EDUCACIÓN. Los profesores piden una semana de vacaciones en marzo en lugar de en Semana Santa. P. CIRIA. Zaragoza 16/01/2010
Los padres frenan la propuesta de cambio en el calendario, que dejaría a los niños con solo dos días de fiesta en Pascua. El Consejo Escolar decidirá en febrero si retoma la iniciativa o la para definitivamente
foto: Un grupo de alumnos de un colegio de Delicias jugaban ayer a fútbol durante la hora del recreo..oliver duch Un grupo de alumnos de un colegio de Delicias jugaban ayer a fútbol durante la hora del recreo. Oliver Duch
Las discordancias entre sindicatos de enseñanza y padres de alumnos han impedido que, de momento, prospere un acuerdo para fijar un nuevo modelo de calendario escolar en el que los profesores proponían redistribuir las vacaciones independientemente de las fiestas religiosas. Es decir, en lugar de dar días libres pegados a los festivos de Semana Santa, ofrecer a los alumnos una semana de asueto a finales de marzo. Estos profesionales consideran que de este modo los trimestres quedan más equilibrados, mientras que las familias ven innecesario el cambio y alegan que crea un problema de conciliación. La medida está parada y habrá que esperar hasta febrero para saber si el pleno del Consejo Escolar de Aragón decide retomar la negociación o si se da por rota definitivamente.
El debate sobre el calendario se inició hace unos meses en el Consejo Escolar de Aragón -formado por miembros de la comunidad educativa y agentes empresariales y sociales- a propuesta de la representante de la Universidad de Zaragoza, Pilar Bolea. Esta planteó que se expusieran las distintas posturas y se consensuara un informe con un proyecto de calendario estable en el tiempo que evitara las disputas que se producen todas las primaveras cuando la DGA aprueba el calendario del curso siguiente. Ese documento sería consultivo, pero no vinculante para el Departamento de Educación.
Tras esta sugerencia, comenzó a reunirse un grupo de trabajo que ha mantenido cuatro encuentros en los últimos meses. Primero, cada representante expuso sus preferencias y, después, se elaboró un documento con los puntos en los que había acuerdo y en los que no. Entre ellos, los sindicatos de los trabajadores de la enseñanza consensuaron que el modelo que consideraban más apropiado era el de un curso escolar en el que el primer cuatrimestre (septiembre-diciembre) quedara tal y como está ahora. Pero el segundo y el tercero debían cambiarse. En lugar de que el segundo comenzara tras la Navidad y terminara en Semana Santa, planteaban que hubiera siete días de descanso en la última semana de marzo. De este modo, el segundo y el tercer trimestre se partirían en dos periodos iguales.
Además, propusieron que se siguieran disfrutando los días festivos de Jueves y Viernes Santo. "Nos parecía la distribución más equilibrada y la apoyaban la mayoría de las organizaciones del Consejo Escolar", apunta el secretario general de la federación de enseñanza de CC. OO. de Aragón, José Manuel Larrodera.
Pero esto no convenció ni a la patronal de los centros concertados ni a la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón (Fapar), que consideró que la modificación del calendario no era una necesidad perentoria y que la propuesta que se planteaba creaba un problema innecesario a las familias, impidiéndoles conciliar el trabajo con la atención a sus hijos. "Manifestamos que hay otras cuestiones más urgentes que solucionar, pero nos mostramos dispuestos a escuchar las propuestas que se presentaban, que no nos convencieron", explica la presidenta de Fapar, Ana Abán.
A la espera de la sesión plenaria
La falta de unanimidad llevó a la presidenta del Consejo Escolar de Aragón, Carmen Solano, a parar la elaboración del documento sobre el calendario. Ahora, habrá que esperar a que se celebre el pleno de ese organismo, donde se informará de lo ocurrido y se decidirá si se retoma el debate o si se da por roto. Esta cita será, previsiblemente, a principios de febrero.
Los representantes de los profesores reconocen que ese fracaso inicial ha generado descontento, aunque confían en que las negociaciones se retomen tras el pleno, ya que consideran que alcanzar un pacto estable en el tiempo sería "muy positivo". "Se ha creado malestar, porque todos cedimos en alguna de nuestras propuestas y surgió la más consensuada. Parecía que había acuerdo general, pero Fapar se negó a hacer movimientos. Llevaremos el tema a la junta de personal docente para debatirlo y ver cómo se puede desatascar", comenta la secretaria general de la FETE UGT, Gloria Pardillos. "El asunto no está parado totalmente, así que confiamos en que se vuelva a abordar. Deberíamos ser capaces de llegar a un acuerdo entre todos", añadió Marcos Domingo, de CSI-F, presidente aragonés del sector de Enseñanza de CSI-F. Por su parte, Manuel García Zamarreño, del sindicato STEA, aseguró que urge un acuerdo sobre el calendario escolar y que este no puede estar totalmente condicionado por la posición de los padres.
