Cien mil musulmanes exigen en Yakarta un macroestado islámico que abarque a España
En un estadio de la capital indonesia repleto de fervientes seguidores, el Partido de la Liberación llama a establecer un califato regido por la 'sharia' 13.08.07 - A. C.
«Alahu Akbar» (Alá es grande) y «¿Califato! ¿Califato!» fueron los gritos coreados ayer por más de cien mil musulmanes en la capital indonesia. El clamor de la muchedumbre que llenaba hasta los topes un estadio de fútbol de Yakarta pedía al unísono el establecimiento del califato, un macroestado islámico regido por la 'sharia' que unificaría los territorios bajo el imperio del sagrado Corán y que abarcaría incluso a España.
La multitudinaria concentración fue organizada por Hibz ut Tahrir (HuT, Partido de la Liberación), formación islamista ilegalizada en varios países europeos, norteafricanos y de Oriente Próximo y Medio por sus posturas extremistas, con motivo de la Conferencia Internacional del Califato.
Los entusiasmados asistentes hacían la ola como si de un partido de fútbol se tratase, se adornaban con pañuelos palestinos o fulares verdes con citas del Corán y ondeaban banderas blancas y negras en una fecha que consideran marca el aniversario de la destrucción del califato, el día 28 rajab de 1428 del calendario islámico, en el que el sultanato otomano llegó a su fin en la actual Turquía.
España
Según los organizadores, fue la conferencia con mayor número de asistentes de las celebradas por la HuT en distintas partes del mundo para reclamar el macroestado islámico, un sistema que colocaría a todos los musulmanes bajo un único mandato de un califa, que gobernaría en base a la 'sharia'.
«El califato es un sistema político para establecer la ley islámica no sólo para los musulmanes, sino para todo el mundo», declaró Ismail Suyanto, portavoz de HuT en Indonesia. Según el dirigente fundamentalista «España también debería estar dentro del califato: es un país que ha estado más de setecientos años bajo un gobierno islámico y los habitantes vivían con prosperidad y convivían pacíficamente tres religiones».
Aunque reconoce que en la actualidad en España la población musulmana es minoritaria, entiende que el objetivo es «establecer el califato, explicar a los españoles lo que es la 'sharia' y convencerles de que se conviertan al islam.
Este cambio llevará tiempo, pero puede hacerse». Suyanto insistió en que su organización busca un cambio en el sistema de gobierno de multitud de países pero de forma pacífica y aseguró que HuT «condena el terrorismo, aunque depende del tipo que sea».
«Condenamos atentados como los de Bali, llevados a cabo por grupos radicales, pero estamos de acuerdo con los ataques que se acometen en países como Palestina o Irak: eso no es terrorismo, es la Yihad», explicó el político integrista, para añadir que «el Islam nos permite vengarnos de los ataques de potencias que ocupan nuestros territorios».
Sin incidentes
La jornada transcurrió con normalidad y las fuerzas policiales se dedicaron básicamente a organizar el tráfico, colapsado por las docenas de autobuses que esperaban a la salida del estadio de Senayan. Suyanto y los demás ponentes arrancaron gritos entusiasmados a los miles de asistentes con consignas islámicas y duras críticas a Occidente, el capitalismo, el secularismo, la falta de ética, el imperialismo y la represión que a sus ojos sufre el mundo musulmán.
Decenas de jóvenes y niños desfilaron por el césped del estadio portando banderas con inscripciones árabes y carteles con los nombres de los 57 países de mayoría musulmana con los que HuT entiende que se debería iniciar un califato que, posteriormente, se extendería por todo el mundo.
A la salida, muchos reconocían no tener claro dónde estaba España, aunque hablaban con pasión del califato de Córdoba como medio para solucionar los problemas que acosan a los musulmanes. «No se si has oído hablar de Córdoba», decía el joven Iswando, que aseguró que Al Andalus era «un califato de paz y prosperidad, donde nadie era pobre y todos vivían en armonía. Tenemos que restaurarlo».
