lunes, abril 30, 2007

El uso del eMule por un empleado de CCOO filtra 20.000 datos personales

El uso del eMule por un empleado de CC OO filtra 20.000 datos personales
El sindicato no protegió los ficheros de un PC conectado a la red LAIA REVENTÓS - Barcelona EL PAÍS - Sociedad - 12-04-2007

Nombre, apellido, domicilio, DNI, enfermedad..., los datos de 20.000 funcionarios circularon durante cinco meses por la red de intercambio de archivos eMule en 2004. La fuente de información era un ordenador de la Federación de Servicios y Administraciones Públicas de Comisiones Obreras. El sindicato CCOO ha sido multado por la Agencia de Protección de Datos con 6.000 euros. Hay 16 expedientes similares en marcha sobre otras entidades. Por regla general, las organizaciones y compañías impiden a sus empleados que instalen programas en los ordenadores que usan en su puesto de trabajo. Los administradores del sistema informático deciden qué se instala en cada máquina y protegen los equipos conectados a Internet mediante cortafuegos para evitar entradas y salidas de información no deseadas.
Cuando en mayo de 2004 se denunciaron los hechos, la Federación de Servicios y Administraciones Públicas de Comisiones Obreras (FSAP-CC OO) "aún no había implantado todas las medidas de seguridad" que exige la Ley de Protección de Datos, vigente desde 1999.
En ese contexto, un trabajador de la Federación instaló el programa eMule en su ordenador para intercambiar archivos a través de Internet. Pero cometió un error: en lugar de compartir unos directorios concretos -música, por ejemplo- puso inadvertidamente todo el disco duro a disposición de los usuarios de eMule, incluidos los dos ficheros con datos personales.
Entre enero y mayo de 2004, un agente de la policía local de Ourense (Galicia) detectó que circulaban esos dos ficheros en la popular red de intercambio de archivos P2P. El policía informó a la Comandancia de la Guardia Civil y a la Comisaría Provincial de Policía de Ourense que, a su vez, denunciaron los hechos a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD). En los dos ficheros aparecían más de 20.000 registros con datos personales de trabajadores -DNI, nombre, apellidos, dirección, teléfono, domicilio, puesto y lugar de trabajo...- que habían participado en cursos de formación organizados por la FSAP-CC OO, entre ellos los del policía de Ourense que denunció los hechos.
La AEPD considera probado que FSAP-CC OO cometió una infracción "grave" de la Ley Orgánica de Protección de Datos, "al incumplir la obligación de adoptar medidas de seguridad para impedir el acceso a los datos personales contenidos en ficheros por parte de terceros no autorizados" (artículo 9). Sin embargo, la Agencia reduce la multa a 6.000 euros al considerar que desde que ocurrieron los hechos la Federación no se ha limitado al cumplimiento de las medidas de seguridad obligatorias, sino que ha desarrollado una extensa "actividad formativa" de su personal para evitar que se repita en el futuro. Además, el segundo de los delitos que se le imputaban prescribió.
Carlos Rodríguez, jefe del gabinete jurídico de la Federación, explica que "fue una imprudencia, pero no hubo lucro personal ni maldad por parte de la organización". Es decir, que no hubo intencionalidad. Por no haber, no hubo ni conocimiento de causa: el trabajador responsable de la "imprudencia" no supo hasta que la Agencia de Protección de Datos inició el expediente sancionador que había colgado en Internet los datos personales de 20.000 personas. Hoy, asegura Rodríguez, "todo está supercontrolado".
Se trata de la primera sanción de la AEPD por el uso de eMule, pero no será la única: hay abiertas otras 16 investigaciones a entidades por la filtración de datos en Internet mediante el uso de programas de intercambio de archivos.

La Iglesia excomulgó al alcalde de México D.F. por impulsar la despenalización del aborto

La Iglesia excomulgó al alcalde de México D.F. por impulsar la despenalización del aborto

“Tengan la decencia de no entrar a la Catedral ni a ninguna otra iglesia católica del mundo hasta que no sean perdonados", exigió el vocero de la Arquidiócesis Primada de México. La semana pasada la capital mexicana fue la primera ciudad latinoamericana en legalizar la suspensión de embarazos.
El alcalde de Ciudad de México, Marcelo Ebrard, y todos los legisladores que votaron a favor de la despenalización del aborto quedaron excomulgados, informó el vocero de la Arquidiócesis Primada de México, Hugo Valdemar, en declaraciones que publica hoy la prensa mexicana.
"Tengan la decencia de no entrar a la Catedral ni a ninguna otra iglesia católica del mundo hasta que no sean perdonados", exigió el sacerdote.
Según informó la agencia Dpa, la polémica reforma del Código Penal de la capital mexicana fue sancionada el martes por 46 votos a favor, 19 en contra y una abstención, en medio de una fuerte polémica entre partidos de izquierda y grupos contrarios al aborto.
El portavoz de la Arquidiócesis advirtió que "no fue una gracia lo que hicieron y la excomunión es algo serio".
Valdemar se refirió a la afirmación del diputado capitalino Jorge Schiaffino, quien señaló que los legisladores que votaron a favor no se sienten excomulgados, y dijo que no se trata de que "se sientan o no se sientan excomulgados. Esto no es de sentimientos, es un hecho".
"Es un hecho y punto, una ley de la Iglesia y se aplica a los católicos", manifestó.
Sobre Ebrard, que el jueves promulgó las reformas que permiten abortar antes del tercer mes de embarazo, Valdemar dijo que "puso en peligro mortal su alma y salvación eterna al firmar la aprobación de una ley criminal".
Ebrard afirmó que todos los médicos de los hospitales capitalinos estarán obligados a cumplir con las nuevas normas.
Al respecto, Valdemar dijo que la propia Ley de Salud del Distrito Federal permite a los objetores de conciencia excusarse de practicar abortos y calificó a Ebrard de "dictadorzuelo" y "defeño pontífice".
"¿Por qué él les niega a los médicos el ’derecho a decidir’? ¿Por qué quieren obligar a los médicos a cometer el más abominable y cobarde de los asesinatos que es el aborto?", cuestionó el portavoz de la Arquidiócesis.
Indicó que esto es equivalente a "obligarlos a asesinar a niños indefensos en el vientre de sus madres".
"Invitamos al señor Ebrard que se comporte como un gobernante digno y no como un tirano", dijo el portavoz.

* Mexico despenaliza el aborto y desafía a la Iglesia

“El colegio es uno de los lugares más homofóbicos”

PEDRO MACHO: ESPECIALISTA EN TEMÁTICA LGTB EN LAS AULAS
El colegio es uno de los lugares más homofóbicosP. C./ Redacción
Hablamos sobre los límites y prejuicios del sistema educativo ante la diversidad sexual y las posibles soluciones.

MÁS REFERENTES POSITIVOS. Para Pedro Macho, “las sucesivas reformas educativas siguen plegándose a las presiones de los sectores intolerantes de la sociedad”.

Para identificar las carencias y prejuicios del sistema educativo ante la diversidad sexual, hablamos con Pedro Macho, responsable de Enseñanza del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Euskadi (STEE-EILAS), activista de EHGAM (Movimiento por la Liberación Gay del País Vasco) y autor del primer estudio sobre la homofobia en la escuela en el Estado español, publicado en 1998.

Colin Beavan. No impact Man. Un año sin papel higiénico

Shakespeare y el papel higiénico Por Gina Montaner El Nuevo Herald

Cuando me lo dijeron pensé que era una broma. En la Cámara de Representantes del Estado de la Florida se iba a discutir un proyecto de ley para vigilar el suministro de papel higiénico en los restaurantes. Es decir, los políticos, cuyos sueldos salen de los bolsillos de los contribuyentes, dedicarían parte de sus sesiones al dilema shakesperiano de "Papel higiénico o no. Esa es la cuestión''.
Resulta irónico que a la misma vez que en el Capitolio de Tallahassee se gastaban el per diem con temas de chirigota, The New York Times publicaba un reportaje sobre una pareja de neoyorquinos que se ha embarcado en la aventura de vivir durante un año alejada del progreso y sus numerosos cachivaches. El experimento quedará plasmado en un libro que se titulará No Impact Man, en el que Colin Beavan relata su nueva forma de vida: una en la que no hay ningún tipo de vehículos que funcionen con carbón. Ni televisores, neveras o el uso de ascensores. Beavan y su esposa, Michelle Conlin, han renunciado a comprar mercancías, excepto los alimentos naturales que cada día compran en un mercado orgánico de su barrio.
Bien, ¿pero qué tienen que ver los señores de Tallahassee con esta pareja de ''verdes''? La respuesta es sencilla. El artículo en cuestión se titula El año sin papel higiénico porque el matrimonio Conlin-Beavan y su hija de dos años se limpian el trasero a la antigua usanza: con una palangana y mucha agua. Por aquello de no llenar el planeta de más desperdicios que no sean, como la caca, orgánicos. En los últimos cuatro meses el portero del edificio no ha recogido una sola bolsa de basura en el rellano de su apartamento. Lo que no impide que se cruce en las escaleras frecuentemente con el señor Beavan, quien ya ha perdido 20 libras desde que sólo emplea las piernas como medio de locomoción en la Gran Manzana.
Qué formas más dispares de ver el mundo. Los políticos floridanos andan muy preocupados por la limpieza de los comensales y están dispuestos a crear un ejército de inspectores que tomen por asalto los baños de los establecimientos y hagan redadas allá donde no tengan un constante avituallamiento de rollos de papel. Aunque sea a costa de los árboles talados, el medio ambiente y el balance del ecosistema. En la otra esquina, la familia Conlin-Beavan juega a un más que improbable experimento social y cruza los dedos para que de éste salga un bestseller millonario cuyas ganancias les garantizarían una provisión considerable del mejor papel higiénico. O sea, el acolchado, perfumado y con dibujitos en relieve. Todo un lujo para una retaguardia castigada durante un año.
Confieso que estoy a medio camino entre la manía policiaco-sanitaria de nuestros políticos y la militancia del matrimonio alternativo. Lo cierto es que, a lo sumo, la ausencia de papel higiénico en los restaurantes me produce una suerte de melancolía y nunca indignación ciudadana. Y por mucho que ame este planeta --cosa que tampoco tengo claro-- no estoy dispuesta a renunciar a las comodidades que conlleva el avance tecnológico para congraciarme con Al Gore y sus amigos de Hollywood. Cuyas vidas disipadas y opulentas, por cierto, he subvencionado durante años en las taquillas de los cines. Además, ¿quién desea vivir sin celuloide? Esas quimeras de la imaginación hechas con retazos de progreso que ninguna palangana con agua puede erradicar de la sociedad de consumo. Construida, también, con lienzos, libros, películas, CD's. Objetos bellos. Hijos de la modernidad. No todos biodegradables. Ni animales ni vegetales. Pero vivos a su manera y necesarios.
Crecí en Europa, donde todavía no impera la obsesión por el aseo que tienen los norteamericanos. Inventores de los desinfectantes para las manos, los insólitos desodorantes íntimos con olor a frutas del bosque y todo género de toallitas sanitarias. Allí aprendí a convivir con el estupor que ocasiona un lavabo público sin papel higiénico. Sentimiento que desarrollé aún más en Marruecos, Turquía o la India. Países con gastronomías que harían las delicias de los impolutos señores de Tallahassee y el matrimonio condenado a comer hierbajos durante un año. Ojalá todos los dilemas fueran en torno al papel higiénico. Shakespeare se quedaría de una pieza. © Firmas Press


