NO A LA GUERRA. DEJAD QUE LOS PUEBLOS DECIDAN. PLAZA DE ESPAÑA -ZARAGOZA-20h. MARTES 26 DE ABRIL Y TODOS LOS MARTES DEL MES DE MAYO
Los presidentes Obama, Cameron y Sarkozy declararon, en un artículo conjunto publicado hace diez días, en que no quieren sacar a Gadafi de Libia por la fuerza. Pero también insistieron en que Gadafi “debe irse para siempre”. ¿Una cosa o la otra? Pues no, las dos: los bombardeos seguirán hasta que Gadafi sea derrocado, pero el Plan-B de un país dividido tampoco les viene nada mal, siempre que garantice el control del petróleo y encierre a Gadafi en su feudo del Noroeste. Por algo será que Hillary Clinton advirtió, hace casi dos meses, de que Libia podría convertirse en una “gigantesca Somalia”. Más tarde, el ayer ministro de exteriores libio y hoy apreciado desertor, Musa Kusa, insistió en el temor a una guerra civil en la cual “Libia sería una nueva Somalia”. El mensaje de nuestros gobiernos, los repartidores de democracia, es: “La guerra ya está en marcha, eso era lo importante. Ahora, a ver qué pasa”.
Los presidentes Obama, Cameron y Sarkozy declararon, en un artículo conjunto publicado hace diez días, en que no quieren sacar a Gadafi de Libia por la fuerza. Pero también insistieron en que Gadafi “debe irse para siempre”. ¿Una cosa o la otra? Pues no, las dos: los bombardeos seguirán hasta que Gadafi sea derrocado, pero el Plan-B de un país dividido tampoco les viene nada mal, siempre que garantice el control del petróleo y encierre a Gadafi en su feudo del Noroeste. Por algo será que Hillary Clinton advirtió, hace casi dos meses, de que Libia podría convertirse en una “gigantesca Somalia”. Más tarde, el ayer ministro de exteriores libio y hoy apreciado desertor, Musa Kusa, insistió en el temor a una guerra civil en la cual “Libia sería una nueva Somalia”. El mensaje de nuestros gobiernos, los repartidores de democracia, es: “La guerra ya está en marcha, eso era lo importante. Ahora, a ver qué pasa”.
Hace días, semanas, años y décadas que tenemos suficiente información para reconocer el objetivo de cada guerra fabricada por Occidente. ¿Hace falta repetirlo esta vez? ¿Quién ha pasado años traficando con armas con Libia? ¿Quién está, ahora, armando a los dichosos “rebeldes”? ¿Quién está llenando el país de Fuerzas Especiales? ¿Quién se cree el cuento de unas pacíficas masas populares que se levantan espontáneamente en armas contra “un tirano armado hasta los dientes” y en una semana ocupan, ¡oh, casualidad! las zonas petrolíferas estratégicas? Ahí llevan semanas haciendo negocio las empresas de mercenarios, protegiendo los pozos y colaborando en la guerra civil.
¿Nos queda claro? ¿Queda claro que la Resolución 1973 es una farsa? ¿Queda claro que la “revolución” libia fue fabricada por los servicios de inteligencia franceses, el MI6 británico y la CIA? Nuri Mesmari, ex jefe de la diplomacia libia, desertó a París en octubre de 2010. Mohammed el-Senoussi, príncipe heredero de Libia se encuentra exiliado en Londres. Khalifa Hifter, agente de la CIA exiliado en EEUU es el autoproclamado comandante militar de los “rebeldes”. Lo que estos rebeldes con causa no saben es son simples marionetas de usar y tirar. Son rebeldes tan descartables como los contras de Nicaragua o los muyahidines afganos.
