Las temperaturas medias de Aragón suben entre 0,5 y 1 grado en medio siglo
También ha habido una disminución generalizada de las precipitaciones que en algunas zonas supera el 30%. La combinación de ambos fenómenos hace que en el 90% de la Comunidad el balance hídrico sea negativo.
::El centro y el entorno de Zaragoza presentan diferencias de hasta 6 grados (Edición impresa)
La Comunidad recibe menos de la mitad del agua que necesitaría
I. ARISTU. Zaragoza | En los últimos 50 años, las temperaturas medias han subido en Aragón entre medio y un grado. Al mismo tiempo, se ha producido un descenso generalizado de las lluvias que en algunas zonas ha superado el 30% de la precipitación total anual. La combinación de ambos fenómenos provoca que en el 90% de la superficie de la Comunidad el balance hídrico -la diferencia entre la cantidad de agua que recibe la tierra y la que pierde por evapotranspiración- sea negativo.
Estas son algunas de las principales conclusiones recogidas en el Atlas Climático de Aragón, una iniciativa pionera en toda España que fue presentada ayer por la DGA como una herramienta "esencial" para conocer las características del clima en la región y para establecer estrategias de adaptación o de lucha contra el cambio climático.
La publicación ha sido elaborada por el Departamento de Medio Ambiente en colaboración con la Universidad de Zaragoza y con un equipo de más de 20 investigadores de diversas instituciones científicas encabezado por el presidente de la Asociación Española del Clima, José María Cuadrat. Sus conclusiones, que pueden consultarse en la página web de la DGA, se han obtenido después de dos años de trabajo en los que se ha preparado y analizado una amplísima base de datos formada por unos 14 millones de observaciones procedentes de 419 estaciones.
La lluvia, en cifras
Según se recoge en el nuevo atlas, la distribución de las precipitaciones en Aragón está condicionada por dos factores: la dificultad para que penetren los frentes atmosféricos y la dependencia de la topografía. Aunque la precipitación media anual de la Comunidad se sitúa en 548 litros por metro cuadrado, dos tercios del territorio quedan por debajo de esa cifra y el 60% no alcanza ni siquiera los 500 litros.
La zona más seca de la región la forma una amplia franja situada en la parte centro-oriental de la Comunidad que no alcanza los 350 litros anuales (Zaragoza, Fraga, Caspe...). En el resto de la depresión del Ebro y en las del Jalón y el Jiloca la cantidad total de lluvia recogida cada año queda por debajo de 400. Solo en los somontanos y en los bordes de las cadenas montañosas las cantidades aumentan "moderadamente".
Únicamente el Pirineo y el Sistema Ibérico alcanzan valores "importantes" que se aproximan a los 1.000 litros anuales en las vertientes más lluviosas del Moncayo o la Sierra de Albarracín y pueden acercarse a los 2.000 en el Pirineo oscense. No obstante, en esa zona del Alto Aragón llueve menos que en el Pirineo navarro, en el francés o el catalán.
Siempre según el nuevo atlas, esa situación pluviométrica es "todavía menos favorable" si se tiene en cuenta la "extrema" variabilidad interanual de las lluvias y la existencia de amplios periodos secos. En la zona de Aragón más próxima al Mediterráneo esas diferencias de un año a otro superan el 30% de la precipitación total recogida, porcentaje que se va reduciendo conforme se va notando la influencia atlántica.
En este contexto, el análisis de los datos recogidos en 260 observatorios durante el último medio siglo muestra que la evolución de la cantidad de lluvia caída es negativa en todo el territorio aragonés. El descenso oscila entre los menos de 30 litros de la parte noroeste de la región y los más de 135 del Pirineo central y Albarracín.
No obstante, si lo que se mira son los porcentajes de disminución respecto a la precipitación total anual, el área más desfavorecida es la de Albarracín, donde la cantidad de lluvia recogida ha bajado más de un 30% -en algunos puntos ronda el 40%-.