El Superhéroe verde. BARBARA CELIS EL PAIS SEMANAL - 20-09-2009
Hay productos que en Estados Unidos son sagrados. Uno de ellos es el aire acondicionado. Otro, la televisión. Otro, el coche. Y otro, el café para llevar y beber por la calle; por supuesto, en vaso gigante de papel o plástico. Intentar arrancarle alguno de estos placeres cotidianos a un estadounidense es un acto heroico. Así que autoimponerse vivir voluntariamente sin ellos puede considerarse como algo parecido a la autoflagelación. Colin Beavan no sólo decidió flagelarse por propia voluntad durante todo un año, sino que llevó al extremo su tortura renunciando también a la electricidad en su casa, a la comida a domicilio, a los pañales de usar y tirar para su hija pequeña y hasta al papel higiénico. Lo único que consumió fue comida producida localmente. Y quizá lo más sorprendente es que no lo hizo encerrándose en una granja en medio de ninguna parte. Lo hizo en Nueva York, donde viven ocho millones de personas, a las que quiso servir de ejemplo al convertirse en lo que él mismo bautizó como “No impact man”.
Ha pasado más de un año desde que Beavan, de 42 años, concluyó un experimento al que también arrastró a su familia –su mujer, Michelle, y su hija Isabella, de tres años– y cuyo objetivo inicial era descubrir si es posible vivir reduciendo al mínimo la cantidad de residuos y efectos nocivos para el medio ambiente generados por el consumo personal. El reto –narrado en directo por el propio Beavan a través de un blog– no fue fácil, pero quizá lo más importante no haya sido superarlo, sino los efectos colaterales del experimento. Su mujer, una periodista que se definía a sí misma como una consumidora compulsiva, adicta a la comida basura, a los cafés de Starbucks y a los reality shows, le apoyó. Al principio, a regañadientes, pero a medida que el experimento avanzaba fue comprendiendo que renunciar a algunas de sus debilidades la convertía de hecho en una persona más feliz y más sana. Se talibanizó hasta tal punto que fue ella misma quien quiso deshacerse de la tele.
Beavan también se transformó. “Nos educan pensando que la felicidad consiste en acumular cosas. Pero el día a día del experimento me enseñó que son las relaciones humanas lo que realmente me hace sentir bien. Además, comencé a leer sobre psicología de la felicidad. Una vez que tienes tus necesidades básicas cubiertas, cuando tu salario llega a unos 35.000 euros al año, todo lo que le añadas no aumenta tu calidad de vida. Pero, claro, eso nadie te lo dice. Te convencen para que trabajes sin parar para que ganes más dinero para poder seguir consumiendo, y resulta que lo realmente importante, estar con familia y amigos, lo descuidas”.
Beavan lo explica mientras paseamos por la Quinta Avenida neoyorquina, camino de su casa, en cuya puerta está aparcado otro efecto colateral de su experimento: una bicicleta con una especie de sidecar trasero acoplado con la que comenzó a viajar por la ciudad en su intento por no generar ningún tipo de emisiones que contribuyeran a producir gases de efecto invernadero. Durante un año no hubo trenes, ni aviones, ni coches, ni taxis, ni siquiera transporte público. Impacto cero, ésa era la consigna. “La bici sigue siendo mi principal medio de transporte. El metro sólo lo uso si llueve, y los taxis, en casos de extrema necesidad”, explica una tarde de septiembre sentado junto a su perro Frankie en el salón de su apartamento, lleno de libros y sin televisión. “Nuestra calidad de vida mejoró sustancialmente cuando la regalamos durante el experimento. Y no la hemos echado de menos”. La ausencia del electrodoméstico por excelencia se colmó, entre otras cosas, con más tiempo dedicado a su hija y con más horas de sexo con su mujer, confiesa. Beavan se convirtió en la envidia de su círculo de amigos casados.
Los detalles sobre su experiencia los recoge ahora un documental dirigido por Laura Gabbert y Justin Schein y un libro, que 451 Editores publica en octubre en España, escrito por el propio Beavan y titulado No impact man. Su larguísimo subtítulo ayuda a contextualizar a un hombre que antes de convertirse en aspirante a superhéroe verde era un neófito absoluto en cuestiones ecológicas que escribía libros de historia: Las aventuras de un progre con complejo de culpa que intenta salvar el planeta. Editado en tapas de cartón y papel reciclado, sus páginas constituyen un diario-confesión de la conversión ecológica de un estadounidense medio. Beavan creció pensando, como muchos de sus compatriotas, que la libertad de un país se mide en función de la cantidad de productos a elegir en el supermercado, pero un año después del experimento es un activista con una especie de misión evangelizadora al estilo Al Gore, pero sin aura presidencial. Eso sí, al contrario que el célebre político, Beavan no sólo predica con los datos en la mano, sino con el ejemplo, y aunque se le puedan poner muchos peros a su experimento – qué fácil es ir a la compra a un mercado pijo y pasarse tres horas cocinando o lavando a mano cuando vives en la Quinta Avenida y no estás obligado a tener tres trabajos diferentes porque no llegas a fin de mes–, resulta que sus propuestas están cargadas de sentido común.
“Yo no tenía muy claro si un individuo en solitario podía tener algún impacto en el medio ambiente, pero ahora sé que es esencial que la gente dé pasos individuales para salvar al planeta. Lo único que tenemos para contrarrestar el poder de la industria energética que quiere mantener el statu quo es gente. Todos los grandes movimientos sociales han empezado con la unión entre individuos. Feminismo, derechos civiles, movimiento gay. Primero viene la gente, empujando, y sólo cuando la presión es insoportable los políticos entran en acción. Ambas cosas no son autoexcluyentes en absoluto. El planeta está al borde de un cataclismo y no es posible dejar toda la responsabilidad en manos de empresas y gobiernos. Cada uno de nosotros tiene que contribuir al cambio, lo que pasa es que somos muy autocomplacientes”.
Sólo la ciudad de Nueva York produce cuatro millones de toneladas de basura anuales, lo que arroja una media de media tonelada por habitante y año. El problema es cómo convencer a toda esa gente, y, por supuesto, también a los cientos de millones de europeos o asiáticos cuyo estilo de vida cada vez emula más al de los estadounidenses, de que el coche o los pañuelos de papel son lujos que deberíamos aprender a tratar como tales y no como artículos de uso diario e imprescindible. “Hay que demostrarles que consumir no les hace más felices. Es una cuestión cultural, así que hay que comenzar por cambiar nuestra cultura de consumo. Mi hija tiene ahora cuatro años y no quiere consumir. Creo que las personas no tenemos ese instinto de acumular cosas. Nos lo enseñan porque nuestras economías dependen del consumo”.
No espera que quienes disfrutan de una lavadora o luz eléctrica vuelvan a lavar a mano o a vivir con velas como hizo él durante su experimento. Es más, Beavan ha vuelto a usar ambas cosas, pero su conciencia ecológica pesa más que hace un año, así que consume con mucha más mesura, el tamaño de su basura se ha reducido a la mitad, no tiene aire acondicionado y sigue yendo a un huerto local a cultivar verduras. “Es posible ser feliz y vivir consumiendo menos, pero la gente no renunciará a ciertas cosas que nos hacen la vida más fácil, como la lavadora. En cambio, pasar cada día dos horas en un atasco no te hace más feliz”. Pero tampoco es fácil renunciar al coche si no existe un medio alternativo, como ocurre en la mayoría de ciudades estadounidenses. “Ésa es una de las partes más difíciles: tratar de vivir de forma sostenible y ver que el sistema sólo te pone trabas. Eso es lo que tenemos que cambiar”.
El diario The New York Times le hizo célebre con un reportaje sobre su experimento que subrayaba, sobre todo, la decisión de no usar papel higiénico. Beavan cree que no hay mal que por bien no venga: “Pura ignorancia. Medio planeta vive sin papel higiénico. Se lavan con agua. Aquel artículo estúpido banalizó el proyecto, pero gracias a él miles de personas se interesaron por la propuesta, y eso me ayudó a entender el impacto que una sola persona puede tener”.
Es posible que algunos aspectos y conclusiones del libro, para europeos que crecieron comiendo y cenando en casa, acostumbrados a largas sobremesas y a sudar en verano porque el aire acondicionado era un lujo reservado a unos pocos, resulten muy obvios. Pone mucho énfasis en lo importante que es cocinar de forma sana, algo que supuestamente las culturas mediterráneas aún no han perdido. ¿O sí? “Es cierto, los estadounidenses contaminamos más que nadie y comemos peor, pero también los europeos tienen que reducir urgentemente su impacto medioambiental. Estamos todos en el mismo barco”, opina Beavan. Su teoría es que si la gente se implica una vez, sus conciencias quedarán tocadas y el movimiento será imparable. Por eso acaba de lanzar la web No Impact Project, que invita a los internautas a tratar de vivir una semana siguiendo las mismas pautas que siguió él durante un año. Ahora sólo necesita valientes dispuestos a apagar la luz, a subirse a una bici y a renunciar al papel higiénico. Cualquiera con un currículo un poco viajero habrá probado alguna de las tres cosas, así que tampoco suena tan descabellado, ¿no?

