Apaleado por una venganza escolar. Cuatro policías serán juzgados por presuntos delitos de detención ilegal, lesiones y torturas. 05/04/2009 J. M. PÉREZ BERNAD
El enfrentamiento de dos estudiantes del IES Pilar Lorengar de Zaragoza se prolongó en el tiempo y llegó a la edad adulta. Ahora, la Sala sexta de la Audiencia juzgará el último capítulo de esta contienda, en el que cuatro policías de la capital aragonesa están acusados de delitos de detención ilegal, torturas, lesiones y contra la integridad legal de las personas.
En el curso 1989/90, David H. M. y José María G. G estudiaban primero de BUP en el Instituto de Enseñanza Secundaria Pilar Lorengar. Al parecer, sus relaciones no fueron muy cordiales desde el principio y tres meses después de iniciado el curso ambos llegaron a las manos y, de esta pelea, David resultó con el tabique nasal roto.
Dieciocho años después, en la madrugada del 1 de julio del 2007, los antiguos compañeros volvieron a encontrarse como consecuencia de un incidente en el que un amigo de David,. Sergio V., fue detenido para ser identificado en la Jefatura Superior de Policía por haber olvidado su carnet en casa. En dependencias policiales, el arrestado fue abofeteado por un agente por causas que se desconocen, mientras que David y otros amigos le esperaban en la puerta. Era responsable de la guardia esa noche José María, que ahora es inspector jefe del Cuerpo.
La noticia de la agresión provocó un incidente verbal en la puerta. José María ordenó que volvieran a retener a Sergio para identificarle de nuevo, mientras le propinaba otra bofetada. David mostró su carnet de militar, pero los policías le exigieron el DNI y amenazaron con detenerle.
De las amenazas se pasó a los hechos y los agentes le golpearon con sus porras y lo introdujeron esposado en dependencias policiales por la rampa del garaje. Fue entonces cuando intervino de nuevo José María, que había reconocido a su antiguo condiscípulo. Una vez en el interior del garaje, el inspector jefe jaleó a los agentes para que escarmentaran a David, quien, según la denuncia, fue pateado y golpeado.
Tras pasar unas horas en el calabozo y ser asistido en el hospital Provincial, donde no apreciaron sus heridas --aún no se habían manifestado los hematomas--, fue puesto a disposición del Juzgado de Guardia imputado por desobediencia.
Al conocer los hechos ocurridos por denuncia del detenido, el juez ordenó una inspección forense, que reflejó que David tenía contusiones en el cráneo y una ceja, una brecha en un brazo y hematomas en nalgas, piernas, nalgas, hombros y brazos.
El juez, de acuerdo con el fiscal, suspendió el juicio y citó a declarar a los agentes implicados. Los policías negaron en todo momento que hubieran golpeado al detenido y el propio José María rechazó que le conociera. Sin embargo, las lesiones de David eran objetivables y la secretaria del instituto Pilar Lorengar, a petición de su abogado, Luis Nivela, remitió el juzgado un escrito en el que certificaba que ambos habían estado en el mismo curso.
El juicio por estos hechos está señalado el 22 de junio en la Audiencia. La acusación particular pide para los policías penas que oscilan ente los 15 y los 18 años de cárcel, mientras el fiscal acusa a la víctima por desobediencia y resistencia.
El enfrentamiento de dos estudiantes del IES Pilar Lorengar de Zaragoza se prolongó en el tiempo y llegó a la edad adulta. Ahora, la Sala sexta de la Audiencia juzgará el último capítulo de esta contienda, en el que cuatro policías de la capital aragonesa están acusados de delitos de detención ilegal, torturas, lesiones y contra la integridad legal de las personas.
En el curso 1989/90, David H. M. y José María G. G estudiaban primero de BUP en el Instituto de Enseñanza Secundaria Pilar Lorengar. Al parecer, sus relaciones no fueron muy cordiales desde el principio y tres meses después de iniciado el curso ambos llegaron a las manos y, de esta pelea, David resultó con el tabique nasal roto.
Dieciocho años después, en la madrugada del 1 de julio del 2007, los antiguos compañeros volvieron a encontrarse como consecuencia de un incidente en el que un amigo de David,. Sergio V., fue detenido para ser identificado en la Jefatura Superior de Policía por haber olvidado su carnet en casa. En dependencias policiales, el arrestado fue abofeteado por un agente por causas que se desconocen, mientras que David y otros amigos le esperaban en la puerta. Era responsable de la guardia esa noche José María, que ahora es inspector jefe del Cuerpo.
La noticia de la agresión provocó un incidente verbal en la puerta. José María ordenó que volvieran a retener a Sergio para identificarle de nuevo, mientras le propinaba otra bofetada. David mostró su carnet de militar, pero los policías le exigieron el DNI y amenazaron con detenerle.
De las amenazas se pasó a los hechos y los agentes le golpearon con sus porras y lo introdujeron esposado en dependencias policiales por la rampa del garaje. Fue entonces cuando intervino de nuevo José María, que había reconocido a su antiguo condiscípulo. Una vez en el interior del garaje, el inspector jefe jaleó a los agentes para que escarmentaran a David, quien, según la denuncia, fue pateado y golpeado.
Tras pasar unas horas en el calabozo y ser asistido en el hospital Provincial, donde no apreciaron sus heridas --aún no se habían manifestado los hematomas--, fue puesto a disposición del Juzgado de Guardia imputado por desobediencia.
Al conocer los hechos ocurridos por denuncia del detenido, el juez ordenó una inspección forense, que reflejó que David tenía contusiones en el cráneo y una ceja, una brecha en un brazo y hematomas en nalgas, piernas, nalgas, hombros y brazos.
El juez, de acuerdo con el fiscal, suspendió el juicio y citó a declarar a los agentes implicados. Los policías negaron en todo momento que hubieran golpeado al detenido y el propio José María rechazó que le conociera. Sin embargo, las lesiones de David eran objetivables y la secretaria del instituto Pilar Lorengar, a petición de su abogado, Luis Nivela, remitió el juzgado un escrito en el que certificaba que ambos habían estado en el mismo curso.
El juicio por estos hechos está señalado el 22 de junio en la Audiencia. La acusación particular pide para los policías penas que oscilan ente los 15 y los 18 años de cárcel, mientras el fiscal acusa a la víctima por desobediencia y resistencia.
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