Mouna El Haimoud es una joven marroquí, de Tánger, que, a pesar de su juventud, es presentadora de éxito en la cadena de televisión española “TeleMadrid” en el programa “Telenoticias Sin Fronteras”.
Un programa que precisamente obtuvo el pasado 2 de julio el premio al Mejor Programa Autonómico Informativo de 2007, otorgado por la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión, cuyo premio fue recogido por el director del programa César Pordomingo, y los tres presentadores, Mouna El Haimoud, Li Liu Yan y Armando Vargas, en una gala transmitida por Televisión Española.
Mouna El Haimoud: “Somos los y las jóvenes quienes debemos luchar por romper los estereotipos que se tienen del árabe o musulmán” Patricia Trejo (08/07/08 Marruecos Digital
Mouna El Haimoud es una joven marroquí, de Tánger, que, a pesar de su juventud, es presentadora de éxito en la cadena de televisión española “TeleMadrid” en el programa “Telenoticias Sin Fronteras”. Un programa que precisamente obtuvo el pasado 2 de julio el premio al Mejor Programa Autonómico Informativo de 2007, otorgado por la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión, cuyo premio fue recogido por el director del programa César Pordomingo, y los tres presentadores, Mouna El Haimoud, Li Liu Yan y Armando Vargas, en una gala transmitida por Televisión Española.
Radiante, nteligente, de sonrisa sincera y luchadora, con ganas de seguir aprendiendo y transmitir al público español la realidad del mundo árabe y del colectivo inmigrante, Mouna nos ha concedido una entrevista en la que le hemos preguntado sobre el programa que presenta en TeleMadrid, así como su opinión sobre la mujer actual marroquí y árabe.
¿Cómo ha sido su trayectoria hasta llegar a ser presentadora de Telenoticias sin Fronteras en el canal de TeleMadrid?
Nací en Tánger y desde los 11 años venía de visita a Madrid porque parte de mi familia vivía aquí ya, pero me costó varios años decidir trasladarme a vivir a España, porque mis amigos, mi cultura y otra parte de mi familia estaban en Marruecos. Fue con 18 años cuando decidí venir a Madrid para empezar una nueva vida y emprender una aventura.
Me gustaba viajar, conocer idiomas y gente distinta a mí; así que decidí estudiar Turismo y trabajé en este sector durante cinco años, en los que viajé y aprendí mucho. Una decisión que siempre he considerado acertada porque conseguí lo que quería; hasta que un buen día conocí a la directora de una radio, “Pueblo Nuevo”, y empecé a colaborar en esta emisora en un programa de radio llamado “Brisas de Oriente” para los inmigrantes árabes en España, compaginándolo con mi trabajo en el sector turístico. Esta fue una experiencia maravillosa, donde todo era nuevo. Además, dentro de Pueblo Nuevo empecé a hacer también reportajes para su revista sobre la comunidad árabe en Madrid, las actuaciones musicales, fiestas nacionales etc.
Tras unos meses, cuando Pueblo Nuevo hizo entrega de los galardones anuales por apoyo a la inmigración, yo fui la encargada de presentar los premios en la gala, y entre los premios dados durante esa edición figuraba el programa Telenoticias Sin Fronteras. Justo un mes después contactaron conmigo para hacer el casting y presentar el programa, algo que fue una tremenda sorpresa porque nunca pensé en trabajar en televisión. Para mí fue un regalo y un giro importante que dio mi vida. Y creo que toda esta trayectoria tuvo que ser así. Es decir, estoy muy contenta de haber empezado a trabajar en turismo y poco a poco pulir una trayectoria hasta llegar a ser periodista de profesión. Además he encontrado muchos puntos en común entre Turismo y Periodismo, como los contactos, el hecho de viajar, saber idiomas, conocer gente y el factor dinámico, la variedad de ambas profesiones; algo que va unido a mi personalidad.
Así que finalmente dejé de trabajar en turismo para dedicarme a trabajar como periodista en TeleMadrid y a colaborar con otros medios del mundo árabe, como la revista y Radio Stars Cafe, haciendo entrevistas a artistas árabes, cubriendo festivales y conciertos, etc; o colaborando con Al Jazeera Children, en donde hacía reportajes infantiles. Y bueno, de esto hace ya casi cuatro años; tiempo que se me ha pasado volando.
