Los bares con humo llegan a triplicar el límite máximo de contaminación en el aire
El ambiente es 20 veces peor en los locales pequeños en los que se deja fumar que en los del mismo tamaño que lo prohíben. En los establecimientos grandes con zonas bien definidas, en el área sin tabaco se respira un aire mejor que el de la calle.
LARA COTERA. Zaragoza | Pasar un rato en un bar en el que se fuma puede equivaler a estar en contacto directo con el tubo de escape de un coche. No es una exageración. Varios médicos de Zaragoza dirigieron hace unos meses un estudio en bares y restaurantes que ya arrojó datos muy negativos para la salud de los camareros e incluso de las personas que están en las zonas de no fumadores mal separadas.
Ahora, y con una muestra más completa (75 locales), las conclusiones de su trabajo vuelven a sacar a la luz la peligrosidad de permanecer en determinados ambientes. Lo que se ha hecho es medir las partículas finas que tiene el aire de estos 75 bares y que proceden de la combustión. La presencia en altas concentraciones de dichas partículas se asocia con numerosas enfermedades circulatorias, cardiorrespiratorias y, por supuesto, con cáncer.
Esta investigación concluye, entre otras cosas, que en los locales pequeños (menos de cien metros) la contaminación es 20 veces mayor que en los del mismo tamaño en los que está prohibido encender un cigarrillo. Los bares grandes bien separados consiguen que el ambiente de la zona libre de humo sea incluso mejor que el de la calle. Por el contrario, los que tienen más de cien metros que, de forma ilegal, dejan fumar, exponen a sus clientes a un aire 37 veces peor que si lo prohibieran.
De forma más detallada, el informe analiza varias situaciones. En concreto, en los locales en los que no se cumple la ley, y las separaciones no son efectivas, la gente que está en la zona de fumadores llega a respirar un aire que contiene una media de 721 microgramos de estas partículas por metro cúbico (mcg/m3). Los que están en la zona de no fumadores absorben unos 149.
Hay que tener en cuenta que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) considera que alcanzar los 250 mcg/m3 es "peligroso" para cualquier persona. Detalla, además, que el aire que contiene 65 mcg/m3 entra en un umbral "no saludable" que deberían evitar quienes tienen problemas de corazón o pulmonares, además de niños y ancianos.
Es decir, cuando la separación entre zonas es defectuosa, los fumadores respiran un aire mucho más nocivo que el de la calle que triplica lo que se considera muy peligroso para la salud. Quienes están en el área de no fumadores, aparentemente más protegidos, se exponen a un ambiente perjudicial para grupos de riesgo el doble de contaminado que el de la calle.
Y esto sin mencionar lo que ocurre en locales de más de cien metros que, aunque deberían tener separaciones, no disponen de ellas. Aquí, cuando se trata de bares que permiten fumar ilegalmente, llega a haber una condensación de partículas de 852 mcg/m3 (más del triple del nivel máximo de contaminación y nueve veces peor que la de la calle).
Por contra, en aquellos que no tienen separaciones pero están totalmente libres de humo, hay 23 mcg/m3. Es decir, si no existen zonas delimitadas en los locales grandes y, pese a la ley, se deja fumar, la contaminación que reciben las personas que están en el interior es 37 veces mayor que en los locales grandes libres de humos.
Isabel Nerín, profesora de la Facultad de Medicina de Zaragoza y coordinadora del estudio, insiste en que el objetivo no ha sido verificar si la Ley Antitabaco se cumple en Aragón, sino ofrecer evidencias sobre el riesgo de salud al que se someten los fumadores, pero también otros colectivos.
Las mediciones, que se han llevado a cabo en dos tandas, se han hecho con un aparato que mide la concentración de partículas finas -de menos de 2,5 micras- en el aire. Como se han analizado las que proceden de la combustión, y para evitar resultados engañosos, se descartaron locales de hostelería en los que hubiera una cocina cerca o una plancha. Por eso, se puede decir con seguridad que el 90% de las materias halladas provenían de la combustión de tabaco.
Los profesionales -entre los que también figuran Carmen Alayeto, Manel Nebot, María José López y Rodrigo Córdoba- han medido estas tasas de contaminación no solo en locales de más de cien metros en situación 'irregular', sino en los que tienen una correcta separación de zonas y en los de menos de cien que han optado por estar libres de humo y los que no.
Las conclusiones de los locales de menos de cien metros en los que se fuma indican que la contaminación dentro del bar llega a presentarse en una concentración media de 494,36 mcg/m3, cuatro veces más contaminación que en las calles próximas.
Mucho mejores son los resultados de las mediciones en locales de menos de cien metros en los que se prohíbe fumar, ya que dentro el aire es incluso mejor que en la calle (23,6 mcg/m3 dentro y 59,83 fuera, en la acera de enfrente).
Por otra parte, en los locales grandes en los que se cumple la ley -zonas de fumadores y no fumadores bien separadas- la zona de fumadores tiene un nivel de 232,2 mcg/m3 (es inferior a los 250 mcg/m3 que se marcan como límite) y, lo más importante, quienes huyen de esta zona y se van al espacio libre de humo están protegidos, ya que el aire que respiran contiene solo 26 mcg/m3.
