La campaña electoral
Las campañas políticas contienen muchos elementos detestables. La opción política se convierte en un producto a vender según las leyes de la mercadotecnia.
Hay que conseguir la decisión de voto de los electores por todos los medios y recursos, apelando a resortes cerebrales inconscientes e irracionales. Mejor que convencer, es conseguir que te voten de forma impulsiva, "con las tripas", aún sin saber bien la razón o explicación lógica.
Este proceder es execrable porque reduce a los ciudadanos al nivel de entes pasivos y consumidores potenciales, privándoles de su derecho personal a decidir libre y soberanamente. Es tratar como tontos o borregos a los ciudadanos. La publicidad nos priva de la capacidad humana de razonar sensatamente.
Al inicio de la democracia asistí a un mitin de Tierno Galván. El "viejo profesor" hablaba "como los ángeles". Nos explicó que no quería dirigirse a "las masas" sino a personas... Atronaron los aplausos en el coso zaragozano... ¡Qué bien traído estuvo!
Desde Equo, -partido que pretende regenerar la democracia-, querría proponer a la ciudadanía, que nos vote quien esté convencido de nuestras propuestas. A mí, votar a Equo me lo pide el cuerpo, más que nada porque lo tengo unido a la cabeza. Y el sentido común me pide apostar por la sostenibilidad y la equidad social. Y siento verdadera ilusión por un proyecto realista de transformación social y económica.
Qué triste sería tener que vocear eslóganes vacíos para que penetren subrepticiamente en los "cocos" desprevenidos. Que penoso sería tener que difundir por los medios, dilapidando recursos económicos (que nos negamos explícitamente a pedir prestados a los bancos), y produciendo contaminación acústica, que "Equo es el nuevo partido que lava más blanco las conciencias, sin ingredientes artificiales nocivos para el medio ambiente y no testado en animales".
Bueno, ya en serio, Equo es una alternativa política diferente, que pretende servir a la sociedad desde la más absoluta transparencia, integridad y vocación de servicio. En http://equozaragoza.proyectoequo.org están disponibles las cuentas de la campaña de Equo Zaragoza. Nuestro presupuesto ha sido de 637 € , salidos de las aportaciones de socios y simpatizantes.
Miguel Lorenzo Lizalde. Candidato al Senado por Equo en Zaragoza.
¿Por qué decidí apoyar a Equo?
- Llevo muchos años apoyando ONGs que luchan por los derechos humanos, por la preservación del medio ambiente, por redistribuir los recursos y servicios entre los más desfavorecidos... y saliendo a la calle en manifestaciones en reclamo del pacifismo (contra las guerras) y el mantenimiento del estado de bienestar (contra el recorte de derechos laborales y servicios públicos universales) y... reduciendo mi intervención en la llamada democracia española a introducir una papeleta en una urna cada dos años (antes ni siquiera te dejaban introducirla personalmente).
- La crisis financiera y la falta de reacciones valientes de los políticos, que se excusan en el "imperio de los mercados", ha sacudido a los pueblos de todo el planeta que reclaman más libertad y democracia y más equidad social. Es escandaloso que las leyes, especialmente en USA, pero también en la generalidad de los países, las dicte una minoría social acaudalada que aspira a ganar más y más dinero a costa de empobrecer a la mayoría de la población mundial.
- El cambio climático obliga a tomar decisiones planetarias ya, antes de que se produzcan daños irreversibles como la fusión de los hielos polares... y de todos los glaciares. En Aragón la iniciativa legislativa popular en defensa de una ley de protección a las montañas se desestimó rápidamente por los grandes partidos que "manejan el cotarro" (PSOE-PAR al mando) partidarios del "monocultivo" del negocio del esquí alpino en el Pirineo aragonés.
- Los dos grandes partidos españoles PSOE y PP (que gobiernan con apoyos nacionalistas -a cambio de suculentos beneficios regionales-) no quieren cambiar una ley electoral que perjudica a los partidos pequeños nacionales (regla d'Hondt) y les haría perder su hegemonía. Así, llevan con la cantinela del "voto útil", aconsejándonos durante décadas que no hay que votar en conciencia, a la opción más cercana a tus ideas y sentimientos, sino al menos malo de los dos grandes.