Si un pueblo pide democracia, la OTAN lo bombardea. Ahí queda el mandato de NNUU. Ahí queda el alto el fuego. ¿Apoyar a los pueblos que piden libertad? Todo es mentira. Entre otros, Brasil, Rusia, India y Sudáfrica ya han condenado oficialmente los bombardeos y han hecho un llamamiento a la reforma del Consejo de Seguridad de NNUU para que deje de ser el teatro que es. La Unión Africana retira apoyos a la invasión. Crecen las críticas en todo el mundo. La pacificadora exclusión aérea se ha convertido en canal de suministro de armas y las fuerzas europeas se preparan para entrar en acción a las órdenes del jefe yanqui. Siempre la misma historia y cada vez una excusa distinta: los ataques preventivos de ayer son las intervenciones humanitarias de hoy. Ayer era prevenir. Hoy es proteger. Siempre igual de falso.
A pesar de su reciente condición de “amigo extravagante”, Gadafi molestaba porque controlaba un trozo estratégico del Mediterráneo, porque hizo acuerdos con China, porque le sobraba dinero para financiar proyectos en países más pobres (puñetera la gracia que le hace eso al FMI) y porque estorba a los planes del AFRICOM para militarizar África en beneficio de EE.UU. Pero NO porque maltratara a su pueblo, por mal que lo haya tratado: si fuese así, la OTAN habría invadido ya todo el planeta, incluidos sus propios países miembros.
La guerra en Libia envía un mensaje claro para toda África: “Esto mismo pasará a quien siga firmando acuerdos con China. Queremos someteros militarmente y controlar vuestros recursos naturales”.
Esta es la primera parte del plan criminal de Occidente. En la siguiente fase, si la OTAN se librase pronto de Gadafi, el control total de las salidas al Mediterráneo pasaría por cerrar Siria.
La contrarrevolución contra la Gran Revuelta Árabe de 2011 corre a cargo del acuerdo entre EEUU y el régimen medieval Saudí para el control de la zona: tú controlas tus provincias petroleras, yo invado Libia; yo manipulo a mis marionetas occidentales, tú apoyas a tus socios dictadores en el Golfo. Mubarak era un “pilar de estabilidad” en Egipto para los intereses occidentales, por eso no le retiraron el apoyo hasta que no hubo más remedio. Los otros dos pilares del Imperialismo en la zona son Israel y Arabia Saudí. Por eso no pasa nada si Palestina sufre un genocidio de 6 décadas de edad o si el absolutismo saudí prohíbe las manifestaciones con la amenaza (literal) de cortar los dedos a quien salga a la calle.
Los planes de EEUU, su Africom, su OTAN y sus súbditos de Europa son y siempre seguirán siendo los mismos: impedir una verdadera liberación de los Pueblos Árabes, como impedir una verdadera emancipación y unidad de África. Creer al gobierno español hablando de apoyar al pueblo Libio es como creer que la justicia social la van a traer los planes de ajuste del Fondo Monetario Internacional y la UE. Para empezar, España ya ha ampliado el plazo y doblado el presupuesto de nuestra gloriosa participación en otra operación criminal.
¿Hace falta volver a hablar de Irak? ¿Y de Afganistán? ¿Y de Pakistán? Pues hablemos: 130 ataques de aviones no tripulados y 1.000 civiles muertos en Pakistán desde comienzo de 2010. Los dos últimos, en poco más de un mes, han asesinado a más de 70 personas. Y no nos lo agradecen, los muy maleducados.
Otro día más, desde la Asamblea Ciudadana contra la Guerra queremos mostrar todo nuestro desprecio a los que pretenden representarnos asesinando y robando en tierras lejanas.
Por eso exigimos:
El fin de la intervención extranjera en Libia y en todos los territorios invadidos y ocupados por los ejércitos del imperialismo.
El respeto a las decisiones de los pueblos que, en África, en Oriente Medio o en cualquier parte del Mundo, luchan por su libertad y se enfrentan a sus gobiernos –casi siempre amigos de los nuestros.
NO A LA GUERRA / DEJAD QUE LOS PUEBLOS DECIDAN
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