martes, junio 27, 2006

Certificación de Calidad Aenor para el IES Gallicum: ISO 9001-2000

El IES Gallicum de Zuera ha obtenido la Certificación de Calidad según la norma ISO 9001:2000, para las enseñanzas de Formación Profesional, en las familias profesionales de Administración y Electricidad -Electrónica, lo que lo sitúa a la altura de cualquier centro de similares características de la UE.

Es el primer instituto público de la provincia que obtiene dicha certificación (en Zaragoza capital, hay 3 centros: los IES Tiempos Modernos, Corona de Aragón y Santiago Hernández), y además en un tiempo récord, ya que fue el último en incorporarse a este proyecto. El IES Gallicum obtuvo el Certificado de Calidad en Enero del 2006. Es el 8º centro público de Aragón y el 1ºdel ámbito rural de Zaragoza.

Ha sido la culminación a un laborioso trabajo de un grupo de profesores y personal laboral del centro, que se han implicado y han creído desde el principio en este proyecto y que vio sus frutos el pasado día 5 de abril, con la entrega por parte de la directora de Aenor en Aragón, Marisa Claver Barón, de los certificados oficiales en un acto público en el que participaron la directora general de FP, Natividad Mendiara, el director Provincial de Educación, Felipe Faci, y diversas personalidades de la zona, así como empresarios y representantes de la comunidad escolar. La labor implica una mejora del proceso de enseñanza y gestión del centro, que no acaba con la obtención de dicha certificación, sino que supone un superación constante.Fuente: Periódico del Estudiante Web oficial del IES Gallicum

lunes, junio 26, 2006

Orwell, en el frente de Aragón

Una ruta sigue al escritor inglés por la comarca de Los Monegros

El autor de 'Rebelión en la granja' combatió del lado republicano en la Guerra Civil española. Hoy se pueden visitar las trincheras y cuevas donde soportó el fuego enemigo y el frío invierno de 1937.
EL PAIS MIGUEL MENA EL VIAJERO - 24-06-2006

Es bastante probable que muchos de los millones de espectadores que han seguido alguna edición de Gran Hermano desconozcan que el título de ese programa hace alusión a un personaje creado por el escritor inglés George Orwell (1903-1950), y que esa figura que todo lo ve, como encarnación del Estado asfixiante y totalitario, nace en parte de la decepción que Orwell sufrió tras su participación en la Guerra Civil española.

El autor de 1984 y Rebelión en la granja llegó a España en los primeros meses de la guerra y le tocó luchar en el frente de Aragón en el gélido invierno con que comenzó 1937, cuyo frío reflejó muy gráficamente: "Una noche helada hice en mi diario una lista de las prendas que tenía puestas. Llevaba un chaleco grueso y pantalones, una camisa de franela, dos jerséis, una chaqueta de lana, otra de cuero, pantalones de pana, calcetines gruesos, polainas, botas, un pesado capote, una bufanda, guantes forrados y gorro de lana. No obstante, temblaba como una hoja".

Orwell reflejó sus impresiones de la guerra, de la gente y del paisaje aragonés en la primera parte del libro Homenaje a Cataluña. Ahora, cuando están a punto de cumplirse 70 años de su estancia entre nosotros, la comarca de Los Monegros ha impulsado la creación de la Ruta Orwell, cuyo primer paso ha sido la recuperación de una zona de trincheras en Monte Irazo, junto a la carretera de Zaragoza a Sariñena, entre las poblaciones de Leciñena y Alcubierre. Después de retirar del lugar los numerosos restos de cartuchos, balas, metralla y proyectiles de mortero y de cañón que todavía se hallaban allí, se han reconstruido las fortificaciones, observatorios, casamatas y pozos de tiradores que ocuparon Orwell y sus compañeros.

Un nuevo centro de interpretación

Éste ha sido el primer paso de un ambicioso proyecto de recuperación del patrimonio relacionado con la Guerra Civil. Ya se trabaja en las colinas de enfrente en la restauración de otra zona de trincheras, y próximamente se abrirá un centro de interpretación sobre aquel periodo de nuestra historia en la localidad de Robres, a la que también cita Orwell en su libro: "Si se lograba olvidar que cada cumbre estaba ocupada por tropas, y, por tanto, cubierta de latas y excrementos, el escenario resultaba estupendo. A nuestra derecha, la sierra doblaba hacia el sureste y se abría paso por el amplio y venoso camino que se extiende hasta Huesca. En medio de la planicie se divisaban unos pocos y diminutos cubos que semejaban un tirada de dados; era el pueblo de Robres... A lo lejos, los monstruosos picos de los Pirineos parecían emerger sobre el vacío".

La recuperación va a centrarse de momento en los espacios más accesibles, pero el viajero más inquieto puede internarse

GUÍA PRÁCTICA

Comer y dormir
Albergue Santuario de Monegros (660 76 07 53; www.alberguemonegros.com). En Leciñena (Zaragoza). La habitación doble con desayuno, entre 50 y 58 euros. El santuario de Leciñena es un gran edificio enclavado en lo alto de una loma desde la que se contempla un espectacular paisaje: a un lado, las estepas, y al otro, los bosques de sabinas de la sierra de Alcubierre. Recientemente restaurado y convertido en establecimiento turístico, el santuario dispone de habitaciones, cafetería y un restaurante que apuesta por los productos ecológicos de la zona.

Centro de Ocio y Aventura Aeródromo Tardienta-Monegros
(www.tardientamonegros.com;974 34 01 63). Habitación doble con desayuno en el hotel Cueva, 110 euros. En la parte oscense de la comarca se halla la localidad de Tardienta, y en sus proximidades, este complejo turístico, que incluye un restaurante, un hotel excavado en la tierra que recuerda las viviendas tunecinas de Matmata y un aérodromo para ultraligeros. Cuenta incluso con camellos y con una serie de aparatos imposibles -por ejemplo, una cosechadora convertida en vehículo turístico o un velero de tierra- que parecen una mezcla de los inventos del TBO del doctor Franz de Copenhague y los dibujos animados de Pierre Nodoyuna; pero funcionan y permiten desplazarse por los desérticos caminos de alrededor gracias a la fértil imaginación de José Manuel Ayuda, el empresario que inventó este insólito lugar que ya ha servido para rodajes televisivos y cinematográficos.

Información Comarca de Los Monegros(974 57 07 01; www.losmonegros.com).

http://www.elpais.es/articulo/viajes/Orwell/frente/Aragon/elpviavia/20060624elpviavje_4/Tes/#DESPIECE_1

miércoles, junio 21, 2006

Marcha ciclonudista contra las consecuencias nocivas del tráfico

Ciudades de todo el mundo celebraron el sábado marchas ciclonudistas con la que sus participantes protestaron por las consecuencias nocivas del tráfico urbano y reivindicaron un modelo de movilidad sostenible.

"Nuestras calles han sido secuestradas por el coche privado, que colapsa las ciudades degenerándolas en lugares hostiles y peligrosos", aseguran los organizadores de esta iniciativa, que responde a la convocatoria hecha por la Coordinadora de Colectivos Ciclonudistas de Aragón (CCC) y World Naked Bike Ride y que fue secundada por decenas de ciudades en todo el mundo y, en España, por Zaragoza, Iruña, Huesca, Barcelona y Madrid.

Esta Manifestación Ciclonudista Mundial, que cumple su tercera edición, persigue denunciar "con firme convicción y muy en serio, pero a la vez con simpatía", la ley que "imponen los coches: velocidad, prepotencia, malos humos y violencia".

"Arriba la bici"
Al marchar sin ropa sobre sus bicis, los participantes pretendieron simbolizar que "se sienten desnudos ante el tráfico por la falta de respeto de los conductores y la desidia de los gobernantes".
Los convocantes reivindicaron más espacio para el peatón y el uso de la bicicleta en las ciudades como "medio de transporte urbano solvente, saludable, ecológico y divertido".
"Es un icono, un símbolo de libertad y un instrumento práctico de transformación social. No paga tributos, no gasta petróleo, no colabora con el desarrollismo destructor".

'Apúntate a la trasgresión, a la irreverencia y no pidas permiso', 'Arriba los indios metropolitanos', 'Abajo la ropa y arriba la bici' y 'Quema el coche' son algunos de los lemas de la organización de esta particular iniciativa.

martes, junio 20, 2006

España entra en el grupo de los diez países del mundo con mayor número de ricos

El país cuenta con 148.600 personas con unos activos superiores a 1 millón de dólares (unos 800.000 euros), excluida la primera vivienda y las inversiones tangibles.

EFE. Madrid | España ha entrado por primera vez en el grupo de los 10 países del mundo con mayor número de ricos, gracias a que ya cuenta con 148.600 personas con unos activos superiores a 1 millón de dólares (unos 800.000 euros), excluida la primera vivienda y las inversiones tangibles.
Así lo revela el Informe sobre la Riqueza en el Mundo publicado este martes por Merrill Lynch y Capgemini, que señala que el número de españoles con patrimonios elevados se incrementó en 2005 el 5,7%, la tasa más elevada de la Zona Euro, sólo por detrás de la marcada por Austria.
El aumento de los multimillonarios españoles, que duplicó al 2,7 por ciento registrado de media en los Doce, se debió a la "positiva" evolución de las bolsas, a la revalorización del mercado inmobiliario y al incremento de la riqueza general en España, según el consejero delegado de Merrill Lynch para el Sur de Europa, José María Ortega, y el responsable de Servicios Financieros de Capgemini Consulting España, Andrés Guibert.
De la décima edición del informe también se desprende que casi 1.500 españoles eran "ultramillonarios", es decir, contaban con activos financieros netos de más de 30 millones de dólares ó 24 millones de euros; un mérito del que sólo pueden hacer gala en todo el mundo 85.400 personas, un 10,2 por ciento más que un año antes. Grupo liderado por EEUU

Con el fuerte incremento registrado por España en 2005, nuestro país se incorpora al "top ten" de estados con mayor número de ricos, por detrás de Suiza. Ese grupo está liderado por EEUU, con 2,67 millones de multimillonarios, seguido de Japón, con 1,41 millones; Alemania, con 767.000; Reino Unido, con apenas medio millón; Francia, con 367.000 personas; China, con 320.000; Canadá, con 232.000; Italia, con 198.000, y Suiza, con 191.000.
En total, en el mundo existían el año pasado 8,7 millones de ricos, una cifra que se incrementó el 6,5 por ciento en relación con 2004 y que prácticamente se ha duplicado en diez años, ya que en 1996 se contabilizaron a 4,5 millones de multimillonarios.