Temperaturas "elevadas"
En cuanto a las temperaturas, los autores del atlas explican que, por su posición al abrigo de los Pirineos y del Sistema Ibérico y por su topografía en cubeta, en Aragón los valores de los termómetros son "relativamente elevados". Una vez más, el relieve lo condiciona todo.
La temperatura media anual de Aragón es de 12,3 grados. Sin embargo, en la parte central de la Comunidad esa cifra roza los 15 grados. En el Bajo Aragón zaragozano y en el Bajo Cinca incluso se rondan los 16. En conjunto, el 28% del territorio ofrece valores medios anuales de más de 14.
Los termómetros van bajando conforme se asciende por los somontanos y se van acercando las zonas de montaña. En el Pirineo las temperaturas medias anuales se sitúan en torno a 1 grado a 3.000 metros de altitud, y en la Ibérica, la más baja es de 6 grados en la Sierra de Gúdar.
Las series históricas de más de 100 observatorios muestran que en los últimos 50 años esas temperaturas medias han aumentado de forma generalizada. La mayor parte de la región ha experimentado subidas de entre medio y un grado. Por estaciones, el invierno y el verano son los periodos en los que la tendencia positiva es mayor, mientras que la primavera y el otoño presentan variaciones menos acusadas.
El Atlas Climático de Aragón advierte de que tanto en el caso de las lluvias como en el de las temperaturas las tendencias observadas corresponden al pasado y no pueden ser extrapoladas al futuro. Para hacer esos cálculos la publicación remite a los modelos matemáticos y a las previsiones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).
Haría falta del doble de agua
Una de las consecuencias directas de todos estos datos es que en la Comunidad la cantidad de agua evaporada o consumida por las plantas es mayor que la caída desde el cielo. Esa relación se mide mediante el balance hídrico, que en Aragón es negativo en el 91% del territorio. El valor medio ponderado de este indicador es de 565 litros por metro cuadrado anuales, por lo que, si se tiene en cuenta que la precipitación media es de 548 litros, se obtiene que haría falta el doble de lluvia para cubrir esas pérdidas de agua.
También ha habido una disminución generalizada de las precipitaciones que en algunas zonas supera el 30%. La combinación de ambos fenómenos hace que en el 90% de la Comunidad el balance hídrico sea negativo.
::El centro y el entorno de Zaragoza presentan diferencias de hasta 6 grados (Edición impresa)
La Comunidad recibe menos de la mitad del agua que necesitaría
I. ARISTU. Zaragoza | En los últimos 50 años, las temperaturas medias han subido en Aragón entre medio y un grado. Al mismo tiempo, se ha producido un descenso generalizado de las lluvias que en algunas zonas ha superado el 30% de la precipitación total anual. La combinación de ambos fenómenos provoca que en el 90% de la superficie de la Comunidad el balance hídrico -la diferencia entre la cantidad de agua que recibe la tierra y la que pierde por evapotranspiración- sea negativo.
Estas son algunas de las principales conclusiones recogidas en el Atlas Climático de Aragón, una iniciativa pionera en toda España que fue presentada ayer por la DGA como una herramienta "esencial" para conocer las características del clima en la región y para establecer estrategias de adaptación o de lucha contra el cambio climático.
La publicación ha sido elaborada por el Departamento de Medio Ambiente en colaboración con la Universidad de Zaragoza y con un equipo de más de 20 investigadores de diversas instituciones científicas encabezado por el presidente de la Asociación Española del Clima, José María Cuadrat. Sus conclusiones, que pueden consultarse en la página web de la DGA, se han obtenido después de dos años de trabajo en los que se ha preparado y analizado una amplísima base de datos formada por unos 14 millones de observaciones procedentes de 419 estaciones.
La lluvia, en cifras
Según se recoge en el nuevo atlas, la distribución de las precipitaciones en Aragón está condicionada por dos factores: la dificultad para que penetren los frentes atmosféricos y la dependencia de la topografía. Aunque la precipitación media anual de la Comunidad se sitúa en 548 litros por metro cuadrado, dos tercios del territorio quedan por debajo de esa cifra y el 60% no alcanza ni siquiera los 500 litros.