¿Qué hace exactamente en TeleMadrid y cómo se decide la temática a cubrir en vuestro programa “Telenoticias Sin Fronteras”?
Yo soy presentadora, pero además redactora, algo que adoro y que no lo cambiaría por nada. Lo que hacemos es que, como en nuestro programa hablamos de temas globales y amplios, pues tenemos la posibilidad de buscar noticias originales, las que no se tratan en las noticias tradicionales que sólo abarcan sucesos sino también buscamos la “otra cara”, y aunque hacemos noticias de cualquier zona del mundo, nos centramos en España y más concretamente en Madrid, en relación a la inmigración.
Por ejemplo, mostramos el éxito o los logros de los inmigrantes asentados en España, qué aportan a la sociedad española para que avance. Yo me acuerdo cuando llegué a España en 1993 que la realidad de la inmigración era diferente a la de hoy, que para mi gusto es una realidad ahora mejor, porque España se convierte en un país más cosmopolita en el buen sentido.
Pero sobre todo, lo que más me gusta de Madrid, es que cada inmigrante sabe mantener sus raíces personales, y aunque se integre en la sociedad española, no pierde sus señas de identidad. Yo por ejemplo soy marroquí y me voy a seguir sintiendo marroquí siempre a pesar de los años que llevo en España. Y eso es algo que enriquece a quienes me rodean, al igual que ellos me enriquecen a mí.
Así que en Telenoticias Sin Fronteras mostramos noticias que den un giro, un cambio en su contexto. Por ejemplo, ahora en Latinoamérica, hacemos un seguimiento de los cambios políticos que se van produciendo. En el mundo árabe suceden también muchas cosas, el problema es que no nos llega tanta información audiovisual con comparación a los países asiáticos como puede ser el caso concreto de Japón o China que sí, llegan muchas noticias diarias. Pero en definitiva, lo que buscamos a la hora de elegir temas es que interesen al público y que sean diferentes, complementarias, a las que se ven en los telediarios habituales. Eso es lo que nos diferencia.
Cuando salimos a la calle en Madrid tratamos temas poco conocidos. Por ejemplo, hace poco comprobamos que los inmigrantes son los que menos utilizan la seguridad social, aunque la estén pagando.
¿Cuál es el perfil de vuestra audiencia?
No podemos definir de forma exacta el porcentaje o perfil de nuestro público, pero la verdad es que se caracteriza por su heterogeneidad. No lo ven sólo inmigrantes sino la población española, e incluso lo ven en Marruecos, China…y otras zonas gracias a la televisión por satélite. Me acuerdo, cuando pasé por Túnez hubo personas que me reconocieron y saludaron en un tren. Así que no podemos medir la expansión real de nuestro programa, pero sí que es cierto que nuestro programa va dirigido a todo el mundo, de ahí la mezcla.
Centrándonos en el tema de la mujer, ¿habéis tratado por ejemplo la ya más que manida polémica del uso del velo?
No porque precisamente es polémica y no noticia. Nosotros respetamos a la mujer árabe, lleve velo o no, ya que es una decisión íntima y personal. Algo, que Occidente no se da cuenta que molesta y ofende el que se crea que obligar a no llevar velo las va a salvar de algo, va a hacer que una mujer musulmana esté más feliz o libre. El velo es algo cultural, no una imposición. Es cierto que debe haber casos aislados, en algunas zonas sobre todo rurales, de imposición de velo, o en países con un contexto concreto; pero estamos en 2008 y estas cosas pasan con menos frecuencia. Yo he visitado muchos países árabes y las mujeres están encantadas de llevar velo porque es parte de su identidad. Occidente está todo el tiempo pensado en “salvar” los derechos de las mujeres musulmanas, pero no las dejan en paz para elegir sus señas de identidad, están decidiendo por ellas.
¿Y qué opinión te merece la imagen que se da desde los medios de comunicación del árabe y musulmán?
Por desgracia, tras el 11-S muy mal. Se ha caído en estereotipos del mundo árabe que nos duele, porque nosotros somos pacíficos porque nuestro propio Corán lo dice. Y que se mezclen hechos horribles como los atentados de Nueva York con toda una cultura, religión y población, es muy triste. Cada vez que vemos el estereotipo de árabe como sinónimo de terrorista o cómo nos paran por los aeropuertos por tener pinta de árabe o musulmán pues nos duele mucho.