Los padres frenan la propuesta de cambio en el calendario, que dejaría a los niños con solo dos días de fiesta en Pascua. El Consejo Escolar decidirá en febrero si retoma la iniciativa o la para definitivamente
foto: Un grupo de alumnos de un colegio de Delicias jugaban ayer a fútbol durante la hora del recreo..oliver duch Un grupo de alumnos de un colegio de Delicias jugaban ayer a fútbol durante la hora del recreo. Oliver Duch
Las discordancias entre sindicatos de enseñanza y padres de alumnos han impedido que, de momento, prospere un acuerdo para fijar un nuevo modelo de calendario escolar en el que los profesores proponían redistribuir las vacaciones independientemente de las fiestas religiosas. Es decir, en lugar de dar días libres pegados a los festivos de Semana Santa, ofrecer a los alumnos una semana de asueto a finales de marzo. Estos profesionales consideran que de este modo los trimestres quedan más equilibrados, mientras que las familias ven innecesario el cambio y alegan que crea un problema de conciliación. La medida está parada y habrá que esperar hasta febrero para saber si el pleno del Consejo Escolar de Aragón decide retomar la negociación o si se da por rota definitivamente.
El debate sobre el calendario se inició hace unos meses en el Consejo Escolar de Aragón -formado por miembros de la comunidad educativa y agentes empresariales y sociales- a propuesta de la representante de la Universidad de Zaragoza, Pilar Bolea. Esta planteó que se expusieran las distintas posturas y se consensuara un informe con un proyecto de calendario estable en el tiempo que evitara las disputas que se producen todas las primaveras cuando la DGA aprueba el calendario del curso siguiente. Ese documento sería consultivo, pero no vinculante para el Departamento de Educación.
Tras esta sugerencia, comenzó a reunirse un grupo de trabajo que ha mantenido cuatro encuentros en los últimos meses. Primero, cada representante expuso sus preferencias y, después, se elaboró un documento con los puntos en los que había acuerdo y en los que no. Entre ellos, los sindicatos de los trabajadores de la enseñanza consensuaron que el modelo que consideraban más apropiado era el de un curso escolar en el que el primer cuatrimestre (septiembre-diciembre) quedara tal y como está ahora. Pero el segundo y el tercero debían cambiarse. En lugar de que el segundo comenzara tras la Navidad y terminara en Semana Santa, planteaban que hubiera siete días de descanso en la última semana de marzo. De este modo, el segundo y el tercer trimestre se partirían en dos periodos iguales.
Además, propusieron que se siguieran disfrutando los días festivos de Jueves y Viernes Santo. "Nos parecía la distribución más equilibrada y la apoyaban la mayoría de las organizaciones del Consejo Escolar", apunta el secretario general de la federación de enseñanza de CC. OO. de Aragón, José Manuel Larrodera.
Pero esto no convenció ni a la patronal de los centros concertados ni a la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón (Fapar), que consideró que la modificación del calendario no era una necesidad perentoria y que la propuesta que se planteaba creaba un problema innecesario a las familias, impidiéndoles conciliar el trabajo con la atención a sus hijos. "Manifestamos que hay otras cuestiones más urgentes que solucionar, pero nos mostramos dispuestos a escuchar las propuestas que se presentaban, que no nos convencieron", explica la presidenta de Fapar, Ana Abán.
A la espera de la sesión plenaria
La falta de unanimidad llevó a la presidenta del Consejo Escolar de Aragón, Carmen Solano, a parar la elaboración del documento sobre el calendario. Ahora, habrá que esperar a que se celebre el pleno de ese organismo, donde se informará de lo ocurrido y se decidirá si se retoma el debate o si se da por roto. Esta cita será, previsiblemente, a principios de febrero.
Los representantes de los profesores reconocen que ese fracaso inicial ha generado descontento, aunque confían en que las negociaciones se retomen tras el pleno, ya que consideran que alcanzar un pacto estable en el tiempo sería "muy positivo". "Se ha creado malestar, porque todos cedimos en alguna de nuestras propuestas y surgió la más consensuada. Parecía que había acuerdo general, pero Fapar se negó a hacer movimientos. Llevaremos el tema a la junta de personal docente para debatirlo y ver cómo se puede desatascar", comenta la secretaria general de la FETE UGT, Gloria Pardillos. "El asunto no está parado totalmente, así que confiamos en que se vuelva a abordar. Deberíamos ser capaces de llegar a un acuerdo entre todos", añadió Marcos Domingo, de CSI-F, presidente aragonés del sector de Enseñanza de CSI-F. Por su parte, Manuel García Zamarreño, del sindicato STEA, aseguró que urge un acuerdo sobre el calendario escolar y que este no puede estar totalmente condicionado por la posición de los padres.
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