Un nuevo 4º de ESO asoma por la puerta de atrás. El Gobierno cambiará la LOE a través de la Ley de Economía Sostenible para introducir dos opciones al final de Secundaria
Zapatero embustero Uno de los planes del ministro Ángel Gabilondo, de haber conseguido un pacto político, era abrir el melón de la Ley Orgánica de Educación (LOE) para modificar algunos aspectos. El de mayor implicación, la división de 4º de la ESO en dos opciones: una para los que quieren enfocar sus estudios a Bachillerato y otra para los que piensan estudiar FP. Convertido en un curso puente al ciclo siguiente, se concibió como una estrategia para inducir al alumno a seguir estudiando, habida cuenta del objetivo europeo de que situemos en el 85% la tasa de titulación en Secundaria Superior. España parte de un 73%.
Superado el intento frustrado del pacto, el Gobierno sigue adelante con la intención, pero no con el método. Tan importante cambio pretende ser introducido en la LOE a través de una enmienda del Grupo Socialista a la Ley de Economía Sostenible, actualmente en trámite. «Tiene sentido hacerlo ahí porque en esa ley hay un apartado importantísimo dedicado a la Formación Profesional», argumenta Cándida Martínez, portavoz socialista en la Comisión de Educación del Congreso.
Esta etapa formativa tiene un amplio desarrollo en la nueva norma, como clave de bóveda -se pretende- de un nuevo modelo económico que precisa aumentar la cualificación profesional de los jóvenes y el número de titulados en FP.
Pero la reforma de 4º de ESO no afecta sólo a los que van a estudiar FP, sino a todos los alumnos (dado que ese curso es obligatorio), incluidos los que vayan a Bachillerato.
Para el PP, el lugar natural donde abordar este «asunto fundamenal» y «demandado» por muchos sectores es en la LOE, y lo pertinente habría sido discutir el diseño del curso en la Conferencia Sectorial para estudiar el coste que supondrá la nueva oferta a las comunidades, y después llevarlo al Congreso, reclama Juan Antonio Gómez Trinidad, portavoz popular de Educación en el Congreso.
Pero las diferencias políticas surgidas durante la negociación del pacto hicieron que el Gobierno descartara someter a debate alguno la modificación de la LOE. En verano discutió con el Grupo Socialista cómo abordar los cambios deseados y decidió aprovechar la Ley de Economía Sostenible, pero no metiéndolos en el texto principal, sino en enmiendas posteriores a su aprobación.
«La LOE prácticamente quedará igual. Sólo se incorporan al artículo 25 las materias nuevas para hacer posible la opcionalidad», argumenta la portavoz socialista de Educación.
Las materias troncales de 4º quedan intactas y son las mismas para ambas opciones (ver gráfico).
La modificación que introduce la enmienda establece que, «además, los alumnos deberán cursar tres de las materias ofertadas» en la opción que elijan, bien sea la «conducente» a Bachillerato, bien sea la «orientada a estudios profesionales».
El texto socialista especifica que el desarrollo curricular de esta segunda opción debe estar orientado a la realización de FP de Grado Medio, lo que, supuestamente, implicaría la compensación de contenidos teóricos con otros más prácticos.
Sin embargo, también se exige que los alumnos de una y otra opción adquieran las «competencias básicas» establecidas para la ESO en la LOE, ya que las dos opciones garantizan el mismo título.
Por ello, señala la propuesta socialista, «la comprensión lectora, la expresión oral y escrita, la comunicación audiovisual, las tecnologías de la información y la comunicación y la educación en valores se trabajarán en todas las áreas».
Según el PP, esta oferta para elegir a la carta es un despropósito. Primero, porque no responde a las necesidades del alumnado. «El que quiera ir al Bachillerato de Letras está abocado a elegir Música aunque no le guste», apunta Gómez Trinidad. Y la inclusión de la Informática, añade, es «paleta» y antigua, ya que los alumnos de 15 años tienen más dominio del ordenador que el docente.
Por encima de eso, lo que critica el diputado popular es que «no hay dinero en las administraciones para ofertar una optatividad así», y así se lo han transmitido algunas. También, que la oferta a la carta favorece que muchos alumnos escojan las materias más fáciles para aprobar el curso. Para los populares, las optativas deberían ser las mismas para todos los alumnos de cada grupo.
Por otro lado, según el PP, éstos son los itinerarios que el PSOE demonizó, por segregadores, cuando el Gobierno de Aznar apostó por ellos en su ley educativa (la LOCE). La diferencia es que entonces se introdujo la obligación de elegir en 3º.
El PP, además, está especialmente molesto porque, pese a haberse ofrecido al ministro y al PSOE para hablar del tema, dice no haber recibido respuesta. Cándida Martínez asegura que la enmienda, que se presentó a finales de septiembre, será debatida. Pero Gómez Trinidad ve poca posibilidad de acuerdo.
Otra cuestión será cuándo puedan entrar en vigor los cambios en caso de aprobarse. Primero el Gobierno tendrá que aprobar un Real Decreto, o modificar el existente, sobre los contenidos mínimos en Secundaria. Después, cada administración autonómica debe hacer sus desarrollos curriculares. Aunque la Ley de Economía Sostenible se aprobara antes de fin de año, difícilmente habría un nuevo 4º de ESO el curso que viene.
Otros cambios legales propuestos
>Los alumnos que no obtengan el título de ESO recibirán un certificado, no sólo con los años cursados, sino también «el nivel de adquisición de competencias básicas».