No Impact Man y otras tomaduras de pelo

MEDIO AMBIENTE | Colin Beavan El hombre del 'impacto cero'. foto: Colin Beavan, junto a su mujer e hija, a bordo de su triciclo. | Paul Dunn/Yes Magazine
* Un ecologista pasa un año sin electricidad para reducir su huella ambiental
* Se define como "un progre con complejo de culpa que intenta salvar el planeta"
* Durante el experimento su familia dejó de producir más de 1.000 kilos de basura
* Comieron sólo alimentos de su entorno cercano y cultivaron una huerta
Carlos Fresneda | Nueva York 16/09/2009
"¿Dónde está tu bicicleta?", nos pregunta Colin Beavan, más conocido como el 'No Impact Man'. Acabamos de ver su película y no podemos ocultar cierto complejo de culpabilidad. Nos olvidamos del taxi de vuelta y optamos por una larga caminata. Nada más volver a casa, completamos el último cambio de bombillas. Al día siguiente, hacemos la compra en el mercado local de granjeros y nos proponemos volver a compostar. Repasamos mentalmente nuestros pecados y hacemos propósito de enmienda...
"¿Dónde está tu bicicleta?", nos increpa casi el 'No Impact Man', aferrado al manillar. Su triciclo familiar, compartido con su mujer Michelle y su hija Isabella, se ha convertido en su seña de identidad en la Gran Manzana. Pero cazarle al vuelo es una misión tan imposible como la de pillar in fraganti a Superman. Llevamos más de un año siguiéndole la pista por las calles del barrio, y ahora que se publica su libro en medio mundo ('No Impact Man', 451 Editores) ha llegado por fin la oportunidad. El propio Beavan admite que su experimento literario e íntimo -cómo reducir al máximo el impacto ecológico de una famila en la gran ciudad- se ha desbordado hasta convertirse en una avalancha mediática de imprevisibles consecuencias.
Antes de reencarnarse en el 'No Impact Man', Beavan se ganaba la vida como escritor especializado en historia. Su primer libro fue un viaje a los orígenes de las huellas dactilares, y tuvo un relativo éxito con Operación Jedburgh. Pero su inmersión en el Día D le dejó totalmente desfondado. A la crisis de los 40, y al nacimiento de su hija, Isabella, se añadió una creciente procupación: "Mi problema era la total falta de acción".
El 'No Impact Man' se define a sí mismo como "un progre con complejo de culpa que intenta salvar el planeta". Con Obama en la Casa Blanca y Michelle haciendo surcos en el huerto ecológico, cualquiera diría que Beavan llega en el momento justo. Pero hasta la prensa progre -léase el New York Times- ha disparado bajo su línea de flotación con titulares como éste: "El año en que vivimos sin papel higiénico".
En el año que duró el experimento, el 'No Impact Man' y su familia dejaron de producir más de 1.000 kilos de basura, incluidos 2.184 pañales desechables. De paso ahorraron 572 bolsas de plástico, 1.248 recipientes de comida para llevar y 2.190 vasos de papel. Estuvieron seis meses sin electricidad y usaron una nevera de camping (el hielo se lo prestaba la vecina). Comieron exclusivamente alimentos producidos en 250 kilómetros a la redonda y cultivaron su propia huerta en un jardín comunitario.
A su manera, el 'No Impact Man' sudó lo suyo para poder embarcar en la odisea ecológica a su mujer, Michelle, adicta al café y devoradora de carne, obligada a renunciar a su deporte favorito -el 'shopping'- y a cambiar a la bicicleta y el patinete como medios de transporte urbano.
Sin temor a que nos llamen 'socialistas', le preguntamos al 'No Impact Man' que cuándo veremos plasmar su ejemplo en una 'acción colectiva' en EEUU. "La acción política es muy importante, y tengo esperanzas de que la Ley del Cambio Climático salga reforzada del Senado y que Obama mande un mensaje muy claro por todos nosotros en Copenhague", reponde Beavan. "Pero no podemos esperar a que el sistema cambie: nosotros, los individuos, somos el sistema".
El 'No Impact Man' reta a cualquiera a que emulemos su experimento, comprimido en una semana, y a que calibremos por nosotros mismos los cambios. "¿Cuál es propósito de nuestra vida? ¿Qué nos hace más felices y plenos?", se pregunta. Su ejercicio de la simplicidad extrema -incluidos los seis meses a la luz de las velas- le acercó no sólo a la respuesta, sino a la eterna gran pregunta que nos lanza desde el sillín de su bicicleta: "¿Y tú qué vas a hacer por el bien del planeta?".

sábado, abril 28, 2007

El lenguaje de las caricias por Alex Rovira Celma

El lenguaje de las caricias Álex Rovira Celma EL PAIS SEMANAL - 13-04-2007
No es sólo un placer; acariciar y ser acariciado es también una necesidad para nuestro bienestar, equilibrio y desarrollo. Las caricias son un lenguaje rico y sofisticado. Un extraordinario código de comunicación tan elocuente o más que las palabras, ya que nos permiten acercarnos al otro y crecer en la expresión del amor. Hay caricias que consuelan y las hay que alientan. Otras alivian, algunas reconocen, las hay que desatan el deseo. Hay caricias vestidas de pasión y las hay con sabor de amistad y ternura. Las caricias expresan un rango amplísimo de significados: gratitud, compasión, esperanza, reconciliación, complicidad, perdón... Porque nacen tanto del instinto más arcaico que busca el contacto con el otro para saberse protegido, como de la expresión de la conciencia más elevada y entregada al otro.
Precisamente porque en la caricia convive lo animal y lo humano, nos recuerda que somos piel, que somos materia, pero también nos abre la puerta a momentos de trascendencia. Quizá por ello, decía Paul Valéry que lo más profundo que tenemos es la piel: el recuerdo de los mimos y arrullos de la madre, de los abrazos del padre, de los besos y caricias del ser amado, el tacto de la piel de nuestros hijos forma parte de las memorias más valiosas que nos acompañan. También la caricia que nos brinda la naturaleza: el tacto de la tierra, los pies sobre la hierba, la caricia del agua, el manto del cachorro, los pasos en la arena? Nos relajan, despiertan la paz interior y la alegría porque nos remiten a lo esencial.

Cuando es sincera y deseada, la caricia transforma. En el juego amoroso y en la lujuria desatada nos transporta al movimiento, al ardor, al entrelazamiento, al clímax y a la relajación dichosa. En la ternura, nos conmueve y emociona. En la amistad, nos une y nos hace cómplices. Incluso la paz y la buena voluntad se manifiestan en el encuentro de dos manos que se enlazan en el tacto de la caricia. También en el dolor y durante el duelo, el mimo y el abrazo del ser amado hacen soportable la pérdida porque apuntalan el alma herida. Las caricias abren además la puerta a la conciencia de nuestro cuerpo. ¿Conocemos los matices y el infinito espectro de sensaciones que puede despertar la caricia del ser amado? ¿Conocemos en detalle la piel de nuestra pareja, del ser querido o deseado con el que nos sumergimos en contacto íntimo? Más bien no. En general conocemos poco nuestro cuerpo, y aún menos el del ser amado. En él existe un universo que jamás acabaremos de explorar, porque el tiempo, además, aporta nuevas dimensiones y sensaciones que matizan y amplían continuamente la experiencia de reconocimiento del cuerpo de la persona amada.

Frente a la comunicación a distancia y a la sobresaturación de estímulos disponemos de caricias, tacto, contacto y ternura. Muestras de afecto en el cuerpo a cuerpo en lugar de tanto teléfono móvil, Internet, televisión? Quizá hoy, buena parte de los problemas de salud psicológica y física que estamos viviendo en una sociedad cada vez más estresada y bulímica son gritos desesperados de nuestros cuerpos, que, llevados por una inteligencia arcaica, esencial y profunda, reclaman ver satisfecha su necesidad de encuentro íntimo con el otro. Una intimidad que no es sólo o necesariamente encuentro sexual, sino, ante todo, necesidad de encuentro sincero, de amor. ¿Y si, en lugar de atiborrarnos diariamente de banalidades, historias ajenas o pasatiempos de escaso valor emocional e intelectual, nos sumergiéramos en los matices de la caricia? Sin duda, el mal humor, la depresión, la angustia e incluso la tristeza descenderían drásticamente. "Haz el amor y no la guerra", rezaba el eslogan pacifista, y no estaría de más retomarlo.
Porque acariciarnos estimula las endorfinas que nos hacen más soportable el dolor, amén de aportarnos una profunda sensación de bienestar. Si crecemos en ausencia de contactos afectuosos, nuestros cerebros tenderán a tolerar poco el estrés, la ansiedad y el dolor. Es el significado que acompaña a la caricia, el deseo de abrir la puerta al placer, lo que hace que el vello se erice, que el escalofrío surja y la emoción se despliegue.
Una caricia puede llegar a ser el único medio para expresar lo innombrable. Porque la caricia ya habla incluso antes de manifestarse. Está ya presente en su intención. Como lo expresó Mario Benedetti: "Como aventura y enigma / la caricia empieza antes / de convertirse en caricia". Luego, la invitación a la que llegamos es simple: podemos incluir en el espectro de nuestro lenguaje con nuestros afectos el gesto amable, conciliador y tierno de las caricias. Podemos elegir incluir en nuestro alfabeto comunicativo y en nuestra dieta emocional una saludable dosis de ternura a través de la piel. ¿Cómo realizarlo, cómo podemos comunicarnos mejor con los que amamos? La respuesta, tal cual, está en nuestras manos. Álex Rovira Celma es profesor de Esade, conferenciante y escritor.

Sugerentes reflexiones sobre las emociones: Una lectura sumamente recomendable y que nos invita a retomar las caricias como lenguaje de comunicación es el libro del doctor Sebastià Serrano titulado 'Los secretos de la felicidad'. Una obra que habla de afectos, lenguaje, caricias, dieta comunicativa, deseos, equilibrio y desequilibrio comunicativos, conversaciones, motivación e inteligencia... Y que brinda sugerentes reflexiones sobre el mundo de la comunicación y de las emociones.

