La pareja es la única forma perfecta de relación en este tiempo, cultura y sociedad en España.
Los legisladores religiosos dispusieron sabiamente el precepto: "No desearás a la mujer de tu prójimo". Aunque esto es imposible de cumplir, podría redactarse mejor actualmente como: "No alimentarás la vana esperanza de realizar tus deseos ilusorios con la mujer, marido o compañero de tu prójimo".
Debe respetarse el solemne contrato de las personas comprometidas por una promesa de amor perdurable mientras persista el vínculo.
"Cada oveja con su pareja" reza el adagio popular. Y cuán sabia es la elección que hemos hecho cada uno de nosotros. El tiempo nos pone a cada uno en nuestro lugar más apropiado. Creo que uno acaba emparejado al final con su mejor opción posible.
Yo me reafirmo y me congratulo miles de veces de haber desposado una mujer maravillosa. Mi elección fue certera. Mi amor por ella persiste y resiste cualquier tristeza y adversidad.
Tener unos pocos amigos íntimos es útil si uno no quiere pagar a un psicólogo, o seguir los dictados de un sacerdote director espiritual, que nos escuche comprensivamente. Si uno se siente atraído por un amigo o amiga debe mantener esas fantasías adecuadamente contenidas en la imaginación y aceptar la vida real dentro de los cauces de lo políticamente correcto. Es infantil querer traspasar los límites ya que no vivimos en Disneylandia.
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