El ambiente es 20 veces peor en los locales pequeños en los que se deja fumar que en los del mismo tamaño que lo prohíben. En los establecimientos grandes con zonas bien definidas, en el área sin tabaco se respira un aire mejor que el de la calle.
LARA COTERA. Zaragoza | Pasar un rato en un bar en el que se fuma puede equivaler a estar en contacto directo con el tubo de escape de un coche. No es una exageración. Varios médicos de Zaragoza dirigieron hace unos meses un estudio en bares y restaurantes que ya arrojó datos muy negativos para la salud de los camareros e incluso de las personas que están en las zonas de no fumadores mal separadas.
Ahora, y con una muestra más completa (75 locales), las conclusiones de su trabajo vuelven a sacar a la luz la peligrosidad de permanecer en determinados ambientes. Lo que se ha hecho es medir las partículas finas que tiene el aire de estos 75 bares y que proceden de la combustión. La presencia en altas concentraciones de dichas partículas se asocia con numerosas enfermedades circulatorias, cardiorrespiratorias y, por supuesto, con cáncer.
Esta investigación concluye, entre otras cosas, que en los locales pequeños (menos de cien metros) la contaminación es 20 veces mayor que en los del mismo tamaño en los que está prohibido encender un cigarrillo. Los bares grandes bien separados consiguen que el ambiente de la zona libre de humo sea incluso mejor que el de la calle. Por el contrario, los que tienen más de cien metros que, de forma ilegal, dejan fumar, exponen a sus clientes a un aire 37 veces peor que si lo prohibieran.
De forma más detallada, el informe analiza varias situaciones. En concreto, en los locales en los que no se cumple la ley, y las separaciones no son efectivas, la gente que está en la zona de fumadores llega a respirar un aire que contiene una media de 721 microgramos de estas partículas por metro cúbico (mcg/m3). Los que están en la zona de no fumadores absorben unos 149.
Hay que tener en cuenta que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) considera que alcanzar los 250 mcg/m3 es "peligroso" para cualquier persona. Detalla, además, que el aire que contiene 65 mcg/m3 entra en un umbral "no saludable" que deberían evitar quienes tienen problemas de corazón o pulmonares, además de niños y ancianos.
Es decir, cuando la separación entre zonas es defectuosa, los fumadores respiran un aire mucho más nocivo que el de la calle que triplica lo que se considera muy peligroso para la salud. Quienes están en el área de no fumadores, aparentemente más protegidos, se exponen a un ambiente perjudicial para grupos de riesgo el doble de contaminado que el de la calle.
Y esto sin mencionar lo que ocurre en locales de más de cien metros que, aunque deberían tener separaciones, no disponen de ellas. Aquí, cuando se trata de bares que permiten fumar ilegalmente, llega a haber una condensación de partículas de 852 mcg/m3 (más del triple del nivel máximo de contaminación y nueve veces peor que la de la calle).
Por contra, en aquellos que no tienen separaciones pero están totalmente libres de humo, hay 23 mcg/m3. Es decir, si no existen zonas delimitadas en los locales grandes y, pese a la ley, se deja fumar, la contaminación que reciben las personas que están en el interior es 37 veces mayor que en los locales grandes libres de humos.
Isabel Nerín, profesora de la Facultad de Medicina de Zaragoza y coordinadora del estudio, insiste en que el objetivo no ha sido verificar si la Ley Antitabaco se cumple en Aragón, sino ofrecer evidencias sobre el riesgo de salud al que se someten los fumadores, pero también otros colectivos.
Las mediciones, que se han llevado a cabo en dos tandas, se han hecho con un aparato que mide la concentración de partículas finas -de menos de 2,5 micras- en el aire. Como se han analizado las que proceden de la combustión, y para evitar resultados engañosos, se descartaron locales de hostelería en los que hubiera una cocina cerca o una plancha. Por eso, se puede decir con seguridad que el 90% de las materias halladas provenían de la combustión de tabaco.
Los profesionales -entre los que también figuran Carmen Alayeto, Manel Nebot, María José López y Rodrigo Córdoba- han medido estas tasas de contaminación no solo en locales de más de cien metros en situación 'irregular', sino en los que tienen una correcta separación de zonas y en los de menos de cien que han optado por estar libres de humo y los que no.
Las conclusiones de los locales de menos de cien metros en los que se fuma indican que la contaminación dentro del bar llega a presentarse en una concentración media de 494,36 mcg/m3, cuatro veces más contaminación que en las calles próximas.
Mucho mejores son los resultados de las mediciones en locales de menos de cien metros en los que se prohíbe fumar, ya que dentro el aire es incluso mejor que en la calle (23,6 mcg/m3 dentro y 59,83 fuera, en la acera de enfrente).
Por otra parte, en los locales grandes en los que se cumple la ley -zonas de fumadores y no fumadores bien separadas- la zona de fumadores tiene un nivel de 232,2 mcg/m3 (es inferior a los 250 mcg/m3 que se marcan como límite) y, lo más importante, quienes huyen de esta zona y se van al espacio libre de humo están protegidos, ya que el aire que respiran contiene solo 26 mcg/m3.
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