>Los alumnos con dificultades podrán acceder a un Programa de Cualificación Inicial (PCPI) a los 15 años, y no esperar a los 16, como ahora.
Zapatero embustero Uno de los planes del ministro Ángel Gabilondo, de haber conseguido un pacto político, era abrir el melón de la Ley Orgánica de Educación (LOE) para modificar algunos aspectos. El de mayor implicación, la división de 4º de la ESO en dos opciones: una para los que quieren enfocar sus estudios a Bachillerato y otra para los que piensan estudiar FP. Convertido en un curso puente al ciclo siguiente, se concibió como una estrategia para inducir al alumno a seguir estudiando, habida cuenta del objetivo europeo de que situemos en el 85% la tasa de titulación en Secundaria Superior. España parte de un 73%.
Superado el intento frustrado del pacto, el Gobierno sigue adelante con la intención, pero no con el método. Tan importante cambio pretende ser introducido en la LOE a través de una enmienda del Grupo Socialista a la Ley de Economía Sostenible, actualmente en trámite. «Tiene sentido hacerlo ahí porque en esa ley hay un apartado importantísimo dedicado a la Formación Profesional», argumenta Cándida Martínez, portavoz socialista en la Comisión de Educación del Congreso.
Esta etapa formativa tiene un amplio desarrollo en la nueva norma, como clave de bóveda -se pretende- de un nuevo modelo económico que precisa aumentar la cualificación profesional de los jóvenes y el número de titulados en FP.
Pero la reforma de 4º de ESO no afecta sólo a los que van a estudiar FP, sino a todos los alumnos (dado que ese curso es obligatorio), incluidos los que vayan a Bachillerato.
Para el PP, el lugar natural donde abordar este «asunto fundamenal» y «demandado» por muchos sectores es en la LOE, y lo pertinente habría sido discutir el diseño del curso en la Conferencia Sectorial para estudiar el coste que supondrá la nueva oferta a las comunidades, y después llevarlo al Congreso, reclama Juan Antonio Gómez Trinidad, portavoz popular de Educación en el Congreso.
Pero las diferencias políticas surgidas durante la negociación del pacto hicieron que el Gobierno descartara someter a debate alguno la modificación de la LOE. En verano discutió con el Grupo Socialista cómo abordar los cambios deseados y decidió aprovechar la Ley de Economía Sostenible, pero no metiéndolos en el texto principal, sino en enmiendas posteriores a su aprobación.
«La LOE prácticamente quedará igual. Sólo se incorporan al artículo 25 las materias nuevas para hacer posible la opcionalidad», argumenta la portavoz socialista de Educación.
Las materias troncales de 4º quedan intactas y son las mismas para ambas opciones (ver gráfico).
La modificación que introduce la enmienda establece que, «además, los alumnos deberán cursar tres de las materias ofertadas» en la opción que elijan, bien sea la «conducente» a Bachillerato, bien sea la «orientada a estudios profesionales».
El texto socialista especifica que el desarrollo curricular de esta segunda opción debe estar orientado a la realización de FP de Grado Medio, lo que, supuestamente, implicaría la compensación de contenidos teóricos con otros más prácticos.
Sin embargo, también se exige que los alumnos de una y otra opción adquieran las «competencias básicas» establecidas para la ESO en la LOE, ya que las dos opciones garantizan el mismo título.
Por ello, señala la propuesta socialista, «la comprensión lectora, la expresión oral y escrita, la comunicación audiovisual, las tecnologías de la información y la comunicación y la educación en valores se trabajarán en todas las áreas».
Según el PP, esta oferta para elegir a la carta es un despropósito. Primero, porque no responde a las necesidades del alumnado. «El que quiera ir al Bachillerato de Letras está abocado a elegir Música aunque no le guste», apunta Gómez Trinidad. Y la inclusión de la Informática, añade, es «paleta» y antigua, ya que los alumnos de 15 años tienen más dominio del ordenador que el docente.
Por encima de eso, lo que critica el diputado popular es que «no hay dinero en las administraciones para ofertar una optatividad así», y así se lo han transmitido algunas. También, que la oferta a la carta favorece que muchos alumnos escojan las materias más fáciles para aprobar el curso. Para los populares, las optativas deberían ser las mismas para todos los alumnos de cada grupo.
Por otro lado, según el PP, éstos son los itinerarios que el PSOE demonizó, por segregadores, cuando el Gobierno de Aznar apostó por ellos en su ley educativa (la LOCE). La diferencia es que entonces se introdujo la obligación de elegir en 3º.
El PP, además, está especialmente molesto porque, pese a haberse ofrecido al ministro y al PSOE para hablar del tema, dice no haber recibido respuesta. Cándida Martínez asegura que la enmienda, que se presentó a finales de septiembre, será debatida. Pero Gómez Trinidad ve poca posibilidad de acuerdo.
Otra cuestión será cuándo puedan entrar en vigor los cambios en caso de aprobarse. Primero el Gobierno tendrá que aprobar un Real Decreto, o modificar el existente, sobre los contenidos mínimos en Secundaria. Después, cada administración autonómica debe hacer sus desarrollos curriculares. Aunque la Ley de Economía Sostenible se aprobara antes de fin de año, difícilmente habría un nuevo 4º de ESO el curso que viene.
Otros cambios legales propuestos
>Los alumnos que no obtengan el título de ESO recibirán un certificado, no sólo con los años cursados, sino también «el nivel de adquisición de competencias básicas».
>Los alumnos con dificultades podrán acceder a un Programa de Cualificación Inicial (PCPI) a los 15 años, y no esperar a los 16, como ahora.
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