Las deudas de la constructora Ivema, vendida a Fincas Corral, ponen en apuros a varias empresas de Lugo. Etiquetas: Lugo, construcción, crisis. K. Acebo / El Progreso (Lugo).
Varios empresarios de Lugo salieron este lunes a la palestra para denunciar las deudas de la constructora Ivema, una sociedad lucense que, al entrar en crisis, fue vendida el pasado diciembre a la catalana Fincas Corral. La imposibilidad de cobrar ni a los antiguos ni a los nuevos propietarios ha provocado un grave problema económico a las empresas proveedoras, que además se encuentran con obstáculos a la hora de intentar el embargo de bienes de la firma deudora, debido al cambio de propiedad, señalan, según recoge El Progreso en su edición impresa de este martes.
Después de que el pasado día 12 un empresario luso afincado en Lugo, Mario Fernández, se encaramara a una grúa para denunciar que la firma le debe 30.000 euros, este lunes otro grupo de empresarios dio el mismo paso y sacó a la luz el agujero económico que les ha dejado Ivema. Denunciaron que ni el anterior responsable, Iván Díaz, ni Fincas Corral responden de la deuda y consideran que están sufriendo una burla legal.
Los empresarios han visto como sistemáticamente se incumplían los compromisos de pago. El mayor agujero lo arrastra Manuel Rodríguez, al que Ivema le dejó una deuda de 180.000 euros, que logró reducir a 104.000 euros gracias a que uno de los promotores para los que trabajaba Ivema le saldó parte de la deuda, correspondiente a la colocación de parqué.
Su empresa se mantiene a flote pese a la deuda, aunque las dificultades pesan y lleva cuatro meses sin poder pagar a su propia hija —gerente de la empresa— y desde hace tres meses tampoco él puede cobrar. Eso sí, ha logrado seguir pagando a sus 35 empleados, pero gracias a que el año pasado la empresa tuvo una facturación alta.
Junto a él, Francisco Martínez Pajón lleva meses intentando cobrar una deuda de 18.000 euros, que serían el doble si un promotor amigo no le hubiera pagado lo que debería haberle abonado Ivema, una firma nacida en el Sagrado Corazón. La deuda le ha supuesto apuros y reconoce que “he tenido que mandar al paro a un trabajador y a ver si aguanto”.
Los empresarios aseguran que son sólo la punta del iceberg de la deuda dejada por la empresa y que sitúan en “1,8 millones por los datos que nos dan los bancos”.
Una pequeña parte de ese deuda, 4.300 euros, la sufren Susana Rodríguez y José Teijeira, de aislamientos Luaistec, que denuncian, sobre todo, porque consideran que en el caso de Ivema “ha faltado seriedad. Hay otros clientes que también tienen problemas, pero el comportamiento es distinto y dan la cara”, explican. Por eso, todos ellos dicen que “no cobraremos, pero no vamos a callar porque hacerlo sería dejar que alguna gente siga cometiendo fraudes”.
Los trabajadores de Ivema, en tanto, se manifestarán el miércoles.
El portugués que se subió a una grúa aún no logró cobrar
Mario Fernández, el empresario que hace unos días se encaramó sobre una grúa de veinticinco metros para denunciar las deudas de Ivema no logró cobrar. Fernández relató que la empresa le había dicho que quizás le pagaría este lunes, pero al final de la tarde el pago no se había efectuado todavía.
Relataba que hay otras empresas que también le deben dinero y que su empresa está ya al límite, por lo que en marzo o abril tendrá que cerrar si no logra cobrar.
Este medio no logró contactar con Fincas Corral, cuyos teléfonos comunicaban constantemente, ni con Iván Díaz, que no respondía al teléfono. No obstante, hace unos días decía que estaba dispuesto a explicar los problemas financieros que llevaron su empresa a la crisis y le obligaron a vender.
Rodríguez, uno de los empresarios que este lunes salía a la luz para denunciar la deuda de la empresa, decía, no obstante, que la crisis de esa empresa era previsible, porque “todo era despilfarro y en zonas como Cambre o Sada dejaron abandonadas las obras, con la herramienta tirada y sin pagar a nadie”.
Hacen esa aseveración a la vez que justifican que trabajaban con la empresa porque, dicen, en la sociedad estaba el padre del responsable de la firma, un empresario que siempre había trabajado con seriedad, “aunque ahora nos dice que no nos van a pagar nada”. Aseguran que la idea de que no van a cobrar ya la tienen porque creen que garajes y pisos que aspiraban a embargar ya cambiaron de manos.
La preocupación les daña la salud
Al margen del problema económico, los impagos están haciendo estragos en la salud de dos de los empresarios que este lunes comparecieron para hablar de las deudas de Ivema. Así, Francisco Martínez Pajón no oculta que tiene “problemas de ánimo”, provocados, dice, “porque nunca pensé que me harían esto”.
Mientras, Rodríguez explica que empezó a sentirse mal y los médicos han descubierto que se le ha generado un problema cardiaco y tendrán que operarlo.
Trabajadores de una constructora se concentran ante la sede en Lugo. Jueves, 26-02-09 R. G. LUGO. Los 13 trabajadores de la empresa de construcción Ivema Lucus S. L. se concentraron ayer ante la sede en Lugo para protestar porque llevan dos meses sin cobrar, sin ocupación efectiva y sin saber a quién reclamar. «La situación de los trabajadores es insostenible», aseguró el responsable comarcal de construcción, Antonio Niño.
Este sindicalista denunció que «no hay actividad, dos promotoras rescindieron sus contratos con esta empresa y la dirección está desaparecida, por lo que no hay respuesta alguna para esta situación», denunció.