Pero frente a estos estereotipos, estamos los jóvenes para cambiarlo. Hay que luchar contra esas ideas. Yo no culpa a alguien que tenga prejuicios sobre el árabe por falta de conocimientos. Por ello nosotros tenemos que luchar por cambiar esas ideas, mostrando nuestra realidad, acercándonos al otro, enseñando lo que somos y romper los prejuicios y estereotipos; para explicarles la verdad del mundo árabe, con sus cosas buenas y malas, pero la verdad, no los estereotipos falsos.
Por ejemplo, ¿Qué estereotipo clásico se da sobre la mujer musulmana?
Sumisa, que no tiene ni voz ni voto. Que el marido es un machista al que no le importa los derechos de la mujer. Y sin embargo, hay tanta diferencia de un país musulmán a otro…No podemos decir que todos los países árabes tengan el mismo sistema por tener la misma religión. Indonesia es un país musulmán, y ¿son iguales que los marroquíes? Para nada, es una diferencia inmensa. Y centrándonos en los países árabes, Marruecos que está en el Magreb no tiene tanto que ver con los países orientales. Sí que hay puntos en común desde la religión, cultura, gastronomía…pero por ejemplo en política, cada país tiene sus diferencias. Un reino no es igual que una república. E incluso las proximidades. Yo que soy de Tánger veo diferencias entre los marroquíes del norte, con mayor contacto con Europa, que la parte sur del país.
Y ¿qué opina de los medios marroquíes en su tratamiento hacia la mujer?
Yo no he visto jamás una prensa más internacional y amplia que la prensa marroquí por su proximidad al modelo francés y al mismo tiempo muy marroquí y árabe. Antes de que existiera Internet, por ejemplo, han sido medios muy abiertos a noticias de otros países. Y la verdad, dudo mucho que estén haciendo un tratamiento nocivo sobre la mujer.
Otro punto de debate últimamente es la llamada “modernización conflictiva” en Marruecos, a nivel generacional, respecto al tema de la imagen. Hay quienes afirman que mientras que las madres no han llevado nunca velo, ahora las hijas sí, y que esto refleja un choque generacional. ¿Qué opina desde su propia experiencia?
Desconozco más lo que ocurre en la zona sur de Marruecos, por ejemplo, pero por lo que he visto en las grandes ciudades marroquíes, no hay un conflicto generacional. Somos más abiertos al mundo y tenemos opciones para formar más fácilmente nuestra personalidad, gracias al conocimiento de estar en contacto con otros países. Y no hay un control o sumisión, si es lo que se piensa. Al contrario, yo incluso podría hasta quejarme, en el buen sentido, claro, de la independencia de las mujeres marroquíes. Casablanca por ejemplo, que es la ciudad de negocios por excelencia del país, se dice a menudo que nunca manda el hombre en esta ciudad, sino la mujer.
En general, las chicas siempre han demostrado su dinamismo y ganas de salir adelante, y hacer más. No es real la idea de casarse a los 18 y estar encerrada en casa con el marido. De hecho, podría decir que veo más vago al marroquí que a la marroquí. El mundo en general (no algo de cultura o religión, sino planetario) es machista, pero es algo que se va cambiando. Y en Marruecos lo vamos viendo con la presencia de ministras en el gobierno y las iniciativas del rey Mohamed VI como la reforma de la Mudawana (el Código de Familia). Además, el gobierno de mi país mira por los inmigrantes marroquíes que visitan Marruecos, con servicios a la entrada de la frontera, mayor atención por su bienestar, favorecen la inversión en nuestro país, etc. La verdad es que los marroquíes residentes en el extranjero nos sentimos muy mimados por estas iniciativas, que son positivas, porque tienen en cuenta que el marroquí que se va del país es por motivos concretos y necesarios.
¿Qué te consideras primero, musulmana o marroquí?
Árabe, sin duda. Considero que es más interesante, más amplio; aunque nunca voy a dejar de sentirme marroquí, porque es en Marruecos donde he nacido y pasado mi infancia y adolescencia, además adoro la cultura marroquí. . Pero me siento primero árabe porque cuando viajo a cualquier país árabe me reconozco en él, me siento como en casa, y esto es un privilegio que sólo los árabes podemos presumir.
