domingo, diciembre 13, 2009

Primera causa en España contra un tribunal islámico que supuestamente aplicó la 'sharía' a una mujer

"Veinte hombres con turbante me condenaron a muerte" Primera causa en España contra un tribunal islámico que supuestamente aplicó la 'sharía' a una mujer - La magrebí había denunciado a su pareja por maltrato. FERRAN BALSELLS - Tarragona EL PAÍS - Sociedad - 09-12-2009
"Fui secuestrada y veinte hombres con turbante me condenaron a muerte". El testimonio de la presunta víctima del primer tribunal islámico del que se tiene constancia en España se ha saldado con diez imputados de origen magrebí, 1.352 folios de actuación judicial y ocho meses de investigación policial a la que ha tenido acceso este diario. En ella los Mossos avalan el relato de la testigo protegida y consideran "probable" que "se haya establecido un tribunal de honor islámico en la zona de Valls (Tarragona) y cercanías". El Juzgado de Instrucción número uno de Tarragona ordenó la detención de 10 sospechosos el pasado noviembre; siete de ellos permanecen en prisión preventiva y otros tres acusados han quedado en libertad con cargos. Todos rechazan las acusaciones y se enfrentan a un máximo de 23 años de condena por los delitos de detención ilegal, tentativa de homicidio y asociación ilícita.
Mohamed Arab, de 41 años, en libertad provisional y supuesto responsable de ejecutar a la víctima, asegura que el juicio religioso nunca tuvo lugar. "No soy islamista", explica desde su domicilio de Valls. La vivienda pasa por la de un matrimonio cualquiera, con fotografías de boda en el cabezal de la cama, un enorme televisor presidiendo el salón y cervezas en la nevera. "Si fuera musulmán no podría beber alcohol".
La causa se abrió el 24 de marzo con el testimonio de una mujer magrebí de unos 30 años en situación irregular en España y que entonces estaba embarazada de pocos meses. La mujer relató que había permanecido dos días secuestrada para ser sometida a un juicio basado en la aplicación de la sharía o ley islámica. Su pareja, Hassan Oulad Omar, también magrebí y que vivió en Tarragona pero reside en el extranjero, la habría amenazado para que ella no diera a luz por motivos que su declaración no esclarece. Ella le denunció por amenazas y malos tratos. Según su declaración, el joven recurrió al tribunal religioso para decidir la suerte de la mujer, que afirma que los islamistas la condenaron a muerte.
El cuerpo policial catalán se volcó en el caso, que atribuye a una red de extremistas islámicos alineados con la ideología salafista próxima a Al-Qaeda. Vigiló durante meses a los sospechosos mediante cintas de vídeo grabadas por helicóptero y escuchas telefónicas, cuyo contenido permanece bajo secreto de sumario. La investigación detalla que el presunto secuestro se produjo frente a un céntrico supermercado de Tarragona. Una mujer magrebí le pidió que le ayudara a cargar las bolsas de la compra. Luego otro hombre la amenazó ciñéndole un objeto punzante por la espalda. "Métete en el coche", ordenó. Un todoterreno blanco llevó a la víctima hasta una masía aislada ubicada en la entrada de Valls. Allí la aguardaban unos veinte hombres sentados en sillas dispuestas en forma de circunferencia, todos con barba y turbante, detalló la mujer. Los islamistas le reservaron una silla en el centro de ese círculo y deliberaron durante horas.
La presunta víctima asegura que no conocía a ninguno de los presentes y que no logró escuchar lo que decían porque pasó la tarde llorando. Después la encerraron en un cuarto y cenó una sopa. Al día siguiente, un hombre y una mujer que la policía ha identificado como Mohamed Arab y su esposa -Habiba El-Lamorani, de 31 años y también en libertad con cargos- la llevaron a su vivienda, a un kilómetro de distancia de la masía. "Estás aquí porque mi marido tiene que cumplir con sus deberes islámicos", le dijo El-Lamorani.
La mujer, que dijo llamarse Boshra (dio un nombre falso), pasó el día encerrada en la casa de Arab hasta que, ya de noche, escuchó una discusión entre el matrimonio. "Ya han dictado sentencia y la tengo que matar. A ella y al bebé", dijo Arab según la testigo. "Yo nunca me he metido en tu grupo de política pero si matas a una persona me llevo a mi hija y me voy", respondió la esposa. La víctima aprovechó la confusión para huir a un bar cercano. "Me oriné encima pero pude escapar", detalló después a los Mossos. El encargado del local confirmó a la policía el evidente nerviosismo de la testigo y su versión, excepto un detalle. Boshra declaró que uno de los supuestos islamistas entró en el local y pidió un café mientras ella solicitaba ayuda. "No vi a ningún magrebí", aseguró el encargado del bar.
Arab y su esposa se agarran a estas imprecisiones para subrayar que todo se trata de una invención. "Si tenía que asesinarla, ¿por qué no estoy en la cárcel? No tiene sentido", dice el hombre. El juez razona en el auto que no decreta la prisión preventiva para el matrimonio porque no aparentan formar parte de ningún movimiento islamista radical. "La mujer no presenta signos externos, como velo, y además lleva pantalones". Sobre Arab, el juez precisa que "está arraigado en Valls y se le aprecia en la localidad". Otro imputado ha quedado en libertad por su delicado estado de salud. Se trata de un hombre de unos 70 años y con una enfermedad crónica, apuntan fuentes judiciales.
La operación sigue abierta porque aún no se ha localizado a la mitad de los miembros que presuntamente participaron en el tribunal islámico, informan fuentes policiales. La instrucción judicial aguarda a que Boshra reconozca a los detenidos. La mujer dio a luz a mediados de octubre, un mes antes de las primeras detenciones, y aún no ha acudido a los tribunales.

