El Vaticano y la enseñanza de la religión en la escuela. ENRIQUE ESTER. Heraldo de Aragón
"El cardenal Grocholewski ve la educación como "una tarea compleja, desafiada por cambios sociales, económicos y culturales"
ZARAGOZA. El pasado martes se hizo pública la carta que la Congregación para la Educación Católica, ha enviado a todos los presidentes de las conferencias episcopales del mundo, titulada: "Sobre la enseñanza de la religión en la escuela"
El objetivo del documento Vaticano es hacer constar algunos principios claros, sobre el papel de la escuela en la formación de las nuevas generaciones, además de resaltar la naturaleza y la identidad de la escuela católica y el derecho de la libertad de elección de la escuela y de la enseñanza religiosa confesional.
El cardenal Grocholewski, presidente de la congregación citada, que firma la carta, presenta la educación como "una tarea compleja, desafiada por cambios sociales, económicos y culturales", cuyo objetivo fundamental no es otro que la formación integral de la persona humana.
Esta formación integral "no puede poner al margen la dimensión moral y religiosa de la persona". Aunque la obra educativa implica a muchos sujetos educativos, los padres -señala el escrito-"son los primeros y principales educadores". Esta es la razón por la cual -asegura- "compete a los padres católicos, cuidar la educación cristiana de sus hijos".
Entre todos los medios de educación, el de mayor importancia es la escuela, que debe ser una ayuda primordial para los padres en el cumplimiento de su deber de educar. Una de los principios básicos que pone de manifiesto el escrito es que "debe asegurarse absolutamente el derecho de los padres a la elección de la educación conforme con su fe religiosa".
En una sociedad pluralista, el derecho a la libertad religiosa exige que se asegure la presencia de la enseñanza de la religión en la escuela, conforme a las convicciones de los padres. Vulnerar este derecho de los padres sería vulnerar los derechos de éstos en su tarea formativa para con sus hijos. El Papa Juan Pablo II comentaba en 1984: "los católicos tienen derecho a la enseñanza religiosa. Las familias deben tener garantía de que la escuela pública -precisamente por estar abierta a todos, no sólo no ponga en peligro la fe de sus hijos, sino que incluso la compllete, con una enseñanza religiosa adecuada". El escrito deja claro de la misma manera, el derecho, incluso en las escuelas católicas, de la libertad religiosa de los alumnos no católicos y de sus padres.
A su vez, se afirma la diferencia de las clases de religión con la catequesis: "son diferentes aunque complementarias: la enseñanza escolar de la religión transmite a los alumnos los conocimientos sobre la identidad del cristianismo y de la vida cristiana. La enseñanza de la religión, transmite conocimientos y valores, no solicita la adhesión de la fe, como la catequesis".
La conclusión del documento se expresa y condensa en dos principios fundamentales: "la libertad de elección de la escuela por parte de los padres; y la libertad de recibir, en los centros escolares, una enseñanza religiosa confesional que integre la propia tradición religiosa en la formación cultural y académica de la escuela".
La congregación para la Educación Católica está convencida de que los principios mencionados "pueden contribuir a encontrar siempre mayor consonancia entre la tarea educativa, que es parte integrante de la misión de la Iglesia y la aspiración de las Naciones a desarrollar una sociedad justa y respetuosa con la dignidad de cada hombre".
"El cardenal Grocholewski ve la educación como "una tarea compleja, desafiada por cambios sociales, económicos y culturales"
ZARAGOZA. El pasado martes se hizo pública la carta que la Congregación para la Educación Católica, ha enviado a todos los presidentes de las conferencias episcopales del mundo, titulada: "Sobre la enseñanza de la religión en la escuela"
El objetivo del documento Vaticano es hacer constar algunos principios claros, sobre el papel de la escuela en la formación de las nuevas generaciones, además de resaltar la naturaleza y la identidad de la escuela católica y el derecho de la libertad de elección de la escuela y de la enseñanza religiosa confesional.
El cardenal Grocholewski, presidente de la congregación citada, que firma la carta, presenta la educación como "una tarea compleja, desafiada por cambios sociales, económicos y culturales", cuyo objetivo fundamental no es otro que la formación integral de la persona humana.
Esta formación integral "no puede poner al margen la dimensión moral y religiosa de la persona". Aunque la obra educativa implica a muchos sujetos educativos, los padres -señala el escrito-"son los primeros y principales educadores". Esta es la razón por la cual -asegura- "compete a los padres católicos, cuidar la educación cristiana de sus hijos".
Entre todos los medios de educación, el de mayor importancia es la escuela, que debe ser una ayuda primordial para los padres en el cumplimiento de su deber de educar. Una de los principios básicos que pone de manifiesto el escrito es que "debe asegurarse absolutamente el derecho de los padres a la elección de la educación conforme con su fe religiosa".
En una sociedad pluralista, el derecho a la libertad religiosa exige que se asegure la presencia de la enseñanza de la religión en la escuela, conforme a las convicciones de los padres. Vulnerar este derecho de los padres sería vulnerar los derechos de éstos en su tarea formativa para con sus hijos. El Papa Juan Pablo II comentaba en 1984: "los católicos tienen derecho a la enseñanza religiosa. Las familias deben tener garantía de que la escuela pública -precisamente por estar abierta a todos, no sólo no ponga en peligro la fe de sus hijos, sino que incluso la compllete, con una enseñanza religiosa adecuada". El escrito deja claro de la misma manera, el derecho, incluso en las escuelas católicas, de la libertad religiosa de los alumnos no católicos y de sus padres.
A su vez, se afirma la diferencia de las clases de religión con la catequesis: "son diferentes aunque complementarias: la enseñanza escolar de la religión transmite a los alumnos los conocimientos sobre la identidad del cristianismo y de la vida cristiana. La enseñanza de la religión, transmite conocimientos y valores, no solicita la adhesión de la fe, como la catequesis".
La conclusión del documento se expresa y condensa en dos principios fundamentales: "la libertad de elección de la escuela por parte de los padres; y la libertad de recibir, en los centros escolares, una enseñanza religiosa confesional que integre la propia tradición religiosa en la formación cultural y académica de la escuela".
La congregación para la Educación Católica está convencida de que los principios mencionados "pueden contribuir a encontrar siempre mayor consonancia entre la tarea educativa, que es parte integrante de la misión de la Iglesia y la aspiración de las Naciones a desarrollar una sociedad justa y respetuosa con la dignidad de cada hombre".
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