El volumen de riqueza que acaparaban estos particulares creció el año pasado a mayor ritmo que el número de personas que se incorporó a ese selecto club. Así, los particulares con patrimonios elevados controlaban a cierre de 2005 unos activos netos por valor de 33,3 billones de dólares, el 8,5 por ciento más que en 2004.
Los factores que alimentaron la creación de riqueza fueron nuevamente las fuertes ganancias que se anotaron los mercados bursátiles por tercer año consecutivo y el crecimiento del PIB mundial, donde uno de los sectores más dinámicos fue el inmobiliario, en especial, en Europa, señalaron Ortega y Guibert.

Por regiones, donde más aumentó el número de personas de patrimonio elevado fue en África, con un incremento del 11,7%, mientras que en Oriente Medio lo hizo a un ritmo del 9,8%; en Latinoamérica, el 9,7%; en Asia Pacífico, el 7,3%; en Norteamérica, el 6,9%, y en Europa, tan sólo al 4,5%.
Por países, Corea del Sur fue donde más creció el número de multimillonarios, el 21,3%; seguido de India, con el 19,3%; Rusia, el 17,4%; Suráfrica, el 15,9%; Indonesia, el 14,7%; Hong Kong, el 14,4%; Arabia Saudí, el 13,5%; Singapur, el 13,4%; Emiratos Arabes, el 11,8%, y Brasil, el 11,3%.
El Informe sobre la Riqueza en el Mundo prevé que la riqueza financiera controlada por las personas de patrimonio elevado llegue a 44,6 billones de dólares en 2010, con una tasa anual de crecimiento del 6%. La mayor parte -14,5 billones- estará en manos de multimillonarios de Norteamérica, mientras que los europeos controlarán 11,2 billones, seguidos por los asiáticos, con 10,6 billones.

El informe de Merrill Lynch y Capgemini refleja también que las inversiones de los ricos estaban depositadas en un 30 por ciento en bolsa el año pasado, un peso que se había incrementado en 10 puntos desde 2002.
En renta fija, tan sólo tenían el 21% de sus activos, mientras que a inversiones alternativas habían destinado el 20%; a bienes inmuebles, el 16% (en el caso de los multimillonarios europeos se eleva al 24%), y a depósitos, el 13%.
Según los responsables de Merrill Lynch y Capgemini Consulting, la banca privada que atiende a estos inversores debe estar atenta e incrementar sus servicios de cara al futuro traspaso generacional de las fortunas.

Sólo un 46% de los padres reconoce implicarse en los estudios de los hijos

Más de un tercio de los progenitores creen que "por más esfuerzos que hagan", sus vástagos "salen como quieren", según un estudio del sociólogo Gerardo Meil.

P. R. Valencia | Tolerancia, respeto a los demás y responsabilidad son los términos más comúnmente destacados por los padres como valores esenciales a la hora de educar a sus hijos. Sin embargo, sólo el 46% de los progenitores reconoce implicarse en la supervisión del estudio de sus hijos, según se desprende del informe "Padres e hijos en la España actual", que ha elaborado el catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid, Gerardo Meil, con el patrocinio de "La Caixa". "Más de dos tercios de los padres encuestados piensan que los 'demás padres' consienten demasiado a sus hijos y, además, no les dedican el tiempo suficiente", resaltó Meil. "Estas apreciaciones entran en flagrante contradicción, pues apenas hay padres que reconozcan sus carencias; los defectos son siempre de los otros".

Falta de autocrítica
En relación con el grado de autoridad, un 28% de los padres se define como "muy o bastante estricto". Frente a este dato destaca el hecho de que un 43% de las madres y un 31% de los padres se manifiestan desbordados ante la magnitud de la tarea educativa, sintiéndose identificados con afirmaciones del tipo "por más esfuerzos que uno hace, al final los hijos salen como quieren". Esta afirmación revela, según el responsable del estudio, "no tanto una dejación de responsabilidades como una impotencia ante agentes socializadores tan poderosos como la televisión, los amigos o el ambiente de la calle".
El 31% de los alumnos, dice el informe, no recibe ningún tipo de ayuda en la realización de sus deberes en casa. Entre éstos el porcentaje de suspensos es superior a los que sí reciben ayuda extraescolar.

Negociar
Los recientes cambios culturales han propiciado el abandono de la familia tradicional para dar paso a la familia negociadora. "Este tipo de familia se caracteriza por unas relaciones menos jerarquizadas que en el pasado y por unas normas de convivencia más flexibles, donde los hijos buscan estrategias para alcanzar mayores cuotas de autonomía", explicó el catedrático de la Universidad Autónoma. A pesar de ello. "el modelo de padre autoritario sigue prevaleciendo en cerca de un 30% de los progenitores, mientras que el resto busca ganárselos en las relación afectivas y en una comunicación basada en el diálogo y la confianza". Un 8% de los padres se arrepienten de haber tenido hijos.
En este contexto de posmodernización, la familia aparece como una estructura cada vez más heterogénea, mejor situada económicamente y cuyos hogares se encuentran cada vez mejor equipados. La renta de los hogares españoles ha crecido mucho más que la de la media de los países de la Unión Europea (un 46% frente a un 32%). A este dato hay que añadir que el 84% de las familias españolas poseen vivienda propia.
La prolongación de la adolescencia, el retraso de la primera maternidad, la reducción del tamaño de los hogares, el aumento del índice de divorcios y separaciones, el incremento de las familias monoparentales, el fenómeno de las parejas de hecho y el cambio en las relaciones intergeneracionales (abuelos-padres-hijos) constituyen algunas de las características de la reciente evolución de la estructura familiar.

Interpretación machista
El catedrático de Sociología afirmó que "los padres no dedican suficiente tiempo a sus hijos" pero matizó que "aunque esto se ha asociado a la incorporación de la mujer al trabajo en una interpretación muy machista de lo que son las responsabilidades de los padres", en un estudio anterior en el que preguntaba a los hijos sobre si sus padres les habían dedicado el suficiente tiempo, "los jóvenes entrevistados identificaban sólo al padre como aquél que no les dedicó suficiente tiempo durante todo el periodo de crianza".
Meil resaltó que "el tema de los 'niños de la llave' -aquellos que cuando salen del colegio y llegan a casa no encuentran a ningún padre que se haga cargo de su cuidado y atención- existe como problema en la sociedad".

Varios diseñadores españoles presentan sus creaciones de moda sin productos tóxicos


ARANTZA PRÁDANOS. Madrid |Faltos de pelaje natural, la ropa nos cubre la "percha", protege del frío y el calor y permite diferenciarnos como individuos, siquiera a primera vista. A la vez, nos pone en contacto a ras de piel con un número insospechado de sustancias tóxicas procedentes de los procesos industriales de fabricación textil.
Plomo, níquel, Cromo VI, arilaminas, ftalatos, FPC´s, alquifenoles y formaldehídos están presentes, entre otros muchos, en tintes, estampados, acabados envejecidos, tratamientos antimancha, 'easy care' (de cuidado fácil), pátinas impermeabilizantes... La lista de productos y sus aplicaciones textiles es inacabable y sus posibles daños a la salud, también.
La mayoría se acumulan en el organismo humano y en la naturaleza y forman un cóctel tóxico de consecuencias impredecibles; de varios de estos compuestos se conoce su potencial cancerígeno y de otros, sus efectos en el sistema endocrino y reproductivo. Los que podrían ser más "inofensivos" son responsables de un creciente número de alergias y afecciones de la piel.
Contra esta realidad se rebela Greenpeace desde hace tiempo y ahora secundan su protesta nombres ilustres de la moda española. Antonio Pernas, Hannibal Laguna, David Delfín, Ion Fiz, Carlos Díez, Jocomomola (Sybilla), Ágatha Ruiz de la Prada, Carmen March.... Hasta 16 modistos y diseñadores, junto a tres pesos pesados de la industria textil y del calzado como Inditex (Zara), Mango y Camper, suman sus voces en defensa de una "Moda sin tóxicos". A la iniciativa se sumaron también reconocidas modelos de pasarela, como Laura Ponte, Martina Klein, Paola Dominguín o Verónica Blume, entre otras.

Eliminar un componente
La campaña arrancó ayer a su manera, subida a una pasarela "verde" donde los creadores exhibieron una colección de prendas libres de químicos peligrosos. Todos ellos suscribieron con la organización ecologista acuerdos para eliminar al menos uno de estos componentes de toda su producción y sustituirlo por otro inocuo para la salud. Camper y Mango, que ya contaban con una política propia de reemplazo de tóxicos, se comprometen a suprimir de forma gradual los compuestos peligrosos en lugar de limitar su uso.
El reto no es menor porque los procesos de producción industrial, en el textil y en otros muchos sectores, son casi siempre 'opacos' y reacios a facilitar los listados de componentes empleados.

"Moda sin tóxicos" se presenta en un momento clave. A finales de este año la UE tendrá que aprobar el nuevo reglamento REACH sobre sustancias peligrosas y se libra un enconado pulso entre la industria química, una de las más potentes de Europa y reacia a dejarse imponer controles adicionales, y las organizaciones ecologistas y plataformas sociales en defensa de la salud pública y el medio ambiente, favorables a una legislación restrictiva y garantista.

Leyes protectoras
La organización ecologista Greenpeace y los grandes nombres de la moda española reclaman a gobiernos y eurodiputados un voto a favor de leyes protectoras. "Ya es hora de que el Gobierno español sea valiente en sus políticas medioambientales. En este caso, en el que además está en juego la salud pública, no puede ser uno de los gobiernos más conservadores de la UE", señaló Sara de Río, responsable de la campaña de tóxicos de la organización Greenpeace.
Cualquier persona convive en el día a día con cerca de 100.000 sustancias químicas presentes, sin que seamos conscientes de ello, en la ropa, el calzado, cosméticos, utensilios de cocina, electrodomésticos, aparatos electrónicos, muebles, pinturas, barnices, etc.
Tres cuartas partes de estos compuestos, sus niveles de seguridad o riesgos potenciales son perfectos "desconocidos" y sus productores apenas si tienen obligación alguna de informar sobre sus eventuales efectos.
Por el torrente sanguíneo de un europeo medio pueden circular hasta 300 sustancias nocivas. Y lo que es peor, este cóctel puede transmitirse con facilidad a los bebés antes aun de abandonar el útero materno, por el cordón umbilical, y luego, a través de la lactancia.

Un equipo de abogados lleva a cabo un programa en las cárceles para solucionar conflictos entre internos

Las normas de la mediación: escuchar al otro en silencio, reconocer las culpas, estar dispuestos a pedir perdón y a reparar a la víctima y aceptar un acuerdo.

http://www.elpais.es/articulo/elpdomrpj/20060326elpdmgrep_2/Tes/reportajes/preso/lee/Coran/le/molesta

ENTREVISTA: MASUDA YALAL MINISTRA PARA ASUNTOS DE LA MUJER DE AFGANISTÁN

GEORGINA HIGUERAS el pais DOMINGO - 26-03-2006
"Occidente ha olvidado su compromiso con la mujer afgana"

Masuda Yalal sabe que su misión es casi imposible: que las afganas disfruten de los derechos que les otorga la Constitución. En la práctica, sin embargo, sigue habiendo matrimonios forzados, y las mujeres se cambian y hasta se heredan. Occidente tiene parte de culpa porque "ha olvidado su compromiso con la mujer afgana".

Es médica, tiene 41 años y tres hijos, y ha pasado toda su vida en Afganistán, incluso durante el régimen talibán. Sin embargo, dice que ha sido el Ministerio de Asuntos de la Mujer, que dirige desde hace un año, lo que la ha convertido en feminista. "Me llegan casos tan espantosos que me hierve la sangre; el último, el de una niña casada a los cuatro años, madre a los 12, y esclavizada y apaleada por la familia del marido hasta que la hemos recogido", dice la ministra, que fue rival de Hamid Karzai para la presidencia de la República.

Pregunta. ¿Qué hace su ministerio en defensa de la mujer?

Respuesta. Con el presupuesto ridículo que tenemos, el 0,1% del nacional, no podemos realizar acciones concretas. Nos limitamos a redactar las ordenanzas que los demás ministerios deben aplicar. No tenemos acceso a la televisión o la radio para hacer propaganda. Sólo proponemos, pero no lo cumplen, y nosotros no tenemos poder, ni ejecutivo, ni para controlar lo que los demás realizan.

P. ¿Qué hacen, entonces?

R. En un año hemos llegado a todas las provincias; hemos establecido 600 consejos de distrito, lo que ha permitido a 60.000 mujeres reunirse para hablar sobre sus problemas. Y he hemos abierto una biblioteca en Kabul con 10.000 libros.

P. La nueva Constitución proclama la igualdad de género. ¿Qué se ha hecho para lograrlo?

R. Eso significa que todo el aparato del Gobierno debería de luchar por la igualdad entre el hombre y la mujer. Nuestra misión es levantar la voz, despertar las conciencias, hacer reglas, entrenar al personal de los demás ministerios en la igualdad e incrementar la capacidad de las mujeres. El presidente y el vicepresidente son los que deben obligar a sus ministros a cumplirlas, porque yo no tengo poder sobre ellos.

P. Si no la escuchan, ¿por qué no dimite?

R. Ésa no es la solución en la situación que atraviesa Afganistán.

P. ¿Por qué no trata de conseguir más fondos?

R. Todos los ministerios quieren más. El 0,1% del presupuesto es lo que se da en Occidente a los ministerios para asuntos de la mujer; el problema es que aquí partimos de una situación límite. Las afganas son las mujeres que más han sufrido en el mundo, y aunque ahora hay una cierta mejoría, siguen siendo las que más sufren. Tienen el apoyo de la Constitución, pueden votar en las elecciones, el 27% de los miembros del Parlamento son mujeres; hay dos ministras, cuatro viceministras, una gobernadora, una embajadora; mujeres que participan en la vida social, económica y cultural; estudiantes, profesoras, etcétera. Todo esto son logros importantes, pero eso no quiere decir que la historia de horror se haya acabado.

P. ¿Cuáles son los problemas?

R. Hasta ahora, el 60% de las niñas en edad escolar no va a la escuela; el índice de mortalidad por parto es uno de los peores del mundo, y la pobreza es generalizada. Desde el punto de vista legal, el 90% de las esposas y las hijas en las zonas rurales sufren violencia doméstica. Existen además cuestiones como heredar mujeres, mujeres en propiedad, matrimonios forzados -en el campo suponen el 68% del total-, mujeres entregadas como pago de deudas de sangre e intercambio de mujeres entre matrimonios.

P. ¿Cómo se pueden frenar realidades tan terribles?

R. Esta tarea no podemos hacerla las afganas solas. La comunidad internacional debe implicarse. Para 2005, el presupuesto nos asignó unos 850.000 euros. De esta suma, el 70% fue para pagar los salarios de los funcionarios. Está claro que con el resto no podemos aplicar los programas.

P. ¿Considera que el Gobierno cumple sus deberes constitucionales con la mujer?

R. La Constitución defiende la igualdad. Yo he pedido que la mitad de los miembros del Gobierno sean mujeres, e insisto en que la agenda de las mujeres deben defenderla mujeres; pero cuando protesto me ponen de ejemplo los países de ustedes. ¿Cumple Occidente con la igualdad de género? Si Occidente, que tiene una larga historia democrática, no cumple, nosotros, que acabamos de emprender este camino, está claro que necesitamos más tiempo.

P. Cuatro años después de la caída de los talibanes, muchas mujeres siguen enclaustradas bajo el burka.

R. Forma parte de los problemas tradicionales que enfrentamos, como los matrimonios forzados o los intercambios. Las mujeres no entienden, todo está ligado al tremendo analfabetismo que sufre el país y a la historia de violencia que padecen. Éste es el auténtico talismán. Después podemos hablar de falta de recursos técnicos y financieros o del intento frustrado de dar tierra a las mujeres.

P. ¿No tienen derecho a la propiedad de la tierra?

R. En la Constitución, sí; en la práctica, no. Ésta es otra forma de hacerlas vulnerables.

P. Las familias afganas tienen demasiados hijos. ¿Tiene este ministerio un programa de planificación familiar?

R. Tenemos un proyecto conjunto con el Ministerio de Salud para pasar a través de los los medios de comunicación social mensajes explicativos, pero es muy difícil. El 86% de las mujeres que viven en el campo [el 80% de la población afgana es rural] son analfabetas: ni leen, ni escriben, ni entienden las palabras técnicas; ni tienen televisión, ni radio, ni electricidad. Sólo podemos llegar a ellas si enviamos un equipo a visitarlas.

P. Para concertar esta entrevista y entrar en su despacho he hablado con cuatro hombres y ninguna mujer. ¿Aquí se cumple la Constitución?

R. No, aquí hacemos discriminación positiva, y para compensar lo que no hacen los demás ministerios, el 90% de nuestro personal son mujeres.

P. La liberación de las afganas del yugo talibán fue uno de los principales motivos de la comunidad internacional para derrocar el régimen del mulá Omar. ¿Recibe suficiente ayuda?

R. Por supuesto que no. Tenemos algunos proyectos conjuntos, pero no son suficientes. Si la comunidad internacional financiara este ministerio tendría garantías de que llega a las mujeres, pero lo da al de Desarrollo Rural, al de Educación y a otros, y ellos no cuentan que la mitad de la población somos mujeres.

P. Entonces, quién traiciona a las afganas, ¿el Gobierno o la comunidad internacional?

R. Los que dan el dinero tienen el poder para exigir que el 50% se dedique a la mujer. A ellos les corresponden hacerse responsables y ser más serios en cuanto a la distribución de sus recursos. Las tropas extranjeras entraron en este país con la consigna de defender los derechos de la mujer. ¿Qué ha pasado? Que Occidente ha olvidado su compromiso con la mujer afgana.

Diccionario de José Manuel Caballero Bonald: Me asustan los bienpensantes y los clérigos

Me asustan los bienpensantes y los clérigos

Dijo de él alguna vez que estaba imposibilitado para escribir mal; no es una arrogancia ni una actitud, sino un don. Don José Manuel Caballero Bonald ha hecho de la poesía, y de la narrativa, una manera de rememorar, de referirse a lo que ocurre con ironía, y con distanciamiento. Sus memorias, que ya le han dado para dos volúmenes (Tiempo de guerras perdidas y La costumbre de vivir) son esenciales para entender el clima que se encontró al viajar de Jerez de la Frontera a Madrid en los años cincuenta. En este diccionario propio aborda algunas palabras que son fundamentales en su propia literatura y otras que vienen dadas por la actualidad.

RENCOR.

Yo perdono rápido, pero soy de olvido lento. No sé si asoma por ahí alguna clase de rencor; pero no, no lo creo. Mejor que de rencor, yo hablaría de aversión, de desdén, que son desahogos más llevaderos. Un rencor sin paliativos sólo he podido sentirlo por algún miserable de tiempo completo, de esos que van uniformados de personas de orden. De modo que no suelo ser rencoroso, soy más bien un cabreado pasajero.

MEMORIA.

De la memoria nadie sabe nada. Nadie sabe cómo funciona, cómo se activan sus mecanismos, por qué se almacenan datos que uno preferiría olvidar y se olvidan cosas de las que uno quisiera acordarse siempre. ¿En qué momento sale a flote un recuerdo perdido y a santo de qué uno se apropia de recuerdos ajenos? Y luego está todo eso de los recuerdos falsos, las fijaciones, las manías, incluidas las persecutorias... Una cuestión muy enigmática, muy incomprensible; la memoria, lo mismo es un alivio que un lastre. Por eso yo no podría escribir ni una línea si perdiera la memoria.

VEJEZ.

A mi edad, la vejez termina siendo una cuestión de convivencia. Yo ando ya en la frontera de los 80, y ésas son palabras mayores. Miras para atrás y no entiendes por qué ha ocurrido todo hace ya tanto tiempo. Pero lo más llamativo de las enseñanzas de la edad es que se te incrementan las dudas. Cada vez dudo más de más cosas, lo que siempre es una ventaja: tienes la impresión de que eso te rejuvenece.

DERECHA.

La derecha, como la Iglesia, como todas las Iglesias, está en posesión de la verdad, una tabarra de mucho cuidado, un modo muy eficaz de joder al prójimo. A la derecha de este país siempre se le está rompiendo España. En la derecha hay muchos fanáticos de la patria, y ya se sabe lo que dijo Neruda: "Patria, palabra triste, como termómetro o ascensor". Pues eso.

IZQUIERDA.

La izquierda no siempre es el lado contrario de la derecha. En teoría, la izquierda coincide con un ideario progresista, que avanza en contra del conservadurismo, ¿no es así? Pues entonces yo creo que el mejor programa de la izquierda sería muy simple: aplicar rigurosamente la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Y eso, hoy por hoy, es lo más parecido que hay a una ilusión óptica.

NACIONALISMO.

El nacionalismo me suena a concurso pueblerino de escaparates, a algo así. Bueno, también hay profundas diferencias entre un nacionalismo democrático y ese otro que acaba promoviendo la limpieza de sangre, como el de los serbios. Pienso, en todo caso, que el nacionalismo restringe el espacio de la convivencia, viene a ser como la exaltación de lo que separa en contra de lo que une; o sea, una ideología retrógrada.

MIEDO.

Los miedos solían provenir de la infancia y eran mayormente nocturnos. Pero también hay miedos contagiosos, esos miedos que pone en circulación el poder para mantener controlada a la gente. Yo he tenido miedo a la oscuridad, a la policía, al enigma del universo, al futuro, a los fantasmas del franquismo, a perder el norte, a la muerte..., yo qué sé. Ahora, con la vejez, los miedos se me han ido reduciendo a lo justo, a dos o tres. Me asustan sobre todo los bienpensantes y los clérigos. No sé si me explico.Diccionario de la vida.