Tirando del hilo verde. Úsemos ropa fabricada con tejidos y colorantes ecológicos y sostenibles, y sin tóxicos.

Tirando del hilo verde Úsemos ropa fabricada con tejidos y colorantes ecológicos y sostenibles, y sin tóxicos, y bajo condiciones de comercio justo. Javier Rico EL PAIS SEMANAL - 13-04-2007

Retirar las sábanas, secarse, vestirse. En todos estos actos cotidianos se está en contacto con sustancias como el plomo, el níquel, el cromo y otras derivadas del amoniaco y el cloro. Son tóxicas y están presentes en los textiles de uso diario. Si a ello se le añade que, según Intermón Oxfam, "el 70% de la ropa de bajo coste se hace en países donde no hay garantías de que se respeten los derechos de los trabajadores", parece necesario que industria y consumidores se planteen un modelo más limpio y solidario de producir y adquirir productos textiles.
Los compuestos perfluorados (PFC) son sustancias químicas sintéticas. Se emplean en la industria textil para imprimir a las prendas propiedades hidrófobas, por las que repelen líquidos. La Comisión Europea y el Convenio de las Naciones Unidas sobre Contaminación Atmosférica Transfronteriza a Larga Distancia, en el que se prohíbe la producción y comercialización de varios contaminantes orgánicos persistentes, prevén la reducción de la venta y uso de PFC. Pero los perfluorados no están solos en la nómina de productos químicos sintéticos con los que se fabrican camisetas, zapatillas, vestidos o cortinas. Unas son más peligrosas que otras, y teniendo en cuenta que el poliéster y el nailon son fibras sintéticas derivadas del petróleo, la lista de sustancias es tan desconocida como interminable: poliuretano, parafina, biocidas, etilvinilacetato, ftalatos, trióxido de antimonio... Greenpeace lleva a cabo la campaña Moda sin Tóxicos, en la que han colaborado diseñadores y modelos. A través de ella advierte de que "el problema está en los tratamientos que sufren los tejidos".
H&M es una de las 14 empresas con ventas en España que poseen la ecoetiqueta europea para algunos productos. La Preparación Textil y Enbasa Laval y E. CIMA son las tres empresas españolas reconocidas con este distintivo. Desde 1995, H&M ha eliminado o reducido la utilización de 100 químicos peligrosos, en una acción que va por delante de la futura legislación europea con la aprobación de la normativa REACH (Registro, Evaluación y Autorización de Sustancias Químicas). Mango o Camper son otras firmas interesadas por una producción más ecológica.
En España, el Instituto Tecnológico Textil fomenta la implantación de la marca Made in Green. Basada en otra etiqueta de referencia en Europa denominada Oeko-Tex, garantiza la ausencia de sustancias nocivas en los artículos, la adopción de sistemas de gestión ambiental y el respeto de los derechos de los trabajadores en los centros de producción.

Cosas que usted puede hacer
01 Comprar la ropa necesaria y no dejarse embaucar por promociones y campañas de publicidad. 02 Ir a tiendas de comercio justo con prendas que respetan los derechos humanos y el medio ambiente (www.e-comerciojusto.org). 03 Informarse sobre marcas, productores y tiendas que tienen un compromiso social y ambiental. 04 Pedir que las tiendas de moda oferten ropa bajo estos criterios. 05 Buscar los productos con mayor proporción de textil natural (algodón, lana, lino, cáñamo). 06 Cientos de visones, canguros, cocodrilos, serpientes e incluso especies en peligro, como tigres, mueren al día para utilizar sus pieles. Hay alternativas que lo evitan. 07 Acudir a rastrillos y mercadillos de ropa de segunda mano. 08 No desechar las prendas ante el primer descosido o por estar pasadas de moda, y aprovecharlas al máximo, enteras o recicladas. 09 Descartar los productos abrasivos para limpiar o lavar la ropa. Con una limpieza adecuada, las prendas duran más. Seguir las recomendaciones de los fabricantes. 10 No tirar la ropa usada o rota a la basura. Hay contenedores apropiados y asociaciones de recogida.

Más información: Campaña Ropa Limpia: www.ropalimpia.org. Marca Made in Green del Instituto Tecnológico Textil: www.madeingreen.com. Campaña Moda sin Tóxicos: http://archivo.greenpeace.org/modaSin/index.htm.

Problemas con ONO en Aragón. Bloqueo de P2P en Zaragoza

Desde el viernes 27 de Abril de 2007 en Aragón han dejado de funcionar los clientes P2P de intercambio de archivos.

¿Puede ser una experiencia piloto exportable luego a todo el país, según la reacción producida? Algunos internautas así lo sospechan, por la cadena de acontecimientos que van sucediéndose.

El uso de estos programas es la razón en numerosos casos de los contratos de Internet de banda ancha y tarifa plana. Hasta ahora, pese al canon y otras medidas de la SGAE, todavía es legal en España el uso de estos programas siempre que no haya ánimo de lucro. Sin embargo ONO desde hace meses ha limitado o restringido ("capado") la capacidad de descarga de archivos por este medio mediante medidas técnicas. El servicio de atención al cliente de ONO niega la existencia de estas medidas (aunque la empresa lo reconoció pñarcialmente en 2005 en un comunicado a la Asociación de Internautas) que están verificadas por los internautas y comentadas hasta la saciedad en los foros de Internet.

Ante semejante falla deliberada en el servicio y la consiguiente tomadura de pelo en el servicio de atención al cliente se anuncian bajas generalizadas para el lunes 30 de Abril de 2007.

Ono anula completamente el p2p en Zaragoza
ONO bloquea directamente puertos P2P en la provincia de Zaragoza
No se conecta con los servidores P2P en Aragón
ONO se lleva por delante la iTunes Music Store en Aragón
Ono admite que penaliza la actividad P2P en caso de saturación

Otras razones para darse de baja en ONO y cambiar de proveedor
: El precio es caro. NO DAN SOPORTE PARA WINDOWS VISTA. No tienen número 900 de atención al cliente como están obligados por ley.

Videojuegos: adictivos pero no violentos

Adictivos, pero no violentos Un estudio británico rechaza la relación entre videojuego y violencia PATRICIA F. DE LIS - Madrid EL PAÍS - Sociedad - 23-04-2007
Los videojuegos son adictivos, hasta el punto de que algunos los niños pueden pasarse hasta siete horas al día con ellos. Pero también son mentalmente estimulantes, facilitan la coordinación entre la mano y el cerebro y, no sólo no incitan a la violencia, sino que los usuarios son más conscientes de la diferencia entre el juego y la realidad que cuando ven una película o serie de televisión. Son algunas de las conclusiones que se pueden extraer de uno de los estudios más extensos que se han realizado sobre las consecuencias psicológicas y sociológicas de los videojuegos.
Lo ha hecho la sociedad británica que se encarga de calificar los juegos y películas, la BBFC (British Board of Film Classification), que ha entrevistado a decenas de jugadores, padres y representantes de la industria. El objetivo del organismo es conocer las razones reales por las que la gente usa videojuegos, ya que "quienes no juegan no pueden entender su atractivo, y esta falta de entendimiento puede conducir a que algunos juegos sean demonizados".
La investigación asegura que los niños empiezan a jugar muy pronto; "algunos, a los tres años", pero que se está alargando la edad de los usuarios, según se convierten en adultos los jugadores de los años ochenta. La mayoría de ellos son hombres, especialmente los que juegan a disparar; las niñas y mujeres dedican menos tiempo, y suelen decantarse por los de simulación, intriga o estrategia.
La mayor parte de los usuarios juega todos los días, y lo hace durante una media de cinco, seis o "hasta siete" horas, dice el estudio. Algunos juegan toda la noche, especialmente cuando compran productos nuevos, o se levantan al alba para continuar con ellos. Y, siempre, juegan más de lo que pretendían. "Una vez que empiezan, les resulta difícil parar".
Este alto componente adictivo del videojuego se debe, según explica el estudio, a los sentimientos que produce: diversión, actividad, la sensación de formar parte de algo o la de triunfo. "La gente juega para escapar de su vida diaria a un mundo de aventura, pero sin riesgos, ya que, al contrario de lo que ocurre en el mundo real, está controlado por el usuario", dice el estudio. Los jugadores entrevistados (varias docenas) aseguran que es mentalmente estimulante. Y ahí interviene el factor violencia. Para la mayoría, la violencia en los juegos, entendida como eliminar obstáculos, forma parte del corazón de muchos títulos, ya que es necesaria para progresar. Contribuye a mantener la tensión, ya que los jugadores no sólo disparan, sino que pueden ser disparados. Y "la mayoría de ellos están concentrados en su supervivencia, más que en el daño que están infligiendo". "Los jugadores", concluye el estudio, "son conscientes de que están jugando, y que no es la vida real".
En todo caso, los jugadores saben de la violencia en los juegos y, algunos de ellos, sobre todo los más jóvenes, se muestran "disgustados" por el grado de violencia que hay en aquéllos que están destinados a los adultos. También les preocupa que, en algunos juegos, la maldad gana. En todo caso, la mayoría asegura que la violencia en el cine o la televisión les disgusta aún más, y rechazan unánimemente la idea de que los videojuegos producen personalidades violentas. "No siento que haya matado a nadie. Sé que no es real. El énfasis está en el logro", dice uno de los participantes.
Los padres, mientras, se muestran preocupados por las horas que pasan sus hijos enganchados y por las relaciones que puedan entablar en los chats. En todo caso, confían en que sus hijos sean lo suficientemente razonables para que no les influya la violencia de los juegos, dice el estudio.

Para David Cooke, director de la BBFC, lo más interesante es que, "lejos de tener un impacto negativo en el jugador, el hecho de que interactúen les mantiene firmemente anclados en la realidad". La gente que no juega, explica el experto, tiende a preocuparse por su "naturaleza monopolizadora, asumiendo que los usuarios están también emocionalmente monopolizados". El estudio, añade, indica lo contrario: "Muchos factores hacen que los jugadores se involucren emocionalmente menos de lo que lo hacen con el cine y la televisión", explica, ya que los adversarios a los que deben eliminar no tienen personalidad, así que su destrucción no es real.