Suele haber cierta equivocación entre ser musulmán y ser árabe. ¿Nos puede definir la diferencia?
Ser musulmán es tener el Islam como religión, y ser árabe es pertenecer a la zona de los llamados países árabes, que pueden tener población musulmana o no. Por ejemplo, Afganistán o Irán no son países árabes pero sí musulmanes; Egipto ó Líbano, son países árabes, sin embargo hay una gran comunidad cristiana que convive junto a la musulmana desde hace siglos.
¿Cómo ves a la chica inmigrante marroquí si tuvieras que compararla con el chico marroquí?
Creo que son luchadoras, pero que aún se deben lanzar más. Eso sí., tengo esperanza en las y los marroquíes, porque de aquí a pocos años tendrán su papel y dejarán de ser vistas como las “chicas del pañuelo que pasan desapercibidas”, por cualquier persona capacitada, haciendo valer sus cualidades dentro de la sociedad y del mercado laboral que han elegido. Además, esto lo dice todo el mundo, las marroquíes, trabajen donde trabajen, son muy sociables, cariñosas y sobre todo profesionales. Y ahora, que España empieza a ser más receptiva por necesidad de mano de obra inmigrante, creo que el papel del inmigrante se va a normalizar, teniendo en cuenta que las nuevas generaciones de inmigrantes tienen formación especializada y universitaria.
En el ámbito laboral, uno de los problemas es que a veces no se permite el uso del velo y muchas chicas musulmanas se lo deben quitar para trabajar. ¿Qué falta en España para que se supere este hecho?
Lamentablemente es algo que pasa, es cierto. Y en contraposición, tendríamos el ejemplo de Inglaterra, en el que los trabajadores van con su velo, sari o turbante, si es parte de su personalidad. Porque esto no tiene que ver con ser gamberro, vago o malvado. Aquí no, porque los jefes que contratan muchas veces exigen que te lo quites. Y esto es algo que debe cambiar. Es un trozo de tela, un pañuelo, y esto no debe repercutir en tu posibilidad de acceso al trabajo. Por ejemplo, si tu no llevas pañuelo, pero un día te pones uno porque va a juego con tu vestido, no te suelen decir nada en el trabajo, o si te tiñes el pelo de rubio o de rojo. Tu imagen no es indicativa de tu capacidad laboral. Otra cosa es el uso de piercings o tatuajes, que desde mi punto de vista no es estético y comprendo que se pueda exigir que no se vean o se quiten para trabajar de cara a un público. Pero bueno, en general hay que dar una oportunidad a la persona por lo que vale. Y en este sentido confío en que España de un paso adelante y tomando el ejemplo de otros países no se queden en la imagen nada más. Obligar a quitarte el velo es eliminar tu libertad.
Ya para cerrar la entrevista, nos gustaría preguntarle acerca de sus sueños más próximos, como periodista…
Desde mi trabajo de presentadora, quisiera ser buen ejemplo de las chicas marroquíes y árabes y hacer llegar sus voces a través de la mía. Y como soy joven, consciente de la suerte que he tenido por las oportunidades que he aprovechado, pues dar voz a los jóvenes inmigrantes. Otro sueño es poder hacer mi trabajo en la calle, viajar, haciendo reportajes. Aparte, ya que en televisión me siento verdaderamente a gusto, me gustaría el día de mañana presentar un programa en el que se tratara en concreto la realidad del mundo árabe. Creo que es una idea que podría encajar en la sociedad actual española y que sería por tanto interesante. En fin, como digo, soy impaciente, pero tengo paciencia para los momentos y cambios que tengan que llegar.
Por el momento, nosotros tenemos que felicitarle y a sus compañeros de “Telenoticias Sin Fronteras” por su trabajo a favor de una información alternativa y veraz que busca romper estereotipos. De hecho, el pasado 2 de julio este trabajo fue reconocido por la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión…
Sí, y me gustaría agradecer en nombre mío y el de todo el equipo de Sin fronteras a la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión por el premio que nos han concedido como mejor programa autonómico informativo del año 2007. Quiero aprovechar también para dar las gracias a nuestros fieles espectadores fuera y dentro de España que nos siguen día a día. Y finalmente quiero dedicar este premio sobre todo a mi madre, la luz de mi vida, a mi marido por su incondicional apoyo, a Pilar Gassent antigua directora del programa con quién empecé esta maravillosa aventura, y agradecerle su confianza en mí, y por último y no menos importante dedico el premio a mi país Marruecos; ojala que desde allí nos lleguen siempre buenas noticias.
