ALERGOLOGÍA Ciertos perfumes pueden empeorar la función respiratoria de los asmáticos Alejandra Rodríguez
El asma es una patología que puede producirse por muchos estímulos. El pelo de animales, los ácaros del polvo, los cambios de temperatura, el polen, el humo del tabaco, ciertos olores, etc. Por ello, los afectados deben cuidar al máximo incluso la colonia que usan . Cuando se enumeran los olores que pueden provocarle una crisis respiratoria a un enfermo de asma siempre suelen mencionarse pinturas, barnices, disolventes, detergentes, sprays y otros agentes irritantes. Sin embargo, muy pocas veces se piensa en otros productos de uso cotidiano y, a priori inofensivos, que también pueden provocar la constricción de las vías aéreas y los síntomas típicos de un ataque de asma (respiración dificultosa, sibilancias, tos, secreción excesiva de mucosidades...) Éste es el caso de los perfumes y colonias. Su uso, de finalidad puramente cosmética, quizá ha hecho olvidar que algunos de sus componentes volátiles suponen un auténtico peligro para ciertos enfermos. No sólo para los asmáticos, sino también para los que sufren Sensibilidad Química Múltiple y alergias a los compuestos de uso común en la elaboración de productos dermocosméticos. No obstante, las dificultades que pueden provocar los olores preocupan a los especialistas. No hay que olvidar que hay unos 150 millones de asmáticos en todo el mundo y que, actualmente, hasta los objetos cotidianos más insospechados llevan incorporadas distintas fragancias (velas, bolas de madera para perfumar los armarios, detergentes, ambientadores, lejías, pañuelos desechables, papel higiénico, cremas, lacas, maquillajes...). Para llamar la atención sobre este tema, un equipo de investigadores de la Universidad de Tulane (EEUU) ha elaborado un trabajo cuyos resultados han presentado en la reunión anual de la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología, celebrada recientemente en San Francisco (EEUU). Los científicos, dirigidos por el doctor Samuel Lehrer, escogieron para su ensayo a 77 adultos asmáticos que afirmaban que, ante ciertas fragancias, sus síntomas empeoraban. Todos completaron un extenso cuestionario acerca de las características de su enfermedad y detallaron las situaciones en las que habían notado que un olor les causaba problemas para respirar. Finalmente, se identificaron un total de 38 fragancias capaces de desencadenar una crisis asmática. En lo referente a los perfumes, los seis más dañinos para un asmático resultaron ser: Red, Giorgio (ambas de la firma Giorgio Beverly Hills), White Diamonds (el perfume creado por Elizabeth Taylor), Charlie (de Revlon), Opium (de Yves Saint Laurent) y Poison (de Christian Dior). Después, el equipo de Lehrer escogió a 15 participantes al azar y les expuso a cada una de estas fragancias para que las inhalaran durante 20 minutos. Inmediatamente después, se midió la cantidad de aire que entraba y salía de los pulmones de los pacientes durante 10 minutos. El resultado fue que 11 sufrieron un deterioro (más o menos severo) de sus funciones respiratorias ante uno o más de los perfumes seleccionados. Red y Charlie provocaron los efectos más graves, seguidos de Giorgio, Opium y White Diamonds. Los investigadores admiten que ninguno sufrió una crisis grave, pero explican que su trabajo se realizó con pocos participantes y que, quizá con una muestra más amplia, podrían haberse presentado casos más severos. Finalmente, estos científicos no han podido determinar qué sustancias concretas son las culpables de este efecto. Los perfumes están elaborados a partir de cientos de ingredientes de diverso origen (frutas, madera de los árboles, flores, plantas, sustancias orgánicas e, incluso, elementos sintéticos derivados del petróleo) y muchos de ellos han sido identificados como desencadenantes habituales de crisis asmáticas. En cualquier caso, lo que sí está claro es que las personas que sufran asma deberían añadir las colonias y perfumes a sulista de factores que hay que tener en cuenta para no empeorar su enfermedad. Además, los familiares y las personas que normalmente conviven con un asmático especialmente sensible a los olores, también deben prestar atención a este asunto. Para estos enfermos, los especialistas suelen recomendar algunas medidas preventivas. -Evitar exponerse al olor que se cree que provoca el asma. -Restringir al máximo el uso de productos cosméticos (o de uso cotidiano) con perfume y optar por las variedades hipoalergénicas y sin fragancia. -Intentar que las personas que rodean al paciente no usen los perfumes en su presencia. -Evitar la concentración de olores en sitios cerrados.
