Aragón es la segunda Comunidad con más violencia ultra y xenófoba
El informe anual de la organización Movimiento Contra la Intolerancia la sitúa solo por detrás de Valencia, y la equipara con Madrid y Cataluña.
M. A. C. Zaragoza | El último informe sobre racismo y xenofobia de la organización Movimiento contra la Intolerancia sitúa a Aragón entre las comunidades con más casos de violencia radical. El estudio, que se elabora cada año y está subvencionado por el Ministerio de Asuntos Sociales, solo detecta más actividad en la Comunidad Valenciana, y equipara la situación de Aragón con la de territorios mucho más poblados, como Madrid o Cataluña.
El documento, basado en datos de 2006, traza lo que denomina un "mapa del odio en España", y concluye que cada año se registran unas 4.000 agresiones, repartidas entre unos 200 municipios de todo el país. Cifra además en unos diez mil el número de ultras y neonazis, y recuerda que su campo de operaciones se ha trasladado también a internet: con más de un centenar de páginas de tinte racista.
El informe de Movimiento contra la Intolerancia analiza los casos más significativos de racismo y xenófobia registrados a lo largo del año en cada Comunidad, e incluye información sobre los procesos judiciales vinculados con este tipo de violencia. Los expertos insisten en que el miedo impide que la mayoría de las agresiones se denuncien. Sin embargo, el rastreo de la organización es bastante representativo.
El balance de 2006 incluye 41 reseñas sobre episodios de racismo y xenofobia en Aragón, la mayoría con la capital aragonesa como escenario. Solo la Comunidad Valenciana, con 55 casos, presenta más actividad de violencia radical. Cataluña contabiliza las mismas reseñas, 41, mientras que la Comunidad de Madrid, con 40, se sitúa en términos equiparables.
El apartado del dossier dedicado a Aragón destaca XX agresiones con una repercusión mediática y contestación social. En el mes de enero, dos jóvenes de 20 años fueron atropellados por un autobús urbano en Zaragoza cuando huían de un grupo de neonazis.
El ataque más grave, en el Actur
Las agresiones continuaron en febrero, cuando un menor de 15 años fue atacado con bates de béisbol en la plaza de la Magdalena. El mes siguiente, fueron identificados dos miembros del grupo ultra Boixos Nois por las lesiones sufridas por los clientes de un bar del entorno de La Romareda. También en marzo, se produjo la agresión a tres inmigrantes en el barrio de Torrero, ataque que desencadenó una gran movilización ciudadana y cuya sentencia -los dos acusados han sido condenados a un total de diez años y dos meses- se ha conocido esta misma semana. Entonces, los dos agresores fueron puestos en libertad por el juez de guardia.
Por la importancia de las lesiones sufridas, el caso del joven donostiarra Ramón Redondo podría considerarse como el más grave de los registrados en 2006. Un grupo de rapados -del que formaban parte dos menores y tres jóvenes- dejó a la víctima en coma, y fue operada a vida o muerte. Los menores ya han sido condenados, pero los adultos todavía no han sido juzgados.
El Partido Comunista de Aragón denunció en abril una nueva agresión fascista en su sede. Ese mismo mes, se detuvo a un joven de estética neonazi en Ateca (Zaragoza) por encañonar con una pistola a dos chicos de 17 y 19 años.
Los episodios de violencia neonazi continuaron en junio -un joven recibió una paliza tras cruzarse con un grupo de radicales en el Casco Viejo de Zaragoza-, julio -se detuvo a un cabeza rapada tras agredir y arrancarle varias chapas de la cazadora a un viandante- y agosto -sin mediar palabra, varios radicales atacaron con una botella de cristal a un joven en el Camino de las Torres-.
Durante la recta final del año, se denunciaron actos de vandalismo ultra -como el derribo de la estatua de Pablo Iglesias, en el Actur-, vinculados con la retirada de la estatua ecuestre de Franco de la Academia General Militar. Los conciertos de grupos de ultra derecha en una nave industrial de Cuarte se sucedieron también en los últimos meses del año, y provocaron numerosas críticas hacia la Delegación del Gobierno, por consentirlos.
