Llega la Navidad, es hora de gastar. Los expertos pronostican que la inflación y el pesimismo sobre la economía no frenarán el consumo durante las fiestas. J. P. VELÁZQUEZ-GAZTELU NEGOCIOS - Economía - 18-11-2007
Las luces empiezan a encenderse y los grandes almacenes engalanan ya sus escaparates. Se acercan las Navidades, una temporada que consumidores y comerciantes afrontan este año bajo un bombardeo de noticias negativas sobre la marcha de la economía. La inflación subió en octubre hasta una tasa interanual del 3,6%, la más alta en año y medio, arrastrada sobre todo por los precios de la gasolina y los alimentos básicos. El déficit por cuenta corriente -el segundo mayor del mundo, tras el de EE UU- arrojó un saldo negativo de 66.800 euros entre enero y agosto. Además, los tipos de interés han alcanzado su cota máxima en muchos años, por lo que se requiere cada vez un mayor esfuerzo pagar las cuotas de los préstamos hipotecarios.
¿Vamos, entonces, directos hacia una mala temporada de compras navideñas? No, responden los expertos. A pesar de los malos augurios, los españoles parecen dispuestos a gastar con alegría y esperarán hasta después de Reyes para apretarse el cinturón.
Según un estudio difundido esta semana por la consultora Deloitte, cada español gastará un promedio de 951 euros extra durante las Navidades, un 5,1% más que el año pasado. Debido a la subida del precio de los alimentos, los consumidores gastarán un 15% más en comidas y cenas y un 17,5% menos en regalos. Ambas partidas se igualarán, a cuando en 2006 los consumidores dedicaron más del doble a regalos que a comidas. Sólo superados por los chipriotas (1.188 euros por cabeza), los españoles serán los europeos que más gastarán.
David Peña, analista de Caja Madrid Bolsa, cree que los expertos suelen equivocarse siempre que pronostica una moderación del gasto en Navidades. Parafraseando a Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal de EE UU, Peña afirma que el consumidor español ha entrado en una fase de "exuberancia irracional" y que prácticamente nada le detiene a la hora de comprar. "Lo normal sería que hubiera síntomas de ralentización del consumo y menores volúmenes de venta", dice Peña. "Pero la gente no va a dejar de comprar, aunque sí irá buscando los mejores precios".
Además de ser un periodo clave para grandes y pequeños distribuidores, las Navidades son también una buena ocasión para observar las nuevas tendencias de consumo. Este año también servirán para calibrar el impacto que han tenido en la moral ciudadana la crisis internacional del crédito y la subida de los tipos de interés. El Euríbor, referencia para la mayoría de los préstamos hipotecarios, ha subido más de medio punto este año -del 4,06% en enero a una media del 4,58% en lo que va de noviembre- y la compraventa de pisos ha caído en picado.
La temporada navideña llega con la confianza de los consumidores en su nivel más bajo del año. La incertidumbre creada por las turbulencias financieras ha hecho que los españoles sean más pesimistas sobre la situación económica general y la de sus hogares.
Los datos más recientes apuntan a una moderada ralentización del consumo. El índice de ventas al por menor, por ejemplo, creció en septiembre pasado a su nivel más bajo de los últimos cinco meses, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). El dato confirma lo apuntado en la Contabilidad Nacional del segundo trimestre: el consumo final de los hogares creció a una tasa interanual del 3,3%, una décima por debajo del periodo anterior. En su último boletín económico, difundido el 31 de octubre, el Banco de España señala que el consumo final de los hogares españoles, que supone entre el 60 y el 70% del producto interior bruto, registra una "suave pérdida de vigor".
Julián Cubero, economista jefe para España del Servicio de Estudios del BBVA, afirma que es difícil predecir cómo va a ser la temporada navideña, pero puntualiza a renglón seguido que no espera una caída pronunciada de las ventas. "Los regalos son los regalos, y comer hay que comer", señala Cubero. "Quizá la gente se lo piense antes de hacer regalos demasiado caros o dude entre salir a cenar una o dos veces". A su juicio, hay un exagerado deterioro en la percepción ciudadana sobre la marcha de la economía, ya que ésta sigue dando muestras de solidez y el empleo va "relativamente bien".
"No hay razones para pensar que la gente no va a gastar como lo hizo el año pasado", señala Francisco Ruiz, analista de Fortis. "Los precios ya han subido y lo más probable es que no vuelvan a hacerlo hasta después de enero". Ruiz subraya que las bodegas están obteniendo resultados "espectaculares", gracias a que la venta de vinos de reserva y gran reserva crecen a un ritmo del 20%. "Esto no se corresponde con un entorno de ralentización", dice. "Puede que el año que viene sea más duro, pero en Navidad se sigue gastando".
