viernes, noviembre 24, 2006

Violencia escolar, agresiones a profesores y maestros

Antonio Martínez: Hay cada misterio

LOS FISCALES DE Andalucía anuncian que las agresiones a maestros se considerarán delito. Los fiscales de Catalunya se suman a la iniciativa, y añaden que se considerará también delito agredir a los médicos. A este paso, no se podrá pegar a nadie. Ya lo decía Miguel Gila: "No se respeta nada. Yo, hasta que cumplí cuarenta años, no le pegué la primera paliza a mi padre". Ahora, los maestros no pueden pegar, ni tirar de la patilla a los niños. Ni un tirón de pelos, siquiera una sacudida. Tampoco los niños pueden organizarse para dar una paliza. Eso no es español. Además, tanta queja, tanta queja... Haberse hecho promotores inmobiliarios. ¿Qué razones hay para hacerse maestro? La vocación, sí, el deseo de transmitir conocimientos, educar... Ya, ya... Comisiones Obreras pide que la profesión de maestro sea considerada de especial dificultad. Pues sí que es difícil, sí. Lo más difícil es que nos tomemos en serio la profesión de maestro. Dejamos a los niños en sus manos seis o siete horas al día, les pagamos poco y sólo nos fijamos en ellos si pegan a alguno. Por cierto, después de fijarnos un poco, comentamos: "Bueno, no es para tanto, al fin y al cabo las agresiones son algo excepcional". ¡Coño, sólo faltaría! A ver si no nos vamos a preocupar del problema cuando haya grupos organizados de agresión. Hay que tener alma de hierro para ser maestro en España, pero no porque los niños les peguen. El que algunos niños peguen es síntoma de lo difícil que es.
Dejamos a los niños con los maestros seis horas al día, les pagamos poco y sólo nos fijamos en ellos si pegan a alguno
La alternativa es ser médico. ¡Cómo estará la profesión para que los médicos exijan diez minutos por paciente! Ser médico de atención primaria en España es lo más parecido a Cámara café: un punto de vista fijo ante el que va desfilando gente y gente contando intimidades a toda velocidad: a mí me duele un pie, yo tengo un picor aquí, me siento triste, un tapón en el oído... Lo normal es que el médico acabe con dolor de cabeza, y lo bueno sería encontrar una pareja de maestro y médico, con hijo investigador del CSIC a punto de quedarse en paro por fin de la beca. Después dirán que las ciencias están desprestigiadas en España. ¿Cómo no van a estar desprestigiadas, si Paco el Pocero convoca una rueda de prensa y acuden periodistas de medio mundo y a la Plataforma 10 minutos de médicos de atención primaria apenas le hace caso nadie? ¿Por qué no se crea la carrera universitaria de promotor inmobiliario, o de constructor de urbanizaciones? Con un poco de preparación universitaria, los detenidos de la Operación Malaya presentarían un poco de más de glamour. "Yo cogía el dinero y lo metía en una bolsa. Como todos", dice una de las implicadas. Como todos, como todos... Es asombrosa la cantidad de delitos y faltas que se comenten amparándose en el "como todos".
En todo caso, se me ocurre, una utilidad que puedan tener las agresiones a maestros o a médicos: que pueda ser un camino para que Arnaldo Otegi condene la violencia: "Rechazamos las agresiones a profesores, médicos...y otras profesiones". En ese genérico "otras profesiones" se incluirían policías, políticos, etcétera. A él no le comprometería mucho, tampoco. Lo imprescindible, lo mínimo. Como a todos.

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