El asma es una patología que puede producirse por muchos estímulos. El pelo de animales, los ácaros del polvo, los cambios de temperatura, el polen, el humo del tabaco, ciertos olores, etc. Por ello, los afectados deben cuidar al máximo incluso la colonia que usan . Cuando se enumeran los olores que pueden provocarle una crisis respiratoria a un enfermo de asma siempre suelen mencionarse pinturas, barnices, disolventes, detergentes, sprays y otros agentes irritantes. Sin embargo, muy pocas veces se piensa en otros productos de uso cotidiano y, a priori inofensivos, que también pueden provocar la constricción de las vías aéreas y los síntomas típicos de un ataque de asma (respiración dificultosa, sibilancias, tos, secreción excesiva de mucosidades...) Éste es el caso de los perfumes y colonias. Su uso, de finalidad puramente cosmética, quizá ha hecho olvidar que algunos de sus componentes volátiles suponen un auténtico peligro para ciertos enfermos. No sólo para los asmáticos, sino también para los que sufren Sensibilidad Química Múltiple y alergias a los compuestos de uso común en la elaboración de productos dermocosméticos. No obstante, las dificultades que pueden provocar los olores preocupan a los especialistas. No hay que olvidar que hay unos 150 millones de asmáticos en todo el mundo y que, actualmente, hasta los objetos cotidianos más insospechados llevan incorporadas distintas fragancias (velas, bolas de madera para perfumar los armarios, detergentes, ambientadores, lejías, pañuelos desechables, papel higiénico, cremas, lacas, maquillajes...). Para llamar la atención sobre este tema, un equipo de investigadores de la Universidad de Tulane (EEUU) ha elaborado un trabajo cuyos resultados han presentado en la reunión anual de la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología, celebrada recientemente en San Francisco (EEUU). Los científicos, dirigidos por el doctor Samuel Lehrer, escogieron para su ensayo a 77 adultos asmáticos que afirmaban que, ante ciertas fragancias, sus síntomas empeoraban. Todos completaron un extenso cuestionario acerca de las características de su enfermedad y detallaron las situaciones en las que habían notado que un olor les causaba problemas para respirar. Finalmente, se identificaron un total de 38 fragancias capaces de desencadenar una crisis asmática. En lo referente a los perfumes, los seis más dañinos para un asmático resultaron ser: Red, Giorgio (ambas de la firma Giorgio Beverly Hills), White Diamonds (el perfume creado por Elizabeth Taylor), Charlie (de Revlon), Opium (de Yves Saint Laurent) y Poison (de Christian Dior). Después, el equipo de Lehrer escogió a 15 participantes al azar y les expuso a cada una de estas fragancias para que las inhalaran durante 20 minutos. Inmediatamente después, se midió la cantidad de aire que entraba y salía de los pulmones de los pacientes durante 10 minutos. El resultado fue que 11 sufrieron un deterioro (más o menos severo) de sus funciones respiratorias ante uno o más de los perfumes seleccionados. Red y Charlie provocaron los efectos más graves, seguidos de Giorgio, Opium y White Diamonds. Los investigadores admiten que ninguno sufrió una crisis grave, pero explican que su trabajo se realizó con pocos participantes y que, quizá con una muestra más amplia, podrían haberse presentado casos más severos. Finalmente, estos científicos no han podido determinar qué sustancias concretas son las culpables de este efecto. Los perfumes están elaborados a partir de cientos de ingredientes de diverso origen (frutas, madera de los árboles, flores, plantas, sustancias orgánicas e, incluso, elementos sintéticos derivados del petróleo) y muchos de ellos han sido identificados como desencadenantes habituales de crisis asmáticas. En cualquier caso, lo que sí está claro es que las personas que sufran asma deberían añadir las colonias y perfumes a sulista de factores que hay que tener en cuenta para no empeorar su enfermedad. Además, los familiares y las personas que normalmente conviven con un asmático especialmente sensible a los olores, también deben prestar atención a este asunto. Para estos enfermos, los especialistas suelen recomendar algunas medidas preventivas. -Evitar exponerse al olor que se cree que provoca el asma. -Restringir al máximo el uso de productos cosméticos (o de uso cotidiano) con perfume y optar por las variedades hipoalergénicas y sin fragancia. -Intentar que las personas que rodean al paciente no usen los perfumes en su presencia. -Evitar la concentración de olores en sitios cerrados.
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