Según Niño, además, se produce un «fraude clarísimo» al haberse vendido la empresa a otra que se denomina «fincas Corral, que tampoco se responsabiliza de la situación». «Seguiremos con las demandas».
Varios empresarios de Lugo salieron este lunes a la palestra para denunciar las deudas de la constructora Ivema, una sociedad lucense que, al entrar en crisis, fue vendida el pasado diciembre a la catalana Fincas Corral. La imposibilidad de cobrar ni a los antiguos ni a los nuevos propietarios ha provocado un grave problema económico a las empresas proveedoras, que además se encuentran con obstáculos a la hora de intentar el embargo de bienes de la firma deudora, debido al cambio de propiedad, señalan, según recoge El Progreso en su edición impresa de este martes.
Después de que el pasado día 12 un empresario luso afincado en Lugo, Mario Fernández, se encaramara a una grúa para denunciar que la firma le debe 30.000 euros, este lunes otro grupo de empresarios dio el mismo paso y sacó a la luz el agujero económico que les ha dejado Ivema. Denunciaron que ni el anterior responsable, Iván Díaz, ni Fincas Corral responden de la deuda y consideran que están sufriendo una burla legal.
Los empresarios han visto como sistemáticamente se incumplían los compromisos de pago. El mayor agujero lo arrastra Manuel Rodríguez, al que Ivema le dejó una deuda de 180.000 euros, que logró reducir a 104.000 euros gracias a que uno de los promotores para los que trabajaba Ivema le saldó parte de la deuda, correspondiente a la colocación de parqué.
Su empresa se mantiene a flote pese a la deuda, aunque las dificultades pesan y lleva cuatro meses sin poder pagar a su propia hija —gerente de la empresa— y desde hace tres meses tampoco él puede cobrar. Eso sí, ha logrado seguir pagando a sus 35 empleados, pero gracias a que el año pasado la empresa tuvo una facturación alta.
Junto a él, Francisco Martínez Pajón lleva meses intentando cobrar una deuda de 18.000 euros, que serían el doble si un promotor amigo no le hubiera pagado lo que debería haberle abonado Ivema, una firma nacida en el Sagrado Corazón. La deuda le ha supuesto apuros y reconoce que “he tenido que mandar al paro a un trabajador y a ver si aguanto”.
Los empresarios aseguran que son sólo la punta del iceberg de la deuda dejada por la empresa y que sitúan en “1,8 millones por los datos que nos dan los bancos”.
Una pequeña parte de ese deuda, 4.300 euros, la sufren Susana Rodríguez y José Teijeira, de aislamientos Luaistec, que denuncian, sobre todo, porque consideran que en el caso de Ivema “ha faltado seriedad. Hay otros clientes que también tienen problemas, pero el comportamiento es distinto y dan la cara”, explican. Por eso, todos ellos dicen que “no cobraremos, pero no vamos a callar porque hacerlo sería dejar que alguna gente siga cometiendo fraudes”.
Los trabajadores de Ivema, en tanto, se manifestarán el miércoles.
El portugués que se subió a una grúa aún no logró cobrar
Mario Fernández, el empresario que hace unos días se encaramó sobre una grúa de veinticinco metros para denunciar las deudas de Ivema no logró cobrar. Fernández relató que la empresa le había dicho que quizás le pagaría este lunes, pero al final de la tarde el pago no se había efectuado todavía.
Relataba que hay otras empresas que también le deben dinero y que su empresa está ya al límite, por lo que en marzo o abril tendrá que cerrar si no logra cobrar.
Este medio no logró contactar con Fincas Corral, cuyos teléfonos comunicaban constantemente, ni con Iván Díaz, que no respondía al teléfono. No obstante, hace unos días decía que estaba dispuesto a explicar los problemas financieros que llevaron su empresa a la crisis y le obligaron a vender.
Rodríguez, uno de los empresarios que este lunes salía a la luz para denunciar la deuda de la empresa, decía, no obstante, que la crisis de esa empresa era previsible, porque “todo era despilfarro y en zonas como Cambre o Sada dejaron abandonadas las obras, con la herramienta tirada y sin pagar a nadie”.
Hacen esa aseveración a la vez que justifican que trabajaban con la empresa porque, dicen, en la sociedad estaba el padre del responsable de la firma, un empresario que siempre había trabajado con seriedad, “aunque ahora nos dice que no nos van a pagar nada”. Aseguran que la idea de que no van a cobrar ya la tienen porque creen que garajes y pisos que aspiraban a embargar ya cambiaron de manos.
La preocupación les daña la salud
Al margen del problema económico, los impagos están haciendo estragos en la salud de dos de los empresarios que este lunes comparecieron para hablar de las deudas de Ivema. Así, Francisco Martínez Pajón no oculta que tiene “problemas de ánimo”, provocados, dice, “porque nunca pensé que me harían esto”.
Mientras, Rodríguez explica que empezó a sentirse mal y los médicos han descubierto que se le ha generado un problema cardiaco y tendrán que operarlo.
Trabajadores de una constructora se concentran ante la sede en Lugo. Jueves, 26-02-09 R. G. LUGO. Los 13 trabajadores de la empresa de construcción Ivema Lucus S. L. se concentraron ayer ante la sede en Lugo para protestar porque llevan dos meses sin cobrar, sin ocupación efectiva y sin saber a quién reclamar. «La situación de los trabajadores es insostenible», aseguró el responsable comarcal de construcción, Antonio Niño.
Este sindicalista denunció que «no hay actividad, dos promotoras rescindieron sus contratos con esta empresa y la dirección está desaparecida, por lo que no hay respuesta alguna para esta situación», denunció.
Según Niño, además, se produce un «fraude clarísimo» al haberse vendido la empresa a otra que se denomina «fincas Corral, que tampoco se responsabiliza de la situación». «Seguiremos con las demandas».
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