Mouna El Haimoud es una joven marroquí, de Tánger, que, a pesar de su juventud, es presentadora de éxito en la cadena de televisión española “TeleMadrid” en el programa “Telenoticias Sin Fronteras”. Un programa que precisamente obtuvo el pasado 2 de julio el premio al Mejor Programa Autonómico Informativo de 2007, otorgado por la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión, cuyo premio fue recogido por el director del programa César Pordomingo, y los tres presentadores, Mouna El Haimoud, Li Liu Yan y Armando Vargas, en una gala transmitida por Televisión Española.
Radiante, nteligente, de sonrisa sincera y luchadora, con ganas de seguir aprendiendo y transmitir al público español la realidad del mundo árabe y del colectivo inmigrante, Mouna nos ha concedido una entrevista en la que le hemos preguntado sobre el programa que presenta en TeleMadrid, así como su opinión sobre la mujer actual marroquí y árabe.
¿Cómo ha sido su trayectoria hasta llegar a ser presentadora de Telenoticias sin Fronteras en el canal de TeleMadrid?
Nací en Tánger y desde los 11 años venía de visita a Madrid porque parte de mi familia vivía aquí ya, pero me costó varios años decidir trasladarme a vivir a España, porque mis amigos, mi cultura y otra parte de mi familia estaban en Marruecos. Fue con 18 años cuando decidí venir a Madrid para empezar una nueva vida y emprender una aventura.
Me gustaba viajar, conocer idiomas y gente distinta a mí; así que decidí estudiar Turismo y trabajé en este sector durante cinco años, en los que viajé y aprendí mucho. Una decisión que siempre he considerado acertada porque conseguí lo que quería; hasta que un buen día conocí a la directora de una radio, “Pueblo Nuevo”, y empecé a colaborar en esta emisora en un programa de radio llamado “Brisas de Oriente” para los inmigrantes árabes en España, compaginándolo con mi trabajo en el sector turístico. Esta fue una experiencia maravillosa, donde todo era nuevo. Además, dentro de Pueblo Nuevo empecé a hacer también reportajes para su revista sobre la comunidad árabe en Madrid, las actuaciones musicales, fiestas nacionales etc.
Tras unos meses, cuando Pueblo Nuevo hizo entrega de los galardones anuales por apoyo a la inmigración, yo fui la encargada de presentar los premios en la gala, y entre los premios dados durante esa edición figuraba el programa Telenoticias Sin Fronteras. Justo un mes después contactaron conmigo para hacer el casting y presentar el programa, algo que fue una tremenda sorpresa porque nunca pensé en trabajar en televisión. Para mí fue un regalo y un giro importante que dio mi vida. Y creo que toda esta trayectoria tuvo que ser así. Es decir, estoy muy contenta de haber empezado a trabajar en turismo y poco a poco pulir una trayectoria hasta llegar a ser periodista de profesión. Además he encontrado muchos puntos en común entre Turismo y Periodismo, como los contactos, el hecho de viajar, saber idiomas, conocer gente y el factor dinámico, la variedad de ambas profesiones; algo que va unido a mi personalidad.
Así que finalmente dejé de trabajar en turismo para dedicarme a trabajar como periodista en TeleMadrid y a colaborar con otros medios del mundo árabe, como la revista y Radio Stars Cafe, haciendo entrevistas a artistas árabes, cubriendo festivales y conciertos, etc; o colaborando con Al Jazeera Children, en donde hacía reportajes infantiles. Y bueno, de esto hace ya casi cuatro años; tiempo que se me ha pasado volando.
¿Qué hace exactamente en TeleMadrid y cómo se decide la temática a cubrir en vuestro programa “Telenoticias Sin Fronteras”?