En un estadio de la capital indonesia repleto de fervientes seguidores, el Partido de la Liberación llama a establecer un califato regido por la 'sharia' 13.08.07 - A. C.
«Alahu Akbar» (Alá es grande) y «¿Califato! ¿Califato!» fueron los gritos coreados ayer por más de cien mil musulmanes en la capital indonesia. El clamor de la muchedumbre que llenaba hasta los topes un estadio de fútbol de Yakarta pedía al unísono el establecimiento del califato, un macroestado islámico regido por la 'sharia' que unificaría los territorios bajo el imperio del sagrado Corán y que abarcaría incluso a España.
La multitudinaria concentración fue organizada por Hibz ut Tahrir (HuT, Partido de la Liberación), formación islamista ilegalizada en varios países europeos, norteafricanos y de Oriente Próximo y Medio por sus posturas extremistas, con motivo de la Conferencia Internacional del Califato.
Los entusiasmados asistentes hacían la ola como si de un partido de fútbol se tratase, se adornaban con pañuelos palestinos o fulares verdes con citas del Corán y ondeaban banderas blancas y negras en una fecha que consideran marca el aniversario de la destrucción del califato, el día 28 rajab de 1428 del calendario islámico, en el que el sultanato otomano llegó a su fin en la actual Turquía.
España
Según los organizadores, fue la conferencia con mayor número de asistentes de las celebradas por la HuT en distintas partes del mundo para reclamar el macroestado islámico, un sistema que colocaría a todos los musulmanes bajo un único mandato de un califa, que gobernaría en base a la 'sharia'.
«El califato es un sistema político para establecer la ley islámica no sólo para los musulmanes, sino para todo el mundo», declaró Ismail Suyanto, portavoz de HuT en Indonesia. Según el dirigente fundamentalista «España también debería estar dentro del califato: es un país que ha estado más de setecientos años bajo un gobierno islámico y los habitantes vivían con prosperidad y convivían pacíficamente tres religiones».
Aunque reconoce que en la actualidad en España la población musulmana es minoritaria, entiende que el objetivo es «establecer el califato, explicar a los españoles lo que es la 'sharia' y convencerles de que se conviertan al islam.
Este cambio llevará tiempo, pero puede hacerse». Suyanto insistió en que su organización busca un cambio en el sistema de gobierno de multitud de países pero de forma pacífica y aseguró que HuT «condena el terrorismo, aunque depende del tipo que sea».
«Condenamos atentados como los de Bali, llevados a cabo por grupos radicales, pero estamos de acuerdo con los ataques que se acometen en países como Palestina o Irak: eso no es terrorismo, es la Yihad», explicó el político integrista, para añadir que «el Islam nos permite vengarnos de los ataques de potencias que ocupan nuestros territorios».
Sin incidentes
La jornada transcurrió con normalidad y las fuerzas policiales se dedicaron básicamente a organizar el tráfico, colapsado por las docenas de autobuses que esperaban a la salida del estadio de Senayan. Suyanto y los demás ponentes arrancaron gritos entusiasmados a los miles de asistentes con consignas islámicas y duras críticas a Occidente, el capitalismo, el secularismo, la falta de ética, el imperialismo y la represión que a sus ojos sufre el mundo musulmán.
Decenas de jóvenes y niños desfilaron por el césped del estadio portando banderas con inscripciones árabes y carteles con los nombres de los 57 países de mayoría musulmana con los que HuT entiende que se debería iniciar un califato que, posteriormente, se extendería por todo el mundo.
A la salida, muchos reconocían no tener claro dónde estaba España, aunque hablaban con pasión del califato de Córdoba como medio para solucionar los problemas que acosan a los musulmanes. «No se si has oído hablar de Córdoba», decía el joven Iswando, que aseguró que Al Andalus era «un califato de paz y prosperidad, donde nadie era pobre y todos vivían en armonía. Tenemos que restaurarlo».
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