La Iglesia austriaca se subleva contra el Papa. Los polémicos nombramientos de Benedicto XVI triplican las apostasías en aquel país.
El Vaticano no levanta cabeza. A la crisis abierta en Alemania por la rehabilitación de un negacionista del Holocausto se le ha sumado el cisma en Austria por el nombramiento de un obispo ultra conservador para quien las catástrofes naturales son castigos divinos y Harry Potter un libro con “la marca del diablo”. Si los teutones habían plantado cara a Benedicto XVI por boca de su canciller, Angela Merkel, los austriacos han hecho lo propio por vía eclesial: en este país son las diócesis y los arzobispos los que se están levantando contra el giro tradicionalista de Roma.
En Austria, otro país flagelado por el nacional socialismo, ha sentado como un jarro de agua fría que el pasado 21 de enero el Papa revocara la excomunión a Richard Williamson, un obispo lefebvriano para quien no han existido ni las cámaras de gas ni el Holocausto nazi. Pero el desencadenante definitivo de la actual tormenta llegó pocos días después, cuando Benedicto XVI nombró obispo auxiliar de la diócesis de Linz (también en Austria) a Gerhard Maria Wagner que, a falta de negacionismo, hace gala de un conservadurismo sectario.
El historial de Wagner
Basta con hacer un repaso al currículum de Wagner para hacerse una idea de su talante. Si en 2004 el religioso había definido el tsunami que arrasó el sur de Asia como un castigo a los “turistas ricos” que estaban en la “pobre Tailandia”, en 2005 hizo lo propio respecto al huracán Katrina, afirmando que “no es una casualidad que en Nueva Orleáns hayan sido destruidas las clínicas abortistas y todos los clubs nocturnos”. Visto lo visto, casi parecen benévolas sus declaraciones sobre el libro infantil “Harry Potter” que, en su opinión, lleva “la marca del diablo”.
La Iglesia, ¿una secta?
Así las cosas, no es tan sorprendente que en Austria haya sentado mal su nombramiento: lo curioso e que la protesta la estén enarbolando las mismas filas eclesiales. “¿Hace falta sanear la Iglesia hasta convertirla en una secta en la que sólo permanecerían unos pocos fieles adeptos a la línea oficial o hace falta que la Iglesia se abra, deje espacio para la diversidad e influya a la sociedad desde dentro?”, ha preguntado retóricamente el arzobispo de Salzburgo, Alois Kothgasser. El arzobispo, que ya ha tenido polémicas con el Vaticano en 2001, ha lamentado que el Papa esté dirigiendo a su rebaño hacia un prado sectario, censurando la rehabilitación de Williamson.
La diócesis censura...
En la misma línea, la diócesis de Linz ha emitido un escrito resumiendo su “indignación, dolor y decepción” con el Papa. La citada diócesis congregó a 35 de sus miembros hace dos días: 31 de ellos mostraron su rechazo al nombramiento del ultra conservador. “Como representantes de nuestra diócesis asumimos que muchos cristianos (…) se han sentido indignados, decepcionados y dolidos (por el nombramiento). En las intensas conversaciones mantenidas entre los decanos ha quedado clara la falta de aceptación de Wagner en esta diócesis. No podemos estar de acuerdo con el nombramiento debido a los problemas que supone para la credibilidad de la Iglesia y la unidad de nuestra diócesis”.
... y los austriacos apostatan
Como en Alemania, en Austria el descontento con la cúpula católica se ha reflejado directamente en las apostasías, que se han multiplicado por tres. Sólo en Linz, el nuevo destino de Wagner, ha habido más de un centenar en lo que va de febrero. Mientras tanto, el Papa sigue intentando cerrar la herida judía asegurando que "cualquier negación o minimización" del "terrible crimen" que fue el Holocausto es "intolerable". El pontífice se ha pronunciado de este modo hoy en su primer encuentro con líderes judíos desde que estallara la polémica. Benedicto XVI ha aprovechado el cónclave para anunciar que hará un viaje a Israel, posiblemente en mayo.