- Entonces Juan López de Uralde tuvo la idea de que hay que crear una opción política nueva para recoger ilusiones, esperanzas y utopías necesarias y cubrir un espacio electoral que en Europa ocupan los partidos verdes, ya que el resto de siglas no las recogen más que con pequeños guiños y apelativos más testimoniales que otra cosa.
- Aunque no tengo la certeza absoluta y la fe inquebrantable necesarias en un buen afiliado, sí pienso que hay que moverse e intentar soluciones a los problemas de España, de Europa y del planeta desde supuestos científicos y desde la apuesta por el respeto más absoluto al ser humano en su ambiente natural. La rabia de "barra de bar" es estéril y la indignación del 15M y las acampadas precisa articularse en una opción política para obtener fruto.
- Normalmente meterse en política supone transigir con algunos principios éticos personales, y la sospecha general de un deseo de protagonismo y provecho. En una campaña electoral hay que fingir entusiasmo, aplicar estrategias de imagen e incluso ocultar ideas o programas, como reconocía Durán i Lleida hace unos días disertando en ESADE sobre la política económica de CIU ( "Duran ha reconegut que si explica les seves idees perdrà les eleccions" ) (http://www.naciodigital.cat/noticia/36143/duran/explico/meves/idees/perdr/eleccions). Pero en Equo, en pro de un sistema asambleario y una participación democrática real, el programa se ha realizado de forma cooperativa y los candidatos hemos sido votados en primarias, después de ingresar sin necesidad de recomendaciones ni de experiencia política previa.
- En Equo no dependemos de créditos bancarios y no tenemos prebendas para repartir, sólo el deseo de colaborar para conseguir una sociedad mejor con principios éticos y humanistas.
Miguel Ángel lorenzo Lizalde. Médico. Profesor de Secundaria. Candidato al senado por Equo en Zaragoza.
¿Hacía falta un partido nuevo?
- Estoy leyendo el estupendo ensayo "Reacciona", análisis de la crisis social actual desde diez visiones certeras de la realidad, prologado por José Luis Sampedro. Y me pregunto airado: ¿cómo es posible que permanezcamos quietos y sumisos ante la que nos está cayendo? Ante el recorte de libertades y derechos. Ante la venta del Estado a las empresas privadas. Ante la pérdida de valores éticos impuesta por el capitalismo salvaje neoliberal que sólo busca el mero lucro. Ante la desastrosa gestión de los reguladores de las entidades financieras con el beneplácito de los políticos. Ante la proclamación de falacias, en el mejor estilo de la propaganda de Goebbels, que "justifican" las reformas en el mercado de trabajo y la seguridad social y las privatizaciones (y externalizaciones). Ante el adelgazamiento de los poderes del Estado (suplantados por grupos fácticos económicos en la sombra, últimamente llamados "los mercados"). Ante el menoscabo de sus instituciones básicas (cámaras legislativas, judicatura, policía, prensa independiente) y de la separación nítida de los tres poderes y más y más ataques a los derechos ciudadanos y a la democracia.
- ¿Por qué seguimos votando a los que nos ofrecen más de lo mismo?
- ¿Por qué mantenemos nuestro dinero en los bancos tan mal gestionados que "han tenido que ser rescatados" por el erario público? ¿Por qué no nos pasamos a la banca ética?
- ¿Por qué no crear un partido político nuevo que se comprometa a cambiar esta democracia en crisis devolviéndole valores humanistas de equidad y sostenibilidad?
Hacía falta Equo. Hacía falta partir de cero en un proceso transparente y asambleario, elaborar las listas mediante primarias, crear un programa electoral de forma colaborativa, comprometerse a ejercer la política de otra manera, sin buscar protagonismo ni provecho sino como servicio a la ciudadanía.
Por eso estoy en Equo. Porque creo que podemos aportar en las instituciones una sensibilidad especial para buscar soluciones a los problemas medioambientales del planeta y a las injusticias y desigualdades sociales que nos aquejan (especialmente a los colectivos más desfavorecidos y marginados: jóvenes, parados, migrantes, lgbt, etc.)
No basta con indignarse. Hay que tratar de cambiar el sistema con las herramientas disponibles en nuestra democracia. Estaría bien que TODOS los electores votaran al partido que mejor represente sus ideas y que el parlamento agrupara a la pluralidad de las opciones políticas elegidas por los españoles. La abstención o el voto en blanco sólo favorecen al megapartido ganador.
Miguel Lorenzo Lizalde. Candidato al Senado por Equo en Zaragoza.
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