EL SUEÑO DE NUNCA ACABAR
Lo único que sé del aborto es que nadie tiene derecho a decidir sobre el cuerpo de una mujer salvo ella.Y para decidir hay que tener conocimientos y libertad.
Una página entera titulada El sueño americano acerca de la incontestable existencia de Dios y la abominación que supone el aborto ha aparecido en todos los grandes periódicos americanos. Esta página, firmada por la Comunidad de la Fe de Illinois, exhorta al ciudadano americano a votar con los ojos y el alma puestos en el Altísimo citando pasajes de la Biblia como el que afirma que "Dios se enfadó con su gente porque habían derramado la sangre inocente de sus hijos e hijas, y la tierra fue inundada con su sangre y maldijo su herencia". Con este argumento se hace una analogía algo forzada entre las atrocidades cometidas por los israelíes en la Biblia y la apertura de nuevas clínicas donde se realizan abortos. La tal comunidad, la comunidad de la fe, cita tambien a la Madre Teresa de Calcuta cuando dijo que "los países que aceptan el aborto no enseñan amor a sus ciudadanos, sino que les enseñan a usar la violencia para obtener lo que quieren".
En el batiburrillo inmisericorde de esta página (que ha debido costar a los miembros de la comunidad una pequeña fortuna) se mezclan sin piedad argumentos a favor de los derechos del hombre (vida, libertad y obtención de la felicidad, no sé si por este orden) con la exhortación al voto tan sólo de los candidatos que se opongan al aborto, ya que, según esta comunidad, es el tema más importante para América en las próximas elecciones. Si gana un candidato que no se oponga al aborto, Dios maldecirá a Estados Unidos y grandes desgracias caerán. El huracán Katrina y los incendios en Malibú son sólo una muestra de lo que puede pasar. Otro argumento utilizado, éste realmente traído por los pelos, es la serie de preguntas que encabezan la página: "Desde 1973, más de 48 millones de ciudadanos americanos han sido privados del sueño americano, ¿es posible que una de estas personas hubiera descubierto la cura para el cáncer, el sida o el camino para la paz en Oriente Próximo, o descubierto una económica fuente de energía? ¡El aborto destruye el sueño americano!".
Al mismo tiempo que aparece esta página (y otras similares firmadas por diferentes comunidades fundamentalistas), se recrudecen los ataques violentos contra médicos y clínicas donde se practican abortos; hay ruidosas protestas en los colegios de enseñanza secundaria donde hay instaladas máquinas de preservativos y donde se puede obtener la píldora del día siguiente en el dispensario médico de la escuela, y el caso de una adolescente de 15 años ocupa todos los informativos. La chica está acusada de ahogar a un bebé al que acababa de dar a luz en el baño del colegio. La adolescente no había recibido ningún tipo de educación sexual y afirma no saber que estaba embarazada. Vivía con sus padres, que no se dieron cuenta de que su hija estaba a punto de tener un hijo.
El tema del aborto es espinoso, doloroso y difícil de colocar en perspectiva. Lo único que sé sobre él es lo siguiente: nadie tiene derecho a decidir sobre el cuerpo de una mujer salvo ella misma. Y para decidir hay que tener conocimientos y libertad. Y aquí se acaba la historia. O empieza.
Lo único que sé del aborto es que nadie tiene derecho a decidir sobre el cuerpo de una mujer salvo ella.Y para decidir hay que tener conocimientos y libertad.
Una página entera titulada El sueño americano acerca de la incontestable existencia de Dios y la abominación que supone el aborto ha aparecido en todos los grandes periódicos americanos. Esta página, firmada por la Comunidad de la Fe de Illinois, exhorta al ciudadano americano a votar con los ojos y el alma puestos en el Altísimo citando pasajes de la Biblia como el que afirma que "Dios se enfadó con su gente porque habían derramado la sangre inocente de sus hijos e hijas, y la tierra fue inundada con su sangre y maldijo su herencia". Con este argumento se hace una analogía algo forzada entre las atrocidades cometidas por los israelíes en la Biblia y la apertura de nuevas clínicas donde se realizan abortos. La tal comunidad, la comunidad de la fe, cita tambien a la Madre Teresa de Calcuta cuando dijo que "los países que aceptan el aborto no enseñan amor a sus ciudadanos, sino que les enseñan a usar la violencia para obtener lo que quieren".
En el batiburrillo inmisericorde de esta página (que ha debido costar a los miembros de la comunidad una pequeña fortuna) se mezclan sin piedad argumentos a favor de los derechos del hombre (vida, libertad y obtención de la felicidad, no sé si por este orden) con la exhortación al voto tan sólo de los candidatos que se opongan al aborto, ya que, según esta comunidad, es el tema más importante para América en las próximas elecciones. Si gana un candidato que no se oponga al aborto, Dios maldecirá a Estados Unidos y grandes desgracias caerán. El huracán Katrina y los incendios en Malibú son sólo una muestra de lo que puede pasar. Otro argumento utilizado, éste realmente traído por los pelos, es la serie de preguntas que encabezan la página: "Desde 1973, más de 48 millones de ciudadanos americanos han sido privados del sueño americano, ¿es posible que una de estas personas hubiera descubierto la cura para el cáncer, el sida o el camino para la paz en Oriente Próximo, o descubierto una económica fuente de energía? ¡El aborto destruye el sueño americano!".
Al mismo tiempo que aparece esta página (y otras similares firmadas por diferentes comunidades fundamentalistas), se recrudecen los ataques violentos contra médicos y clínicas donde se practican abortos; hay ruidosas protestas en los colegios de enseñanza secundaria donde hay instaladas máquinas de preservativos y donde se puede obtener la píldora del día siguiente en el dispensario médico de la escuela, y el caso de una adolescente de 15 años ocupa todos los informativos. La chica está acusada de ahogar a un bebé al que acababa de dar a luz en el baño del colegio. La adolescente no había recibido ningún tipo de educación sexual y afirma no saber que estaba embarazada. Vivía con sus padres, que no se dieron cuenta de que su hija estaba a punto de tener un hijo.
El tema del aborto es espinoso, doloroso y difícil de colocar en perspectiva. Lo único que sé sobre él es lo siguiente: nadie tiene derecho a decidir sobre el cuerpo de una mujer salvo ella misma. Y para decidir hay que tener conocimientos y libertad. Y aquí se acaba la historia. O empieza.
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