El supuesto verdugo afirma que no reza ni es practicante musulmán
. F. B. - Tarragona EL PAÍS - Sociedad - 09-12-2009
Mohamed Arab, imputado por participar en el presunto juicio islámico que condenó a muerte a una mujer y al que la policía señala como encargado de ejecutar la sentencia, responde con su hija de ocho meses en brazos. "No entiendo nada, no soy practicante del Islam. Ni rezo ni he ido a ninguna mezquita en mucho tiempo", susurra el hombre de 41 años, nacido en Marruecos y que vive en Valls (Tarragona) desde hace 14. Parece totalmente integrado en la sociedad catalana. Su mujer, Habiba El-Lamorani, también imputada, viste ropa occidental y se declara encantada de hacerlo; su hija luce pijama del Fútbol Club Barcelona. Apenas un par de pergaminos del Corán escritos en árabe y colgados en el mismo comedor donde comió la mujer a la que supuestamente debía asesinar remiten a sus creencias. "Nos dijo que se llamaba Boshra pero a la policía le consta otro nombre", recuerda.
Arab y Boshra se conocieron a finales de marzo, coinciden las declaraciones de ambos. Sus relatos difieren a partir de este punto. La versión que Arab dio a la policía señala que uno de los imputados le pidió que acogieran a la mujer porque la habían expulsado de casa. "Dijo que mantenía relaciones con el marido de su hermana y que por eso la habían echado a la calle", declaró. En casa de Arab pasó sólo una noche "porque era una mujer extraña". "Hizo un círculo con sal a la cama para orar antes de dormir", refleja la declaración de El-Lamorani. Ambos decidieron pedirle que se fuera del piso y la mujer les solicitó dinero para acudir a un centro de acogida, declararon Arab y su esposa a las autoridades.
El acusado declaró también que conoce al resto de imputados porque les había cedido la masía, de la que asegura ser copropietario. Se trata de un edificio desconchado y semiabandonado que los imputados utilizaban como vivienda desde hace unos diez años, según la declaración de Arab.

No hay comentarios:

.

Archivo del blog

.