martes, abril 24, 2007

Un estudio revela que los adolescentes aragoneses beben, fuman y consumen marihuana en mayor proporción que la media

Un estudio revela que los adolescentes aragoneses beben, fuman y consumen marihuana en mayor proporción que la media
El trabajo señala, no obstante, que los aragoneses de 14 a 18 años faltan menos a clase que la media española
24/04/2007 EUROPA PRESS El Periódico de Aragón
Un estudio revela que los adolescentes aragoneses beben, fuman y consumen marihuana en mayor proporción que la media. Así, el 54,5% de los aragoneses entre 14 y 18 años encuestados afirman haberse emborrachado en el último mes frente al 44% de la media española; el 37,6 haber fumado diariamente, frente al 28,6% del resto del país, y el 35 por ciento consumir marihuana, mientras que el conjunto del Estado lo hace el 25,6.
El estudio ha sido realizado por tres profesores del Departamento de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza y editado por la Fundación de Economía Aragonesa (FUNDEAR) en colaboración con la Obra Social de Caja Inmaculada (CAI). El investigador principal del estudio, José Julián Escario, presentó los datos en rueda de prensa, junto con otro de los investigadores, José Alberto Molina, quien también es el decano de la Facultad de Económicas de la Universidad de Zaragoza.
Estuvieron también presentes la directora del Servicio de Estudios de la CAI, Marta Candela, y al jefe de Relaciones Institucionales de Ibercaja, Francisco Bergua. Candela agradeció el "excelente trabajo en un tema de gran interés" y precisó que junto a José Julián Escario y José Alberto Molina ha realizado este estudio la profesora Rosa Duarte.
José Julián Escario explicó, por su parte, que los datos del estudio "no sólo reflejan una situación preocupante, sino que también resulta alarmante la evolución de estas conductas en los últimos años" ya que los datos analizados, de 2004, frente a los de 1996 ponen de manifiesto que se ha producido un incremento de estas conductas.
En el caso del consumo de alcohol, en 1996 el 37,1% de los adolescentes entre 14 y 18 años reconocían haberse emborrachado en el último mes, frente al 54,5% de 2004; el 35,6% ser fumador, frente al 37,6, y el 14,1 consumir marihuana, cifra que se ha incrementado un 20,9%, alcanzando el 35% de los aragoneses de 14 a 18 años.

El profesor e investigador señaló, no obstante, que un dato más positivo es que los adolescentes aragoneses faltan menos a clase que la media, elevándose al 40,2% los que reconocen haber faltado a clase en el último mes, frente al 42,5% del conjunto del país.
El trabajo lleva por título "Los amigos en las conductas de riesgo de los adolescentes aragoneses" y su objetivo es analizar el efecto de la presión del grupo de amigos sobre las probabilidades de que un joven decida consumir las citadas drogas o faltar a clase. El trabajo también aborda los factores familiares, económicos y educativos, explicó José Julián Escario.
Para dar respuesta a estas cuestiones se ha utilizado la Encuesta sobre Drogas a la Población Escolar correspondiente al año 2004 realizada por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional de Drogas en la que participaron 25.521 estudiantes españoles y 1.757 aragoneses.
El investigador principal manifestó que la presión del grupo de amigos sobre la probabilidad de consumir una droga o faltar a clase es significativa de forma que "cuando mayor es el porcentaje de amigos que consumen drogas o faltan a clase mayor es la probabilidad de que el adolescente decida falta", subrayó.
Concretamente, el estudio concluye que si la proporción de jóvenes de la clase que participa en una conducta aumenta en diez puntos porcentuales, la probabilidad de que los jóvenes participen en dicha conducta se incrementa por término medio en el 4,8% en el caso del consumo abusivo de alcohol, el 6,2% para las faltas de clase, el 1,7% para el tabaco y el 1,9 para la marihuana.

OTROS FACTORES
José Julián Escario precisó que otros factores que influyen son la renta disponible por parte del joven, ya que cuanta más disponibilidad tenga, más probabilidad tendrá de desarrollar esta conductas. Los resultados también revelan que la existencia de fumadores en el ámbito familiar está asociada con el incremento de la probabilidad de que el adolescente consuma cualquiera de las tres drogas consideradas.
Respecto al nivel educativo de los padres, éste influye pero si aparece la presión del grupo de amigos, deja de ser significativa. Además, vivir en familias desestructuradas también incrementa la probabilidad de desarrollar las cuatro conductas analizadas ya que los progenitores "no pueden atender ni controlar tanto" a sus hijos por "falta de tiempo", manifestó Escario.
Finalmente, el estudio señala que los grupos donde el número de escolares es más reducido son menos frecuentes estas conductas "porque los alumnos no están en el anonimato" y la realización de campañas informativas sobre las consecuencias del consumo de drogas en los centros educativos disminuye la probabilidad de que los jóvenes consuman drogas, se emborrache o fumen, "pero lamentablemente su efecto no es muy importante", comentó Escario.
El investigador aclaró también que muchos encuestados no consideran la marihuana como algo perjudicial, quizá influidos por la defensa que se realiza en algunos sectores para su legalización y por quienes defienden sus efectos beneficiosos ante los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer.

PROPUESTAS
Otro de los investigadores del estudio y decano de la Facultad de Económicas de Zaragoza, José Alberto Molina, resaltó la "originalidad" del estudio, "el primer análisis riguroso de estas características que se hace en España", ya que apenas hay trabajos similares, tampoco en el ámbito internacional, "por la falta de datos o las dificultades del análisis econométrico", dijo.
Molina indicó que están a la espera de conocer los datos de 2006 para agregarlos a este trabajo y comprobar si la tendencia sigue siendo al alza.
El investigador propuso también algunas soluciones, como "seguir con políticas que reduzcan el consumo de tabaco entre adultos" porque "las conductas de riesgo se heredan, no por los genes sino por los comportamientos" y los adolescentes que ven fumar en casa "se sienten con derecho y confianza para hacerlo ellos también".
También abogó porque las Administraciones públicas favorezcan que los adolescentes de familiar separadas o divorciadas puedan seguir conviviendo con el padre que no tiene la tutela puesto que "una relación más directa con los dos progenitores y que éstos consuman menos tabaco hará que las consecuencias sobre los grupos de riesgo sean menores".

1 comentario:

Anónimo dijo...

gran juventud aragonesa.
los libros son droga peor en realidad.

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