El informe anual de la organización Movimiento Contra la Intolerancia la sitúa solo por detrás de Valencia, y la equipara con Madrid y Cataluña.
M. A. C. Zaragoza | El último informe sobre racismo y xenofobia de la organización Movimiento contra la Intolerancia sitúa a Aragón entre las comunidades con más casos de violencia radical. El estudio, que se elabora cada año y está subvencionado por el Ministerio de Asuntos Sociales, solo detecta más actividad en la Comunidad Valenciana, y equipara la situación de Aragón con la de territorios mucho más poblados, como Madrid o Cataluña.
El documento, basado en datos de 2006, traza lo que denomina un "mapa del odio en España", y concluye que cada año se registran unas 4.000 agresiones, repartidas entre unos 200 municipios de todo el país. Cifra además en unos diez mil el número de ultras y neonazis, y recuerda que su campo de operaciones se ha trasladado también a internet: con más de un centenar de páginas de tinte racista.
El informe de Movimiento contra la Intolerancia analiza los casos más significativos de racismo y xenófobia registrados a lo largo del año en cada Comunidad, e incluye información sobre los procesos judiciales vinculados con este tipo de violencia. Los expertos insisten en que el miedo impide que la mayoría de las agresiones se denuncien. Sin embargo, el rastreo de la organización es bastante representativo.
El balance de 2006 incluye 41 reseñas sobre episodios de racismo y xenofobia en Aragón, la mayoría con la capital aragonesa como escenario. Solo la Comunidad Valenciana, con 55 casos, presenta más actividad de violencia radical. Cataluña contabiliza las mismas reseñas, 41, mientras que la Comunidad de Madrid, con 40, se sitúa en términos equiparables.
El apartado del dossier dedicado a Aragón destaca XX agresiones con una repercusión mediática y contestación social. En el mes de enero, dos jóvenes de 20 años fueron atropellados por un autobús urbano en Zaragoza cuando huían de un grupo de neonazis.
El ataque más grave, en el Actur
Las agresiones continuaron en febrero, cuando un menor de 15 años fue atacado con bates de béisbol en la plaza de la Magdalena. El mes siguiente, fueron identificados dos miembros del grupo ultra Boixos Nois por las lesiones sufridas por los clientes de un bar del entorno de La Romareda. También en marzo, se produjo la agresión a tres inmigrantes en el barrio de Torrero, ataque que desencadenó una gran movilización ciudadana y cuya sentencia -los dos acusados han sido condenados a un total de diez años y dos meses- se ha conocido esta misma semana. Entonces, los dos agresores fueron puestos en libertad por el juez de guardia.
Por la importancia de las lesiones sufridas, el caso del joven donostiarra Ramón Redondo podría considerarse como el más grave de los registrados en 2006. Un grupo de rapados -del que formaban parte dos menores y tres jóvenes- dejó a la víctima en coma, y fue operada a vida o muerte. Los menores ya han sido condenados, pero los adultos todavía no han sido juzgados.
El Partido Comunista de Aragón denunció en abril una nueva agresión fascista en su sede. Ese mismo mes, se detuvo a un joven de estética neonazi en Ateca (Zaragoza) por encañonar con una pistola a dos chicos de 17 y 19 años.
Los episodios de violencia neonazi continuaron en junio -un joven recibió una paliza tras cruzarse con un grupo de radicales en el Casco Viejo de Zaragoza-, julio -se detuvo a un cabeza rapada tras agredir y arrancarle varias chapas de la cazadora a un viandante- y agosto -sin mediar palabra, varios radicales atacaron con una botella de cristal a un joven en el Camino de las Torres-.
Durante la recta final del año, se denunciaron actos de vandalismo ultra -como el derribo de la estatua de Pablo Iglesias, en el Actur-, vinculados con la retirada de la estatua ecuestre de Franco de la Academia General Militar. Los conciertos de grupos de ultra derecha en una nave industrial de Cuarte se sucedieron también en los últimos meses del año, y provocaron numerosas críticas hacia la Delegación del Gobierno, por consentirlos.
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