lunes, diciembre 25, 2006

Los gobiernos comienzan a entrar en razón sobre la trascendencia del cambio climático

Repita conmigo: es el cambio climático
Al Gore y el 'informe Stern' logran que el debate del calentamiento global salte del mundo científico a la opinión pública

RAFAEL MÉNDEZ 24/12/2006 El Pais
Hace 20 años, aún se ponían en duda los efectos nocivos del tabaco. Pese a que el médico británico Richard Doll -luego sir Richard Doll- había relacionado científicamente que fumar causaba cáncer en los años cincuenta, sus estudios tardaron décadas en calar en la opinión pública. Costó vencer las dudas interesadas que sembró la industria tabacalera. Hoy, nadie sensato niega que fumar sea malo. El tabaco causa cáncer. Y punto. Con el cambio climático pasará algo parecido. Y 2006 probablemente quede como el año en que el calentamiento llegó definitivamente a los ciudadanos. La discrepancia científica sobre el calentamiento global desapareció hace años. En 2001, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático, más de mil científicos auspiciados por Naciones Unidas, apuntó a la actividad humana como causa del calentamiento, y en 2007 lo volverá a hacer. Hay consenso científico en que los gases de efecto invernadero que se producen principalmente al quemar petróleo y carbón se acumulan en la atmósfera y calientan el planeta al frenar la salida del calor que emite la Tierra. Faltaba bajar el tema al suelo, trasladarlo a la opinión pública. Y nadie ha hecho más por esto que Al Gore en los últimos 12 meses. El ex vicepresidente de Estados Unidos y ganador frustrado de las presidenciales de 2000 ha llevado el mensaje a través del documental Una verdad incómoda. "La gravedad del problema es tal que para mí se ha convertido en una cuestión moral", declaró Gore a este diario en noviembre. Y convirtió sus conferencias por todo el mundo en una película mezcla de documental y charla universitaria. Es un filme que deberían ver escolares, empresarios, políticos, alcaldes y amas de casa; todo el mundo. De forma didáctica y amena, Gore detalla los datos, tan irrefutables como preocupantes, del calentamiento: la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera en miles de años ha oscilado entre 200 y 300 partes por millón y ya va por 379,1 debido a más de 200 años de revolución industrial. Estos gases, los que usted produce al encender la luz o a arrancar el coche, calientan el planeta. Y si ya hay calor, a los científicos les asusta predecir qué pasará cuando la concentración llegue a 550 partes por millón (el doble de la media histórica), algo que ocurrirá antes de 50 años. En la película, Gore viaja al Ártico, cada vez más frágil. El polo norte ha perdido un 20% de su hielo desde 1979 y perderá la capa helada en verano a partir de 2040. Los datos eran conocidos, pero sólo un líder como Al Gore podría llegar a tanta gente. Esté o no en campaña contra George W. Bush y/o por la presidencia de EE UU, su tarea contra el cambio climático es innegable. En 2006, Gore ha retomado el discurso ecologista que en los ochenta le llevó a escribir La Tierra en peligro, un superventas a favor del desarrollo sostenible que le valió el apodo de míster Ozono. Como explica el secretario general para el Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, Arturo Gonzalo Azipiri, "2006 ha supuesto un hito, el año en que ha llegado sin dudas a la opinión pública de que el calentamiento está en marcha. En 2005 se puso en marcha el Protocolo de Kioto, pero el mensaje no caló. Este año se han unido tres cosas. La primera es un año climatológico anómalo. La gente nota que hace más calor, ya es común en las conversaciones. Además, Al Gore ha despertado a mucha gente y el tercero es el informe de Nicholas Stern, que predijo una catástrofe para la economía mundial si no se frena el calentamiento. Stern ha involucrado al mundo económico". Es más, un estudio de Medio Ambiente predice retrocesos de 15 metros en las playas españolas por la subida del nivel del mar en 50 años; España ha vivido el año más cálido desde que hay registros (el sexto en el mundo); y los Alpes estaban sin nieve a principios de diciembre tras el otoño más cálido en 1.300 años. Todo coincide con lo que desde hace décadas predicen los expertos. Lo que impulsa el cambio en la opinión pública es que ni Al Gore ni Stern son radicales ni desinformados. Gore pudo ser presidente de EE UU y aún puede serlo. El segundo ha sido economista jefe del Banco Mundial y ostenta el título de sir. Su informe fue encargado por el Gobierno británico (no por Greenpeace) y concluyó que la economía mundial caerá un 20% si no se frena el calentamiento del planeta. Por el contrario, frenar el calentamiento costaría un 1% del PIB mundial. No es tan fácil desprestigiar a tipos así como durante años han hecho las petroleras con científicos y ecologistas. El resultado es que la canciller alemana, Angela Merkel, ha anunciado que el cambio climático será un eje de su presidencia de la UE en los próximos seis meses, que el tema marca la agenda política en Washington y que los ministros de Exteriores lo tienen en cuenta al abordar las migraciones. Conocido el diagnóstico, falta el doloroso tratamiento: ahorrar energía y pasar a fuentes renovables. Pero eso queda para otro año.

1 comentario:

Gabriel dijo...

Lo que me parece increíble de este gobierno es que las personas que tenemos problemas respiratorios tengamos, si es que queremos conservar nuestra salud, nuestra libertad deambulatoria limitada. Con la ley antitabaco lo único que se ha conseguido es que casi la totalidad de los locales se hayan habilitado para los fumadores, de manera que los nos fumadores si queremos acceder a ellos tenemos que arriesgar nuestra salud contra nuestra voluntad. Sin embargo si sucediera como en otros países que también al reclamo de la UE, han producido leyes antitabaco, como Italia e Irlanda, dónde esta prohibido fumar en todos los locales, los fumadores podrían seguir fumando en la calle o en su hogar sin tener porque perjudicar otra salud que no sea la propia.

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