El troll de Internet y la paradoja del anonimato
Publicado por Pedro Torrijos
Tengo serias dudas de que el lector medio de este magacín vaya a entender el presente artículo. Impregnados por ese caduco y nauseabundo espíritu progre, quince-emero y buenista, son incompetentes para realizar y admitir ninguna reflexión crítica. No en vano, la manifiesta ignorancia de la izquierda con la que se identifican, alimentada por años y años de sebosa vagancia intelectual al calor de papá-Estado, difícilmente les va a permitir que agrupen los dos o tres conceptos que voy a presentar en un pensamiento complejo. Preferirán el seguidismo de alguna inane reclamación periférica, pensando que el no-va-más de la cultura es citar a Bukowski o a Gloria Fuertes. Pero no se preocupen, que las mujeres, reacias e incapaces a cualquier elaboración abstracta, tampoco se van a enterar de nada de lo que aquí aparece. Como mucho impostarán su interés en esta lectura para así no dejar claro lo limitadas que son, pero en realidad lo único que van a hacer es alimentar el odio contra este humilde redactor por ponerlas —a ellas y a ustedes— en evidencia.
La hipocresía deshonesta que les llena de rencor les va a impedir que admitan las palabras que van a leer, pese a que saben que tengo razón. Porque prefieren vivir bajo una manta de pusilánime mediocridad envidiando al que destaca, al líder. Porque las cosas se dicen directas y a la cara. De frente. Pese a quien le pese. Como hacían Ayn Rand o Elia Kazan. Como hace Salvador Sostres.
Y ahora respiren profundamente.
Y ahora otra vez.
Como habrán podido comprobar, es extraordinariamente fácil irritar a los lectores —a ustedes—. Es extraordinariamente fácil irritar a casi cualquier persona. Probablemente conocerán a más de un director de periódico, columnista o tertuliano en general que emplea estos mecanismos de encabronamiento. Algunos exabruptos envueltos en una bruma de palabrería intimidante, un par de insultos directos, referencias culturales para dejar claro que, en realidad, no se es un garrulo maleducado, un poco de ingenioso sarcasmo y ciertas alusiones a temáticas controvertidas (política, religión, sexo, deporte) articulan —que no construyen— el perfecto mensaje irritante. Independientemente de lo profundo o acertado de la exposición, el gatillo de la cólera no lo aprieta el fondo del discurso, sino los dispositivos más evidentes.
Por supuesto, estos mensajes no se limitan al medio escrito o a la locución. Desde el manga más cuestionable y el cine gore más obvio hasta obras reconocidas por la crítica como el filme Happiness de Todd Solondz, existe toda una serie de productos culturales y mediáticos que hacen de la búsqueda del enfado del interlocutor su bandera más reconocible.
Hay quien usa solo determinados mecanismos y quien los mezcla en mayor o menor medida, pero en casi todos los casos que se le vengan a la mente recordarán ustedes algún nombre. Y como ya hemos expuesto en estas mismas páginas, en el ahora, los nombres son nuestras certezas. Es decir, es muy posible que estas personas sepan lo cerca que están de su parodia, pero, desde luego, son perfectamente conscientes del grado de exposición al que se someten. Su nombre —su persona— aparece en la firma, enfrente de un micrófono, delante o detrás de la cámara.
Michael Brutsch también sabía perfectamente cómo enfadar a sus lectores. Sin embargo, ellos, los miles que le leían cada día, nunca conocieron su nombre —su persona—. Para ellos era violentacrez.
El anonimato
Si la desindividualización es una de las características más notables del anonimato, el advenimiento de la red 2.0 ha destapado este fenómeno a la mayoría de la población.
La desindividualización, proceso psicológico estudiado desde finales del XIX por Gustave LeBon e investigado en el XX por Leon Festinger, Stanley Milgram y, sobre todo, por Philip Zimbardo, se significa esencialmente por la pérdida de la identidad; el ser humano desindividualizado desaparece dentro de sí mismo. Las consecuencias de esta condición pueden ser varias, desde un estado de preconsciencia o hiperconsciencia hasta la desaparición del sentido de la responsabilidad de nuestros actos. Y de igual manera, la ausencia del yo puede ser un fenómeno buscado, por ejemplo, a través de la meditación, o el efecto inconsciente de una categoría experiencial previa. Como ya hemos señalado, el anonimato es la más significativa.
En un principio, la desindividualización se consideró como una consecuencia de la pertenencia a un grupo; cuanto más grande es este último, más acusadas son los comportamientos desindividualizados. La disolución de la identidad personal dentro de la masa, en favor de los objetivos colectivos provoca, entre otros fenómenos, una pérdida paulatina de la capacidad de autoevaluación y de las inhibiciones, así como un aumento de las conductas antinormativas, antisociales e incluso sociopáticas. El ser humano desindividualizado no solo pierde su consciencia como persona, sino que, a veces, considera a sus semejantes en los mismos términos; les sustrae su humanidad, les cosifica.
