- Dirige el remake de una película del cineasta asesinado.
- La cinta está coprotagonizada por Sienna Miller.
- "EE UU debe saber qué significa hacer una guerra", afirma.
El actor Steve Buscemi sigue haciendo méritos para mantener su trono como "el rey del cine indie" en su nueva película Interview, un remake de la cinta homónima de Theo Van Gogh que dirige y protagoniza junto a Sienna Miller y que llega a las salas el próximo viernes.
Interview fue una de la últimas películas del director holandés Theo Van Gogh -brutalmente asesinado en Amsterdam en 2004 por un radical islamista- y al que ahora Steve Buscemi rinde homenaje adaptando esta cinta que "es muy poética y tiene unos personajes muy bien, tremendamente bien, construidos", según explica el actor en una entrevista desde Nueva York.
Tal y como era el deseo de Van Gogh, Buscemi traslada a las calles de Nueva York la historia de la relación entre un periodista amargado e irreverente y una caprichosa y atormentada actriz en ciernes -a quien da vida Sienna Miller-.
A pesar de que Buscemi, que ha reescrito parte del guión original, retrata al protagonista como un periodista poco transparente, el neoyorquino asegura que no es ésta su visión de los periodistas, e incluso afirma que los profesionales de la información son personas "necesarias e importantes".
"A la hora de escribir el guión no me centré en mostrar como son los periodistas o las estrellas de Hollywood, o las relaciones entre ellos, si no que es la historia de dos personas con dos personalidades muy fuertes, muy concretas, independientemente de cual sea su trabajo", explica Buscemi.
A pesar de que reconoce que entre sus cineastas favoritos se encuentran Frank Capra, John Cassavetes, John Huston y, por qué no, "también Pedro Almodóvar", en esta ocasión Buscemi ha tenido que renunciar a todas sus influencias porque una de las condiciones impuestas por los productores de la cinta es que fuera rodada "con la técnica de Theo Van Gogh".
Esta técnica, según asegura Buscemi, consiste en la filmación de todas las escenas con tres cámaras digitales que graban simultáneamente: una enfoca al actor principal, otra a la actriz y la tercera filma a ambos actores.
"Es una técnica que permite grabar de manera muy rápida -el rodaje duró solo 9 días-, y es un sistema genial para grabar tomas largas, porque los actores se sienten muy libres y estimulados", reconoce Buscemi, que anteriormente había dirigido tres largometrajes: Trees Lounge en 1996, Animal Factory en 2000 y Lonesome Jim en 2005.
A lo largo de sus más de dos décadas de carrera, Buscemi ha demostrado cómo triunfar sin tener nada que ver con las estrellas del firmamento Hollywood: su físico no levanta pasiones, en su filmografía predominan títulos independientes, nunca ha dado un escándalo y no se le cayeron los anillos cuando este ex bombero se presentó, el 12 de septiembre de 2001, en su antiguo cuartel para ayudar a sus compañeros a rebuscar entre los escombros de la Zona Cero durante 12 horas a lo largo de una semana.
Después de aquella experiencia, y fiel a su espíritu filántropo, fue uno de los primeros, y de los pocos, en rebelarse en contra de la administración Bush y de la guerra de Irak, de la que dice que "es necesario que se trate en el cine porque Estados Unidos necesitara una visión crítica sobre lo que realmente significa, e implica, hacer una guerra".
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