J. M. Caballero Bonald, escritor

El hombre que se visitó a sí mismo

HACE AÑOS, en un museo de Cataluña, vio una tabla medieval en la que se representaba una figura que parecía su espejo.

No se asustó, asumió tranquilamente que aquél no sólo pudiera haber sido su antepasado, sino que era él mismo, en persona, visitándose muchos años después. De esa ironía para verse a sí mismo está hecha su poesía, y también de ello se nutren sus memorias, que son quizá las mejores entre las que han escrito sus compañeros de la generación del cincuenta.

La mona Chita es un mono. Recién cumplió 74 años

Ya no le dan whisky ni tabaco, como hacía su anterior cuidador. Su mayor diversión es acercarse sigilosamente a su cuidador por detrás y tras tocar con el dedo el centro de sus posaderas, alejarse gritando alegremente uh, uh, ju, ju...
Su alojamiento se llama CASA DE CHEETA, en español. Pinta cuadros que se venden para pagar la manutención del que es el chimpancé más viejo conocido del mundo. En su web aceptan donaciones.

Intercambio de parejas. El sexo por el sexo. GUILLERMO ABRIL EL PAIS SEMANAL

Intercambio de parejas. El sexo por el sexo. GUILLERMO ABRIL EL PAIS SEMANAL - 13-02-2011

La noche empieza en una discoteca de la zona financiera de Madrid en la que abundan los ejecutivos maduros. Clara y Miguel, un matrimonio de 35 y 33 años, suele dejarse caer por allí hacia las once.
Cada jueves, como un ritual. Ella exhibe un vestido mini palabra de honor negro que deja el tatuaje de su espalda al descubierto; él viste pantalón y camisa oscuros. Dos botones desabrochados. Pelo húmedo, ropa de marca. Sexy y elegante. Forma parte del teatro: no suelen vestir así más que en esta otra parte de su vida que casi nadie conoce. Noches de mucho sexo y poco sueño. De intercambio de parejas y relaciones en grupo. Clara y Miguel son swingers, una expresión que se podría traducir por los que se columpian. Abiertos a todo. A ella, por ejemplo, le gustan los hombres "grandes y algo mayores" (su chico es de estatura media y fibroso). Y por eso se encuentran aquí, en la barra. Un paso previo antes de adentrarse en un local de intercambio. Un coqueteo para ponerse a tono. Puro juego.
Es Clara quien suele dar el primer paso. Si alguien le atrae, se acerca, le acaricia el brazo. Entabla conversación. Y comienzan a besarse. Entonces, Miguel aparece y saluda. El tercer sujeto suele preguntar: "¿Has venido con un amigo?". Y Clara responde: "No. Es mi marido". Si no hay un rechazo explícito, Clara vuelve a besar al sujeto, al que no le importa la compañía, mientras Miguel le acaricia la espalda a su mujer y roza sin querer la mano del otro. Y así siguen escalando peldaños en busca del trío. "Es como un calentamiento", dice Miguel. En torno a la una, suelen recoger sus abrigos y cruzar Madrid hacia una zona residencial cerca del Retiro. Segunda parte del ritual. El plato fuerte. En busca del intercambio (o lo que surja) en un club de ambiente liberal.

Clara y Miguel se conocieron en el trabajo. Ella es matemática, él estudió Empresariales. Cada uno había tenido experiencias por separado. Ella entró en un local de intercambio con una pareja anterior. Se tumbaron en una mazmorra y comenzaron a practicar sexo. "Cuando abrí los ojos, me vi rodeada de gente". Le gustó. Miguel frecuentaba solo locales del estilo. Cuando se conocieron, comenzaron a acudir juntos. Primero como amigos, luego empezaron a salir. Y se casaron. Son deportistas, hablan varios idiomas. Les gusta mirarse cuando están con otros. Conocen locales swingers de media Europa. Frecuentan Cap d'Agde (Francia), la meca del ambiente. Y ahorran para una fiesta en un castillo en Núremberg (Alemania) en el que las mujeres se visten con una capa negra, como en la película Eyes wide shut, de Stanley Kubrick. Tienen un perfil abierto en una de las redes sociales más conocidas (se registran 7.000 usuarios nuevos cada semana) en el que se definen como "pareja bisexual" a la que le gusta "casi de todo, hacer sexo a tres y cuatro... Todos mezclados". Viajan a menudo y siempre buscan algún contacto swinger. Dicen que existe cierta hermandad entre ellos a lo ancho del globo. Quizá porque la mayoría lo mantiene en secreto. Se trata de una tendencia que surgió en EE UU en los años cincuenta del siglo pasado vinculada a locales privados y anuncios de contactos. En España aterrizó a finales de los setenta y hoy existen 54 clubes como este:

El local no tiene rótulo ni ventanas. Solo una placa en la entrada que dice: "Club privado" y un timbre. Un hombre abre la puerta. Lo saludan y cruzan un par de frases banales. Dejan el abrigo en el ropero, pagan 30 euros a una joven embutida en un vestido negro, cruzan unas cortinas rojas y tupidas que parecen indicar que a partir de ahí lo que uno vea y haga se mueve entre la realidad y la ficción. Charlan un minuto con la relaciones públicas del local, de cuyo escote asoma una pequeña linterna. Luego se desplazan lentamente a lo largo de la barra hasta encontrar un hueco. Los clientes, la mayoría hombres, los fulminan con la mirada. Cuando les sirven la primera copa, Clara desaparece y al poco vuelve sin medias. Se sienta en el taburete, y el vestido, muy corto, deja al descubierto sus muslos.

La temperatura es agradable. El local se encuentra dividido en dos partes por una reja que le confiere un aire de mazmorra medieval. La barra del bar forma la antesala, un filtro en el que uno mira y es mirado, donde se coquetea y se charla mientras un televisor de plasma muestra imágenes de porno duro. Los hombres solos no pueden pasar más allá sin ser invitados por una pareja, y en ese caso han de abonar un suplemento de 50 euros. Es parte del negocio. La mayoría de locales funcionan de forma similar: las parejas abren las puertas del sexo, las mujeres solas (pocas) entran gratis y los hombres sin compañía (muchos) pagan un sobreprecio. "Los tíos solos vienen a ser utilizados por las parejas. Eso hay que tenerlo muy claro", comentaba un hombre de unos 50 años, solitario, en otro local sin nombre de Madrid. Esto suele ser así de domingo a jueves. Los viernes y sábados reservan el acceso exclusivamente a parejas, convirtiéndose en locales "de intercambio" en sentido estricto.

Clara pide unas toallas al camarero. Es hora de cruzar las rejas y deambular por el laberinto oscuro al otro lado. Se abre la puerta de la jaula y se cierra a su espalda. La luz se atenúa. A la izquierda surge una estancia con sofás y mesitas, donde un par de parejas charlan vestidos con una toalla (hay taquillas y vestuario). Si se sientan cerca de la reja que da a la antesala, significa que les gusta que un desconocido les acaricie desde el otro lado. Un poco más allá se despliega otra gran sala. A la izquierda hay unos sofás amplios, casi camas. Enfrente se erige una estructura con forma de cápsula submarina. Sobre ella, un jacuzzi burbujea iluminado. Debajo, en un pequeño camarote, transcurre una escena de sexo en grupo. Ocho personas desnudas se mueven en desorden y gimotean. Cuerpos como el suyo o el mío, con su barriga, sus pelos en la espalda, sus calvas, sus tintes, sus varices, sus pechos caídos. Un intenso olor acre emana del agujero. Marea. Se clava como un aguijón en algún lugar del cerebro. La escena se puede observar como lo haría un etnólogo: uno se acerca lentamente, toma nota, y ellos siguen a lo suyo.

A la izquierda de la cápsula hay un par de sofás cama dispuestos frente a una pared a la que llaman "Glory hole": un tabique de madera con pequeñas aberturas de las que surgen penes y manos sin nombre ni rostro. Pertenecen a los varones que se han quedado en la antesala. Algunos pueden permanecer horas allí de pie, esperando a que alguien se acerque. "Son como zombies", anuncian Miguel y Clara. La pareja se detiene junto a la pared y ella palpa los agujeros. Es parte de su ritual. Mientras Clara hace bailar su mano, se acercan más parejas a este rincón. Van casi desnudas. Se sientan y se acarician. El intercambio suele comenzar así: una pareja abre el camino; otras se aproximan y tantean, buscan un roce, un intercambio, quizá una orgía (hay sábanas desechables, y nadie da un paso sin preservativo).

Tampoco es ninguna novedad. Los swingers no han inventado nada. Pero le han dado nombre a ciertas prácticas y se han aglutinado bajo una bandera. Muchos hablan de un estilo de vida. Y se refieren a sí mismos como parte del "lado oscuro". Pepe Cera, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios del Ambiente Liberal, remonta los orígenes a la Francia del siglo XIV, "a cierta gente de alto rango y a fiestas en palacios". Su popularización en España tuvo mucho que ver con el propio Cera, que a finales de los setenta trabajaba en Lib, una revista de culto que comenzó editándose con las imágenes más subidas de tono de Interviú (Tita Cervera, la baronesa Thyssen, fue portada). Su sección de contactos rompió moldes. En uno de sus primeros cuadernillos de "enlaces" se lee: "Matrim. 45-40 a. culto, atractivo, desea amistad intercambio, solo matrimonios navarros". Eran los años ochenta y en Madrid se abría el local Acuarela, uno de los pioneros en España. Las parejas comenzaban a llenar de contenido la palabra "morbo", una de las más repetidas en el ambiente.

No hay un perfil definido. Si acaso, se podría decir que los swingers son personas de 30 a 50 años, clase media-alta, matrimonios que han perdido la chispa o buscan ampliar su abanico de encuentros de forma consentida y sin contraprestación. Muchos lo proponen como una alternativa a la infidelidad. Es el hombre quien suele iniciar a la mujer. Nadie acude allí a enamorarse. Y ninguna pareja, recomiendan varios sexólogos, ha de introducirse con cuentas pendientes. "Hay que tener una buena relación, hablarlo y establecer normas", dice una mujer con experiencia. "En estos lugares se juega con la mente y los genitales. El corazón se deja en casa", añade Pepe Cera. O, como dice Ana, la dueña de uno de los locales de intercambio más exclusivos de Madrid, "aquí se viene a hacer los deberes".

