Aznar presume de ser pionero en la defensa del Medio Ambiente. El ex presidente, que cuestionó el cambio climático en el pasado, alardea de ser el primero en crear un ministerio de Medio Ambiente. PÚBLICO.ES / EFE Madrid 19/11/2010 18:03 Actualizado: 19/11/2010
Noticias relacionadas
-
Aznar lamenta el "declive" de Europa
-
Aznar, otra vez Honoris Causa
-
Bush y Aznar: una pareja de "visionarios" de la guerra
-
Botella, de Perejil: "Si la operación fracasaba, Aznar dimitía"
-
Aznar, presidente de un consejo sobre cambio climático
-
Aznar, entre los peores ex presidentes del mundo
-
La derrota de Obama aleja el pacto climático
-
Ana Botella: "La solución a la crisis pasa por luchar contra el cambio climático"
-
Los ricos no dan dinero nuevo contra el cambio climático
El ex presidente del Gobierno Jose María Aznar, capitán del negacionismo del cambio climático, considera que todos los españoles deberían ser "ecologistas sensatos", como asegura que fue su política medioambiental durante los ocho años que estuvo al frente del Ejecutivo.
En el prólogo del libro Ecologismo sensato en España, de Verónica Lipperheide (editorial Gota a Gota/FAES), asesora de medio ambiente durante su Gobierno, Aznar sostiene que dio gran importancia a la política medioambiental en su acción de Gobierno y que su convicción acerca de la importancia de la conservación y mejora del medio ambiente es "profunda".
Asimismo defiende que la conservación del medio Ambiente "no puede ser la bandera exclusiva de nadie" y afirma que su Gobierno fue el primero de la historia de España en crear un ministerio de Medio Ambiente, que a día de hoy, "es el primero y el último, porque fue suprimido en 2008".
Su cuota de responsabilidad
A juicio del presidente de la Fundación FAES, que preside un consejo para el cambio climático, el Plan Hidrológico Nacional fue una de las grandes apuestas políticas de su Gobierno, y la cancelación del mismo en 2004, uno de esos errores "más graves" de quienes gobiernan España desde entonces.
Todos los españoles deberían ser "ecologistas sensatos", asegura
En su balance, el ex presidente refiere que la apuesta por contribuir a que España aportara su cuota de responsabilidad a la conservación del medio ambiente global se plasmó en 1999, en la adhesión de España al protocolo de Kioto.
Añade que fue su Gobierno el que adquirió para España los compromisos internacionales de reducción de emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero y que, en coherencia con este compromiso, se apostó decididamente por una política energética menos intensiva en las emisiones de gases de efecto invernadero.
El pasado mes se dio a conocer que Aznar presidirá el consejo asesor de Global Adaptation Institute, una iniciativa privada que aspira, según sus creadores, a convertirse en una "voz pragmática" en el debate público sobre el cambio climático. Lo cierto es que pocos datos se han revelado desde entonces sobre las intenciones reales de dicho consejo y sobretodo ante el desconcertante fichaje del ex presidente como asesor para la causa.
El cambio climático no se produce por la emisión de gases de efecto invernadero sino por las variaciones de la actividad solar. El Plan Hidrológico Nacional contaba con un amplio consenso y no perjudicaba a nadie. El alejamiento del Prestige de las costas gallegas evitó que se contaminara todo el litoral. Y la respuesta al vertido de Aznalcóllar fue modélica. Son sólo algunas de las tesis que sostiene el libro Ecologismo sensato en España, escrito por Verónica Lipperheide para la editorial de FAES, la fundación del PP, y que hoy presenta en sociedad el hombre que inspira sus 222 páginas: José María Aznar.
El trabajo de Lipperheide, asesora de políticas ecológicas del ex presidente, es un repaso de la gestión medioambiental del Gobierno de Aznar que reproduce el esquema clásico de los cuentos de hadas. Tiene un príncipe azul, que es el ex presidente; una princesa indefensa, que es el medio ambiente; y un malo interpretado por los ecologistas, el PSOE y en general todo el que se opuso a la gestión del Gobierno. E incluso tiene batallas épicas en las que el héroe lucha contra los elementos, como cuando el Prestige se hunde por las condiciones meteorológicas.
El científico Carlos Duarte explica que alejar el Prestige' «fue un gran error»
Un visionario en Europa
Ya en el prólogo, escrito por el propio Aznar, este se describe como el primero de los líderes conservadores europeos en renovar su imagen con el discurso del medio ambiente. "Apostamos decididamente por una política energética menos intensiva en la emisión de CO2", alardea el ex presidente.
"Si tuviera intención de hacer frente al cambio climático dejaría de mandar mensajes que generan confusión", critica el ex director de Greenpeace, Juan López de Uralde, en referencia a otros títulos de FAES que niegan el calentamiento global. En este libro, su autora reclama que la "teoría" del cambio climático sobre la que "muchos científicos disienten" abandone los "salones de nuestras casas" y regrese "cuanto antes al ámbito científico". "Los científicos ya han hablado", responde el líder de Equo. "La pelota está en el tejado de los políticos, que no deberían hacer como Aznar, retrasando la acción al politizar el debate para que nos enzarcemos en una discusión sin fin".
López de Uralde pide a Aznar que deje de "generar confusión"
Aznar asegura en su prólogo: "Fue mi Gobierno quien adquirió para España los compromisos internacionales" del protocolo de Kioto. Sin embargo, tanto López de Uralde como el coordinador de Ecologistas en Acción, Theo Oberhuber, consideran que Kioto se aprobó "a pesar del PP" y que Aznar estaba obligado por el mandato de la UE. "Su única aportación fue incrementar la dependencia del petróleo y aumentar las emisiones", resume Oberhuber.
La última obra de FAES también defiende que el Plan Hidrológico Nacional contaba con un "amplio consenso" porque era un "instrumento de vertebración". "El plan no era más que un pretexto para darle cobertura a su megalómana propuesta de trasvase del Ebro. Por eso se frenó", afirma el secretario federal de medio ambiente del PSOE, Hugo Morán.
Sólo falló la comunicación
Lipperheide defiende la gestión del Gobierno del incidente del Prestige: "El alejamiento del buque consigue evitar que se contamine todo el litoral gallego". Una conclusión alejada de la realidad, según el oceanógrafo del CSIC Carlos Duarte: "Más bien fue al revés. Si hay algo que ha quedado claro del análisis de lo ocurrido es que alejar el buque fue un enorme error: se contaminó no sólo el litoral gallego, sino también el cantábrico, el vasco y el francés", asegura, y recuerda que aquella decisión también dificultó las tareas posteriores sobre el buque, hundido en aguas muy profundas.
El libro asegura que el alejamiento es la "opción habitual en ese tipo de situaciones", que los habitantes de la zona eran "partidarios" de hacerlo y que el vertido no produjo "daños personales".
Esta última tesis le parece poco oportuna a la bióloga de la Universidad de A Coruña Blanca Laffon, que ha estudiado a los marineros que estuvieron implicados en la limpieza del vertido. "Nuestros análisis difieren de esa idea. Es verdad que no hay síntomas externos, pero hay daño a nivel genético", asegura Laffon, cuyo equipo no es el único que ha encontrado afecciones entre los pescadores. También se ha reseñado deterioro de sus funciones pulmonares y hasta alteraciones cromosómicas. En cambio, para la asesora de Aznar, "el Gobierno actúa con diligencia y eficacia, si bien una defectuosa comunicación desluce su buen hacer".
No hay comentarios:
Publicar un comentario