En todo caso, el experto en videojuegos recomienda a los padres informarse de los productos a los que acceden sus hijos, y no dejarles jugar a aquéllos que están clasificados para adultos, obre todo ahora que son cada vez más realistas. "Los padres no deberían considerar los videojuegos como juegos de mesa", concluye

La conservación del medio ambiente: Los millonarios compran "ecoimperios"

La conservación del medio ambiente. Los millonarios compran 'ecoimperios'
Un puñado de magnates adquiere entre aplausos y críticas enormes predios vírgenes para protegerlos
ANDREA RIZZI - Madrid EL PAÍS - Sociedad - 22-04-2007
El mundo se desangra por sus bosques y hay quien para evitarlo se apunta a una ONG y otros, como Johan Eliasch, se largan a Brasil a comprarse una parcela de selva amazónica del tamaño de Guipúzcoa. Son formas diferentes de lograr un mismo objetivo. Y el sueco Eliasch, de 45 años y tremendamente millonario, lo tiene claro: "Estaba harto de ver a los políticos hablar y no hacer nada", comenta desde São Paulo. Eliasch es vice-tesorero del partido conservador británico, dueño de la marca deportiva Head y miembro de una familia de potentes empresarios. Su perfil dista años luz del estereotipo del activista conservacionista, pero los hechos dicen que se trata del nuevo gran adepto a la que algunos definen la filosofía del colonialismo verde. No es un club de masas, pero Eliasch está en buena y cada vez más amplia compañía. Los miembros del imaginario club cuentan todos con dos atributos fundamentales: conciencia verde y cartera envidiable. Piensan que ante el fracaso de las políticas públicas, mejor actuar por su cuenta. Y donde aterrizan, no se tala o urbaniza ni un metro cuadrado.
Así es en las tierras adquiridas por Eliasch, ubicadas en el noroeste de Brasil, cerca de la ciudad de Manicoré. El empresario no quiso contar cuánto pagó por ellas. Pero, por una vez, el precio no importa. Lo que cuenta es el motivo: "La lucha contra el cambio climático", dice. La defensa de la Amazonia no es sólo un asunto de biodiversidad.
"La deforestación es una de las mayores fuentes de emisiones de CO2", argumenta Eliasch. Los árboles capturan CO2. Cuando se talan, dejan de hacerlo. Y cuando se queman, sueltan a la atmósfera el carbono almacenado. Y se talan y queman mucho. Pese a campañas y esfuerzos, la deforestación mantiene su salvaje ritmo en África e incluso lo aumenta en América Latina con respecto a los noventa. África perdió el 9% de sus selvas entre 1990 y 2005. América Latina, el 7%, según datos ONU. La deforestación causa entre el 12% y el 14% de las emisiones globales de CO2. "Comprar y proteger selva pluvial es el camino por el que un particular puede tener un impacto directo y significativo en la lucha contra el cambio climático", dice. El magnate cuenta con un equipo de "unas cien personas" para proteger su tierra.
La llegada de Eliasch supuso que algunos perdieran su fuente de ingresos. Talar, ya no se puede. Y no van a aparecer hoteles o resorts en la parcela del sueco. Por ahí va una de las críticas que con frecuencia se hacen a los nuevos mecenas verdes, a los que se ve como un obstáculo al desarrollo. ¿Por qué hay que solucionar en los países en desarrollo problemas causados por los desarrollados?, se pregunta en medios y foros de comunidades afectadas.
"Entiendo el argumento", contesta Eliasch. "Pero el punto es que yo, como ciudadano, no voy a lograr que Volkswagen reduzca el nivel de emisiones de sus motores. Ésta es la manera en que puedo conseguir resultados. Por ello actúo, e intento colaborar con las comunidades locales para que conservar el bosque se convierta en un interés superior a arrasarlo. Hay que encontrar la manera de hacer que una selva tenga más valor de pie que talada". ¿Cómo? "Yo he concedido a los locales el derecho de cosechar frutos en mi tierra. Es sólo un paso. A nivel mundial, hay que otorgar un valor apropiado a la conservación de las selvas", por ejemplo en los mercados de derechos de emisiones.
Pero los mecenas verdes no sólo se yerguen en contra del cambio climático; también lo hacen para preservar, sencillamente, algún rincón salvaje en un planeta cada vez más urbanizado. Douglas Tompkins y su esposa Kristine McDivitt poseen en Patagonia miles de kilómetros cuadrados, adquiridos con una inversión estimada en unos 150 millones de euros. Buena parte de ellos han sido destinados a parque natural, y el resto está camino de serlo. Tompkins y McDivitt son ex empresarios, fundadores y directores ejecutivos de las marcas North Face, Esprit y Patagonia. Perfil parecido a Eliasch. E intenciones parecidas. "No diría que queremos salvar el mundo... pero una parte sí", dijo McDivitt.
En su caso, las críticas se ciernen sobre el valor estratégico de las tierras en cuestión. Algunos especulan sobre segundas intenciones del matrimonio para aprovechar los recursos naturales. Otros, en Chile, alegan que las posesiones de la pareja cortan prácticamente en dos el país, ya que se extienden desde el océano hasta los Andes.
"Las polémicas que se han montado me parecen inaceptables", comenta Juan Carlos del Olmo, Secretario General de WWF/Adena. "Yo estuve en esas tierras, vi la explotación salvaje que hacían algunas empresas. Nadie decía nada. Luego llega alguien con la intención de proteger, y todos se le echan encima. Esas son polémicas intencionadas".
"La premisa es que la naturaleza deberían protegerla los Gobiernos", prosigue. "Eso dicho, nos parece muy positivo que haya iniciativas privadas, siempre que la verdadera intención sea proteger la naturaleza y no haya segundos fines. Se trata de un fenómeno bastante extendido y no estaría mal que se desarrollara". Eliasch está en ello. "Quiero extender el programa. Hasta que los Gobiernos se decidan a actuar seriamente, los particulares pueden cambiar las cosas".

martes, abril 24, 2007

Un estudio revela que los adolescentes aragoneses beben, fuman y consumen marihuana en mayor proporción que la media

Un estudio revela que los adolescentes aragoneses beben, fuman y consumen marihuana en mayor proporción que la media
El trabajo señala, no obstante, que los aragoneses de 14 a 18 años faltan menos a clase que la media española
24/04/2007 EUROPA PRESS El Periódico de Aragón
Un estudio revela que los adolescentes aragoneses beben, fuman y consumen marihuana en mayor proporción que la media. Así, el 54,5% de los aragoneses entre 14 y 18 años encuestados afirman haberse emborrachado en el último mes frente al 44% de la media española; el 37,6 haber fumado diariamente, frente al 28,6% del resto del país, y el 35 por ciento consumir marihuana, mientras que el conjunto del Estado lo hace el 25,6.
El estudio ha sido realizado por tres profesores del Departamento de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza y editado por la Fundación de Economía Aragonesa (FUNDEAR) en colaboración con la Obra Social de Caja Inmaculada (CAI). El investigador principal del estudio, José Julián Escario, presentó los datos en rueda de prensa, junto con otro de los investigadores, José Alberto Molina, quien también es el decano de la Facultad de Económicas de la Universidad de Zaragoza.
Estuvieron también presentes la directora del Servicio de Estudios de la CAI, Marta Candela, y al jefe de Relaciones Institucionales de Ibercaja, Francisco Bergua. Candela agradeció el "excelente trabajo en un tema de gran interés" y precisó que junto a José Julián Escario y José Alberto Molina ha realizado este estudio la profesora Rosa Duarte.
José Julián Escario explicó, por su parte, que los datos del estudio "no sólo reflejan una situación preocupante, sino que también resulta alarmante la evolución de estas conductas en los últimos años" ya que los datos analizados, de 2004, frente a los de 1996 ponen de manifiesto que se ha producido un incremento de estas conductas.
En el caso del consumo de alcohol, en 1996 el 37,1% de los adolescentes entre 14 y 18 años reconocían haberse emborrachado en el último mes, frente al 54,5% de 2004; el 35,6% ser fumador, frente al 37,6, y el 14,1 consumir marihuana, cifra que se ha incrementado un 20,9%, alcanzando el 35% de los aragoneses de 14 a 18 años.

El profesor e investigador señaló, no obstante, que un dato más positivo es que los adolescentes aragoneses faltan menos a clase que la media, elevándose al 40,2% los que reconocen haber faltado a clase en el último mes, frente al 42,5% del conjunto del país.
El trabajo lleva por título "Los amigos en las conductas de riesgo de los adolescentes aragoneses" y su objetivo es analizar el efecto de la presión del grupo de amigos sobre las probabilidades de que un joven decida consumir las citadas drogas o faltar a clase. El trabajo también aborda los factores familiares, económicos y educativos, explicó José Julián Escario.
Para dar respuesta a estas cuestiones se ha utilizado la Encuesta sobre Drogas a la Población Escolar correspondiente al año 2004 realizada por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional de Drogas en la que participaron 25.521 estudiantes españoles y 1.757 aragoneses.
El investigador principal manifestó que la presión del grupo de amigos sobre la probabilidad de consumir una droga o faltar a clase es significativa de forma que "cuando mayor es el porcentaje de amigos que consumen drogas o faltan a clase mayor es la probabilidad de que el adolescente decida falta", subrayó.
Concretamente, el estudio concluye que si la proporción de jóvenes de la clase que participa en una conducta aumenta en diez puntos porcentuales, la probabilidad de que los jóvenes participen en dicha conducta se incrementa por término medio en el 4,8% en el caso del consumo abusivo de alcohol, el 6,2% para las faltas de clase, el 1,7% para el tabaco y el 1,9 para la marihuana.

OTROS FACTORES
José Julián Escario precisó que otros factores que influyen son la renta disponible por parte del joven, ya que cuanta más disponibilidad tenga, más probabilidad tendrá de desarrollar esta conductas. Los resultados también revelan que la existencia de fumadores en el ámbito familiar está asociada con el incremento de la probabilidad de que el adolescente consuma cualquiera de las tres drogas consideradas.
Respecto al nivel educativo de los padres, éste influye pero si aparece la presión del grupo de amigos, deja de ser significativa. Además, vivir en familias desestructuradas también incrementa la probabilidad de desarrollar las cuatro conductas analizadas ya que los progenitores "no pueden atender ni controlar tanto" a sus hijos por "falta de tiempo", manifestó Escario.
Finalmente, el estudio señala que los grupos donde el número de escolares es más reducido son menos frecuentes estas conductas "porque los alumnos no están en el anonimato" y la realización de campañas informativas sobre las consecuencias del consumo de drogas en los centros educativos disminuye la probabilidad de que los jóvenes consuman drogas, se emborrache o fumen, "pero lamentablemente su efecto no es muy importante", comentó Escario.
El investigador aclaró también que muchos encuestados no consideran la marihuana como algo perjudicial, quizá influidos por la defensa que se realiza en algunos sectores para su legalización y por quienes defienden sus efectos beneficiosos ante los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer.

PROPUESTAS
Otro de los investigadores del estudio y decano de la Facultad de Económicas de Zaragoza, José Alberto Molina, resaltó la "originalidad" del estudio, "el primer análisis riguroso de estas características que se hace en España", ya que apenas hay trabajos similares, tampoco en el ámbito internacional, "por la falta de datos o las dificultades del análisis econométrico", dijo.
Molina indicó que están a la espera de conocer los datos de 2006 para agregarlos a este trabajo y comprobar si la tendencia sigue siendo al alza.
El investigador propuso también algunas soluciones, como "seguir con políticas que reduzcan el consumo de tabaco entre adultos" porque "las conductas de riesgo se heredan, no por los genes sino por los comportamientos" y los adolescentes que ven fumar en casa "se sienten con derecho y confianza para hacerlo ellos también".
También abogó porque las Administraciones públicas favorezcan que los adolescentes de familiar separadas o divorciadas puedan seguir conviviendo con el padre que no tiene la tutela puesto que "una relación más directa con los dos progenitores y que éstos consuman menos tabaco hará que las consecuencias sobre los grupos de riesgo sean menores".

El papa Benedicto XVI resucita el infierno

El papa Benedicto XVI resucita el infierno

Contra lo dicho por Juan Pablo II en 1999, Ratzinger sostiene que "el infierno, del que se habla poco en este tiempo, existe y es eterno"
JUAN G. BEDOYA - Madrid EL PAÍS - Sociedad - 23-04-2007

La llamada de Benedicto XVI a la lucha ideológica contra el pluralismo moral y la modernidad incluye reponer el infierno, con mayúsculas. "El infierno, del que se habla poco en este tiempo, existe y es eterno", ha dicho el Pontífice romano. "Nuestro verdadero enemigo es unirse al pecado que puede llevarnos a la quiebra de nuestra existencia". Antes había dibujado la figura de un Dios "de justicia", y por tanto, castigador. En su llamada a la intolerancia con el relativismo y la laicidad, Benedicto XVI ha decidido reponer las armas del catolicismo clásico. El Papa cree que la vida cristiana occidental es "una viña devastada por jabalíes". Para hacer frente a la crisis la fuerza de la Iglesia no está en el diálogo ni en la tolerancia, sino en la vuelta a los orígenes. El Papa exige activismo, no sólo a sus prelados (unos 5.000 en todo el mundo, entre obispos, arzobispos y cardenales); también a los fieles creyentes y, más que a nadie, a los políticos que se llaman católicos.
Las tesis sobre cómo recuperar el protagonismo perdido la expuso Benedicto XVI el pasado 13 de marzo, en una Exhortación pastoral perfilada durante año y medio. Fue el primer sínodo del pontificado Ratzinger. En presencia de cardenales, arzobispos y obispos de todo el mundo, el Papa, presidente durante décadas de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la antigua inquisición romana, retó a los reunidos a llegar al meollo de la crisis del cristianismo para que Dios, un "proscrito en Europa", según Benedicto XVI, vuelva a figurar en la agenda de una sociedad de bautizados que ya no hace caso a la religión.

La proclamación de que "el infierno existe y es eterno" es la continuación de esa estrategia papal. Lo curioso es que su antecesor, el polaco Juan Pablo II, muerto hace dos años, corrigió a fondo y en la dirección contraria el concepto tradicional del catolicismo sobre el infierno. Lo hizo en el verano de 1999, en cuatro audiencias consecutivas, cada una dedicada a desmontar la credulidad popular sobre el cielo, el purgatorio, el infierno e, incluso, el diablo. "El cielo", dijo entonces el pontífice polaco, no es "un lugar físico entre las nubes". El infierno tampoco es "un lugar", sino "la situación de quien se aparta de Dios". El Purgatorio es un estado provisional de "purificación" que nada tiene que ver con ubicaciones terrenales. Y Satanás "está vencido: Jesús nos ha liberado de su temor".

La homilía sobre el infierno la pronunció el papa Juan Pablo II en la audiencia del miércoles 28 de julio de 1999. Dijo: "Las imágenes de la Biblia deben ser rectamente interpretadas. Más que un lugar, el infierno es una situación de quien se aparta del modo libre y definitivo de Dios".

¿Por qué el papa polaco revisó entonces la doctrina oficial sobre el Más Allá? La primera respuesta tenía que ver con "el acoso de la ciencia", en palabras de los teólogos. Roma no quería repetir la amarga historia de Galileo.

La segunda razón tenía que ver con las estadísticas: el 60% de los romanos católicos cree en Cristo, pero no en el infierno ni en el paraíso. Por último, aquel papa cumplía una obligación conciliar, retrasada mucho más de lo prudente. La Iglesia vive en su tiempo, y ha de poner al día la interpretación que en el pasado se hizo de los textos sagrados. Se trata del aggiornamento, la palabra preferida de los papas Juan XXIII y Pablo VI, impulsores del revolucionario Vaticano II, celebrado entre 1962 y 1965.

La decisión de Benedicto XVI de volver a poner sobre la mesa, sin matices, la idea del infierno eterno choca con ese pasado reciente. No es su primera vuelta al pasado.

También ha autorizado las misas en latín con el oficiante de espaldas a los feligreses, por citar un sólo ejemplo. Lo curioso es que hace menos de un año, el 6 de octubre de 2006, este papa mantenía el timón de Juan Pablo II haciendo público el documento de los expertos sobre la inexistencia del limbo, otra de las piezas señeras del Más Allá católico.

Según los catecismos clásicos, el limbo de los niños era el lugar al que iban a parar quienes morían sin uso de razón y sin haber sido bautizados. Un lugar sin tormento ni gloria. El castigo consistía en vivir en una tercera clase de cavidad distinta del cielo y el infierno, en el que las almas cándidas, además de estar privadas de gloria, sufrirían la condenación de la ausencia de quienes habían tenido la fortuna de salvarse: padres, hermanos y demás familia. La doctrina tridentina incentivaba con tales argumentos el bautismo rápido de los recién nacidos.

La doctrina que coloca en el limbo a los niños muertos sin haber cometido pecado, pero con la culpa del pecado original no lavada por el bautismo, es de origen medieval y poco relevante entre los teólogos modernos a no ser porque se hermana con la idea, también arrumbada por el Vaticano II, de que fuera de la Iglesia romana no había salvación.

La decisión de cerrar el limbo la impulsó el papa polaco encargando el asunto a una Comisión Teológica Internacional liderada por el hoy papa Ratzinger. La encomienda tenía su relevancia porque no era sólo liquidar la idea de cielo o infierno como lugares concretos en el firmamento, sino un repaso en toda regla a las tesis clásicas sobre el pecado original. En esta revisión cartográfica, la semana pasada Ratzinger solucionó uno de los vacíos creados por su antecesor. Tras la eliminación del limbo, a los padres creyentes les preocupaba la situación de los niños muertos no bautizados. La vuelta al paraíso es la solución apuntada.

Desde san Agustín al Vaticano II la Iglesia de Roma había sostenido la visión clásica del hombre en pecado desde que Eva y la serpiente liaron a Adán para comerse juntos una manzana. La escatología cristiana posterior al Vaticano II sostiene que fue introducido por san Agustín, al extender a todos los hombres la culpa por aquel pecado original -sucedido en un paraíso que la ciencia tampoco pudo encontrar-, lo que hizo fue una mala traducción de una de las epístolas de san Pablo.

Nada de besos, a comer chocolate / Las mujeres británicas prefieren el chocolate al sexo

Nada de besos, a comer chocolate
El placer será más intenso y duradero VANESSA PI - Madrid EL PAÍS - Gente - 23-04-2007
¿Hace tiempo que nadie le da un beso apasionado? No desespere, coma chocolate. O mejor aún, deje que la tableta se funda lentamente en su paladar. El placer será más intenso y durará más que si da un beso. No es un reclamo publicitario, es la conclusión a la que ha llegado un grupo de científicos del Mind Lab, un laboratorio fundado por empresas de la industria alimenticia que se dedica a investigar cómo ciertas sustancias en lo que comemos y bebemos pueden afectar nuestra actividad cerebral, nuestro humor y nuestro propio comportamiento.
Un grupo de voluntarios, de entre 20 y 30 años, hicieron de conejillos de Indias: primero dejaron fundir una tableta de chocolate negro en su paladar y luego unieron sus labios a los de otra persona. Mientras, un monitor controlaba los latidos de su corazón y una serie de electrodos colocados en su cabeza mesuraban su actividad cerebral. Saboreando el chocolate, sus corazones se aceleraron de de 60 a 140 pulsaciones por minuto, por encima de cuando besaron. Además, cuando la tableta se derretía, todas las regiones de sus cerebros recibieron estímulos más largos e intensos que durante el beso.
"Esperábamos que el chocolate incrementase las pulsaciones del corazón, porque tiene algunas sustancias muy estimulantes, pero lo que no sabíamos es que el incremento y la duración de éste fuesen tan altos", confesó el responsable del estudio, David Lewis.
El dicho popular ya atribuía al chocolate propiedades sustitutorias de los placeres carnales, pero se equivocó al establecer que las mujeres son más sensibles a las cualidades del cacao. El estudio concluye que hombres y mujeres experimentan exactamente las mismas reacciones. Así que a comer chocolate, aunque eso sí, con moderación. Los expertos advierten que una ingesta desmesurada puede conducir a la obesidad.
La mayoría de las mujeres prefieren comer chocolate que practicar el sexo
Las británicas prefieren el chocolate al sexo 05/06/2007 - 20:28 IBLNEWS, AGENCIAS
Más de la mitad de las mujeres británicas (el 52%) aseguran que prefieren el chocolate al sexo, mientras que la inmensa mayoría de los hombres (el 87%) se decantan por la segunda opción, según un sondeo realizado entre 1.500 adultos por una marca de chocolate publicado este martes.
Para explicar su preferecia por el chocolate, una de las encuestadas indicó que, para ella, "el chocolate no defrauda jamás".
El 57% de los hombres y el 66% de las mujeres precisan que comer chocolate les pone de buen humor.
Cerca de la mitad de hombres en Gran Bretaña regalan regularmente chocolate a su pareja, especialmente por su aniversario.

