La violencia del ´Pressing catch´ arrasa en las aulas aragonesas. El profesorado reclama que se elimine este programa televisivo del horario infantil. Los escolares adoptan las poses e imitan a los protagonistas de este espectáculo americano. 11/02/2008 MICHEL VALLÉS
El Pressing catch es ya un fenómeno en las aulas. Cromos, un videojuego, posturas, juegos y algún que otro coscorrón. La lucha libre, con su mundo palpitante, con su espectáculo de buenos y malos, de héroes y villanos, de caretas, de tatuajes, músculos y gestos grandilocuentes causa furor en las clases. Sobre todo entre los niños más pequeños, de los 7 hasta los 11 años. Los profesores ya se han dado cuenta, los padres también, y los psicólogos. Todos asisten atónitos al encumbramiento de los dioses del ring en escuelas de pueblos y ciudades.
Entre unos y otros, un denominador común, el rechazo a un programa de televisión que se emite en horario infantil. "Están locos con el tema, de verdad. Es sobre todo entre los más pequeños, aunque afortunadamente es solo un juego. Lo hemos detectado en el recreo y en la salida y entrada del colegio. Los niños de hasta ocho años hacen pequeños combates en los que imitan los gestos de los luchadores del programa", explica Vanesa Sofía, una de las educadoras del colegio Alierta de Zaragoza. Y más: "Les encargamos que hicieran unos dibujos, y para nuestra sorpresa, algunos pintaron sobre el papel a algunos de estos personajes".
"No he visto jugar a combates sobre un ring, pero los cromos causan furor, tanto entre chicos como entre chicas. Es algo increíble. Aunque ahora parece que va a menos, fue sobre todo alrededor de la Navidad", relata Pilar Hernández, directora del Colegio Antonio Machado de la capital aragonesa.
Pero el fenómeno no se detiene en el ámbito urbano. No. "Nosotros utilizamos Tablet PC y tengo dos alumnos que se han colocado a dos de los personajes del programa en el fondo de escritorio. Y en el recreo imitan los gestos, las posturas. Sobre todo los de quinto y sexto. De hecho, lo estuvimos hablando hace unos días con profesores porque es curioso que un programa de estas características les atraiga tanto", subraya Pietro Cucalón, director del Centro Rural Agrupado (CRA) de Castellote. Y también en Huesca: "Están todo el día jugando a eso. Sobre todo los chavales de 7 a 9 años. Los ves en el recreo, disfrutando con los gestos que ven en la televisión. Tienen también unos cromos que se intercambian entre ellos, aunque hasta el momento, es todo comedia. Ellos saben que los protagonistas del programa en realidad no se dan golpes y ellos tampoco lo hacen. Aunque se les puede escapar uno, claro", se lamenta María Teresa Aguilaniedo, de la cooperativa de profesores del colegio Minte de Huesca.
"Me parece una auténtica vergüenza que este programa se dé al mediodía los fines de semana, en un horario ideal para los niños. Creo que se fomenta la violencia entre los chavales porque ellos tienden a imitarlo todo", indica la psicóloga clínica infantil, Cristina Equiza. "Creo que no es necesaria tanta violencia, además no es entre dibujos animados, que se dan dos golpes y luego se levantan, sino entre personas de carne y hueso, lo que puede tener más influencia entre los críos", dice. Como madre de un joven de 11 años sabe, además, de primera mano, de la atracción que el Pressing catch tiene entre los niños. "A mis hijos les he prohibido ver el programa, pero claro, tienen los cromos y la verdad es que son muy caros, ochenta céntimos cada sobre, más que los de fútbol, por ejemplo", lamenta. Y especifica que las vestimentas, lo que rodea a los combates y los papeles perfectamente definidos que se representan sobre el cuadrilátero, son especialmente atractivos para los pequeños, "que quedan casi hipnotizados frente al televisor".
Frente a estas propuestas televisivas, el profesorado se ve incapaz de frenar su influencia. "Son los padres los que deben hacer un papel de educadores en estos casos porque la tele la ven casa. Y la verdad es que no lo deberían permitir. Los profesores no estamos en sus casas", explica Pilar Hernández, directora del colegio Antonio Machado de Zaragoza.
Aunque aún quedan oasis en el mapa escolar de Aragón. "Aquí no hemos detectado nada. A veces hay chavales que se pelean, pero nada más. Aunque entiendo que puedan sentirse identificados con el programa porque muestra estereotipos muy planos", dice Paco Azagra, director del Colegio Emilio Díaz, de Alcañiz (Teruel).
Pedro Martínez, presidente de la Federación Cristiana de Madres y Padres de Alumnos de Aragón, apunta que "debemos tomarnos en serio la educación de nuestros hijos y vigilar lo que ven en televisión. Este tipo de programas no son beneficiosos para los niños, que siempre tienden a imitar lo que ven en la pantalla". En este mismo sentido se expresa Emilio Calatayud, magistrado y juez de menores de Granada: "Las cadenas televisivas deberían hacer una reflexión profunda de lo que se emite. Creo que no se refleja la realidad de la juventud actual, más que construir, destruyen. Sin duda, generan comportamientos violentos", asegura.