En 1971, Zimbardo condujo su famoso Experimento de la Cárcel de Stanford. En él, un grupo de 24 jóvenes universitarios, todos de clase media y todos de raza blanca, fueron seleccionados para realizar una simulación de las condiciones de vida de una prisión. Mediante el lanzamiento de una moneda, y sin establecer ninguna diferencia objetiva, fueron divididos en dos mitades: guardianes y prisioneros. Los guardianes podrían volver a sus casas cada tarde, mientras que los prisioneros deberían permanecer en el sótano de la Universidad de Stanford los catorce días y catorce noches que iba a durar la prueba.
Pese a que todos los participantes eran voluntarios, se les pagaba por su participación en el experimento y habían pasado un examen psicológico que les consideró estables y saludables; pronto, los prisioneroscomenzaron a mostrar una serie de conductas despersonalizadas que, en algunos casos, desembocaron en trastornos emocionales catalogables. Y aún más notorio, los guardianes, armados con porras y vestidos con uniformes de inspiración militar frente a las batas blancas de los prisioneros, desarrollaron comportamientos violentos y sádicos que, fuera de ese entorno experiencial, jamás habrían realizado y que, además, fueron aceptados por los prisioneros.
A los seis días, tras tomar consciencia de la descontrolada situación a las que había llegado el experimento, Zimbardo lo dio por terminado.
Los comportamientos agresivos o sociopáticos de la desindividualización parecen ser, por tanto, consecuencia del anonimato derivado de la pertenencia a un grupo; piensen en los linchamientos o en la pertenencia a un ejército. En el caso de Stanford, Zimbardo dijo que los participantes se volvieron anónimos al pertenecer al“grupo humano más grande posible: el Sistema”.
No obstante, el anonimato no siempre es resultado de una situación anterior. El anonimato puede ser un acto deliberado, por ejemplo, para ceder el éxito en un colectivo sin personalizarlo o, como en el caso de Stephen King y su seudónimo, Richard Bachman, para cotejar si la notoriedad de un producto —sus novelas— se debía a la calidad intrínseca de las mismas o al autor que las escribía (spoiler: las ventas de las novelas de Bachman se multiplicaron por diez en cuanto se supo que el verdadero autor era King).
De igual manera, el anonimato puede ser casi la única opción cuando interviene el miedo, como lo es para un testigo protegido o un informante; o cuando emitimos opiniones controvertidas que no queremos sean relacionadas con nuestro nombre —con nuestra persona.
Ahora bien, cuando el único objetivo es la controversia de dichas opiniones, cuando queremos que sean lo más violentas, irritantes y amorales posibles, pero por el contrario nos avergonzamos de ellas y tenemos miedo a que alguien sepa que somos nosotros los responsables de las mismas, cuando no estamos dispuestos a asumir sus consecuencias, entonces tanto la desindividualización como el anonimato no son resultados, sino metas.
Si se une dicho miedo, el comportamiento desindividualizado y cosificante y la capacidad que ofrece la red 2.0 para ocultar el comportamiento más bronco detrás una máscara incógnita, el producto de esta ecuación social es uno de los entes más notorios de la actualidad: el troll de Internet.
Según el diccionario Collins, un troll es, en su novena acepción, “una persona que presenta opiniones deliberadamente incendiarias en una discusión de Internet”. Cuando Adrian Chen, en su artículo de octubre de 2012 en Gawker, sacó a la luz la verdadera identidad que se escondía detrás de violentacrez, le llamó El Mayor Troll de la Red.
La paradoja
Michael Brutsch entró por primera vez en Reddit en 2007. Eligió el apodo violentacrez (pronunciado Violent Acres) que había extraído de un blog que frecuentaba, y comenzó a escribir.
Al contrario que en otros foros como 4Chan, donde el anonimato es verdadero y prácticamente obligatorio, esto es, los usuarios no tienen apodo y son efectivamente anónimos, en Reddit se favorece la asunción de un pseudónimo y, por tanto, una suerte de personalización de los contenidos allí vertidos.
Al principio, violentacrez se comportó como un troll habitual: daba respuestas agresivas, insultos, provocaba a los demás usuarios y sentía una particular excitación al recibir respuestas igualmente ofensivas. Sin embargo, pronto aprendió a despojarse de los elementos que consideraba accesorios y concretó sus mensajes en el puro insulto y la imagen irritante. Comenzó a abrir subforos con nombres que se explican por sí mismos como Hitler,Jewmerica (América Judía), Chokeabitch (Estrangula a una zorra), Incest o Misogyny. En ellos, escribía mensajes a favor de la violencia o del racismo y publicaba, entre otras, fotos de mujeres maltratadas alabando dicho comportamiento.
