La falta de ediciones aragonesas obliga al uso de libros escolares pancatalanistas Las Cortes rechazan la propuesta del PP de retirar determinados manuales de sesgo nacionalista que se utilizan en las comarcas del Aragón Oriental porque no existen otros. CARLOS VILLANOVA. Zaragoza
Los estudiantes aragoneses de las comarcas orientales que cursan estudios de catalán se ven obligados a hacerlo con libros de texto con evidentes influencias del nacionalismo pancatalanista porque no existen alternativas editadas en la comunidad autónoma que sean más acordes con la realidad geográfica y cultural de esa zona de Aragón.
La cuestión quedó ayer en evidencia en el pleno de las Cortes autonómicas con una propuesta del Partido Popular para reclamar la "retirada inmediata" de un manual de lengua catalana que se emplea, al menos, en el instituto de Tamarite de Litera y cuyo polémico contenido centró una información de El Mundo. El consejo escolar de dicho centro señaló, en un comunicado de respuesta a esa información, que "en la enseñanza del catalán se utilizan manuales editados en Cataluña porque 30.000 catalanohablantes de Aragón no son suficiente mercado para que ninguna editorial produzca textos propios", aunque los profesores adaptan los textos al currículo aragonés y omiten "las referencias a la historia propia de Cataluña o similares".
En el libro de la polémica aparecen afirmaciones que, como indicó el portavoz popular, Antonio Suárez, "ponen en cuestión la integridad territorial de Aragón". Entre ellas, destaca la definición delirante de las comarcas del levante aragonés donde se hablan diversas modalidades de catalán, agrupadas bajo la denominación pancatalanista de "franja de poniente", como "una faja de tierra de norte a sur entre Cataluña y las provincias aragonesas de Huesca, Zaragoza y Teruel".
La portavoz del PAR, María Herrero, que calificó de "inadmisible" el contenido de ese material didáctico, presentó una enmienda al texto del PP en la que se solicitaba que, antes de una eventual retirada del manual, hubiera una inspección por parte de los servicios de la DGA para comprobar si en las comarcas orientales hay libros escolares inadecuados desde el punto de vista del Estatuto y la Constitución. El PP rechazó la enmienda literal del PAR, pero luego admitió introducir el concepto de inspección previa. A los aragonesistas les pareció insuficiente y votaron en contra.
Carlos Álvarez (PSOE) dudó de que la iniciativa del PP tuviera como "auténtico fin" la "preocupación por la educación de los aragoneses" y abogó por el papel del profesorado como elemento corrector de los fallos que hubiese en los libros. Asimismo, remarcó que legalmente es imposible solicitar la retirada del material si previamente no hay una inspección de la administración educativa competente.
El portavoz de CHA, Chesús Bernal, apuntó que "el verdadero problema" es que la DGA "no impulse" la edición de manuales de catalán "editados en Aragón" para que sean utilizados por los aragoneses bilingües. "La DGA debe ayudar a resolver esto", dijo, pero votó en contra de la retirada del libro porque no existen alternativas, "no sea que como me duele un meñique lo vaya a cortar por la cintura".
Adolfo Barrena (IU) dijo sentir "preocupación" por el tema, pero en la misma medida que "el levantamiento contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía". "La educación es un asunto global y, teniendo por delante el trámite de las leyes de Lenguas y Educación, este asunto no ayuda al debate global", agregó.
Los estudiantes aragoneses de las comarcas orientales que cursan estudios de catalán se ven obligados a hacerlo con libros de texto con evidentes influencias del nacionalismo pancatalanista porque no existen alternativas editadas en la comunidad autónoma que sean más acordes con la realidad geográfica y cultural de esa zona de Aragón.
La cuestión quedó ayer en evidencia en el pleno de las Cortes autonómicas con una propuesta del Partido Popular para reclamar la "retirada inmediata" de un manual de lengua catalana que se emplea, al menos, en el instituto de Tamarite de Litera y cuyo polémico contenido centró una información de El Mundo. El consejo escolar de dicho centro señaló, en un comunicado de respuesta a esa información, que "en la enseñanza del catalán se utilizan manuales editados en Cataluña porque 30.000 catalanohablantes de Aragón no son suficiente mercado para que ninguna editorial produzca textos propios", aunque los profesores adaptan los textos al currículo aragonés y omiten "las referencias a la historia propia de Cataluña o similares".
En el libro de la polémica aparecen afirmaciones que, como indicó el portavoz popular, Antonio Suárez, "ponen en cuestión la integridad territorial de Aragón". Entre ellas, destaca la definición delirante de las comarcas del levante aragonés donde se hablan diversas modalidades de catalán, agrupadas bajo la denominación pancatalanista de "franja de poniente", como "una faja de tierra de norte a sur entre Cataluña y las provincias aragonesas de Huesca, Zaragoza y Teruel".
La portavoz del PAR, María Herrero, que calificó de "inadmisible" el contenido de ese material didáctico, presentó una enmienda al texto del PP en la que se solicitaba que, antes de una eventual retirada del manual, hubiera una inspección por parte de los servicios de la DGA para comprobar si en las comarcas orientales hay libros escolares inadecuados desde el punto de vista del Estatuto y la Constitución. El PP rechazó la enmienda literal del PAR, pero luego admitió introducir el concepto de inspección previa. A los aragonesistas les pareció insuficiente y votaron en contra.
Carlos Álvarez (PSOE) dudó de que la iniciativa del PP tuviera como "auténtico fin" la "preocupación por la educación de los aragoneses" y abogó por el papel del profesorado como elemento corrector de los fallos que hubiese en los libros. Asimismo, remarcó que legalmente es imposible solicitar la retirada del material si previamente no hay una inspección de la administración educativa competente.
El portavoz de CHA, Chesús Bernal, apuntó que "el verdadero problema" es que la DGA "no impulse" la edición de manuales de catalán "editados en Aragón" para que sean utilizados por los aragoneses bilingües. "La DGA debe ayudar a resolver esto", dijo, pero votó en contra de la retirada del libro porque no existen alternativas, "no sea que como me duele un meñique lo vaya a cortar por la cintura".
Adolfo Barrena (IU) dijo sentir "preocupación" por el tema, pero en la misma medida que "el levantamiento contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía". "La educación es un asunto global y, teniendo por delante el trámite de las leyes de Lenguas y Educación, este asunto no ayuda al debate global", agregó.
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