El profesorado de secundaria. DANIEL GIL PÉREZ EL PAÍS - Opinión - 15-11-2009
Entre las realizaciones positivas de los Gobiernos de Rodríguez Zapatero en el campo de la educación cabe destacar la implantación de un master profesional de formación inicial del profesorado de secundaria. Se daba respuesta así a una necesidad para la mejora de la educación secundaria que venía postergándose demasiados lustros. Sin embargo, las informaciones recibidas acerca de su implantación revelan serias deficiencias que amenazan con anular completamente su efectividad.
Se está contratando de forma precaria -por horas o como asociados- al profesorado que ha de impartir las didácticas específicas (el núcleo central del curso), con el único requisito de algunos años de experiencia docente, sin que se exija, ni se favorezca, la más mínima vinculación con la investigación e innovación educativa. Y se está aceptando que pueda impartir la didáctica el profesorado universitario de cualquier área, aunque no tenga ni experiencia en educación secundaria ni ningún dominio del cuerpo de conocimientos elaborado en torno al proceso de enseñanza/aprendizaje del área correspondiente.
El desastre está así garantizado, pero aún es posible evitarlo: el Ministerio de Educación, las universidades y las comunidades autónomas deben y pueden actuar coordinadamente para reconducir la situación.
Sería necesario, en primer lugar, plantear el pleno aprovechamiento de quienes se han dedicado, como profesores de secundaria, a renovar la enseñanza, incorporándolos al master en condiciones que les permitan seguir impulsando la investigación e innovación, sin lo cual no hay mejora posible de la educación.-
Daniel Gil Pérez, miembro de la comisión ministerial encargada de diseñar el master de formación inicial del profesorado de secundaria.
Entre las realizaciones positivas de los Gobiernos de Rodríguez Zapatero en el campo de la educación cabe destacar la implantación de un master profesional de formación inicial del profesorado de secundaria. Se daba respuesta así a una necesidad para la mejora de la educación secundaria que venía postergándose demasiados lustros. Sin embargo, las informaciones recibidas acerca de su implantación revelan serias deficiencias que amenazan con anular completamente su efectividad.
Se está contratando de forma precaria -por horas o como asociados- al profesorado que ha de impartir las didácticas específicas (el núcleo central del curso), con el único requisito de algunos años de experiencia docente, sin que se exija, ni se favorezca, la más mínima vinculación con la investigación e innovación educativa. Y se está aceptando que pueda impartir la didáctica el profesorado universitario de cualquier área, aunque no tenga ni experiencia en educación secundaria ni ningún dominio del cuerpo de conocimientos elaborado en torno al proceso de enseñanza/aprendizaje del área correspondiente.
El desastre está así garantizado, pero aún es posible evitarlo: el Ministerio de Educación, las universidades y las comunidades autónomas deben y pueden actuar coordinadamente para reconducir la situación.
Sería necesario, en primer lugar, plantear el pleno aprovechamiento de quienes se han dedicado, como profesores de secundaria, a renovar la enseñanza, incorporándolos al master en condiciones que les permitan seguir impulsando la investigación e innovación, sin lo cual no hay mejora posible de la educación.-
Daniel Gil Pérez, miembro de la comisión ministerial encargada de diseñar el master de formación inicial del profesorado de secundaria.
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