Yo soy presentadora, pero además redactora, algo que adoro y que no lo cambiaría por nada. Lo que hacemos es que, como en nuestro programa hablamos de temas globales y amplios, pues tenemos la posibilidad de buscar noticias originales, las que no se tratan en las noticias tradicionales que sólo abarcan sucesos sino también buscamos la “otra cara”, y aunque hacemos noticias de cualquier zona del mundo, nos centramos en España y más concretamente en Madrid, en relación a la inmigración.
Por ejemplo, mostramos el éxito o los logros de los inmigrantes asentados en España, qué aportan a la sociedad española para que avance. Yo me acuerdo cuando llegué a España en 1993 que la realidad de la inmigración era diferente a la de hoy, que para mi gusto es una realidad ahora mejor, porque España se convierte en un país más cosmopolita en el buen sentido.
Pero sobre todo, lo que más me gusta de Madrid, es que cada inmigrante sabe mantener sus raíces personales, y aunque se integre en la sociedad española, no pierde sus señas de identidad. Yo por ejemplo soy marroquí y me voy a seguir sintiendo marroquí siempre a pesar de los años que llevo en España. Y eso es algo que enriquece a quienes me rodean, al igual que ellos me enriquecen a mí.
Así que en Telenoticias Sin Fronteras mostramos noticias que den un giro, un cambio en su contexto. Por ejemplo, ahora en Latinoamérica, hacemos un seguimiento de los cambios políticos que se van produciendo. En el mundo árabe suceden también muchas cosas, el problema es que no nos llega tanta información audiovisual con comparación a los países asiáticos como puede ser el caso concreto de Japón o China que sí, llegan muchas noticias diarias. Pero en definitiva, lo que buscamos a la hora de elegir temas es que interesen al público y que sean diferentes, complementarias, a las que se ven en los telediarios habituales. Eso es lo que nos diferencia.
Cuando salimos a la calle en Madrid tratamos temas poco conocidos. Por ejemplo, hace poco comprobamos que los inmigrantes son los que menos utilizan la seguridad social, aunque la estén pagando.
¿Cuál es el perfil de vuestra audiencia?
No podemos definir de forma exacta el porcentaje o perfil de nuestro público, pero la verdad es que se caracteriza por su heterogeneidad. No lo ven sólo inmigrantes sino la población española, e incluso lo ven en Marruecos, China…y otras zonas gracias a la televisión por satélite. Me acuerdo, cuando pasé por Túnez hubo personas que me reconocieron y saludaron en un tren. Así que no podemos medir la expansión real de nuestro programa, pero sí que es cierto que nuestro programa va dirigido a todo el mundo, de ahí la mezcla.
Centrándonos en el tema de la mujer, ¿habéis tratado por ejemplo la ya más que manida polémica del uso del velo?
No porque precisamente es polémica y no noticia. Nosotros respetamos a la mujer árabe, lleve velo o no, ya que es una decisión íntima y personal. Algo, que Occidente no se da cuenta que molesta y ofende el que se crea que obligar a no llevar velo las va a salvar de algo, va a hacer que una mujer musulmana esté más feliz o libre. El velo es algo cultural, no una imposición. Es cierto que debe haber casos aislados, en algunas zonas sobre todo rurales, de imposición de velo, o en países con un contexto concreto; pero estamos en 2008 y estas cosas pasan con menos frecuencia. Yo he visitado muchos países árabes y las mujeres están encantadas de llevar velo porque es parte de su identidad. Occidente está todo el tiempo pensado en “salvar” los derechos de las mujeres musulmanas, pero no las dejan en paz para elegir sus señas de identidad, están decidiendo por ellas.
¿Y qué opinión te merece la imagen que se da desde los medios de comunicación del árabe y musulmán?
Por desgracia, tras el 11-S muy mal. Se ha caído en estereotipos del mundo árabe que nos duele, porque nosotros somos pacíficos porque nuestro propio Corán lo dice. Y que se mezclen hechos horribles como los atentados de Nueva York con toda una cultura, religión y población, es muy triste. Cada vez que vemos el estereotipo de árabe como sinónimo de terrorista o cómo nos paran por los aeropuertos por tener pinta de árabe o musulmán pues nos duele mucho.
