Multado por un megáfono de juguete. Cada vez que Ricardo Oliván ve a alguien con un megáfono en las fiestas del Pilar, piensa que le puede ocurrir lo mismo que a él: que le pongan una sanción de 60 euros. Ahora le cobran intereses y demora.E. PÉREZ BERIAÍN. Zaragoza
A Ricardo Oliván le salió muy caro un megáfono de juguete. En concreto, 60 euros más, ahora, 15 por el recargo y los intereses de demora. Esa es la sanción que le pusieron por "hacer uso de un megáfono altavoz en la vía pública" y que él guarda junto a las dos alegaciones que ha presentado, que fueran desestimadas, y la notificación de apremio para satisfacer la deuda que él se niega a pagar, argumentando que no cometió ninguna irregularidad.
Los hechos se remontan a las fiestas del Pilar de hace dos años. El día 13 de octubre caminaba con otros dos amigos por la plaza de Mariano Arregui cuando dos agentes de la Policía Local de Zaragoza les pararon. Oliván, de 22 años, diplomado en Trabajo Social y estudiante de Relaciones Laborales, recuerda que "íbamos al concierto de Máxima FM en el paseo de la Independencia y llevábamos unos megáfonos de juguete colgados del hombro". "No los estábamos usando -asegura- y el mío incluso no funcionaba".
Entre las 23.30 y las 23.55 -hora que figura en su denuncia- sancionaron por el mismo motivo a Ricardo y a uno de sus amigos, Jorge. "Desde el lugar en el que estábamos se oía la música del concierto a todo volumen, muy superior al que podíamos generar nosotros. Además, estábamos en plenas fiestas del Pilar, no era una hora demasiado intempestiva y no íbamos ni gritando ni armando follón", menciona.
La sanción recoge que los municipales se incautaron de los megáfonos y los depositaron en el Cuartel de Palafox. En el escrito consta que los hechos denunciados se basaban en el artículo 26 i. de la Ley de Seguridad Ciudadana: "Alterar la seguridad colectiva u originar desórdenes en las vías, espacios o establecimientos públicos".
Expediente sancionador
El 21 de enero de 2008, los servicios jurídicos del Ayuntamiento iniciaron un expediente sancionador contra Ricardo Oliván por una infracción administrativa tipificada como falta leve, en este caso, por la ordenanza municipal para la protección contra ruidos y vibraciones. La multa: 60 euros.
Este joven alegó que si bien es cierto que portaba un megáfono de juguete, no lo estaba utilizando porque "tenía las pilas agotadas". "Es más -añade-, solo se nos indicó que se denunciaba por llevar el megáfono, ya que estaba prohibido llevarlos por la calle". Un extremo que fue negado categóricamente desde la Policía Local.
Fuentes municipales explicaron que nadie impide llevar un artículo como este y añadieron la probabilidad de que los denunciados estuvieran causando molestias a un tercero. Al mismo tiempo, quisieron dejar claro que aunque sean fiestas patronales no vale todo. "Se tiende a ser más tolerante, pero hay unos mínimos que todos los ciudadanos deben cumplir". "No tenemos por qué dudar -recalcaron- de que la multa esté bien puesta y sea justa".
Oliván, por su parte, no entiende "cómo se puede denunciar por molestar con un megáfono a las 23.55 un día de las fiestas del Pilar, donde hay ruido por todas partes". Destaca que este juguete está muy extendido entre la población joven y se vende sin ningún tipo de trabas en los puestos ambulantes. Él, de hecho, lo consiguió como premio por tirar los dardos en las ferias.
La respuesta a su alegación fue negativa, lo que provocó una nueva contestación por parte del joven denunciado. En este caso, ponía de manifiesto que el hecho sancionado se basaba en el artículo 54.2 k., aunque en la ordenanza la clasificación que se establece es numérica. Aduce que la normativa establece que no se deben superar los niveles permitidos, a pesar de que "en
ningún momento se miden ni acreditan".
