Es como una película de Walt Disney en versión sionista
Acaramelada historia en la que se cuentan las peripecias de un muchacho zaragozano desde su infancia hasta su feliz madurez convertido en ciudadano del estado de Israel. Como un Harry Potter cualquiera, a pesar de sufrir algunas vicisitudes penosas, acaba premiado por la vida con toda suerte de dichas gracias a su empeño y al destino que le deparará su providencial conversión al judaísmo. De estilo colegial, rico en refranes y frases hechas, no se entiende su publicación por méritos literarios sino por intereses políticos, religiosos y el pago de una notable suma de dinero. Muy recomendable lectura para la familia y amigos del autor y para todo aquel que admire las ideas de Benjamin Netanyahu, Golda Meir o cualquier otro político sionista de pro, siempre que sepan excusar los errores y deficiencias de una obra que no tuvo corrector de pruebas ni de estilo. Abstenerse amantes de la literatura. Es mejor esperar a que salga la película y que la pongan por la tele durante la sobremesa a la hora de la siesta.