lunes, abril 23, 2007

Irán inicia una campaña para obligar a las mujeres a llevar el velo islámico

Irán inicia una campaña para obligar a las mujeres a llevar el velo islámico
A partir de hoy está prohibido usar pantalones cortos o faldas estrechas y cortas, así como los pañuelos pequeños que dejan fuera parte del cabello EFE - Teherán ELPAIS.com - Internacional - 22-04-2007

Efectivos de la policía e incluso del Ejército se ocupan a partir de hoy de aconsejar o detener durante algún tiempo a las mujeres iraníes que se visten al estilo occidental o las que no se ponen el velo islámico obligatorio en Irán. Se trata de una "lucha contra el mal velo", como la califica la agencia iraní de noticias, IRNA, y el objetivo es obligar a las iraníes a seguir al pie de la letra las órdenes del régimen chií del presidente ultraconservador Mahmud Ahmadineyad.
El denominado "plan para la lucha contra el mal velo" se aplicaba en el pasado pero sólo durante los meses de verano, en los que el insoportable calor obligaba a las mujeres a quitarse de forma parcial el velo o el "chador", que cubre todo el cuerpo de la mujer desde la cabeza a los pies.
A partir de este año "será una lucha permanente", ha afirmado la fuente. En la aplicación de dicho plan participan también efectivos del cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica y de las milicias paramilitares de los "basiyies" que, como primera medida, "aconsejarán" a las mujeres" que no se ponen el velo tal como exigen las normas impuestas en Irán.
De no respetar dichas reglas, el segundo paso sería llevar a las "rebeldes" a la comisaría, donde permanecerán hasta que un varón de la familia -el padre o el marido- les obligue a utilizar el velo de forma correcta.
Las autoridades no han precisado, sin embargo, cómo serían castigadas las mujeres que, pese a las presiones, insistan en vestirse al estilo occidental. En caso similares en el pasado las "rebeldes" eran castigadas con decenas de latigazos.
En un intento de justificar dichas medidas, las autoridades iraníes alegan que el 85 por ciento de los casos de agresión contra las mujeres en las calles del país se deben a que éstas "no usan el velo como es debido".
A partir de hoy está prohibido el uso de pantalones cortos o faldas estrechas y cortas, así como los pañuelos pequeños que dejan fuera parte del cabello de la mujer.
Ahmadineyad rechazó, durante la campaña electoral para los comicios que le llevaron al poder en 2005, las afirmaciones de sus rivales de que iba a limitar las pocas libertades conseguidas por las mujeres durante el mandato de su antecesor, el reformista Mohamed Jatamí.
Las autoridades iraníes rechazan las acusaciones contra el régimen de Teherán por violar los derechos de la mujer, y afirman que más del 70 % de los estudiantes en el país son mujeres, que las mujeres no están obligadas a quedarse en casa y que trabajan al igual que el hombre.

lunes, abril 16, 2007

No hay conflicto de civilizaciones: Hay fundamentalismo religioso en ambas partes

La Universidad de Regent, fundada por el telepredicador Pat Robertson, pretende suministrar (Krugman dixit) el “liderazgo cristiano necesario para cambiar el mundo” y se enorgullece de que 150 de sus titulados trabajen en la Administración Bush. Este mismo predicador atribuyó el atentado de las Torres Gemelas a un castigo de Dios por los pecados de EE.UU.

¡ No Perder la Cabeza ! Lunes 16 de Abril de 2007

Como se ha podido comprobar, la mayoría de los muertos en Argelia y en Marruecos –por no mencionar la constante sangría de Irak-- son musulmanes, árabes o bereberes, palestinos o libaneses, afganos o paquistaníes, indios o indonesios... Son 1.200 millones de musulmanes los que hay en el mundo y una infinitesimal parte los que, con la franquicia de Al Qaeda, están amenazando al resto del mundo...

¿Usted es feliz o muy feliz?

¿Usted es feliz o muy feliz? Luis Miguel Ariza EL PAIS SEMANAL - 04-04-2007

Marcel vive en un poblado a unos 30 kilómetros al sur de Doba, en Chad, cuyas casas de adobe y techado de paja se elevan sobre terreno arcilloso. Sin agua corriente, sus habitantes se sirven de pozos muchas veces contaminados. Los niños suelen morir aquí de malaria, infecciones y diarreas. No hace mucho, las incursiones de los guerrilleros rebeldes ?o de los soldados del Gobierno? les aterrorizaban. El sida (200.000 infectados en Chad) se llevó en Doba la vida de una de las hijas de Marcel antes de cumplir 30 años. Fue un golpe tremendo, y encima tuvo que convencer a las gentes del pueblo ?una cincuentena? de que su hija no murió envenenada ni asesinada.
Marcel ya pasa de los 50 (la esperanza de vida en Chad para los hombres es de 46 años), pero conserva una paz y humanidad interior que asombra, dice su amigo Ismael Piñón, director de la revista Mundo Negro y misionero comboniano. No tendría sentido preguntarle a este hombre si es feliz. Ni a él, ni a muchos otros como él. "Desde luego te responden que no. Pero cuando convives con ellos, te das cuenta de que disfrutan las cosas y que aprecian los momentos mucho mejor que nosotros". En un lugar donde los hijos se mueren de malaria por no disponer ni de un dólar en el bolsillo para medicinas, hablar de felicidad parece una provocación o un insulto. En Poba, como en muchas partes de África, se vive al día. "He estado en poblados donde ha habido muerte y dificultades, pero por la noche la gente saca el tambor, se pone a bailar y disfruta de la danza, de estar juntos", dice Piñón.


Robert Lane, profesor emérito de Ciencias Políticas de la Universidad de Yale (Estados Unidos), señala que la escasez (o la percepción que de ella se tiene) es un condicionante importante de la felicidad. "En países pobres, tener más amistades no aporta mucho a la felicidad. El dinero, en cambio, sí que contribuye". Parece una conclusión obvia, pero la felicidad está rodeada de factores muy arbitrarios. La neurología nos dice que un sentimiento feliz, según Lane, produce una erupción de dopamina en el núcleo accumbens cerebral (una región hundida en las profundidades del cerebro relacionada también con las respuestas placenteras a las drogas). Pero lo que lo causa sí que está sujeto al cambio. "La evolución", comenta Lane, "ha equipado a los humanos con una variedad de deseos que les hace felices. Las diversas culturas enfatizan diferentes deseos en épocas distintas, que permiten así la continuidad y el cambio histórico".

Los factores que se resumen a continuación aparecen ligados a encuestas que miden la felicidad de los países mediante escalas de satisfacción. Chad y la mayoría de los países africanos no aparecen, y cuando lo hacen se colocan siempre en el furgón de cola (caso de Tanzania y Zimbabue, el más infeliz del mundo). Pero Occidente también sorprende.

Prosperidad económica. Robert Lane es el autor de la obra Loss of happiness in market democracies (La pérdida de la felicidad en las democracias de mercado, en español), que cuestiona el tópico de que la prosperidad trae siempre más felicidad: una vez traspasada la línea de la pobreza, esta cuestión ya no está tan clara. Sus puntos de vista lanzan una mirada escéptica, quizá pesimista, por la que el orgulloso capitalista mira su obra y descubre grietas inesperadas. ¿Es la gente de los países ricos más feliz ahora que antes? Miles de encuestas escupen una conclusión sorprendente. Desde 1948 hasta 1970, los sueldos de los norteamericanos se duplicaron, pero los estudios no demostraron que por ello son ahora más felices. Entre 1975 y 1995, el producto interior bruto del gigante americano creció un 40%, pero la curva de la felicidad continuó sin despegar. Dos apuntes de última hora: los japoneses han visto sus sueldos quintuplicados entre 1958 y 1987, pero su felicidad no ha aumentado, según un artículo publicado en Science (de hecho, Japón figura entre los países más infelices del planeta respecto a su renta: ¡en el puesto número 90!). En otro estudio publicado recientemente en la revista Journal of Health Economics, el profesor Andrew Oswald y su equipo de la Universidad de Warwick (Reino Unido) mostraron que 137 ganadores de la lotería, con premios entre 1.000 y 120.000 libras, tan sólo se manifestaban un 10% más felices dos años después de obtener los premios.

¿Y España? Lane destacó en una entrevista al boletín de la Universidad de Yale que somos un buen ejemplo de un país en desarrollo que ha pasado a formar parte de los países ricos tras la II Guerra Mundial. Experimentamos satisfacción, y ahora nos ocurre lo mismo que a los demás. "Es un hecho que, en los países ricos, tener más dinero tiene poco efecto en la felicidad, mientras que disponer de más amigos hace a la gente más feliz, sobre todo en los países prósperos, donde las relaciones humanas son relativamente pobres", asegura. Para Lane, las relaciones sociales y la familia están en el primer puesto. Define la felicidad como un sentimiento de bienestar que no siempre tiene una referencia objetiva.

En realidad, la felicidad se nos escapa entre los dedos. ¿Somos felices si tenemos un buen día o un momento de euforia, o quizá preferimos una vida feliz a largo plazo? Puede que las tres cosas. Un punto de vista diametralmente opuesto ?y mucho más optimista? lo sostiene el profesor Ruut Veenhoven, de la Universidad de Erasmus, en Rotterdam (Holanda). En 1980 empezó a recolectar estudios estadísticos sobre 120 países para crear una Base Mundial de Datos de la Felicidad, basada en 8.000 encuestas. Fundamentalmente, las preguntas son del tipo: ¿considera que su vida es poco feliz, moderadamente feliz o muy feliz?, o ¿si tuviera que situar su vida en una escala de felicidad del 1 al 10, qué valor elegiría? En este campeonato, Dinamarca figura como el lugar donde vive la gente más feliz del mundo. España comparte, junto con Italia y Chipre, los puestos entre el 26 y el 28 (un rango mediano, aunque otras estimaciones nos bajan al puesto 46).