El Vaticano no levanta cabeza. A la crisis abierta en Alemania por la rehabilitación de un negacionista del Holocausto se le ha sumado el cisma en Austria por el nombramiento de un obispo ultra conservador para quien las catástrofes naturales son castigos divinos y Harry Potter un libro con “la marca del diablo”. Si los teutones habían plantado cara a Benedicto XVI por boca de su canciller, Angela Merkel, los austriacos han hecho lo propio por vía eclesial: en este país son las diócesis y los arzobispos los que se están levantando contra el giro tradicionalista de Roma.
En Austria, otro país flagelado por el nacional socialismo, ha sentado como un jarro de agua fría que el pasado 21 de enero el Papa revocara la excomunión a Richard Williamson, un obispo lefebvriano para quien no han existido ni las cámaras de gas ni el Holocausto nazi. Pero el desencadenante definitivo de la actual tormenta llegó pocos días después, cuando Benedicto XVI nombró obispo auxiliar de la diócesis de Linz (también en Austria) a Gerhard Maria Wagner que, a falta de negacionismo, hace gala de un conservadurismo sectario.
El historial de Wagner
Basta con hacer un repaso al currículum de Wagner para hacerse una idea de su talante. Si en 2004 el religioso había definido el tsunami que arrasó el sur de Asia como un castigo a los “turistas ricos” que estaban en la “pobre Tailandia”, en 2005 hizo lo propio respecto al huracán Katrina, afirmando que “no es una casualidad que en Nueva Orleáns hayan sido destruidas las clínicas abortistas y todos los clubs nocturnos”. Visto lo visto, casi parecen benévolas sus declaraciones sobre el libro infantil “Harry Potter” que, en su opinión, lleva “la marca del diablo”.
La Iglesia, ¿una secta?
Así las cosas, no es tan sorprendente que en Austria haya sentado mal su nombramiento: lo curioso e que la protesta la estén enarbolando las mismas filas eclesiales. “¿Hace falta sanear la Iglesia hasta convertirla en una secta en la que sólo permanecerían unos pocos fieles adeptos a la línea oficial o hace falta que la Iglesia se abra, deje espacio para la diversidad e influya a la sociedad desde dentro?”, ha preguntado retóricamente el arzobispo de Salzburgo, Alois Kothgasser. El arzobispo, que ya ha tenido polémicas con el Vaticano en 2001, ha lamentado que el Papa esté dirigiendo a su rebaño hacia un prado sectario, censurando la rehabilitación de Williamson.
La diócesis censura...
En la misma línea, la diócesis de Linz ha emitido un escrito resumiendo su “indignación, dolor y decepción” con el Papa. La citada diócesis congregó a 35 de sus miembros hace dos días: 31 de ellos mostraron su rechazo al nombramiento del ultra conservador. “Como representantes de nuestra diócesis asumimos que muchos cristianos (…) se han sentido indignados, decepcionados y dolidos (por el nombramiento). En las intensas conversaciones mantenidas entre los decanos ha quedado clara la falta de aceptación de Wagner en esta diócesis. No podemos estar de acuerdo con el nombramiento debido a los problemas que supone para la credibilidad de la Iglesia y la unidad de nuestra diócesis”.
... y los austriacos apostatan
Como en Alemania, en Austria el descontento con la cúpula católica se ha reflejado directamente en las apostasías, que se han multiplicado por tres. Sólo en Linz, el nuevo destino de Wagner, ha habido más de un centenar en lo que va de febrero. Mientras tanto, el Papa sigue intentando cerrar la herida judía asegurando que "cualquier negación o minimización" del "terrible crimen" que fue el Holocausto es "intolerable". El pontífice se ha pronunciado de este modo hoy en su primer encuentro con líderes judíos desde que estallara la polémica. Benedicto XVI ha aprovechado el cónclave para anunciar que hará un viaje a Israel, posiblemente en mayo.
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