miércoles, julio 25, 2012

El motor de la biomasa no arranca en Aragón

El desarrollo de las energía limpias.

El motor de la biomasa no arranca en Aragón

El sector reivindica un espacio y promete miles de empleos si cumple sus planes

J. HERAS PASTOR 16/10/2011

La biomasa puede suponer un motor económico como la GM para el medio rural aragonés, pero de momento es la hermana pobre de las energías renovables. La comunidad presenta una condiciones idóneas para el desarrollo de este sector, que utiliza la materia orgánica (leña, cultivos, residuos agrarios o ganaderos) como fuente energía para producir electricidad y calor, porque dispone de amplias y repartidas masas forestales y una especialización agroalimentaria. El despegue está siendo muy lento en toda España, pero sobre todo en Aragón. Pese a las dificultades, existe un nutrido grupo de empresarios en la comunidad que reivindican un espacio en el entramado energético y prometen miles de empleos e inversiones si logran resolver las trabas técnicas y financieras que rodean a estos proyectos.
Uno de los principales tipos de biomasa es la madera, que ancestralmente se ha empleado para cocinar y calentar. También ha tenido un uso intensivo para la industria naviera, la construcción o la minería, aplicaciones que han quedado en desuso. El hueco dejado trata de cubrirse con el aprovechamiento energético (eléctrico y térmico) de la biomasa con técnicas plenamente asentada y testadas en países centroeuropeos. En España este mercado está teniendo un lento desarrollo, a pesar de las recomendaciones de la Unión Europea por ser considerada una fuente renovable. Los objetivos del Plan de Energías Renovables (PER) 2005-2010 han quedado lejos de cumplirse. En biomasa eléctrica, se ha cubierto menos del 40% (712 MW) de la cuota prevista, frente a la eólica o la solar que han sobrepasado con creces las capacidades asignadas.

DIFICULTADES Andalucía y Galicia son las dos comunidades donde más ha cuajado este nuevo sector, que ha generado en torno a 3.000 empleos (directos e indirectos) en cada una de estas regiones. En Aragón, en cambio, apenas ha arraigado. Tan solo cuenta con 34 megawatios (MW) de potencia instalada, a gran distancia de las otras renovables --la eólica, 1.699 MW, y la fotovoltaica, 148--, según datos de Red Eléctrica (REE). La comunidad mantiene prácticamente esta misma capacidad desde hace una década, aunque si ha crecido algo la energía vertida a red.
¿Por qué no ha tenido éxito la biomasa en Aragón? Se debe a la mezcla de varios factores, el principal de ellos es la dificultad de asegurar la logística de suministro, es decir, abastecerse de materia prima de forma estable y segura. "Hay unos costes que otro tipo de renovables no tienen, porque el viento y el sol son gratis", apunta Francisco Javier de Miguel, presidente del clúster de biomasa (CEB&E), el único de España de este sector y que está formado por 15 empresas aragonesas. Otro de los obstáculos es que los proyectos requieren de más tramitaciones --en concreto, 21 pasos administrativos-- que el resto de renovables, porque "no deja de ser una fábrica", apuntan desde el cluster. Luis Solsona, administrador e ingeniero de Agrogenera, que promueve una planta en Grañén, apunta una tercera causa: "El temor a un sector desconocido en España y con proyectos de cierta complejidad".
La realidad es que hoy por hoy solo hay en Aragón una instalación específica que produce energía con este recurso. Se trata de una planta de gasificación de biomasa de Taim Weser (0,75 MW), que la compañía ha desarrollado con tecnología propia y forma parte de su cartera de productos que comercializa.
Detrás de esta tímida presencia, hay cerca de medio centenar de proyectos en sus diferentes fases y variantes técnicas, que dejarían más 300 millones de euros de inversión en el medio rural y en torno a 2.000 empleos. De todos ellos, solo seis o siete tienen visos de salir adelante en los próximos años. Uno de los más maduros es el impulsado en Ejea de los Caballeros por la empresa Iderma, de 2 MW, que ya está en construcción y prevé entrar en funcionamiento a lo largo del 2012. En Grañén, la firma Agrogenera impulsa otra minicentral de 2 MW, en fase de tramitación avanzada. Y en la Sierra de Albarracín, la empresa Recursos Energéticos Rurales quiere implantar otras tres plantas de 2 MW cada una. "Si logramos el apoyo prometido comenzarán a construirse el próximo año", aseguran desde la empresa.
Otro de los proyectos más destacados está en Ansó, donde ya funciona en pruebas una centro de producción de pellet para calderas de biomasa, que ha sido puesto en marcha por Afpurnas y que en un futuro se quiere complementar con una planta de producción eléctrica. Además, existen otras iniciativas en estudio en la comarca del Moncayo --de Taim Weser--, Biescas o Andorra. En este última localidad se sitúa el proyecto más ambicioso sobre el papel, de 20 MW. En la vertiente del biogás --obtenido a partir de los desechos animales--, pululan medio docena de proyectos, cuatro promovidos por la empresa pública Inaga.

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