Sexo. Sin duda, resulta placentero, pero la forma en que lo percibimos cambia. Para la historiadora Jennifer Michael Hecht, de la Universidad de Columbia, en Nueva York, "las cosas que nos hacen ahora felices no son las mismas que en el pasado, y cambiarán en el futuro", explica a EPS. Hecht es la autora de un libro, The happiness myth (El mito de la felicidad), que se publica este mismo mes en EE UU. "Estar feliz consiste en creer y sentirse parte de tu cultura. Pero la cultura es algo muy arbitrario", advierte. El sexo representa para ella un ejemplo perfecto.

España ha exportado internacionalmente el mito de Don Juan (Italia, el de Casanova) como arquetipo que despertaba admiración en su tiempo al ser un icono de potencia sexual. Como contrapunto, las sociedades europeas católicas a mediados del siglo XIX (las de España, Francia o Inglaterra) consideraban que un hombre que había practicado la abstinencia sexual durante tres años podía sentirse orgulloso de su vigor y su buena salud; respecto a la mujer, no practicar sexo durante 10 años era motivo de felicidad por sus saludables consecuencias. "Estos dos tipos serían considerados hoy patológicos", asegura Hecht.

Lo que proyecta el sexo en el público ha cambiado. Como buena neoyorquina, Hecht se acoge a las estadísticas y rompe tópicos. En Estados Unidos, por ejemplo, resulta sorprendente comprobar que el rango de una vida sexual normal oscila entre dos coitos a la semana, y dos, o incluso un solo acto sexual, al mes. "En América, si alguien se acuesta con mucha gente, se considera que tiene problemas".

Drogas. Nuestra percepción ha cambiado. Lo que ahora nos perjudica, antes se recetaba. "El opio y la heroína no son muy distintos de los psicofármacos modernos, excepto en los efectos secundarios (un placer súbito y confusión)", dice Hecht, refiriéndose a antidepresivos tan populares hoy día como el Prozac o el Lexapro.

"Desde luego que ha cambiado la percepción de las drogas a lo largo del tiempo", explica Francisco Javier Puerto, catedrático de Historia de la Farmacia de la Universidad Complutense y uno de los historiadores de la medicina más reconocidos en nuestro país. "Lo que ahora se llama droga, entre los farmacólogos se denomina droga de abuso. Y las drogas de abuso fueron, en su día, comercializadas por las compañías farmacéuticas".

Los ejemplos se suceden, explica este experto: el láudano del doctor británico Thomas Sydenham, nacido en 1624 en Dorset (Reino Unido) en el seno de una familia puritana, contenía opio, elemento indispensable. O la cocaína. "Se empleó pura contra la tos, y añadida a otros principios activos para el mismo uso. Yo tengo algunas cajas de mentol-cocaína en las que se dice que se pueden usar hasta 12 veces sin peligro", dice Puerto. "Al parecer, Freud utilizó cocaína para deshabituar a un morfinómano. Lo consiguió y lo transformó en un cocainómano". La heroína fue comercializada por la farmacéutica Bayer en 1898 como un remedio sedante contra la tos tuberculosa, y al año siguiente la compañía estaba produciendo una tonelada anual y exportaba a 23 países. Por entonces surgieron tabletas de heroína, jarabes, sales que contenían la droga y hasta un elixir que la mezclaba con glicerina.

La genética y el punto de retorno. Son dos conceptos ligados a la felicidad que ahora están siendo revisados. En el primer caso, ¿hay gente genéticamente más dispuesta a la felicidad? Enfermedades mentales como la depresión o la psicosis maniaco-depresiva tienen raíces genéticas. De acuerdo con David Bauss, psicólogo de la Universidad de Tejas en Austin (EE UU), la tendencia a deprimirse es mayor en los países desarrollados, y especialmente entre la gente más joven, según escribe en la revista American Psychologist. Cinco trabajos entre 39.000 personas en varias regiones del mundo así lo atestiguan.

"En los estudios, el componente genético de la felicidad oscila entre un 20% y un 50%, y está claro que predispone a algunos a ser más felices que otros", indica Ruut Veenhoven. "Sin embargo, no creo que este componente explique las diferencias que hay entre las naciones". Bután podría ser un ejemplo enigmático. En el ranking elaborado por el psicólogo británico Adrian G. White, de la Universidad de Leicester, este pequeño país de la región del Himalaya está en el puesto número ocho (España, según este ranking, ocupa el 46, recordémoslo). ¡A pesar de tener una renta per cápita de 1.200 dólares y una esperanza de vida de 55 años! Y no es algo nuevo. El propio rey de Bután declaró en 1972 que la riqueza de los países no debía medirse por su economía, sino por su producto nacional de felicidad (en vez del producto nacional bruto).

El llamado punto de retorno postula que cada persona tiene un índice concreto de felicidad más o menos fijo y que las circunstancias de la vida influyen relativamente poco, de forma que, después de un traspié o un golpe de fortuna, tendemos a volver a ese punto de felicidad, como si nuestra vida siguiera un movimiento pendular: tarde o temprano, el péndulo se quedará quieto. Eso explicaría muchos hechos observables: por ejemplo, que los más adinerados no son mucho más felices que la clase media.

Richard E. Lucas, de la Universidad Estatal de Michigan, ha desafiado este punto de vista con un nuevo estudio que publica en la revista Current Directions in Psychological Science. Se trata de dos encuestas realizadas en Alemania y el Reino Unido (40.000 alemanes a lo largo de 21 años y 27.000 británicos durante 14 años) capaces de capturar lo que llamamos niveles de satisfacción antes y después de un acontecimiento traumático. Los hallazgos podrían resumirse así: por término medio, la gente se adapta al matrimonio dos años después de casarse. Es entonces cuando los niveles de satisfacción descienden a los que había antes de casarse. El tiempo para adaptarse a la pérdida de un esposo o una esposa es de unos siete años. Contrariamente a lo que se pensaba, los divorciados no retornan a los niveles previos de felicidad cuando estaban casados. En otras palabras, nunca se recuperan. Lo mismo se puede decir de las personas que pierden un empleo. Las enfermedades y heridas graves sí tienen un impacto duradero y no temporal en la felicidad de la persona; en cuanto al ánimo, uno ya no vuelve a ser el mismo.

El mito del clima cálido y feliz. Contrariamente a lo que se cree, los índices de felicidad más altos ocurren en países más fríos y con menos horas de luz que en los mediterráneos, cuyas agencias de turismo los presentan como paraísos donde el sol nunca se pone. Muy por delante de España se encuentran países como Irlanda (número 11, frente a nuestro 46 en la clasificación de White), Islandia (con menos horas de luz que nadie, ¡en el número 4!), Suiza y Austria (2 y 3), Finlandia y Suecia (6 y 7) y Canadá (11). La única excepción la encontramos en las Bahamas, con el quinto lugar en esta lista.

"Hay una conexión: cuanto más cálido es un país, más infeliz es la gente", dice Veenhoven. Argumenta dos explicaciones, una biológica y otra cultural. "La especie humana no está construida para trabajar en climas cálidos, con enfermedades y mosquitos, y si tienes que realizar un trabajo físico, mejor que no sea en este tipo de clima". En cuanto al segundo razonamiento, "los climas fríos obligaron en el pasado a trabajar juntos tanto al hombre como a la mujer, por lo que se desarrolló una cultura igualitaria. Y la gente es más feliz en culturas igualitarias que en las jerárquicas". Eso concordaría con la igualdad de la mujer en el trabajo, que es una característica de los países del norte de Europa, casualmente los más felices.

Longevidad y salud. Entre los españoles "existe una fortísima asociación directa entre salud y felicidad", asegura Amado Peiró, profesor de Análisis Económico de la Universidad de Valencia, que ha realizado uno de los escasos análisis sobre felicidad en nuestro país (siguiendo datos de una encuesta mundial de 1995 para España). La salud funciona como un buen factor predictible, como no podía ser de otra forma. Sin embargo, entre los expertos sigue pesando una incertidumbre. ¿Son los países más longevos los que a la postre resultan precisamente los más felices? O por el contrario, ¿son más felices porque son más longevos? "Hay una correlación entre longevidad y felicidad, pero no es perfecta", dice Veenhoven. "La cuestión es averiguar qué causa qué".

En el ranking de Adrian White, Bahamas aparece en el quinto puesto, mientras su vida media es de sólo 65,6 años, mientras que Suecia, con más de 80 años, ocupa el séptimo. En España (que comparte rango de puestos entre el 26 y 28 en el ranking elaborado por el propio Veenhoven) se vive por término medio 10 años más que en Honduras (que ocupa el rango 22-23 en la misma escala) y Guatemala (rango de felicidad entre el 9 y el 14). La respuesta no puede hallarse a nivel nacional, concluye Veenhoven, sino a nivel individual. "Los seguimientos estadísticos de las vidas de las personas que gozan de buena salud predicen que serán felices, pero el efecto encontrado es mucho mayor en la dirección opuesta: la felicidad protege la salud física, por lo que la gente feliz vive más tiempo".

El misterio danés. Terminemos con una última pregunta: ¿por qué los daneses son más felices que los españoles? Para Veenhoven, la respuesta hay que buscarla en la prosperidad, la política y el papel de la mujer en la sociedad: "Los daneses tienen más riqueza y una tradición democrática más larga", asegura este profesor de Rotterdam. "Y la igualdad de sexos en Dinamarca es mayor que en España". Apunta a que en la sociedad danesa "la persona tiene más opciones de elección en su vida". Sin embargo, hay otros aspectos mucho más misteriosos a la hora de explicar por qué los daneses son los más felices: según un estudio de British Medical Journal, los daneses tienen comparativamente menos horas de sol que los suecos al año (1.539 horas frente a 1.821, en 2004), son de los que más fuman y beben en Europa, son los segundos de la UE en número de divorcios (detrás de Bélgica) y tampoco son los más longevos (ocupan el puesto 13).

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