Las luces empiezan a encenderse y los grandes almacenes engalanan ya sus escaparates. Se acercan las Navidades, una temporada que consumidores y comerciantes afrontan este año bajo un bombardeo de noticias negativas sobre la marcha de la economía. La inflación subió en octubre hasta una tasa interanual del 3,6%, la más alta en año y medio, arrastrada sobre todo por los precios de la gasolina y los alimentos básicos. El déficit por cuenta corriente -el segundo mayor del mundo, tras el de EE UU- arrojó un saldo negativo de 66.800 euros entre enero y agosto. Además, los tipos de interés han alcanzado su cota máxima en muchos años, por lo que se requiere cada vez un mayor esfuerzo pagar las cuotas de los préstamos hipotecarios.
¿Vamos, entonces, directos hacia una mala temporada de compras navideñas? No, responden los expertos. A pesar de los malos augurios, los españoles parecen dispuestos a gastar con alegría y esperarán hasta después de Reyes para apretarse el cinturón.
Según un estudio difundido esta semana por la consultora Deloitte, cada español gastará un promedio de 951 euros extra durante las Navidades, un 5,1% más que el año pasado. Debido a la subida del precio de los alimentos, los consumidores gastarán un 15% más en comidas y cenas y un 17,5% menos en regalos. Ambas partidas se igualarán, a cuando en 2006 los consumidores dedicaron más del doble a regalos que a comidas. Sólo superados por los chipriotas (1.188 euros por cabeza), los españoles serán los europeos que más gastarán.
David Peña, analista de Caja Madrid Bolsa, cree que los expertos suelen equivocarse siempre que pronostica una moderación del gasto en Navidades. Parafraseando a Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal de EE UU, Peña afirma que el consumidor español ha entrado en una fase de "exuberancia irracional" y que prácticamente nada le detiene a la hora de comprar. "Lo normal sería que hubiera síntomas de ralentización del consumo y menores volúmenes de venta", dice Peña. "Pero la gente no va a dejar de comprar, aunque sí irá buscando los mejores precios".
Además de ser un periodo clave para grandes y pequeños distribuidores, las Navidades son también una buena ocasión para observar las nuevas tendencias de consumo. Este año también servirán para calibrar el impacto que han tenido en la moral ciudadana la crisis internacional del crédito y la subida de los tipos de interés. El Euríbor, referencia para la mayoría de los préstamos hipotecarios, ha subido más de medio punto este año -del 4,06% en enero a una media del 4,58% en lo que va de noviembre- y la compraventa de pisos ha caído en picado.
La temporada navideña llega con la confianza de los consumidores en su nivel más bajo del año. La incertidumbre creada por las turbulencias financieras ha hecho que los españoles sean más pesimistas sobre la situación económica general y la de sus hogares.
Los datos más recientes apuntan a una moderada ralentización del consumo. El índice de ventas al por menor, por ejemplo, creció en septiembre pasado a su nivel más bajo de los últimos cinco meses, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). El dato confirma lo apuntado en la Contabilidad Nacional del segundo trimestre: el consumo final de los hogares creció a una tasa interanual del 3,3%, una décima por debajo del periodo anterior. En su último boletín económico, difundido el 31 de octubre, el Banco de España señala que el consumo final de los hogares españoles, que supone entre el 60 y el 70% del producto interior bruto, registra una "suave pérdida de vigor".
Julián Cubero, economista jefe para España del Servicio de Estudios del BBVA, afirma que es difícil predecir cómo va a ser la temporada navideña, pero puntualiza a renglón seguido que no espera una caída pronunciada de las ventas. "Los regalos son los regalos, y comer hay que comer", señala Cubero. "Quizá la gente se lo piense antes de hacer regalos demasiado caros o dude entre salir a cenar una o dos veces". A su juicio, hay un exagerado deterioro en la percepción ciudadana sobre la marcha de la economía, ya que ésta sigue dando muestras de solidez y el empleo va "relativamente bien".
"No hay razones para pensar que la gente no va a gastar como lo hizo el año pasado", señala Francisco Ruiz, analista de Fortis. "Los precios ya han subido y lo más probable es que no vuelvan a hacerlo hasta después de enero". Ruiz subraya que las bodegas están obteniendo resultados "espectaculares", gracias a que la venta de vinos de reserva y gran reserva crecen a un ritmo del 20%. "Esto no se corresponde con un entorno de ralentización", dice. "Puede que el año que viene sea más duro, pero en Navidad se sigue gastando".
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