sábado, noviembre 01, 2008

Adiós al "peor presidente de la historia" Geoge W. Bush Jr

Adiós al "peor presidente de la historia". PERE RUSIÑOL. BABELIA - 01-11-2008 Los historiadores lo tienen claro: 107 de 109 consultados en Estados Unidos, incluidos los académicos más prestigiosos, consideran un fracaso la presidencia de George W. Bush. Y el 61% lo califica como "el peor presidente de la historia del país". Los periodistas piensan lo mismo: la catarata de libros publicados en español coincidiendo con su marcha hace un balance catastrófico de su presidencia. Cada uno pone el énfasis en un ángulo distinto, pero la conclusión es siempre lamentable. Y el cuadro global resultante, sobrecogedor. Jacob Weisberg, jefe de redacción de Slate, considera tan obvio que la presidencia de Bush es la peor de la historia que no pierde ni un minuto en intentar demostrarlo, sino que se centra en tratar de saber por qué se llegó al desastre. La tragedia Bush busca la explicación en Freud y en Shakespeare y bucea en los resortes psicológicos que han llevado a la "pesadilla": la hipótesis es la pugna del hijo por superar al padre. Para ello, se rodea de una "familia alternativa" que en muchos casos aspira a desarrollar los ambiciosos planes que Bush padre había vetado. La tragedia sería doble: para el propio presidente y para los millones que han padecido sus acciones en todo el mundo, empezando, claro está, por su propio país. El hombre clave, según este análisis, es Karl Rove, ignorado por el padre y despreciado por el hijo, al que sin embargo maneja sin problemas desde la sombra. Esta "familia alternativa", los halcones de política exterior que rompen con el conservadurismo tradicional y se lanzan por la senda de la revolución neocon -rediseñar, a partir de Irak, toda la geopolítica mundial en beneficio de Estados Unidos- la estudia a fondo el veterano periodista James Mann en Los Vulcanos. El Gabinete de guerra de Bush. El libro fue publicado en inglés en 2004 y no es consciente por tanto aún de la magnitud del desastre. Pero disecciona a fondo la trayectoria de estos asesores hambrientos que se autobautizaron como Los Vulcanos en honor al Dios romano del fuego, la fragua y el trabajo del metal. Entre los vulcanos está Colin Powell, hoy en la órbita del demócrata Barack Obama pero en su día tan halcón como sus colegas. Él fue quien presentó ante la ONU las "pruebas" de que Irak disponía de armas de destrucción masiva, pero al mismo tiempo fue el que trató de frenar los peores desmanes de la peor decisión del grupo: invadir Irak. Rajiv Chandrasekaran, enviado especial durante meses de The Washington Post a Bagdad, cuenta con maestría cómo Powell fue desplazado por el núcleo duro más fanático del Pentágono. Lo relata en Vida imperial en la Ciudad Esmeralda, una desgarradora crónica de la ocupación en la que conmociona por igual la ceguera, la arrogancia y la improvisación de la Casa Blanca. Irak y la "guerra contra el terrorismo recorre" cada palmo de La oca del señor Bush. Cómo los neocons han destruido el orden internacional, de Lluís Bassets, director adjunto de EL PAÍS, que ha enlazado sus análisis publicados durante cuatro años en el periódico a partir de la metáfora del juego de la oca, donde la muerte y la vuelta a la casilla del principio suponen la esencia misma del juego. A su juicio, la mayor derrota ha sido "la quiebra moral": la democracia más poderosa atropellando sus principios esenciales (Abu Ghraib, Guantánamo, etcétera) en nombre de la Guerra Global contra el Terror, "el pomposo nombre inventado por los neocons, que aprovecharon los atentados del 11-S para imponer sus ideas y sus estrategias, recortar los derechos y libertades individuales y situar al presidente de Estados Unidos por encima de las leyes de la democracia más antigua del mundo". Pierre Schori, director general de FRIDE en España y embajador de Suecia en Naciones Unidas entre 2000 y 2004, enfoca el ángulo del desastre en el unilateralismo y el desprecio de la ONU, que él vivió en primera persona. Los años de la semilla del mal. 11-S, la guerra de Irak y el mundo después de Bush incluye sus diarios del momento y, como subraya Gabriel García Márquez, "es un vertiginoso ajuste de cuentas con la Administración Bush". Mucho más duro (y maniqueo) es el enésimo ajuste de cuentas del cineasta Michael Moore, que en Mike for president! La verdad y nada más que la verdad sobre la democracia yanqui vuelve a repetir su operación imposible por enésima vez: trata de movilizar al electorado progresista con planteamientos ácratas al tiempo que se gana un buen sobresueldo. En este caso su campaña de agit-prop sube un peldaño en la excitación habitual: da 35 razones para procesar a Bush y su camarilla cuando dejen la Casa Blanca. Zbingniew Brzezinski, demócrata conservador que fue consejero de Seguridad Nacional con Jimmy Carter, se muestra desolado en Tres presidentes. La segunda oportunidad para la gran superpotencia americana por el descrédito de Estados Unidos tras el "liderazgo catastrófico" y analiza con detalle las últimas dos décadas de política exterior. Tiene reproches también para Bush padre y para Bill Clinton, pero considera que sólo Bush hijo ha puesto en riesgo el liderazgo mundial del país precisamente cuando más posibilidades tenía de asentar su poder. También el periodista Juan Carlos Castillón, que llegó a Estados Unidos como inmigrante ilegal, analiza las dos últimas décadas en Extremo Occidente, una crónica muy personal en la que corresponsabiliza a los demócratas del desastre. El giro conservador experimentado en este tiempo se analiza a fondo en ¿Qué pasa con Kansas? Cómo los ultraconservadores conquistaron el corazón de EE UU, de Thomas Frank, que en 2004 intentaba explicar las causas profundas del vendaval tomando como muestra su Estado natal. El texto incorpora un sugerente epílogo del esloveno Slavoj Zizek, uno de los pensadores emblemáticos de la nueva izquierda radical.

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