Miguel Brieva analiza con ironía la crisis económica y ecológica en 'Memorias de la tierra'
- "He querido imaginar escenarios de salida de la crisis", asegura. Podemos vivir mejor consumiendo mucho menos"
- Dedicatoria de Miguel Brieva en 'Viñetas y bocadillos'
En estos momentos en los que nadie parece tener ni idea de cómo salir de la crisis, Miguel Brieva nos sorprende con un torbellino de ideas en forma de libro:Memorias de la tierra (El otro mundo 2) (Reservoir Books, Mondadori) en el que utiliza su visión crítica y filosófica y su afilado sentido de la ironía para que nos demos cuenta de los errores que nos han llevado a la situación actual. E intenta aportar ideas para sobrellevar mejor un futuro que parece muy negro. El autor se centra sobre todo en las nefastas consecuencias que nuestra forma de vida está teniendo en la ecología.
"Mi trabajo, asegura, ha ido virando de una cosa más humorística, irónica y crítica a tener un matiz más constructivo, más de esforzarse en imaginarescenarios posibles de salida de la crisis que en incidir una y otra vez en el desastre cotidiano que cada vez es más evidente, por lo que cada vez es más redundante satirizarlo".
Aún así confiesa que: "La salida está difícil. El sistema en el que vivimos está al borde del colapso y saldremos de él en dos o tres décadas. El problema es que pasemos de esta a una situación aún peor. Por eso es muy importante que espabilemos y hagamos un esfuerzo por salirnos del sistema en nuestra propia mente y empezar a hablar de otro modo de vida. Nos enfrentamos a un decrecimiento por el colapso del sistema y la crisis energética y la cuestión es tratar de afrontar esta transición de la manera más colectiva y cabal posible. La esperanza es lo último que se pierde".
"Somos yonkis del consumo"
Miguel no confía en fórmulas mágicas: "Hablar de un nuevo modelo económico preconcebido es algo ingenuo, creo que ese modelo va a salir más desoluciones puntuales que se van a ir dando a las cosas. Pero hay cosas seguras como que vamos a tener que vivir de un modo más sencillo".
"Podemos vivir mejor consumiendo mucho menos, moviéndonos mucho menos, en una escala más local. No es un retroceso histórico sino llevar una forma más sosegada de vida. Lo ideal es que eso pudiera llegar a las instituciones, pero es complicado porque están muy viciadas, por lo que debemos confiar más enmovimientos de toma de conciencia de la gente, como el 15-M y otros que ya llevan muchos años".
"En torno a ese tipo de organizaciones podemos probar nuevas fórmulas como grupos de consumo alternativos y cosas así para salir del embrollo en el que nos hemos metido. Yo trato a mi manera deprescindir de cosas superfluas. Es un proceso de desintoxicación como el de un yonki. Somos Yonkis y tenemos que salirnos de esa sociedad de consumo descontrolado".
"Habrá quién necesite pasar por la metadona orenunciar al coche pero a cambio podrá comprarse la pantalla plana. Es un proceso complejo que pasa por cada uno. Cosa tan evidentes como mandar el coche a tomar por saco o prescindir de los pequeños gadgets de los móviles. Tratar de hacer una criba de lo que es esencial y lo que es superfluo".
"Ahora que estamos en crisis y vamos a ir perdiendo poder adquisitivo va a ser un buen momento para darnos cuenta de que casi todo lo que consumimos es muy superfluo y de apreciar lo que realmente vale la pena. Yo veo que hay gente que ya está tomando consciencia. De momento son una minoría pero pienso que esa actitud se va a ir contagiando poco a poco".
La tierra vista por un extraterrestre
Memorias de la tierra es una recopilación de sus trabajos publicados durante los dos últimos años en 'El País' y 'El Jueves' y numeroso material inédito. El libro está narrado por un extraterrestre porque según Miguel: "Es un personaje que me sirve de nexo entre las historias y al no ser de la tierra, aporta un punto de vista neutral".
"El extraterrestre estaría en el lugar al que podríamos llegar nosotros si saliéramos de nosotros mismos y nos parásemos a pensar. Una persona sin nuestros tics y nuestros mitos y que puede analizar la sociedad humana como nosotros, por ejemplo, analizamos a las hormigas. Con una neutralidad científica y aséptica. Y a la vez con la capacidad de empatizar con esta especie que somos nosotros".
"Los medios de comunicación son como monstruos"
Como en anteriores trabajos, Brieva crítica el papel de los medios de comunicación y la publicidad: "Son como monstruos. Son lo que hace que la gente tolere este mundo delirante. Si no existieran, el mundo habría cambiado ya. Son como dosis deentretenimiento embrutecedor que hace que la gente se quede como un cervatillo cuando le deslumbran los faros de un coche en una carretera por la noche. No tengo mucha esperanza ni en las instituciones ni en los medios de comunicación. Son parte del sistema".
Por eso prefiere confiar más en gente que utiliza el cerebro, a los que ha dado un espacio en el libro, incluyendo sus reflexiones al final de cada capítulo: "Las voces a las que doy cabida son de personas que casi no aparecen en los medios. Son gente que piensa, gente que ha escrito, ecólogos, científicos, pensadores… Son voces bastante minoritarias aunque llevan décadas prediciendo lo que está pasando".
