domingo, junio 07, 2009

Vacaciones de gorra

Vacaciones de gorra.Laura María Pérez

Si lo pruebas ya no vuelves a viajar de la forma tradicional", así de convincente se muestra Isaac Clerencia, un informático zaragozano, de 28 años, que a pesar de que lleva solo un año inscrito en www.couchsurfing.com, una plataforma en la que personas de todo el mundo ofrecen su sofá como alojamiento, ya se ha recorrido parte de Alemania y de Estados Unidos durmiendo en los divanes de amigos que ha hecho en la web. Esta forma de ver mundo se extiende sobre todo por América del Norte y Europa. Pero hay más. En Internet, también se intercambian casas de cualquier rincón del mundo. Así, aunque la economía familiar no esté en su mejor momento, se puede disfrutar de una escapada.

'Couch Sourfing', 'surfeando un sofá' en español, tiene un público predominantemente joven. La media de edad ronda los 27 años, no obstante también se apuntan familias con hijos. El funcionamiento es sencillo, similar a una red social. Los interesados en 'surfear' se inscriben en la página y editan su perfil para darse a conocer al resto. Después, solo hay que buscar un alojamiento, que será un sofá, el suelo o una cama si hay suerte. A cambio, lo habitual es ayudar en las tareas domésticas, hacer algún día la comida y, si se quiere, regalar algún detalle en la despedida.

"Primero se suele ser anfitrión, así los que se hospedan en tu casa comentan su estancia en la web y los demás usuarios confían más en ti para dejarte su sofá", apunta Isaac, que ya ha alojado en su hogar a unas 20 personas. "Cuando acoges a una persona es como si se tratase de un viejo amigo al que hace diez años que no ves", asevera. De esta forma, visitar otras ciudades es más que ir de vacaciones. "Te integras con la población del país, descubres otra cultura y ves lugares que como turista tradicional nunca llegarías a conocer", añade.

Alberto López, de Garrapinillos, se acaba de inscribir y ya tiene lista de espera. Para este profesor de inglés, 'couchsurfing' responde a una nueva forma de ver el planeta en la que no existen fronteras ni miedos, solo confianza y un sentimiento generalizado de querer compartir. En agosto, llegan sus primeros inquilinos, un matrimonio francés con dos niños. Antes, él se irá 15 días a Praga con su hijo y se alojará en dos casas diferentes.

Cada miembro pone sus normas y elige a los huéspedes, por eso no se suelen producir problemas. "Es muy raro llevarte sorpresas, porque antes has intercambiado correos, fotos y conoces un poco a los invitados", detalla Alberto. "La peor experiencia es que te toque una persona aburrida", dice Isaac.

También hay usuarios que se ofrecen como guías turísticos o para tomar un café e intercambiar culturas, que es el verdadero motor de la experiencia. Por ejemplo, Pedro, también de Zaragoza y más conocido en la web como 'The Bad', aprendió inglés 'surfeando' sofás. Ahora vive en Vancouver y comparte el piso con varios trotamundos. "El récord fue convivir con 25 personas", sostiene.

Cambio de hogar

Otra opción es intercambiar la casa en vacaciones con otra familia. 'Home for home' es una iniciativa que, a pesar del poco tiempo que lleva en la red -se creó en febrero de 2009-, ya cuentan con 2.900 casas de intercambio registradas y hay más de 5.000 usuarios interesados", explica Sergio Escoté, presidente ejecutivo de la empresa.

A través del sitio www.homeforhome.com, los usuarios eligen un destino y las características de la vivienda que quieren, como el número de habitaciones, si dispone de piscina, lavavajillas... Después, si las dos partes están de acuerdo, firman un contrato por el que se comprometen a no dañar el inmueble y no recibir ninguna retribución económica. También existe la posibilidad de incluir los coches en el trueque o de que este no sea simultáneo y convivir las dos familias juntas, primero en la casa de uno y después en la de otro.

El alta y el uso de 'Home for home' es gratuito. Sin embargo, hay otras opciones similares en las que sí es necesario pagar una cuota anual. Por ejemplo, en 'Intercambio casas' (www.intercambiocasas.com), la versión española de la iniciativa mundial 'Home Exchange', hay que pagar una cuota anual de 79 euros por inscribir una casa.

Además, el lujo también puede estar al alcance de muchos. El truco es convertirse en 'cuidador de casas' ('house-sitter'). Lo único que hay que hacer son las tareas de la casa, cuidar el jardín, las mascotas, recoger el correo o contestar el teléfono para alojarse en una mansión de cualquier rincón del mundo.

Internet abre la posibilidad de tener casa y compañía en el más remoto lugar del planeta, y gratis.

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