Pero Reddit no es un foro dedicado a contenidos controvertidos. Reddit es un superforo y se comporta como un microcosmos de la sociedad digital; se publican desde artículos científicos, enlaces a noticias y relatos de los usuarios, hasta videos de gatitos. Por descontado, los mensajes de violentacrez y los propios subforos que abría y moderaba irritaban a otros usuarios de Reddit, que provocaban una espiral ascendente de réplicas, contrarréplicas y denuncias a los administradores, lo cual generaba una enorme cantidad de tráfico, terminando con el subforo en la página principal de la web. Y como dicen muchos de sus usuarios: la página principal de Reddit es la página principal de Internet.
En 2007, Reddit era un superforo. En 2012, albergó entrevistas —llamadas Ask Me Anything— a personalidades como Woody Harrelson o el propio Barack Obama; la revista Forbes la mencionó, junto a Twitter y Facebook, como una de las webs más influyentes de occidente.
Entonces, ¿cómo es posible que un sitio que incluye entrevistas de los usuarios al propio presidente de los Estados Unidos permita contenidos como los que publicaba violentacrez? Entre otras razones, porque el propio Brutsch se ofreció, voluntariamente y sin cobrar, a moderar los subforos más delicados, empezando por los suyos. Descargaba así de gran cantidad de trabajo a la administración de la página. En su apogeo, Michael Brutsch llegó a moderar más de 400 subforos de Reddit.
Durante unos meses de 2011, la segunda búsqueda que más tráfico generó para Reddit era Jailbait. En dicho subforo, violentacrez publicaba y animaba a los demás usuarios a publicar fotografías de menores de edad en poses eróticas o sugerentes. Como moderador, se encargaba de eliminar las fotografías que fuesen directamente pornografía infantil, pero también se preocupaba muy mucho de que ninguna de las chicas que aparecían en las imágenes no tuviese más de 15 o 16 años. Las fotografías se obtenían de otras webs como Facebook o incluso se tomaban en lugares públicos, encontrándose así dentro del margen de la legalidad estadounidense.
En septiembre de ese mismo 2011, el programa Anderson Cooper 360º de la CNN destapó el caso Jailbait a la nación, acusando a Reddit de albergar en sus páginas contenido rayano en la ilegalidad con el único objeto de obtener más tráfico y más publicidad. Un todavía anónimo violentacrez respondió a la controversia con frases como: “No es para tanto” y “La gente se toma las cosas demasiado en serio”.
Sin embargo, tras la emisión del programa, la administración de Reddit eliminó el subforo Jailbait en un intento por controlar la polémica. Pero, pese a todo, violentacrez, que había sido declarado por la revista The Daily Dotcomo el usuario más influyente de Reddit, seguía teniendo carta blanca. Se jactaba de su fama y de hacer básicamente lo que le venía en gana. Incluso abrió un nuevo subforo, llamado Creepshots, con fotos de mujeres anónimas —esta vez, mayores de edad— tomadas en lugares públicos y sin su consentimiento.
Si como dijo Sigmund Freud, “El primer humano que insultó a su enemigo en vez de tirarle una piedra fue el fundador de la civilización”, violentacrez se había convertido en el civilizador más incivilizado de la historia de Internet.
Pero había un cabo suelto; la persona empezaba a tener envidia de su pseudónimo. Violentacrez estaba en la cresta de la ola y Brutsch no estaba dispuesto a quedarse atrás. Acuñó su propio símbolo —una versiónzombificada del propio logo de Reddit— que imprimió en camisetas que vestía orgulloso cuando se reunía con otros usuarios de la web en las quedadas a las que acudía regularmente. Allí, Brutsch tenía un comportamiento agradable y divertido, aunque portase el estandarte del troll más salvaje de Internet. Comentaba con ingenio los devenires de la página que les acogía a todos, incluyendo las hazañas de su famoso pseudónimo. Era amable, gracioso y agudo. Era el centro de atención.
Fue esta paradoja del ego desindividualizado la que permitió a Adrian Chen averiguar la verdadera identidad de violentacrez. Había dejado demasiadas pistas, demasiadas fotos, demasiada gente le conocía en persona. Chen no tuvo más que preguntar a las personas adecuadas —usuarios de Reddit que abominaban de violentacrez— y cotejar la voz que el propio Brutsch había dejado en un podcast, con uno de los números de teléfono que le habían proporcionado.
El diez de octubre de 2012, mientras trabajaba en su oficina de Texas, Brutsch recibió una llamada telefónica. Chen le dijo en ese momento que sabía que él era violentacrez y que iba a revelar su nombre. El hombre que había portado orgulloso la máscara más terrible de la red se derrumbó. Suplicó que no lo hiciese, que tenía una hipoteca, una mujer discapacitada; que si le veían por lo calle podrían agredirle físicamente; que si lo sabían sus jefes le despedirían; que era exmilitar, que él no era así en realidad, que solo lo hacía para desconectar de su trabajo. Le ofreció ser su marioneta en Reddit, hacer lo que fuera que le pidiese.
“No es para tanto. La gente se toma las cosas demasiado en serio” había dicho un año antes. De repente, las cosas eran serias y eran para tanto.
Una semana después de la publicación del artículo en Gawker, la CNN emitió una entrevista con Brutsch. En ella, el informático de 49 años declaró que, efectivamente, había sido despedido de su trabajo, había perdido su seguro médico y no se veía capaz de pagar la hipoteca de su casa. Ante las preguntas del entrevistador, mostró cierto arrepentimiento de sus actos en Reddit: “[…] nunca pensé en lo que estaba haciendo. Y nunca escuché lo que me decía la gente. Eso no se debe hacer”; y se disculpó… a medias: “Hasta cierto punto me arrepiento de lo que hice. Pero insisto, estaba actuando ante una audiencia de jóvenes universitarios. Hace dos años, cuando todo esto estaba en su punto más alto, la audiencia apreciaba y apoyaba el tipo de humor negro que yo ponía allí”.
Con todo, considero que el comentario más relevante vino cuando Drew Griffin le preguntó si obtenía alguna satisfacción con su comportamiento: “Honestamente, la máxima satisfacción que obtenía eran esos insignificantes puntos de Internet”, contestó Brutsch. Posiblemente se refiriese al sistema de karma, que de similar manera a otras webs, regulan la jerarquía de Reddit; pero, de alguna forma, también explicaba tanto el comportamiento habitual del troll —la excitación al provocar respuestas— como la paradoja de su anonimato. Por mucho que Michael Brutsch quisiera ser anónimo, violentacrez adoraba y necesitaba la fama.
Implicaciones
Incluso antes de que se publicara el artículo y cuando ya se olían cual iba a ser el desenlace, los administradores de Reddit, animados por muchos de sus usuarios, iniciaron un contraataque contra Gawker, bloqueando en el foro los enlaces a su web o a cualquiera de sus webs subsidiarias. Acusaron a Chen de comportarse como un chivato y realizar un acto de vigilantismo policial que atentaba contra el derecho a la libertad de expresión. Aducían que el miedo a ser descubiertos provocaría que muchos de sus usuarios anónimos dejasen de publicar lo que les apeteciese, volviéndose así dóciles herramientas del sistema y sus normas sociales. Incluso se dijo que la exposición al público de Brutsch y la caída de violentacrez presagiaba el derrumbe de Reddit, y con él, el de todo un sistema de librepensamiento en Internet.
Por el contrario, yo estoy de acuerdo con la opinión que P.J. O’Rourke vertió al respecto: “Solo hay un verdadero derecho humano básico, el derecho a hacer lo que te dé la real gana. Y con él viene el único deber humano básico, el deber de asumir las consecuencias”.
Quizá no consideren esta historia especialmente interesante. Con todo, si aún le confieren alguna relevancia a los medios de comunicación tradicionales, sepan que no solo la CNN, sino también el Guardian, el Independent o la mencionada Forbes se hicieron eco de la noticia y sus derivaciones.
Puede que crean que algo que pasa al otro lado de una pantalla no les afecta en su vida real. Sin embargo, piensen en la cantidad de tiempo que pasan diariamente delante de su smartphone, de su tablet o de su ordenador. Piensen en cuántas de sus relaciones habituales se desarrollan a través de este medio. Hagan memoria y recuerden algún comentario que leyeron en un foro, en una noticia o en Twitter que les enfadó especialmente y el tiempo que dedicaron a pensar la respuesta que le iban a dar. Cómo ese día, mientras iban al volante, elucubraron la mejor combinación de palabras con las que zanjar de una vez la discusión y dejar en evidencia a ese interlocutor del cual no conocían ni su nombre ni su edad ni su aspecto. Y aún más, piensen en la verdadera irritación que han sentido al leer el primer párrafo del presente artículo.
Tomen consciencia de cómo lo que aparece en la pantalla que está frente a ustedes les afecta realmente. Cómo la frontera del monitor se ha disuelto y todo lo que está tanto a un lado como al otro forma parte irremediable de su vida.
A violentacrez ya no le queda ninguna vida y Michael Brutsch, de 49 años, casado y con dos hijos, tendrá que empezar a imaginarse una nueva.
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