viernes, agosto 24, 2007

Los creadores de buena suerte por Alex Rovira

Los creadores de buena suerte ÁLEX ROVIRA CELMA EL PAIS SEMANAL - 16-08-2007
¿Por qué se dice que alguien tiene buena suerte? ¿Qué caracteriza a las personas afortunadas? Mientras la suerte depende del azar y es incontrolable, la buena se genera con esfuerzo y actitudes positivas. No es tanto una cuestión aleatoria, sino de trabajar para conseguir lo que uno quiere.
A menudo, en conversaciones con compañeros, amigos o familiares oímos la referencia a un tercero en términos: "¡Fulano de tal sí que tiene buena suerte!". Esta expresión nos lleva a pensar en que la fortuna parece favorecer al sujeto que es objeto de la conversación. Pero si analizamos en detalle los motivos por los que se le atribuye esa buena fortuna, observamos en la mayoría de casos que detrás de ella existe un conjunto de elementos que nos llevan a pensar que no se trata de una cuestión de puro azar, sino que la buena suerte de la persona es más el resultado de su trabajo y de sus actitudes que de los caprichos de lo aleatorio. Por eso conviene diferenciar dos conceptos: suerte, por un lado, y buena suerte, por otro.
La suerte, entendida como la define el diccionario, tiene que ver con el azar. Se trata de la aparición de circunstancias no controlables ni reproducibles por la voluntad humana y cuyos efectos, favorables o adversos, tienden a ser efímeros. Por otro lado, la buena suerte, dicen quienes consideran tenerla, la crea uno mismo: uno es la causa de su buena suerte. ¿Cuáles son entonces los elementos que definen a las personas que consideran que tienen buena suerte en la vida? A continuación, los más representativos:

Tienen una actitud positiva ante las experiencias, incluso cuando éstas, de entrada, aparecen como un revés, una dificultad o una crisis. Su optimismo se ancla no en la ingenuidad, sino en la lucidez y en el compromiso con su trabajo. Cuando la adversidad se presenta, se cuestionan en qué medida han contribuido a la situación y actúan para resolver la circunstancia que se haya generado.
Se saben responsables de sus actos. Ante el error o la adversidad, no culpan a un tercero, sino que se preguntan en qué medida ellos son, consciente o inconscientemente, causa de lo que les ha ocurrido, y cómo pueden enmendarlo. No viven el error como una mácula en su currículo o algo de lo que avergonzarse, sino que hacen de él una fuente de aprendizaje. Disponen de buenas dosis de asertividad y autoestima. Ello les lleva a mantenerse fieles a su propósito, a perseverar, a trabajar para crear las condiciones que favorezcan la aparición del anhelo que persiguen.
Emplean su imaginación para ver con la mente su anhelo realizado. Funcionan con un "hay que creerlo para verlo", y no con un "hay que verlo para creerlo".
Son perseverantes: no postergan las cuestiones que tienen pendientes de resolver. O lo resuelven de inmediato o lo delegan o lo tiran a la papelera.
Tienden a atribuir un significado constructivo a lo que les sucede. Una misma circunstancia puede ser vivida, según la persona, como un golpe de mala suerte o un regalo de la vida que permite abrir la conciencia a un modo nuevo de percibirse a sí mismo y a los demás, y a actuar de manera diferente. Esta segunda reflexión es habitual de los creadores de buena suerte. (...)
Y en muchas ocasiones, esta interpretación de los hechos que nos muestra el relato cobra sentido. Lo que a primera vista parece un contratiempo puede ser un disfraz del bien. O al contrario, lo que parece bueno a primera vista puede ser realmente perjudicial. Por ello, quizá lo razonable es despreocuparse de la suerte (mala, buena o inexistente) y avanzar creando las circunstancias que nos lleven a encarnar la calidad en lo humano, en las relaciones, en lo social y en la vida.
* La mejor elección por Fernando Trías de Bes: ...Lo que pasa es que detrás de todo deseo hay un miedo de la misma intensidad. Tendemos a rehuir el placer por miedo o por culpa. Nuestra tradición ha premiado el esfuerzo y el sufrimiento y ha penalizado el placer. Es verdad que todo trabajo implica esfuerzo, pero no es menos cierto que sufrir en torno a una tarea que nos llena reviste sentido....

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