"Gente como Guy Debord que, pese a estar en la marginalidad del pensamiento, son las voces más claras del último medio siglo. Pensé que si estamos en un momento chungo que gente de los años 60 ya estaba prediciendo podemos sospechar que las predicciones que hacemos ahora pueden cumplirse dentro de 20 o 30 años. Y esas predicciones son incluso más catastróficas. Así que creo que merece la pena pensar en ello".
"Todos deberíamos ocuparnos más de temas como la ecología y lo que nos depara el futuro, al margen de nuestro oficio. Empezando por los publicistas, que deberían dejar de hacer publicidad. Hay que ocuparse de que las cosas creativas, como los libros o los cómics, busquen ensanchar el horizonte, que no sean sólo un producto para vender. Creo que todo lo que no sea imaginar estos futuros posibles es como remar en contra, pero eso ya que cada uno decida".
Viñetas evocadoras
Entre las fabulosas ilustraciones del libro destaca la portada: "Es un dibujo que me parecía evocador, asegura Miguel. El lector ve sus propios pies sobre una hojarasca de la que sale un ojo que es como el ojo de la tierra que te devuelve la mirada. En un principio planteé el libro como si estuviera escrito por la propia tierra, pero luego me pareció más interesante la idea del extraterrestre y menos ñono. Pero la portada habla de eso".
También destaca un dibujo que critica elexcesivo lujo y desmesura de los transatlánticos, algo muy de actualidad estos días. "Esta sociedad potencia todo el rato la individualidad para que todo el mundo acabe haciendo lo mismo, como estos transatlánticos que son como hormigueros flotantes. Estaría bien hacer un esfuerzo cada uno por darnos cuenta de qué es la individualidad. Y si pasa por hacer lo que hacen los demás podíamos empezar a sospechar. Es lo que pasa con esas colmenillas acuáticas".
Un apasionado de los cómics
El sobresaliente aspecto gráfico del libro, con impresionantes ilustraciones y una cuidada composición de las páginas hacen que las imágenes nos impacten al primer vistazo, algo que Brieva confiesa haber aprendido de los clásicos: "A mí me gustan mucho los cómics y siempre he apreciado el esmero y el trabajo que tiene detrás, gente como Windsor McCay (Little Nemo in Slumberland) o Moebius… Ahora se han abierto otras maneras de dibujar más rápidas, más informales, que yo también aprecio, pero lo fundamental es que haya un buen guión. Desde niño me han gustado los libros ilustrados y he disfrutado de esos dibujos que te sumergen en otros mundos bien acabados".
"Aún así, confiesa, soy bastante rápido, no aboceto mucho las páginas, voy con la tinta directamente y los textos no los escribo antes, sino directamente sobre la viñeta. Es una conjunción de esmero y chapuza lo que yo hago. Y tengo un toque retro porque uso mucho material de referencia antiguo y porque ahora la estética en general, la moda el cine... tiene a lo retro. Parece que hemos llegado a un callejón sin salida. Es como quela imaginación no puede avanzar porque no vemos futuro. Y por eso se tiende aechar la vista atrás. Y como Internet es un catálogo tan intenso, yo trabajo mucho con imágenes de ahora y de todas las épocas".
En cuanto al cómic autobiográfico, tan de moda actualmente, asegura que: "Uno de los pilares de nuestro modo de vida es el narcisismo y habría que empezar a pensar más en los demás y menos en nosotros mismos. Es cierto que gente como Robert Crumb, ha acabado hablando de muchas cosas a través de hablar de sí mismo, pero es una corriente que tiende al ombliguismo y a la intrascendencia. No me parece mal como género pero pienso que uno tiene que esforzarse más para ordeñarse a sí mismo para sacar algo que realmente valga la pena. Porque para eso prefiero leerme un cómic de toda la vida como Valerian o algo de Johann Sfar que es un tío que está haciendo cosas muy buenas a nivel narrativo".
Y tampoco se considera un pionero en hablar de temas como la ecología: "Ha habido gente que ha defendido la ecología mediante el cómic como el propio Crumb o El Roto… Lo que pasa es que hasta hace apenas once años, cuando yo empecé a publicar, abordar temas sociales o políticos era casi una marcianada. Ahora es una cuota de mercado que se empieza a abrir porque hay un interés y también negocio".
Brieva es uno de los diseñadores e ilustradores más solicitados y tiene numerosos proyectos: "Actualmente hago trabajos de diseño, que es de lo que vivo; preparo un libro personal con una editorial pequeña, colaboro con revistas… y toco con un grupo de música que tengo en Sevilla que se llama Las buenas noches, con el que ya he sacado un par de discos. Y quiero escribir un tercer volumen de El otro mundo que esta vez sería en forma de historieta. Lo que pasa que eso son palabras mayores. A ver si reúno energía para eso".
Mientras podemos disfrutar de Memorias de la tierra, una nueva demostración de que Brieva es uno de los autores de cómics con más talento de la actualidad.
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