Pero frente a estos estereotipos, estamos los jóvenes para cambiarlo. Hay que luchar contra esas ideas. Yo no culpa a alguien que tenga prejuicios sobre el árabe por falta de conocimientos. Por ello nosotros tenemos que luchar por cambiar esas ideas, mostrando nuestra realidad, acercándonos al otro, enseñando lo que somos y romper los prejuicios y estereotipos; para explicarles la verdad del mundo árabe, con sus cosas buenas y malas, pero la verdad, no los estereotipos falsos.
Por ejemplo, ¿Qué estereotipo clásico se da sobre la mujer musulmana?
Sumisa, que no tiene ni voz ni voto. Que el marido es un machista al que no le importa los derechos de la mujer. Y sin embargo, hay tanta diferencia de un país musulmán a otro…No podemos decir que todos los países árabes tengan el mismo sistema por tener la misma religión. Indonesia es un país musulmán, y ¿son iguales que los marroquíes? Para nada, es una diferencia inmensa. Y centrándonos en los países árabes, Marruecos que está en el Magreb no tiene tanto que ver con los países orientales. Sí que hay puntos en común desde la religión, cultura, gastronomía…pero por ejemplo en política, cada país tiene sus diferencias. Un reino no es igual que una república. E incluso las proximidades. Yo que soy de Tánger veo diferencias entre los marroquíes del norte, con mayor contacto con Europa, que la parte sur del país.
Y ¿qué opina de los medios marroquíes en su tratamiento hacia la mujer?
Yo no he visto jamás una prensa más internacional y amplia que la prensa marroquí por su proximidad al modelo francés y al mismo tiempo muy marroquí y árabe. Antes de que existiera Internet, por ejemplo, han sido medios muy abiertos a noticias de otros países. Y la verdad, dudo mucho que estén haciendo un tratamiento nocivo sobre la mujer.
Otro punto de debate últimamente es la llamada “modernización conflictiva” en Marruecos, a nivel generacional, respecto al tema de la imagen. Hay quienes afirman que mientras que las madres no han llevado nunca velo, ahora las hijas sí, y que esto refleja un choque generacional. ¿Qué opina desde su propia experiencia?
Desconozco más lo que ocurre en la zona sur de Marruecos, por ejemplo, pero por lo que he visto en las grandes ciudades marroquíes, no hay un conflicto generacional. Somos más abiertos al mundo y tenemos opciones para formar más fácilmente nuestra personalidad, gracias al conocimiento de estar en contacto con otros países. Y no hay un control o sumisión, si es lo que se piensa. Al contrario, yo incluso podría hasta quejarme, en el buen sentido, claro, de la independencia de las mujeres marroquíes. Casablanca por ejemplo, que es la ciudad de negocios por excelencia del país, se dice a menudo que nunca manda el hombre en esta ciudad, sino la mujer.
En general, las chicas siempre han demostrado su dinamismo y ganas de salir adelante, y hacer más. No es real la idea de casarse a los 18 y estar encerrada en casa con el marido. De hecho, podría decir que veo más vago al marroquí que a la marroquí. El mundo en general (no algo de cultura o religión, sino planetario) es machista, pero es algo que se va cambiando. Y en Marruecos lo vamos viendo con la presencia de ministras en el gobierno y las iniciativas del rey Mohamed VI como la reforma de la Mudawana (el Código de Familia). Además, el gobierno de mi país mira por los inmigrantes marroquíes que visitan Marruecos, con servicios a la entrada de la frontera, mayor atención por su bienestar, favorecen la inversión en nuestro país, etc. La verdad es que los marroquíes residentes en el extranjero nos sentimos muy mimados por estas iniciativas, que son positivas, porque tienen en cuenta que el marroquí que se va del país es por motivos concretos y necesarios.
¿Qué te consideras primero, musulmana o marroquí?
Árabe, sin duda. Considero que es más interesante, más amplio; aunque nunca voy a dejar de sentirme marroquí, porque es en Marruecos donde he nacido y pasado mi infancia y adolescencia, además adoro la cultura marroquí. . Pero me siento primero árabe porque cuando viajo a cualquier país árabe me reconozco en él, me siento como en casa, y esto es un privilegio que sólo los árabes podemos presumir.
Suele haber cierta equivocación entre ser musulmán y ser árabe. ¿Nos puede definir la diferencia?