Sus quejas no impidieron que el procedimiento sancionador siga su curso. Así, y tras agotar todos los recursos, hace tan solo unos días ha recibido en su domicilio la notificación del procedimiento de apremio de la deuda pendiente de pago. Ahora ya es de 75 euros.
A Ricardo Oliván le salió muy caro un megáfono de juguete. En concreto, 60 euros más, ahora, 15 por el recargo y los intereses de demora. Esa es la sanción que le pusieron por "hacer uso de un megáfono altavoz en la vía pública" y que él guarda junto a las dos alegaciones que ha presentado, que fueran desestimadas, y la notificación de apremio para satisfacer la deuda que él se niega a pagar, argumentando que no cometió ninguna irregularidad.
Los hechos se remontan a las fiestas del Pilar de hace dos años. El día 13 de octubre caminaba con otros dos amigos por la plaza de Mariano Arregui cuando dos agentes de la Policía Local de Zaragoza les pararon. Oliván, de 22 años, diplomado en Trabajo Social y estudiante de Relaciones Laborales, recuerda que "íbamos al concierto de Máxima FM en el paseo de la Independencia y llevábamos unos megáfonos de juguete colgados del hombro". "No los estábamos usando -asegura- y el mío incluso no funcionaba".
Entre las 23.30 y las 23.55 -hora que figura en su denuncia- sancionaron por el mismo motivo a Ricardo y a uno de sus amigos, Jorge. "Desde el lugar en el que estábamos se oía la música del concierto a todo volumen, muy superior al que podíamos generar nosotros. Además, estábamos en plenas fiestas del Pilar, no era una hora demasiado intempestiva y no íbamos ni gritando ni armando follón", menciona.
La sanción recoge que los municipales se incautaron de los megáfonos y los depositaron en el Cuartel de Palafox. En el escrito consta que los hechos denunciados se basaban en el artículo 26 i. de la Ley de Seguridad Ciudadana: "Alterar la seguridad colectiva u originar desórdenes en las vías, espacios o establecimientos públicos".
Expediente sancionador
El 21 de enero de 2008, los servicios jurídicos del Ayuntamiento iniciaron un expediente sancionador contra Ricardo Oliván por una infracción administrativa tipificada como falta leve, en este caso, por la ordenanza municipal para la protección contra ruidos y vibraciones. La multa: 60 euros.
Este joven alegó que si bien es cierto que portaba un megáfono de juguete, no lo estaba utilizando porque "tenía las pilas agotadas". "Es más -añade-, solo se nos indicó que se denunciaba por llevar el megáfono, ya que estaba prohibido llevarlos por la calle". Un extremo que fue negado categóricamente desde la Policía Local.
Fuentes municipales explicaron que nadie impide llevar un artículo como este y añadieron la probabilidad de que los denunciados estuvieran causando molestias a un tercero. Al mismo tiempo, quisieron dejar claro que aunque sean fiestas patronales no vale todo. "Se tiende a ser más tolerante, pero hay unos mínimos que todos los ciudadanos deben cumplir". "No tenemos por qué dudar -recalcaron- de que la multa esté bien puesta y sea justa".
Oliván, por su parte, no entiende "cómo se puede denunciar por molestar con un megáfono a las 23.55 un día de las fiestas del Pilar, donde hay ruido por todas partes". Destaca que este juguete está muy extendido entre la población joven y se vende sin ningún tipo de trabas en los puestos ambulantes. Él, de hecho, lo consiguió como premio por tirar los dardos en las ferias.
La respuesta a su alegación fue negativa, lo que provocó una nueva contestación por parte del joven denunciado. En este caso, ponía de manifiesto que el hecho sancionado se basaba en el artículo 54.2 k., aunque en la ordenanza la clasificación que se establece es numérica. Aduce que la normativa establece que no se deben superar los niveles permitidos, a pesar de que "en
ningún momento se miden ni acreditan".
Sus quejas no impidieron que el procedimiento sancionador siga su curso. Así, y tras agotar todos los recursos, hace tan solo unos días ha recibido en su domicilio la notificación del procedimiento de apremio de la deuda pendiente de pago. Ahora ya es de 75 euros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario