando puede ser represaliado al dejar su cargo, eso sólo fomenta el corporativismo actual. Solución: un cuerpo de directores al que se pueda acceder tras 10 años de aula, 2 de ellos como cargo directivo, un año de formación específica en gestión (con la reducción horaria apropiada y compromiso de ejercer como director durante 4 años a su finalización salvo causa grave) y un año de adjunto a un director en ejercicio.

55 Isaac Newton - 29-09-2009 - 11:06:24h
Ni soy profesor ni trabajo en nada relacionado con la enseñanza. Pero estoy harto de leer que los profesores cobran demasiado y trabajan poco. Los profesores reciben lo que el mercado ofrece para obtener personal competente. Si las condiciones ofrecidas fuesen peores, la gente más capacitada se desviaría de ese camino mucho antes de plantearse ser profesor. Y al que le parezca que lo de ser profesor es un chollo, que se saque una licenciatura y una oposición, y deje de llorar sobre lo bien que le va a los funcionarios. Da un poco de lástima que en lugar de quejarse del casino que se han montado los banqueros y por el que pagamos todos, nos quejamos de gente que gana 2000 euros al mes después de presentarse a una selección abierta para todos.

45 pere robles - 29-09-2009 - 10:27:57h
Desde hace 6 años trabajo como profesor, los últimos cuatro después de aprobar unas oposiciones (diría que bastante duras). Dejé mi anterior trabajo como abogado especializado en temas urbanísticos (donde más que conocimientos y buenas prácticas se me pedía ser un especialista en El Padrino, Los Soprano, Uno de los nuestros, ...). Mi trabajo no me resulta duro, pero no porque no trabaje (sí, sigo preparando clases, intento motivar a mis alumnos, corrigo los éxamenes -aunque no me pase el curso examinando-, trabajos, me sigo formando, ...) sinó porque me gusta. Me parece delirante que esto se me eche en cara sólo porque a otros comentaristas su trabajo y sus condiciones les parezcan una mierda. Y respecto a los equipos directivos, los últimos dos años los pasé como jefe de estudios (no hace falta que explique que aunque daba 9 horas de clase, podría no haber dado ninguna, y que hacia más de 40 horas a la semana, de curro a pie del cañón, durillo) y también me gustó la experiencia, a pesar de la administración educativa y de la directora (un cargo efectivamente demasiado personalista). Lo cual no quita para pensar que era un trabajo mal retribuido teniendo en cuenta la dedicación y la responsabilidad. Resulta increible que en este pais cuya economía -en gran parte, ya sé que no toda- se ha basado en el pelotazo inmobiliario y en vender tu casa a precio de un palacio (es decir sin pegar ni chapa), cuando no metiendo mano en las arcas públicas, se siga pensando por envidia que justamente son los profesores los que cobran demasiado.

43 zakil lodi - 29-09-2009 - 09:59:28h
Están bien pagados y, además, sólo imparten como mucho la tercera parte de horas lectivas que los otros profesores. Lo que sucede es que un porcentaje muy elevado de ellos son despreciados por los claustros de sus Institutos (no sin razón, en la mayoría de los casos) y eso debe ser duro hasta para el trepa más consumado. Los Centros funcionaban mucho mejor cuando los directores eran elegidos democráticamente por sus compañeros, puesto que no se les consideraba mamporreros de la Administración (lo sé porque yo ejercí como director de Instituto en esas circunstancias)

42 Inquina - 29-09-2009 - 09:57:17h
No tienes ni idea de lo que es el mundo de la enseñanza, los temas son los mismos cuando trabajas con los mismos cursos, aunque siempre se introducen modificaciones, pero aparte de eso, hay mucho trabajo administrativo; reuniones con padres, editoriales, planificación de salidas culturales, tutorias de trabajos de investigación, inacabable trabajo para casa (correcciones, funcionamiento del centro), y a todo eso le sumas la brega diaria con 200 ó 300 adolescentes, con esto no digo que sea un trabajo durísimo, pero tiene su dureza y no nos regalan nada.

39 perezcos - 29-09-2009 - 09:45:36h
Hace ya mucho tiempo que no aparece ninguna candidatura voluntaria para ocupar la dirección de un centro(o son mínimas) y las razones son multiples, pero desde luego poco o nada tienen que ver con el dinero (que además si cobran por ocupar los puestos de dirección). Tiene mucho que ver con que pocos profesionales de la educación comulgan con la dirección política que se le está dando. Empezando por los diseños curriculares de las asignaturas y acabando por las circulares desde el ministerio. Asumir la dirección es estar dispuesto a la represión política y laboral de sus compañeros, que por otra parte dedican a su tarea (en su gran mayoría) más de 40 horas semanales y que no saben en la primera línea si ese examen es de 0 o de 10 hasta que no han leído todo su contenido.

9 CARLOS - 29-09-2009 - 07:28:06h
Un gran paso adelante sería la desaparición de la Inspección Educativa además de la reducción de planes y proyectos puestos en marcha por la Administración. Lo primero iría en apoyo de la autoridad de los director@s de los centros, que son los que conocen mejor los centros, las circunstancias del entorno de los mismos y las propias de sus compañeros; un inspector no tiene ni pajolera idea de lo que ocurre en el día a día de los mismos, ni las circunstancias que afectan a las personas; lo segundo, para recuperar el protagonismo de la función básica de un centro escolar: formación e instrucción. Y ello nos exige por encima de todo estar con el alumnado en el aula con los cinco sentidos centrados en ello: lo demás es dispersión de energías y pérdida de tiempo. Lógico que nadie quiera la dirección.

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