Ser musulmán es tener el Islam como religión, y ser árabe es pertenecer a la zona de los llamados países árabes, que pueden tener población musulmana o no. Por ejemplo, Afganistán o Irán no son países árabes pero sí musulmanes; Egipto ó Líbano, son países árabes, sin embargo hay una gran comunidad cristiana que convive junto a la musulmana desde hace siglos.
¿Cómo ves a la chica inmigrante marroquí si tuvieras que compararla con el chico marroquí?
Creo que son luchadoras, pero que aún se deben lanzar más. Eso sí., tengo esperanza en las y los marroquíes, porque de aquí a pocos años tendrán su papel y dejarán de ser vistas como las “chicas del pañuelo que pasan desapercibidas”, por cualquier persona capacitada, haciendo valer sus cualidades dentro de la sociedad y del mercado laboral que han elegido. Además, esto lo dice todo el mundo, las marroquíes, trabajen donde trabajen, son muy sociables, cariñosas y sobre todo profesionales. Y ahora, que España empieza a ser más receptiva por necesidad de mano de obra inmigrante, creo que el papel del inmigrante se va a normalizar, teniendo en cuenta que las nuevas generaciones de inmigrantes tienen formación especializada y universitaria.
En el ámbito laboral, uno de los problemas es que a veces no se permite el uso del velo y muchas chicas musulmanas se lo deben quitar para trabajar. ¿Qué falta en España para que se supere este hecho?
Lamentablemente es algo que pasa, es cierto. Y en contraposición, tendríamos el ejemplo de Inglaterra, en el que los trabajadores van con su velo, sari o turbante, si es parte de su personalidad. Porque esto no tiene que ver con ser gamberro, vago o malvado. Aquí no, porque los jefes que contratan muchas veces exigen que te lo quites. Y esto es algo que debe cambiar. Es un trozo de tela, un pañuelo, y esto no debe repercutir en tu posibilidad de acceso al trabajo. Por ejemplo, si tu no llevas pañuelo, pero un día te pones uno porque va a juego con tu vestido, no te suelen decir nada en el trabajo, o si te tiñes el pelo de rubio o de rojo. Tu imagen no es indicativa de tu capacidad laboral. Otra cosa es el uso de piercings o tatuajes, que desde mi punto de vista no es estético y comprendo que se pueda exigir que no se vean o se quiten para trabajar de cara a un público. Pero bueno, en general hay que dar una oportunidad a la persona por lo que vale. Y en este sentido confío en que España de un paso adelante y tomando el ejemplo de otros países no se queden en la imagen nada más. Obligar a quitarte el velo es eliminar tu libertad.
Ya para cerrar la entrevista, nos gustaría preguntarle acerca de sus sueños más próximos, como periodista…
Desde mi trabajo de presentadora, quisiera ser buen ejemplo de las chicas marroquíes y árabes y hacer llegar sus voces a través de la mía. Y como soy joven, consciente de la suerte que he tenido por las oportunidades que he aprovechado, pues dar voz a los jóvenes inmigrantes. Otro sueño es poder hacer mi trabajo en la calle, viajar, haciendo reportajes. Aparte, ya que en televisión me siento verdaderamente a gusto, me gustaría el día de mañana presentar un programa en el que se tratara en concreto la realidad del mundo árabe. Creo que es una idea que podría encajar en la sociedad actual española y que sería por tanto interesante. En fin, como digo, soy impaciente, pero tengo paciencia para los momentos y cambios que tengan que llegar.
Por el momento, nosotros tenemos que felicitarle y a sus compañeros de “Telenoticias Sin Fronteras” por su trabajo a favor de una información alternativa y veraz que busca romper estereotipos. De hecho, el pasado 2 de julio este trabajo fue reconocido por la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión…
Sí, y me gustaría agradecer en nombre mío y el de todo el equipo de Sin fronteras a la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión por el premio que nos han concedido como mejor programa autonómico informativo del año 2007. Quiero aprovechar también para dar las gracias a nuestros fieles espectadores fuera y dentro de España que nos siguen día a día. Y finalmente quiero dedicar este premio sobre todo a mi madre, la luz de mi vida, a mi marido por su incondicional apoyo, a Pilar Gassent antigua directora del programa con quién empecé esta maravillosa aventura, y agradecerle su confianza en mí, y por último y no menos importante dedico el premio a mi país Marruecos; ojala que desde allí nos lleguen siempre buenas noticias.
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