domingo, diciembre 24, 2006

El Hilarión Gimeno celebra la Navidad con normalidad para más INRI de los malintencionados que montaron el escándalo mediático

Padres y profesores siguen dolidos por el trato recibido durante las últimas semanas. 24/12/2006 EL PERIÓDICO
El colegio Hilarión Gimeno fue el viernes una gran fiesta navideña. A pesar de haberse convertido en un centro famoso en toda España por la polémica artificial suscitada en torno al laicismo y la no celebración de un festival navideño, los alumnos cantaron villancicos, participaron en una tronca de Navidad, entregaron sus cartas a los Reyes Magos y asistieron a una actuación de magia organizada por los más mayores. Sin embargo, el ambiente no era totalmente festivo, algunos padres y profesores todavía estaban dolidos por el trato recibido desde algunos sectores de la sociedad en las últimas semanas. "Llevo 31 años en el centro, fuí directora durante 18, y siempre hemos celebrado actuaciones navideñas", explicó María Ángeles García. "La polémica nos ha hecho mucho daño, se ha dado la impresión a la sociedad de que existía una guerra entre padres y profesores y el ambiente siempre ha sido muy cordial", señaló otra docente.
LA LLAMA DE LA POLÉMICA
A principio de curso, en el seno del consejo escolar se decidió que, por falta de espacio en el gimnasio y problemas de organización, este año no se celebraría festival de Navidad, pero sí el resto de actividades navideñas propias de otros años. Un sector de los padres, que no estaba de acuerdo, recogió firmas para que el evento se retomase al año siguiente. "Lo único que queríamos era participar con los niños en alguna actividad del centro. Nos hacía ilusión pero nos daba igual que fuera en Navidad, o en cualquier otra fecha", puntualizó uno de los padres. Este "tira y afloja interno" saltó a los medios, donde se "confundieron" los términos, se abrió un debate sobre el laicismo en la escuela, y muchos de los trabajadores del centro se sintieron "vilipendiados". Pocos niños acudieron ayer a clase con libros. Cada aula era una pequeña fiesta. Las ventanas y las paredes estaban decoradas con guirnaldas y celofán y los pasillos repletos de postales de felicitación. Durante la jornada, los niños conocieron la leyenda de la tronca navideña, originaria del Pirineo, y, a los gritos de Tronca, tronca, caga turrón, se fueron a casa cargados de caramelos.

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