El Pressing catch es ya un fenómeno en las aulas. Cromos, un videojuego, posturas, juegos y algún que otro coscorrón. La lucha libre, con su mundo palpitante, con su espectáculo de buenos y malos, de héroes y villanos, de caretas, de tatuajes, músculos y gestos grandilocuentes causa furor en las clases. Sobre todo entre los niños más pequeños, de los 7 hasta los 11 años. Los profesores ya se han dado cuenta, los padres también, y los psicólogos. Todos asisten atónitos al encumbramiento de los dioses del ring en escuelas de pueblos y ciudades.
Entre unos y otros, un denominador común, el rechazo a un programa de televisión que se emite en horario infantil. "Están locos con el tema, de verdad. Es sobre todo entre los más pequeños, aunque afortunadamente es solo un juego. Lo hemos detectado en el recreo y en la salida y entrada del colegio. Los niños de hasta ocho años hacen pequeños combates en los que imitan los gestos de los luchadores del programa", explica Vanesa Sofía, una de las educadoras del colegio Alierta de Zaragoza. Y más: "Les encargamos que hicieran unos dibujos, y para nuestra sorpresa, algunos pintaron sobre el papel a algunos de estos personajes".
"No he visto jugar a combates sobre un ring, pero los cromos causan furor, tanto entre chicos como entre chicas. Es algo increíble. Aunque ahora parece que va a menos, fue sobre todo alrededor de la Navidad", relata Pilar Hernández, directora del Colegio Antonio Machado de la capital aragonesa.
Pero el fenómeno no se detiene en el ámbito urbano. No. "Nosotros utilizamos Tablet PC y tengo dos alumnos que se han colocado a dos de los personajes del programa en el fondo de escritorio. Y en el recreo imitan los gestos, las posturas. Sobre todo los de quinto y sexto. De hecho, lo estuvimos hablando hace unos días con profesores porque es curioso que un programa de estas características les atraiga tanto", subraya Pietro Cucalón, director del Centro Rural Agrupado (CRA) de Castellote. Y también en Huesca: "Están todo el día jugando a eso. Sobre todo los chavales de 7 a 9 años. Los ves en el recreo, disfrutando con los gestos que ven en la televisión. Tienen también unos cromos que se intercambian entre ellos, aunque hasta el momento, es todo comedia. Ellos saben que los protagonistas del programa en realidad no se dan golpes y ellos tampoco lo hacen. Aunque se les puede escapar uno, claro", se lamenta María Teresa Aguilaniedo, de la cooperativa de profesores del colegio Minte de Huesca.
"Me parece una auténtica vergüenza que este programa se dé al mediodía los fines de semana, en un horario ideal para los niños. Creo que se fomenta la violencia entre los chavales porque ellos tienden a imitarlo todo", indica la psicóloga clínica infantil, Cristina Equiza. "Creo que no es necesaria tanta violencia, además no es entre dibujos animados, que se dan dos golpes y luego se levantan, sino entre personas de carne y hueso, lo que puede tener más influencia entre los críos", dice. Como madre de un joven de 11 años sabe, además, de primera mano, de la atracción que el Pressing catch tiene entre los niños. "A mis hijos les he prohibido ver el programa, pero claro, tienen los cromos y la verdad es que son muy caros, ochenta céntimos cada sobre, más que los de fútbol, por ejemplo", lamenta. Y especifica que las vestimentas, lo que rodea a los combates y los papeles perfectamente definidos que se representan sobre el cuadrilátero, son especialmente atractivos para los pequeños, "que quedan casi hipnotizados frente al televisor".
Frente a estas propuestas televisivas, el profesorado se ve incapaz de frenar su influencia. "Son los padres los que deben hacer un papel de educadores en estos casos porque la tele la ven casa. Y la verdad es que no lo deberían permitir. Los profesores no estamos en sus casas", explica Pilar Hernández, directora del colegio Antonio Machado de Zaragoza.
Aunque aún quedan oasis en el mapa escolar de Aragón. "Aquí no hemos detectado nada. A veces hay chavales que se pelean, pero nada más. Aunque entiendo que puedan sentirse identificados con el programa porque muestra estereotipos muy planos", dice Paco Azagra, director del Colegio Emilio Díaz, de Alcañiz (Teruel).
Pedro Martínez, presidente de la Federación Cristiana de Madres y Padres de Alumnos de Aragón, apunta que "debemos tomarnos en serio la educación de nuestros hijos y vigilar lo que ven en televisión. Este tipo de programas no son beneficiosos para los niños, que siempre tienden a imitar lo que ven en la pantalla". En este mismo sentido se expresa Emilio Calatayud, magistrado y juez de menores de Granada: "Las cadenas televisivas deberían hacer una reflexión profunda de lo que se emite. Creo que no se refleja la realidad de la juventud actual, más que construir, destruyen. Sin duda, generan comportamientos violentos", asegura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario