martes, diciembre 06, 2005

La Guía para chicas incita al lesbianismo, según el arzobispo de Toledo

Guía para chicas Zyp Email del autor Telepolis Distrito El Diván
La guía blasfema

El arzobispo toledano realizó unas manifestaciones durante la inauguración de la exposición "La mujer vestida de sol", donde ensalzó la hermosura y la belleza de La Virgen "toda pura toda casta". Según el obispo, la Purísima, “… se nos descubre como la maravilla de la verdadera grandeza de la mujer que por desgracia, tantos parecen empeñados en empañarla, desfigurarla y empequeñecerla en tantas cosas, como por ejemplo, lo digo con dolor como un pequeño botón de muestra, en los folletos que abusivamente se están distribuyendo en los centros escolares de nuestra comunidad. Me refiero a la guía para chicas, pero de esto hablaré en otra ocasión"

Venenoso libelo
Hace bien el Sr. Obispo en atacar a la “Guía para chicas” distribuida en los Institutos de Castilla – La Mancha por el Instituto de la Mujer correspondiente. En este venenoso libelo se dan una serie de consejos para las chicas, que parecen diseñados por personas ateas (o por el mismo demonio) y que jamás han sentido la culpabilidad que debe sentirse al trasgredir el sexto mandamiento.

Con la excusa de desculpabilizar a las chicas, en la guía se les dice que es normal que las jóvenes se masturben. Por supuesto, para el obispo Cañizares, eso no es normal. También en la cadena COPE, la estación de radio propiedad de la conferencia episcopal española, se ha dado relevancia a este hecho. Según la cadena santa, en Castilla – La Mancha se distribuye una guía que anima a las jóvenes a masturbarse y tocarse entre ellas, así como a que procuren satisfacer sus deseos de expresión sexual como las demás necesidades naturales (comer, dormir...) También el juicioso diario La Razón, encadena diatribas contra los responsables de escandalizar a las pobres adolescentes manchegas, que hasta ahora eran tan felices chupándose el dedo.

Realmente, follar no es tan necesario como comer y dormir. Aquí se han pasado un poco. Pero nadie (salvo los obispos y sus catecúmenos) va a negarme que es divertido y saludable, especialmente si se toman las debidas precauciones sanitarias. No crean que esté tan en contra de todo lo que dice el obispo. Estoy de acuerdo en que si todas las mujeres se portasen como la Virgen María, desaparecerían los pecados contra la castidad en este mundo. Sospecho también que se acabaría el mundo, pues no siempre el Espíritu Santo estaría a punto para provocar los pertinentes y milagrosos embarazos exigidos si las señoras se declararan en huelga de piernas cerradas.

Las cosas son como son, y no como a los pudorosos obispos les gustaría. Los embarazos no deseados, en la adolescencia, no parece que vayan a ser contenidos con las recomendaciones de la Santa Madre Iglesia. O el mensaje eclesial interesa a poca gente, o los mensajeros episcopales no saben venderlo de la forma adecuada. En los años del pontificado de Juan Pablo II, tan apreciado por la clientela católica, el número de asistentes a misa pasó del 65 %, de los que se reconocían católicos, a un pírrico 20%.

En palabras de la directora del Instituto para la Mujer, la finalidad de los folletos es «modificar el pensamiento y las conductas discriminatorias hasta alcanzar un nuevo modelo de mujer». Una mujer más informada, más libre, menos culpabilizada, menos dominada, menos sojuzgada. El modelo de la dominación de la mujer por el hombre se ha revestido, casi siempre, de una doble moral, a la hora de enjuiciar las conductas sexuales. Un hombre de bragueta fácil, es un “machote” o un “torero”. Una chica de entrepierna lustrosa, es un putón.

En 1979 fui denunciado por una asociación católica de padres por glosar, en un artículo publicado en La Vanguardia, un libro sueco, llamado “A ver”, que era una guía de conducta sexual, ilustrada con fotos, para padres que quisieran educar a sus hijos adolescentes de acuerdo con la línea liberal allí preconizada. Me pusieron de pervertido y pederasta para arriba. El libro fue condenado y retirado del mercado, y yo acabé saltando del serio periódico. En aquellos (cercanos) tiempos, la “Guía para chicas” habría sido quemada, su autora encarcelada y yo torturado en la comisaría de lo social (lo hacían por menos). Al lado de la "Guía para chicas", el librito sueco era un comic para niños.

El arzobispo de Toledo, que es el primado de la Patria (ya saben de cuál) también quiso poner "en manos de La Virgen a nuestra España que tiene como patrona a la Inmaculada, y cuyo patronazgo une a todos los pueblos de España en una unidad inquebrantable que ciertamente está amenazada, y que todos en constitución hemos de defender para asegurar el bien común de nuestra sociedad".

Pobre virgen María, metida en tantas harinas. Las chicas progres de mi querido mayo del 68 recitaban: “María Santísima: tú que fuiste madre sin dejar de ser virgen, ayúdame a dejar de ser virgen sin ser madre”. Gloriosos tiempos en los que follar no era pecado, sino que era milagro.

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