La zona más seca de la región la forma una amplia franja situada en la parte centro-oriental de la Comunidad que no alcanza los 350 litros anuales (Zaragoza, Fraga, Caspe...). En el resto de la depresión del Ebro y en las del Jalón y el Jiloca la cantidad total de lluvia recogida cada año queda por debajo de 400. Solo en los somontanos y en los bordes de las cadenas montañosas las cantidades aumentan "moderadamente".
Únicamente el Pirineo y el Sistema Ibérico alcanzan valores "importantes" que se aproximan a los 1.000 litros anuales en las vertientes más lluviosas del Moncayo o la Sierra de Albarracín y pueden acercarse a los 2.000 en el Pirineo oscense. No obstante, en esa zona del Alto Aragón llueve menos que en el Pirineo navarro, en el francés o el catalán.
Siempre según el nuevo atlas, esa situación pluviométrica es "todavía menos favorable" si se tiene en cuenta la "extrema" variabilidad interanual de las lluvias y la existencia de amplios periodos secos. En la zona de Aragón más próxima al Mediterráneo esas diferencias de un año a otro superan el 30% de la precipitación total recogida, porcentaje que se va reduciendo conforme se va notando la influencia atlántica.
En este contexto, el análisis de los datos recogidos en 260 observatorios durante el último medio siglo muestra que la evolución de la cantidad de lluvia caída es negativa en todo el territorio aragonés. El descenso oscila entre los menos de 30 litros de la parte noroeste de la región y los más de 135 del Pirineo central y Albarracín.
No obstante, si lo que se mira son los porcentajes de disminución respecto a la precipitación total anual, el área más desfavorecida es la de Albarracín, donde la cantidad de lluvia recogida ha bajado más de un 30% -en algunos puntos ronda el 40%-.
Temperaturas "elevadas"
En cuanto a las temperaturas, los autores del atlas explican que, por su posición al abrigo de los Pirineos y del Sistema Ibérico y por su topografía en cubeta, en Aragón los valores de los termómetros son "relativamente elevados". Una vez más, el relieve lo condiciona todo.
La temperatura media anual de Aragón es de 12,3 grados. Sin embargo, en la parte central de la Comunidad esa cifra roza los 15 grados. En el Bajo Aragón zaragozano y en el Bajo Cinca incluso se rondan los 16. En conjunto, el 28% del territorio ofrece valores medios anuales de más de 14.
Los termómetros van bajando conforme se asciende por los somontanos y se van acercando las zonas de montaña. En el Pirineo las temperaturas medias anuales se sitúan en torno a 1 grado a 3.000 metros de altitud, y en la Ibérica, la más baja es de 6 grados en la Sierra de Gúdar.
Las series históricas de más de 100 observatorios muestran que en los últimos 50 años esas temperaturas medias han aumentado de forma generalizada. La mayor parte de la región ha experimentado subidas de entre medio y un grado. Por estaciones, el invierno y el verano son los periodos en los que la tendencia positiva es mayor, mientras que la primavera y el otoño presentan variaciones menos acusadas.
El Atlas Climático de Aragón advierte de que tanto en el caso de las lluvias como en el de las temperaturas las tendencias observadas corresponden al pasado y no pueden ser extrapoladas al futuro. Para hacer esos cálculos la publicación remite a los modelos matemáticos y a las previsiones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).
Haría falta del doble de agua
Una de las consecuencias directas de todos estos datos es que en la Comunidad la cantidad de agua evaporada o consumida por las plantas es mayor que la caída desde el cielo. Esa relación se mide mediante el balance hídrico, que en Aragón es negativo en el 91% del territorio. El valor medio ponderado de este indicador es de 565 litros por metro cuadrado anuales, por lo que, si se tiene en cuenta que la precipitación media es de 548 litros, se obtiene que haría falta el doble de lluvia para cubrir esas pérdidas de agua.
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