Fincas Corral traslada su sede tras el embargo de sus bienes.
La huida hacia adelante del dueño de Fincas Corral, Josep Xicola, parece no tener fin. Ni la policía autonómica catalana, que hace meses que tiene una investigación abierta, ni los funcionarios judiciales han podido poner coto a la actividad de compra de empresas insolventes que desarrolla Xicola.
El último capítulo de la historia hasta ahora ha sido el embargo realizado por la Seguridad Social sobre los bienes que Fincas Corral tenía en su sede de Rambla Catalunya, junto a la Ronda Universidad de Barcelona. La Seguridad Social ejecutó deudas a Fincas Corral por impago de cuotas laborales. Según fuentes cercanas a la empresa, estas deudas todavía son de la época en que Calixto Corral era el presidente de la empresa y fueron el motivo principal por el que acabó vendiendo la sociedad a Xicola el pasado
verano.
Embargo del mobiliario
El embargo se limitó al mobiliario de época que contenían los despachos, ya que el resto de bienes, si los hubiera, ya no se encontraban dentro de estas oficinas. Poco después del embargo, y ya sin muebles, los gestores de Fincas Corral decidieron abandonar la sede donde estaban en régimen de alquiler y donde también debían diversas mensualidades.
El abandono de la sede social de Rambla Catalunya ha permitido a Xicola esquivar los requerimientos judiciales que desde hace semanas le llegan desde diferentes juzgados de lo Social de toda España. Los primeros
requerimientos, como adelantó elEconomista en abril, se enviaron desde tres juzgados de lo Social de Zaragoza.
El objetivo de esos requerimientos era cobrar salarios atrasados por valor de unos 24.000 euros. Tras estos, han enviado nuevos requerimientos juzgados de los social de Sevilla, Bilbao y Barcelona. La suma de todos estos requerimientos suma otros 47.000 euros.
Nueva 'sede social'
Estos requerimientos podrían dar pie a la petición de una declaración de insolvencia, pero el problema es que los funcionarios judiciales no los han podido entregar en la antigua sede ya que está cerrada y ha optado por declarar la sociedad "en paradero desconocido".
Sin embargo, Josep Xicola mantiene la operativa de la sociedad desde unas nuevas ymuy discretas oficinas en el número 161 de la Avenida Madrid de Barcelona.Allí, un grupo de empleados fieles mantienen una pequeña infraestructura para seguir operando. Este diario se puso ayer en contacto con alguno de estos empleados que confirmaron que Fincas Corral sigue operativa.
En Barcelona, un grupo de ex empleados de Fincas Corral se han unido para presentar diversas demandas por impago de salarios contra Josep Xicola, ya que consideran que, presuntamente, "está cometiendo un delito de estafa, que consiste en la descapitalización sistemática de las empresas que simula comprar y que luego no registra a su nombre", indicó un portavoz de este grupo de afectados. La intención de estos ex empleados es recuperar los
salarios, finiquitos y cotizaciones a la Seguridad Social que Xicola no les ha pagado.
La huida hacia adelante del dueño de Fincas Corral, Josep Xicola, parece no tener fin. Ni la policía autonómica catalana, que hace meses que tiene una investigación abierta, ni los funcionarios judiciales han podido poner coto a la actividad de compra de empresas insolventes que desarrolla Xicola.
El último capítulo de la historia hasta ahora ha sido el embargo realizado por la Seguridad Social sobre los bienes que Fincas Corral tenía en su sede de Rambla Catalunya, junto a la Ronda Universidad de Barcelona. La Seguridad Social ejecutó deudas a Fincas Corral por impago de cuotas laborales. Según fuentes cercanas a la empresa, estas deudas todavía son de la época en que Calixto Corral era el presidente de la empresa y fueron el motivo principal por el que acabó vendiendo la sociedad a Xicola el pasado
verano.
Embargo del mobiliario
El embargo se limitó al mobiliario de época que contenían los despachos, ya que el resto de bienes, si los hubiera, ya no se encontraban dentro de estas oficinas. Poco después del embargo, y ya sin muebles, los gestores de Fincas Corral decidieron abandonar la sede donde estaban en régimen de alquiler y donde también debían diversas mensualidades.
El abandono de la sede social de Rambla Catalunya ha permitido a Xicola esquivar los requerimientos judiciales que desde hace semanas le llegan desde diferentes juzgados de lo Social de toda España. Los primeros
requerimientos, como adelantó elEconomista en abril, se enviaron desde tres juzgados de lo Social de Zaragoza.
El objetivo de esos requerimientos era cobrar salarios atrasados por valor de unos 24.000 euros. Tras estos, han enviado nuevos requerimientos juzgados de los social de Sevilla, Bilbao y Barcelona. La suma de todos estos requerimientos suma otros 47.000 euros.
Nueva 'sede social'
Estos requerimientos podrían dar pie a la petición de una declaración de insolvencia, pero el problema es que los funcionarios judiciales no los han podido entregar en la antigua sede ya que está cerrada y ha optado por declarar la sociedad "en paradero desconocido".
Sin embargo, Josep Xicola mantiene la operativa de la sociedad desde unas nuevas ymuy discretas oficinas en el número 161 de la Avenida Madrid de Barcelona.Allí, un grupo de empleados fieles mantienen una pequeña infraestructura para seguir operando. Este diario se puso ayer en contacto con alguno de estos empleados que confirmaron que Fincas Corral sigue operativa.
En Barcelona, un grupo de ex empleados de Fincas Corral se han unido para presentar diversas demandas por impago de salarios contra Josep Xicola, ya que consideran que, presuntamente, "está cometiendo un delito de estafa, que consiste en la descapitalización sistemática de las empresas que simula comprar y que luego no registra a su nombre", indicó un portavoz de este grupo de afectados. La intención de estos ex empleados es recuperar los
salarios, finiquitos y cotizaciones a la Seguridad Social que Xicola no les ha pagado.
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