-RD Viernes, 10 de febrero 2006 (De María Paz López en La Vanguardia.)
La Iglesia católica da a entender que la actitud del laicismo occidental puede llevar a más desastres como éste. La Santa Sede ve en el conflicto desencadenado por las caricaturas de Mahoma un ejemplo de adónde puede conducir la arrogancia del laicismo occidental si no se esfuerza por comprender los sentimientos religiosos, como se desprende de la única nota oficial vaticana al respecto, y de las intervenciones de un relevante prelado esta semana. "Algunas formas de crítica exasperada o de mofa de otros denotan una falta de sensibilidad humana y pueden constituir en algunos casos una provocación inadmisible", decía el comunicado emitido el sábado por el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, que condenaba también el violento cariz de la protesta islámica.
Publicar en un diario europeo caricaturas del profeta venerado por los casi 1.300 millones de musulmanes del mundo, sin tener en cuenta que la religión islámica prohíbe la representación gráfica de Dios y de Mahoma, constituye, a juicio de la Santa Sede, "una provocación inadmisible". La invocación al derecho a la libertad de expresión, valor central en las democracias occidentales, no resulta suficiente para justificar la publicación de unas viñetas claramente ofensivas para los creyentes musulmanes, según argumentaba ayer el cardenal Renato Martino, presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, en una entrevista al diario La Repubblica.
"Ha sido una manifestación de arrogancia madurada en países ricos y desarrollados que no sienten respeto por la cultura de los otros - dijo el cardenal Martino-. Una viñeta que a nosotros nos provoca una risotada, para otros es una ofensa." Según el purpurado italiano, con largos años de experiencia como enviado en la ONU, se necesita "sensibilidad religiosa, sensibilidad humana e inteligencia política" para afrontar las relaciones entre occidente e islam, y se precisa, en síntesis, que la amplia componente laica del mundo occidental no atice la mecha del descontento religioso.
Sobre este particular se ha producido una inusitada alianza entre creyentes, con muestras transversales de comprensión hacia la indignación islámica por las caricaturas. A la solidaridad expresada por el Vaticano en un asunto que toca a la fe de los musulmanes, se han unido voces del judaísmo, la otra gran religión monoteísta junto al cristianismo y el islam.
Del judaísmo laico también ha llegado una condena de argumentación similar a la del cardenal Martino. Según David Landau, director del diario liberal israelí Haaretz, la publicación de las caricaturas ha sido "un error grave, dictado por la arrogancia cultural de los liberales laicos occidentales".
En una entrevista al Corriere della Sera, Landau sostiene que "esas viñetas son claramente blasfemas, las encuentro inútilmente provocadoras, capaces sólo de generar odio y violencia (...) El problema es que en los círculos intelectuales laicos y quizá ateos, sobre todo en Europa, no existe siquiera la capacidad de comprender qué significa para un creyente ofender la figura de Mahoma, Moisés o Cristo. Se ríen de ello, se creen superiores."
Incluso el presidente del Senado italiano, Marcello Pera, intelectual laico que escribió junto al entonces aún cardenal Joseph Ratzinger el libro Sin raíces, sobre la crisis de identidad espiritual de Europa, el relativismo y el islam, habló de "arrogancia occidental" en la presentación de la versión inglesa del libro, e insinuó que el Papa es de este mismo parecer. De hecho, Benedicto XVI ha fustigado varias veces los excesos de la secularización.
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