Es sábado y la entrada de Fusión Vip parece una autopista. Ana va de un lado a otro presentando parejas. Sentados en un sofá, tras una gruesa cortina roja, Nuria y Pedro dicen: "Tenemos muy claro que una cosa es el sexo y otra el amor". Llevan 20 años casados. Siete en el ambiente swinger. Tienen dos hijos adolescentes. "Para nosotros, la monogamia no existe. Hay un enamoramiento inicial. Luego pasan los años y tienes que buscar estímulos", añaden. "Aquí venimos a que el deseo no se nos muera". Todo comenzó con la fantasía de mantener relaciones con una tercera persona. Él fisgoneó en Google y descubrió las posibilidades. Se lo propuso a su mujer, y Nuria, cuenta, se resistió "30 segundos". Solo puso una condición: ella elegiría el local. El primer día no hicieron nada, pero aquello fue "un revulsivo". Y aquí siguen. Viernes y sábados. Piden una copa, miran, charlan y comienzan el flirteo respetando dos normas: ambos tienen que estar de acuerdo en el intercambio, y, pase lo que pase, no se separan nunca.

Los locales, en cualquier caso, son solo la cara visible. Pero hay mucho más. Fiestas privadas. Cruceros. Citas a ciegas. "En los locales solo se ve a las parejas a las que les gusta hacerlo en público", explica Miguel Vagalume, creador del movimiento Golfos con principios, que propugna el disfrute del sexo como forma de ocio (sin necesidad de pagar entrada). Vagalume organiza fiestas de "poliamor" y charlas en Consentido, un espacio social de sexo en Madrid. Abomina, según cuenta, de esa visión típica de un local liberal, con una fila de hombres "esperando tras la verja a ver si pueden comer".

Una verja o un tabique de madera con aberturas. Cuestión de gustos. Después de entretenerse en el "Glory hole", Clara y Miguel cruzan el local hasta una habitación sin luz donde los cuerpos dejan de tener rostro y solo se distinguen siluetas y jadeos. El olor vuelve a producir vértigo, como si el suelo se hundiera. La sala es pequeña y en su interior se aprietan 12 personas. Clara y Miguel recorren el espacio erguidos, con paso firme, mirando aquí y allá. Se detienen junto a un cuarteto (tres hombres y una mujer) en éxtasis. Miguel se hace un hueco entre las sacudidas. La mujer, desnuda y bamboleante, lo mira, lo agarra, lo besa, desabotona su camisa y su bragueta. Uno de los hombres pasa su mano por la tripa de Clara. Pero ella la aparta. Por muy reducido que sea el espacio, un no aquí es un no. Aunque, por supuesto, los códigos de respeto en un local de intercambio se miden a un palmo de distancia. Rezuman. Salpican. Y el hombre sigue ahí de pie, jadeante. Clara se apoya contra la pared y mira con naturalidad cómo su chico agarra la melena de la mujer desconocida por detrás de la nuca. A su izquierda, otra mujer se arrodilla frente a su pareja. Unos gemidos rítmicos llenan la estancia. Son las dos de la madrugada. Comienza el primer encuentro de la noche.

ENTREVISTA: LEONARDO BOFF TEÓLOGO BRASILEÑO DE LA LIBERACIÓN

JUAN G. BEDOYA EL Pais DOMINGO - 30-04-2006

Leonardo Boff tenía 26 años en 1965, cuando concluyó en Alemania su tesis doctoral sobre la Iglesia como sacramento. Eran 600 páginas de "deslumbrante teología", según escribió entonces el gran Yves Congar. Pero no tenía editor. Se lo buscó Joseph Ratzinger, que puso 14.000 marcos para cofinanciar el proyecto. "Siempre lo he agradecido. Teníamos muy buena relación: pertenecíamos al consejo de la revista Concilium, intercambiamos artículos...". El teólogo brasileño se encuentra en España dando conferencias en numerosos foros universitarios y sociales, arropado por su colega Juan José Tamayo, también investigado y castigado por los policías de la fe vaticanos.

Pregunta. ¿Qué sintió cuando entró en la sala de la Inquisición, donde fueron juzgados y condenados Galileo y Giordano Bruno? ¿Cómo le trató Ratzinger?

Respuesta. Antes de empezar el diálogo, abrí mi maletín y le mostré las 100.000 firmas que me apoyaban, donde había cardenales, obispos y teólogos de todo el mundo. "Eso es manipulación", dijo. Repliqué que ya no era posible manipular, sino que las firmas eran manifestación del rechazo a cortar lenguas como en el pasado. Me dijo: "No vamos a discutir. Siéntate ahí y vamos a empezar". Le advertí: "Cardenal, en Brasil somos cristianos y empezamos el trabajo con una oración". Nos pusimos de rodillas y rezamos en latín.

P. El castigo fue entonces liviano: "Silencio obsequioso" durante un año. ¿Por qué la ruptura final?

R. Ratzinger conocía mi teología y sospecho que a él también le pareció un proceso excesivo, que le dolía. Cuando se publica su decisión no hay condena, sólo se dice que yo proponía "opciones que pueden poner en riesgo la fe cristiana", sin decir cuáles, sin condenar ninguna doctrina. Acepté el silencio. Pensé que querían con mi castigo alcanzar a la Conferencia Episcopal de Brasil, a la teología de la liberación, a las comunidades de base... En alemán hay este proverbio: "Man schlägt den Sak / und meint den Esel" ("Tú golpeas el saco / y piensas en el burro"). En 1992 participé en una mesa sobre ética y religión y cayó muy mal. El cardenal Sebastián Baggio me dijo: "Tienes que salir de América Latina. O te vas a Filipinas o eliges tu camino". Me dio un día para pensarlo. Le dije: "El primer castigo, el silencio, lo acepté porque fue un acto de humildad y disciplina. Ahora es un acto de humillación. La humildad es una virtud, la humillación es pecado. En la Iglesia debe haber derechos humanos".

P. Siguió su camino: abandono de la orden franciscana, reducción al laicado, reclamado en todo el mundo como conferenciante. Pero aún no ha dicho qué sensación tuvo en la sala del Inquisidor.

R. Se siente uno aplastado. El poder religioso tiene una dimensión simbólica. Como cristianos, aceptamos la función del Papa, pero ahora, allí, sientes que todo ese poder está encima de ti, que estás solo, que nadie te defiende.

P. ¿En qué idioma hablaron?

R. Ratzinger quería hablar en alemán. "Usted es más fuerte que yo en alemán", dije. Pedí que fuera en portugués, la lengua de mis libros, y replicó que en ese idioma él no se sentía fuerte. Acordamos hablar español. Fue una conversación de dos horas. Él no preguntaba mucho. Se quejaba de que siempre hablásemos de "lucha", no entendía que en Brasil solemos decir: "¿Cómo va la lucha?", en vez de "¿Cómo va la vida?". Pensaba que detrás estaba el marxismo. Había desconfianza por las iglesias de base, como si la teología de la liberación fuese caballo de Troya del marxismo. Más tarde, cuando cayó el muro de Berlín y el capitalismo enseñó en Polonia su verdadero rostro, reconocieron entender la teología de la liberación. Desde entonces nos dejaron en paz, hasta hoy. Por fin nos han entendido.

P. ¿Cuál es esa vigencia de la teología de la liberación?

R. Nació para escuchar el grito del oprimido, por la vida y por la justicia. Había y hay una experiencia espiritual: cómo anunciar que Dios es Padre y Madre de bondad en un mundo de miserables. Es lo que ha hecho la teología de la liberación: mostrar que Dios es un Dios vivo y de la vida. De este capital religioso se han derivado prácticas liberadoras como las comunidades cristianas de base, grupos de derechos humanos, células de sindicatos auténticos y participación en partidos que quieren cambios sustanciales.

P. Se quejaba Helder Cámara, obispo de Recife (Brasil), de que si daba una limosna a un pobre le llamaban santo, pero que si preguntaba por qué había tantos pobres le tachaban de comunista.

R. Marx no fue ni padre ni padrino de la teología de la liberación. Sí lo fueron los profetas bíblicos, la práctica de Jesús y el compromiso de los cristianos por la justicia y la libertad. Esto no quiere decir que no hayamos aprendido mucho de Marx, especialmente la verificación de que los pobres no son simplemente pobres; son oprimidos, hechos pobres por mecanismos de explotación económica sustentada por políticas que crean desigualdades y que por eso son injustas.

P. Pero no existen sólo pobres económicos. Hay otras formas de pobreza.

R. El primer paso fue concentrarse en los pobres económicos porque se trata de salvar vidas y no permitir que mueran de hambre y de enfermedades. Luego, los teólogos se dieron cuenta de que la pobreza tiene muchos rostros. Hay una pobreza étnica de indígenas y negros, que fueron sometidos y esclavizados. Tienen derecho a sus culturas y religiones. Así emergió una teología de la liberación indígena y negra, elaborada por indígenas y negros, y nosotros como sus aliados. Yo soy blanco, pero nadie puede impedirme ser negro por opción teológica e ideológica en la medida que me asocio a su causa y a su lucha. Se ha descubierto también la pobreza y opresión de las mujeres, sometidas a la cultura patriarcal. La pobreza latinoamericana y mundial tiene un rostro femenino porque las mujeres son las más estigmatizadas por la pobreza. De esta conciencia nació la fuerte teología de la liberación hecha por mujeres.

P. ¿Espera que Roma les pida perdón en un próximo futuro?

R. Roma no suele pedir perdón; cuando lo hace, sólo es para con los muertos, no con los vivos. Pero las actitudes actuales no son ni siquiera de sospecha. Nos reunimos, nos comprendemos. Pero miro poco a Roma; en Brasil, la mayoría de los obispos, y son más de 350, son pastores que están ocupados en su trabajo pastoral. Miran a Roma lo justo y necesario."

El Opus Dei desde dentro: Un intento de analizar con objetividad la institución fundada por Escrivá de Balaguer

John L. Allen EL PAIS DOMINGO - 30-04-2006

'El Opus Dei desde dentro' (Planeta) saldrá a las librerías el 16 de mayo. La institución religiosa fundada por Josemaría Escrivá de Balaguer ha sido objeto de aceradas acusaciones por parte de ex miembros de la misma, de fieles católicos y de no creyentes. Las diatribas han alcanzado su punto máximo a raíz de la publicación de 'El código Da Vinci'. John Allen, corresponsal en el Vaticano de la publicación británica 'National Catholic Reporter', analiza en su libro los aspectos negativos y positivos del Opus. Es autor de 'Cónclave' y 'Todos los hombres del Papa'.
David Clark ostenta el cargo de "consejero de reforma espiritual", pero su especialidad consiste en rescatar a miembros de las sectas; es ex miembro de un grupo ocultista basado en la Biblia de California del Sur, experto oficial independiente en sectas y ha sido consejero durante más de veinte años. Además ha contribuido en la redacción del libro Recovery from cults: help for victims of psychological and spiritual abuse (W. W. Norton, 1993). [Cómo recuperarse de las prácticas religiosas. Ayuda a las víctimas de abusos psicológicos y espirituales]. Uno de los casos más destacados que presenta es el de Tammy DiNicola, una numeraria del Opus Dei que vivía en el Centro de Estudios de Brimfield, Massachusetts, y cuya familia había solicitado ayuda a Clark. En 1990, la familia pidió a DiNicola que volviera a casa para celebrar una fiesta por haberse graduado en el Boston College y a continuación le pidieron que hablara con Clark. Al final, DiNicola abandonó el Opus Dei y fundó, junto a su madre, el Opus Dei Awareness Network [Red de Alerta sobre el Opus Dei], un grupo contrario a la Obra.

Tammy DiNicola no es el único miembro del Opus Dei con quien Clark ha trabajado a lo largo de los años. Al preguntarle por el número de contactos que había tenido, me comentó que alrededor de veinte familias con algún miembro implicado en el Opus Dei habían emprendido algún tipo de investigación y, tal vez, había trabajado con doce miembros. Mantuve con él una entrevista en mayo de 2004 sobre sus impresiones acerca del Opus Dei.

"La organización muestra una faceta pública de pertenencia a la Iglesia católica y de actuación en defensa de la fe. Adopta una línea teológica conservadora y, de hecho, es una parte formal de lo que representa. Sin embargo, para alguien de fuera, resulta difícil percibir su mundo interior. Existe un gran esfuerzo político interno que impide que las personas de fuera puedan ver qué ocurre en realidad, y sólo podemos basarnos en los testimonios de ex miembros, ex líderes y de toda la documentación que existe al respecto", afirma Clark.

Clark, que no es católico, explica que no se había propuesto ir en contra del grupo. "Sin pretenderlo, a través de familias me enteré de que estaban analizando qué hacer, al ver lo que les estaba pasando a sus hijos".

Dinámica de secta

Entre 1972 y 1974, Clark perteneció a lo que él llama una "secta carismática", una ramificación del Jesús Movement [Movimiento de Jesús] de la década de 1970. Se formó en un seminario reformista episcopal de Filadelfia, por lo que cuenta con formación teológica, y la primera vez que oyó hablar sobre el Opus Dei reconoció algunas de las mismas distorsiones y técnicas que, por su experiencia, le resultaban familiares. Al final, basándose en sus observaciones, concluyó que el Opus Dei presentaba "más una dinámica de secta que de Iglesia". Por lo general, Clark afirma que el perfil de los miembros que ha conocido es de "personas sinceras, que se adaptan bien a lo que el Opus Dei presenta. Suelen ser verdaderos creyentes y acostumbran a ser bastante sumisos". Comenta que a menudo las familias de estos miembros apoyan en un principio al Opus Dei "porque saben que cuenta con el respaldo de la Iglesia católica". Sin embargo, empiezan a ver que algo no va bien, dice Clark, cuando descubren que los miembros de sus familias no pueden volver a casa por vacaciones, cuando tienen un tiempo limitado para hablar por teléfono y los numerarios afirman haber donado parte de su dinero al Opus Dei. Clark cree, según sus conversaciones con algunos miembros, que la Obra ejerce una "influencia excesiva" sobre las personas jóvenes que ingresan en el grupo, "por lo que la batalla que se libra es una elección con pleno conocimiento de causa".

¿Hasta qué punto el Opus Dei se parece a una secta? "Defiende la enseñanza y la autoridad de la Iglesia católica romana -responde Clark-. Normalmente, una secta implica una desviación de la tradición, mientras que el Opus Dei es, en cierto modo, muy tradicional. Sin embargo, en la práctica es diferente, se compromete la libertad de conciencia de todas las personas y puede ser anulada. A menudo, la gente no puede hablar con libertad y las relaciones están muy controladas; es como una película de ciencia-ficción, las personas parecen clones".

En ese sentido, según Clark, sus miembros a menudo conocen más el Opus Dei cuando lo abandonan que durante todo el tiempo que estuvieron dentro.

Para Clark, el Opus Dei es "uno de los grupos más sofisticados " con los que se ha encontrado. Se trata de un grupo que persigue a los mejores de entre los mejores; a los profesionales; es espeluznante, casi militarista. Además, a Clark le han llegado voces de alarma no sólo de las familias, sino desde el mismo seno de la Iglesia católica. Por lo general, cree que implican uno o más de los siguientes cuatro puntos: el Opus Dei ejerce un "control de la mente" sobre sus miembros, crea problemas en las familias, algunos miembros tienen grandes dificultades para separarse de la organización y, por último, perjudica a la Iglesia.

Para Clark, no se trata de impresiones pasadas de moda. Según sus palabras, en 2003 recibió varias peticiones de familias.

"Actuar es muy difícil. Por lo general, hay un acceso restringido, si no nulo, a todas estas personas. Es difícil encontrar tiempo para estar con ellos."

Clark cree que el Opus Dei debe "dirigirse en mayor medida hacia la corriente principal", con un sistema de "controles y equilibrios" que supervisen su vida interna, y un nuevo compromiso hacia "la transparencia". Estableció, además, un paralelismo con las lecciones aprendidas durante la crisis que tenían como eje central los abusos sexuales en Estados Unidos. "Supervisión y responsabilidad es aquello que necesita el Opus Dei" (...).

Un 'Rashomon' católico

Al oír hablar sobre el control en el seno del Opus Dei se tiene casi la sensación de estar ante una versión católica de Rashomon, la película de Akira Kurosawa de 1950 que describe un mismo acontecimiento visto por perspectivas diametralmente opuestas [de cada uno de los tres protagonistas].

Desde el punto de vista de observadores críticos como Clark y otros ex miembros, el Opus Dei es un peligroso grupo sectario que somete a sus miembros a una estrecha vigilancia, los aísla del mundo exterior y los programa para consagrar una obediencia absoluta al grupo y a su dirección.

El ex numerario español Alberto Moncada señala la página www.opuslibros.org, en la que se muestran testimonios negativos de un buen número de ex miembros del Opus Dei, algunos de los cuales llevan firma y otros no. "No existe ninguna organización eclesiástica cuyos ex miembros ataquen tan duramente", afirma Moncada. Incluso Sharon Clasen, una ex numeraria, que desde que abandonara la Iglesia católica afirma que El código Da Vinci peca de ser demasiado suave con el Opus Dei, "no logra captar la esencia existente del control de mente; no se aprecia toda la manipulación".

Otros perciben una realidad muy diferente. Como ya hemos mencionado anteriormente, se calcula que hay 85.491 miembros del Opus Dei en todo el mundo, sin contar a los 164.000 cooperadores y los importantes no miembros que apoyan la organización a través de la oración y de otros modos de ayuda, y las 900.000 personas que se calcula asisten a los recogimientos vespertinos, reuniones y otros tipos de medios de formación cristiana. Incluso con los cálculos más optimistas, el número de ex miembros resentidos se ve eclipsado por la cantidad de miembros y partidarios actuales. Además, abundan los ex miembros que no se muestran molestos con el Opus Dei; que lo abandonaron por diversos motivos personales, pero continúan manteniendo buenas relaciones. En este capítulo presentaremos tres ejemplos de ello. Aunque muchos de los comentarios negativos proceden de ex miembros, no significa que todos los ex miembros tengan experiencias negativas que contar.

Por otro lado, no sólo los miembros o colaboradores tienen buenas impresiones; hay miembros de la jerarquía de la Iglesia católica que a menudo expresan reacciones positivas.

Según el arzobispo Ndingi Mwana'a Nzeki de Nairobi, Kenia, al que entrevisté en septiembre de 2004, "llevan a cabo un trabajo maravilloso, se integran completamente en la sociedad, son muy fieles a la Iglesia y a sus enseñanzas y reciben los sacramentos; además, organizan seminarios y talleres para jóvenes matrimonios, personas de todo tipo... Personalmente, los apoyo sin reservas porque han sido muy francos conmigo. No estoy de acuerdo con los que los critican, no veo que se esfuercen en absoluto por tomar el control".

Consideremos ahora el testimonio del cardenal Cormac Murphy-O'Connor de Westminster, Inglaterra, la misma diócesis en la que el difunto cardenal Basil Hume promovió unas directrices sobre el Opus Dei en 1981 debido a su preocupación respecto al secretismo y su modo de captación. Murphy-O'Connor relata sus experiencias así durante una entrevista en noviembre de 2004: "Creo que han asimilado las críticas, y se han vuelto más abiertos al tiempo que han mantenido su carisma. De un modo verdadero, más que teórico, han colaborado mucho en su deseo de trabajar con los obispos locales. No tiene sentido que se diga que quieren trabajar en oposición... Los católicos que he conocido en la organización están claramente dedicados al catolicismo y muy comprometidos con el camino particular definido por Escrivá, la misión de los laicos dentro de sus ámbitos profesionales".

Lo esencial, según Murphy-O'Connor, es que "está muy contento de tener el Opus Dei en la diócesis". En enero de 2005, Murphy-O'Connor confió al clero de la Obra la iglesia de Santo Tomás Moro, situada cerca de la residencia universitaria de Netherhall, en Londres.

Para el observador externo que trata de ser objetivo, el Opus Dei es un tema que cuestiona de manera especial ideas establecidas. Por un lado, no pueden ser desestimadas las voces críticas de los que han tenido experiencias de primera mano con el grupo. Por otro, la satisfacción de miles de miembros y la aprobación oficial incluso por parte de obispos que pueden no compartir la espiritualidad del Opus Dei tampoco pueden dejarse de lado.

En este capítulo examinaremos las quejas más habituales acerca del exceso de control sobre los miembros, en una tentativa de averiguar dónde se encuentra la verdad. A continuación trataremos de entender el modo en que las personas pueden percibir esas realidades de una manera tan distinta.

Un breve apunte: prácticamente todas las críticas relacionadas con el presunto "control" del Opus Dei se concentran en los numerarios, es decir, el 20% de los miembros que viven el celibato y residen en centros de la prelatura. Incluso por una cuestión logística resultaría difícil ejercer cualquier tipo de control sobre los supernumerarios, que cuentan con empleos y familias y viven en sus propias casas. La mayor parte del capítulo se centra principalmente en los numerarios.

Obediencia ciega

Algunos jóvenes que han considerado su vocación en el Opus Dei relatan que el control al que se espera que se sometan al principio no se les explica suficientemente, de modo que la forma de vida como numerario sólo se aclara una vez ya comprometidos. John Schneider, por ejemplo, estudia en la Universidad de Notre Dame y comenzó a asistir a actos organizados en el Centro de Windmoor durante su primer curso académico para, poco después, pitar [salirse]. "Si me hubieran dicho lo que me exigirían y me hubieran explicado los acontecimientos que seguirían, les habría dicho: 'Gracias, pero no, muchas gracias", afirma Schneider. "En cambio, a medida que iban transcurriendo los meses, me lo iban explicando todo poco a poco. Personalmente, me parece bien que alguien permita a otra persona dirigir su vida de ese modo, no tengo ningún problema. Mi temor es que no consiguen el consentimiento de las personas de la forma adecuada cuando entras en la organización". Al final, Schneider decidió no continuar como numerario.

Los detractores indican varias técnicas de control: a los miembros se les obliga a confesarse sólo con sacerdotes del Opus Dei, seguir la dirección espiritual de los numerarios y admitir sus defectos delante del grupo; los numerarios deben permitir que se les revise la correspondencia y se les controle el acceso a los libros y a la televisión, no pueden ser independientes económicamente puesto que los numerarios dan gran parte de su sueldo al Opus Dei, la práctica de la "corrección fraternal" equivale a una forma de control social, se anima a los numerarios a seguir el ejemplo de los directores y la comunidad en lugar de favorecer que piensen por sí mismos, y los miembros que quieren dejarlo son perseguidos y amenazados.

Confesión

Los críticos han denunciado que el Opus Dei obliga a sus miembros a confesarse sólo con sacerdotes de la Obra para que éstos puedan "seguirles la pista". De hecho, no existe este requisito de manera formal, esta regulación no aparece en los estatutos o en ningún otro documento de dirección del Opus Dei. Una regulación de este tipo contravendría el Código de Derecho Canónico, que establece en el canon 911: "Todo fiel tiene derecho a confesarse con el confesor legítimamente aprobado que prefiera, aunque sea de otro rito".

Sin embargo, se espera habitualmente que, como parte de la rutina, los miembros se confiesen con los sacerdotes del Opus Dei, partiendo de la base de que estos sacerdotes están en mejor posición para saber los compromisos espirituales específicos que los miembros han asumido, preguntar con mayor conocimiento sobre algunas cuestiones y dar un consejo espiritual más pertinente.

A este respecto existe una cita de Escrivá en Crónica, la revista interna para los miembros varones: "Podéis ir a confesaros con cualquier sacerdote que tenga las oportunas licencias. Sin embargo, no puedo dejar de aconsejaros lo que es más conveniente para vuestras almas. En este caso, defiendo la libertad, pero con sentido común. Todos mis hijos e hijas tienen libertad para ir a confesarse con cualquier sacerdote autorizado por el obispo local y no están obligados a decir a los directores de la Obra lo que han hecho. ¿Lo haría una persona que comete ese pecado? ¡No! ¿Tiene un buen espíritu? ¡No! Está en camino de escuchar a malos pastores... Tú acudirás a tus hermanos sacerdotes como yo lo hago. Y a ellos les abrirás de par en par el corazón, ¡podrido si está podrido!, con sinceridad, con un deseo profundo de curarte. Si no, esa podredumbre nunca será curada. Si fuésemos a una persona que sólo puede curarnos superficialmente la herida... es porque seríamos cobardes, porque no seríamos buenas ovejas, porque iríamos a ocultar la verdad en perjuicio nuestro, buscando a un médico de ocasión, que no puede dedicarnos más que unos segundos, que no puede meter el bisturí, y cauterizar la herida, también estaríamos haciendo un daño a la Obra. Si tú hicieras esto, tendrías mal espíritu, serías un desgraciado. Por ese acto no pecarías, pero ¡ay de ti!, habrías comenzado a errar, a equivocarte. Habrías comenzado a oír la voz del mal pastor, al no querer curarte, al no querer poner los medios".

El término "médico de ocasión" se refiere a que un doctor que no está familiarizado con el historial médico del paciente. Algunos han interpretado como una referencia despectiva a los sacerdotes que no son del Opus Dei, como si se les calificara de segunda categoría.

Según las personas que interpretan del Opus Dei, expone Escrivá que, aunque los miembros pueden ir a visitar al sacerdote que quieran, si por costumbre buscan fuera a sacerdotes que no les conocen ni conocen el Opus Dei, probablemente se deba a que no quieren que se penetre profundamente en su interior. Estarán buscando una experiencia superficial que satisfará la exigencia de la confesión del pecado, pero en realidad no exigirán la conversión de corazón, lo que el teólogo alemán luterano Dietrich Bonhoeffer llamaba "la gracia barata".

En una ocasión, santa Teresa de Ávila dio un consejo similar a sus monjas: les sugirió que siempre que pudieran se confesaran con un fraile de las carmelitas descalzas, ya que estaría en mejor posición para guiarlas. Los miembros del Opus Dei lo consideran, en líneas generales, una cuestión de sentido común, ya que la pertenencia al Opus Dei conlleva recibir su formación espiritual.

La ablación mutila África: Tres de cada cuatro mujeres de Mauritania sufren la lacra

ANA ALFAGEME EL PAIS DOMINGO - 18-06-2006 Las víctimas relatan su tragedia

Hijos muertos. Hemorragias imparables. Infecciones. Dolor. Más dolor. Tres de cada cuatro mujeres mauritanas, como otros 130 millones en todo el mundo, están condenadas, sólo por serlo, a vivir con una marca indeleble: la ablación de clítoris. Asociaciones, agencias de la ONU, leyes, imanes y antiguas mutiladoras declaran la guerra a esta lacra. Una reportera de EL PAÍS viajó hasta Mauritania. Esto es lo que vio.

Debo Diop viste una túnica de algodón color crudo salpicado con diminutos bordados. "Yo lo diseñé, tengo mi propia línea de ropa", explica la mujer, la sonrisa franca, en un francés musical, mientras pasa la mano por su tocado. Cuando arranca su historia, tiembla su labio superior: "El día de mi boda, vinieron cuatro mujeres a mi habitación. Me inmovilizaron, me separaron las piernas y otra me abrió la vagina con una cuchilla de afeitar. Yo chillé y llamé a mi marido, que no sabía nada, pero fue inútil. Cuando me cortaron, vomité. Perdí el conocimiento".

Debo calla un momento y, sentada con las piernas cruzadas, se toca el pie desnudo. Una mosca se posa sobre uno de los bordados de su traje. El silencio se suma al espeso ambiente de la estancia. Una decena de mujeres escucha. Estamos en M'Bagne, poblado agrícola de 10.000 habitantes del sureste de Mauritania. El termómetro supera los 50 grados.

Cuando Debo era muy pequeña le sajaron el clítoris, como a tres de cada cuatro mujeres de su etnia (la poular). Como a tres de cada cuatro mujeres de Mauritania. Como a 130 millones de mujeres en el mundo, la mayoría africanas de 28 países. Cuando acabe 2006, tres millones de niñas habrán sido mutiladas.

Luego, a Debo le taponaron la zona con un coágulo de sangre, para cegarla en parte y reforzar su virginidad. Cuando Debo iba a casarse, su vagina estaba ya prácticamente cerrada. "Para cortarme, no me pidieron permiso, ni a mí ni a mi marido", dice muy alterada. "Luego me dejaron allí, sangrando, para que practicara el coito. Lloré toda la noche. La herida me quemaba. Sólo tenía 17 años".

Ahora Debo tiene 38. Es agente del Nissa Bank, una red de microcréditos para mujeres que ha impulsado Unicef en cinco regiones del país. La agencia de Naciones Unidas para la infancia apoya programas contra la ablación en 18 países de África.

75.000 mujeres

Es jueves, 1 de junio. Mientras Debo rememora el día más doloroso de su vida, la Organización Mundial de la Salud (OMS) difunde un estudio sobre la ablación basado en la observación a casi 30.000 parturientas de seis países africanos. La investigación demuestra que las mujeres a las que se les ha practicado la mutilación genital tienen más problemas en el parto -hemorragias, ingresos hospitalarios más largos-, y sus hijos, más posibilidad de morir en el periodo perinatal. Su riesgo de que el parto acabe en cesárea es de un 30% más que el de las mujeres que no han sido mutiladas. Fue el caso de Debo: "Cuando tuve a mi primer hijo, estuve tres días enteros de parto. El niño no podía salir por el canal vaginal a causa de las cicatrices. Al final me hicieron una cesárea. El bebé estaba muerto".

El calvario de esta mujer ahora llena de determinación comenzó cuando una anciana -las ejecutoras suelen ser mujeres mayores, mutiladoras profesionales o parteras tradicionales- buscó con su cuchilla la vagina de una adolescente recién casada. "Después, durante un año, tuve infecciones continuas. Estaba enamorada de mi marido, pero cada vez que hacía el amor con él me dolía mucho".

En diciembre de 2005, Mauritania, en pleno proceso de transición democrática, se adhirió a los 13 países africanos que prohíben la mutilación genital femenina con penas de tres años de prisión y multas de hasta 300.000 ouguiyas (unos 1.000 euros). Es el resultado de la presión de ONG y agencias internacionales, como Unicef.

Ahora el Gobierno prepara un plan nacional. Se trata de concienciar a una sociedad donde la ablación es algo tan natural como imponerle un nombre a una recién nacida. "Se practica generalmente una semana después del parto. A la niña se le bautiza y luego se le corta. Así se convierte en una verdadera mujer, se le da una identidad social más marcada", explicaba el día anterior en Nuakchot, la capital de Mauritania, Marian Baba Sy, representante de la Secretaría de la Condición Femenina y estudiosa de la ablación. "Pero hay más razones. Por ejemplo entre los soniqués [la etnia donde la mutilación es más frecuente: afecta a un 92% de las mujeres], el motivo es religioso. No se usa la palabra ablación, sino saliunde, que significa 'preparada para rezar".

"Si no están mutiladas son impuras, sacrílegas, no podrían orar", añade Diagana Yacouba, un experto de la ONG Actions, que habla sentado en su oficina de Nuakchot bajo dos carteles estremecedores. En ellos se ilustran las consecuencias de la ablación: hay dibujos en los que se ve cómo mana una sangre muy roja de entre las piernas de una niña. "Miedo, dolor, infección", se lee. Suena a poco: las complicaciones están estudiadas por los médicos: dolor atroz, shock, retención de orina, fístulas, daños en los tejidos de la zona, infecciones (incluyendo tétanos o sida, por uso de material contaminado), además de esterilidad. Las hemorragias graves y la septicemia pueden llegar a ser fatales.

La lámina incluye una pavorosa fotografía en blanco y negro que muestra el perineo de una mujer sin genitales. El subtítulo reza: "Ablación de clítoris y de labios menores y sutura de labios mayores". Se trata de la infibulación, que se practica en Mauritania a un 5% de las niñas. Un cálculo rápido hiela la sangre. Sólo en ese país, que tiene tres millones de habitantes, hay 75.000 mujeres con la vagina cegada y sin clítoris.

"Para los poular [la etnia a la que pertenece Debo, en la que se mutila al 72% de las niñas], la ablación tiene dos significados: mujer tranquila, y rito de iniciación", prosigue Baba Sy. En Mauritania, la forma más común de ablación es el corte o cercenamiento del clítoris, sin tocar los labios menores o suturar. Lo que sí se acerca a la infibulación es el taponamiento de la vagina, lo que le ocurrió a Debo.

Una niña que denuncia

Después de aquel desgraciado primer intento de convertirse en madre, Debo tuvo una hija, Fátima, que ahora cumple 10 años. No permitió que se la mutilase. Pero durante un viaje de estudios a la capital, la abuela materna y la tía llevaron a la niña, que entonces sólo tenía cuatro años, a ser cercenada. "A mi regreso, Fátima me contó lo que le habían hecho. Ella se dio cuenta de que era algo muy malo, y me dijo: 'mamá, vamos a denunciarlas a la policía".

La española Rocío Berzal, de Unicef, la escucha consternada. Entre otras cosas porque, hace ocho años, cuando ella trabajaba en Mauritania, la ablación era un tabú. Algo de lo que no se hablaba. Ahora, acaba de presentar un proyecto a la Comunidad de Madrid para que financie un programa de sensibilización contra la ablación en Brakna, la región en la que estamos, una de las que tiene más casos de mutilación.

No es una práctica en vías de extinción en Mauritania, contrariamente a la tendencia de otros nueve países africanos, según datos de 18 naciones recogidas por Unicef. Una encuesta de 2001 revela que el 69% de mujeres con al menos una hija ya la han mutilado (66%) o la van a mutilar (3%).

"Entre nuestra gente, no se cree que el clítoris sea un órgano; es sólo algo que está ahí y no debe de estar. Hay que quitarlo para que la niña sea normal", prosigue la experta, Baba Sy. "Es un órgano de erección que debe desaparecer porque la mujer ha de estar en estado de sumisión respecto al hombre, sin experimentar placer; es él quien debe tenerlo. La ablación es un valor social. Es una más de las marcas del cuerpo de las mujeres, doloroso y grave, eso sí".

Los imanes toman nota

El imán Diagana Mohamed Issa suda bajo su palestina blanquinegra mientras garabatea. Ha venido hasta Aleg, la capital de Brakna, desde Kaëdi, una población sureña de 34.000 habitantes, a un seminario con otros 10 líderes religiosos de cinco regiones que también promueve Unicef. Los imanes son otro de los objetivos a convencer, otros agentes de cambio.

Desde el estrado, Hademine Ould Saleck, tocado con un turbante y un bubú (túnica), habla sobre la fetua (estudio jurídico) que el grupo que ha fundado, la Asociación de Imanes y Ulemas Defensores de los Derechos de las Mujeres y los Niños, ha elaborado sobre la mutilación genital femenina. "La referencia de todos los jurisconsultos sobre la ablación se basa en hadiths

[palabras del profeta consideradas como ejemplo a seguir para los musulmanes] poco creíbles. No conocían los riesgos recientemente descubiertos de la ablación que requieren detener esta práctica", subraya. Hademine sabe que la mitad de los imanes que le escucha están perplejos. Creen que la oposición a la ablación, algo de lo que antes no se hablaba, no es más que una súbita campaña de intromisión.

Diagana está sorprendido. Pensaba que la ablación era obligatoria para el islam, porque se hace de manera generalizada. También creía que las mujeres que no han sido mutiladas tienen un deseo sexual más fuerte. Ahora se entera de que no es así. "La mujer privada de este placer sigue buscándolo, algo que le puede conducir a la desviación, contrariamente a la creencia de que la ablación lleva a la castidad", lee en la fetua.

La sorpresa del imán sería la de muchos de sus compatriotas. Opinan que la ablación es exigida por la religión (el 57% de las mujeres y el 60% de los hombres) y que constituye un medio de rebajar el deseo sexual (52% de las mujeres y 37% de los hombres). Diagana ya lo tiene claro. Hablará en el sermón del próximo viernes. Sus 3.000 feligreses escucharán que la ablación es algo nefasto.

Furor de conversas

Las cuatro mujeres se encaminan a un hangar, rodeadas de niños. Acaban de echar el cerrojo a la bulliciosa tienda de baratijas y telas de su cooperativa, en un barrio humilde de Nuakchot. Aicha, la más joven, lleva un gran cuaderno de láminas bajo el brazo. Cuando toman asiento formando círculo con una veintena de mujeres, su compañera Zeinobu empieza a dar órdenes, a espantar al aluvión de críos que se pelean por posar ante la cámara de la periodista. Ya se sabe quién manda aquí.

La enérgica Zeinobu es la presidenta de la cooperativa de 12 mujeres, promovida por la ONG Asociación Mauritana de Prácticas Tradicionales Nefastas. Hasta hace tres años vivía de practicar ablaciones, como sus tres compañeras. Lo hacía una o dos veces al día. Cobraba la voluntad, lo que los padres de las niñas quisiesen darle; 500 ougiyas, por ejemplo. Dice que ella nunca tuvo problemas, pero sabe de casos de niñas muertas. Cuando, en un taller, supo lo que podría pasarles a las más de 4.000 niñas que mutiló, adquirió el furor de los conversos.

Comienza el taller de sensibilización que ahora ellas conducen. Aicha va pasando las láminas de colores, explicándolas: una niña va a ser mutilada; sufrirá hemorragias, tendrá problemas en el parto, dice un médico; será estéril, le dolerán las relaciones con su esposo. Zeinobu apostilla, gesticula, grita. Su euforia es el resultado de un proceso: 1. Educar en derechos humanos y salud. 2. Talleres de sensibilización en las comunidades, no coercitivos. 3. La comunidad decide abandonar la práctica. 4. Lo comunica a otras comunidades. 5. El Gobierno lo prohíbe.

Una lámina muestra un mapa de Mauritania y una ilustración de La Meca. Debajo, dos datos: mauritanas, 72% de ablación; saudíes, 0%. La cartulina pretende mostrar que las mujeres saudíes, no mutiladas, son tan religiosas como las mauritanas. En ese punto, la hija de Aicha, una niña de pelo rizado y grandes ojos oscuros, se levanta la falda, provocando la risa de la concurrencia: quiere mostrar su sexo. Su sexo sin marcas.

La narración acaba. Con la ecuación: islam + salud = ley. La mujer mutiladora está dibujada entre rejas. La niña coge el cuaderno y lo levanta: "¡No a la ablación!", se lee en la última página.

A 400 kilómetros de Nuakchot, Debo prepara la cena para su hija en M'Bagne. Vive sola. La ablación es una marca más de la desigualdad de género. Se divorció porque su suegra exigió que dejase de estudiar para mudarse a trabajar en su casa. Ella sigue queriendo a su ex marido. Le duele.

Dolor sigue sintiendo Debo. En el vientre. Infecciones continuas. Será así hasta que muera. Huellas indelebles en una mujer marcada.

Historias de una práctica terrible

1

EL DÍA MÁS LARGO DE NENÉ

Cada vez que una niña iba a pasar por el trauma de la ablación, las vecinas reclamaban los servicios de la corpulenta Hany Sour, alias Nené, que hoy tiene 49 años. "Yo les abría las piernas y se las sujetaba para que no las cerrasen durante la operación". Nené, una mujer de la etnia poular, una de las cuatro de Mauritania, también se decidió a mutilar a su hija cuando era un bebé de medio año: "La ablación se hace para que las niñas sean puras, limpias, según nuestra tradición. Sin pasar por eso, ni siquiera pueden servir la comida o la bebida". Una mañana de hace 15 años, Nené abrió las piernas de su propia hija. Aún oye los gritos, el llanto. Pasaron las horas, pero ni el lloro ni la sangre cesaban. "Fue el día más largo de mi vida. Hubo un momento en que la vi pálida y pensé: mi hija se muere", recuerda. A las seis de la tarde la llevó al dispensario. "El enfermero preguntó tres veces qué le había hecho a la niña y no quise decírselo. Cuando se lo confesé, me amenazó con no curarla. Yo le conté que es algo que exige la comunidad. Sin pasar por ahí, ella estaría excluida". El enfermero accedió a curar a la niña, y tres horas más tarde la herida empezó a coagular. Aquella noche, Nené se juró a sí misma no volver a ayudar en una ablación. Pero su hija no volvió a ser la misma.

2

LA MUJER DE LA CUCHILLA

Una mujer cuenta cómo su hija estuvo a punto de morir por una hemorragia tras ser mutilada. Otra, que su primer bebé nació muerto porque no podía parirlo. Por eso, en esta reunión, Marian Dadda rehúye la mirada. Ella empuñó la cuchilla de afeitar al menos 100 veces en un año para cercenar el clítoris de las niñas. Cuando llegó en 2003 a M'Bagne, con su marido, albañil, sus vecinas le pidieron que amputase el órgano eréctil de sus hijas. Un año después, la misma comunidad, sensibilizada tras la implantación de una red de microcréditos local, le solicitó que dejara de hacerlo. A sus 27 años, ella ya ha ha parido siete veces. Es analfabeta. Desde muy joven acompañaba a una anciana a practicar la ablación. Un día le pasó la cuchilla a ella. La cuchilla de afeitar es el instrumental moderno de la ablación. Sucedió a la tijera, y ésta, al cuchillo. Marian cortaba el clítoris de las niñas con una cuchilla hervida y después aplicaba perfume y aplacaba la quemazón con agua fresca. Incluso aplicaba a la herida un preparado a base de excrementos de cabra, a los que se reconocen propiedades cicatrizantes. "Me siento como si hubiera matado a alguien", dice. Marian baja los ojos.

3

EL IMÁN Y SU HIJA

El sabio se sienta sobre un viejo cojín de cuero en el patio de su casa de adobe donde alfombras, colchonetas y cabras comparten el mismo recinto. Le escuchan una decena de familiares. El imán Thierno Abdallá, uno de los más influyentes de Mauritania, exclama: "No estoy convencido de que haya que acabar con la ablación. Si el profeta recomienda algo, tiene que estar bien". Sentada a su lado, su hija Mariata le responde: "Yo soy científica. Mi padre no busca explicaciones, se queda con lo que dice el profeta". El imán tiene 72 años. Su hija, profesora de Ciencias Naturales en el instituto de Boghé, 43.

"La planificación familiar y la limitación de los nacimientos persiguen debilitar el islam", prosigue su padre. La ablación está prohibida en Mauritania, le dicen. Él replica: "El Gobierno no nos puede imponer a los religiosos lo que tenemos que hacer".

4

HEMORRAGIA FATAL

Kadijetter Diko tiene 34 años. Se divide entre tres criaturas. A una, la más pequeña, la lleva en brazos. Las otras, dos niñas, se esconden por turnos en los pliegues de su túnica. Una va vestida de rosa, y otra, de verde. Tienen cuatro años. Son gemelas. Rouguiyatán, la chavalilla de verde, está viva de milagro. Cuando tenía seis meses, Kadijetter mutiló a las niñas. Como todas las mujeres que conocía. Aicha no sufrió problemas. Su hermana no paraba de sangrar. Por eso, la madre no ha tocado el sexo de la más pequeña.

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