Inés Sabanés, número dos de EQUO, y una de sus bazas electorales, se estrena en este espacio político con ilusión y creyendo firmemente en el cambio que el movimiento ecologista quiere proporcionar al actual sistema. Clara y directa explica cuáles son las bases sobre las que se sustenta un proyecto que ha nacido "para quedarse" y que cuenta con una "gran cantera".
Madrid2noticias | 17/10/2011
Inés Sabanés ha trabajado largo tiempo por y para la política madrileña. Después de muchos años de carrera en IU, donde era un referente, ha dado un cambio para integrarse en EQUO, porque "había llegado el momento". Se barruntaba ese giro hasta que ella misma acabó confirmando su nueva etapa, que arranca en un momento clave para las instituciones y el sistema político desde la transición. Sabanés, una persona que refleja que cree cada palabra que habla, defiende EQUO como un "movimiento", que no "partido". De ahí, que esa nueva visión de la política propugne una democracia limpia, como la filosofía 'verde' de los ecologistas. La clase politica al servicio del ciudadano y una participación directa y transparente de verdad. Es la carta de presentación de la número 2 de EQUO por Madrid.
M2N.: ¿Cuál ha sido tu paso a paso por la política?
Inés Sabanés.: Pasé del mundo laboral al sindicalismo y de ahí a la política, a IU prácticamente desde su creación. He permanecido mucho tiempo representando al partido en cargos de responsabilidad. Ahora, después de muchos años, he dado un cambio de rumbo, porque me importa mucho esta nueva fase en la que hay que construir desde abajo y en la que está en cuestión la formulación de las instituciones y del sistema político y los partidos. Me importaba poder ayudar y participar en un proyecto que además de la ecología política y la equidad y los derechos, tiene como seña de identidad muy clara todos estos cambios y reformas. Hay que afrontar un cambio muy serio, así que cerré una etapa de mi vida vinculada a IU. Lo hice con agradecimiento y decidí cambiar.
M2N.: ¿Qué ha cambiado para abandonar IU y embarcarte en el proyecto de EQUO?
I.S.: Con independencia de las lecturas que se pueden hacer, lo fundamental era que yo veía de forma muy clara que se tenían que producir cambios muy serios y radicales en el funcionamiento de los partidos políticos y en las exigencias a la democracia, es decir, en todos los bloques hasta ahora estáticos desde la Transición. Y en base a ello creía que podía trabajar en un proyecto que tuviera de punto de partida esta voluntad y vocación de cambio necesario con independencia de que yo no era muy imprescindible en IU ni muy necesaria una vez acabada mi tarea.
M2N.: ¿Por qué esa sensación de que tu etapa en IU se había acabado?
I.S: Es mixta. No tiene tampoco que ver del todo con cuestiones internas del partido. Por encima de todo, pensaba que procesos como el cambio de estructuras verticales a horizontales, más movimiento que partido, más vinculado a la ciudadanía era algo que quería hacer y me atraía y no encontraba espacio para hacerlo. Y eso es lo que he encontrado en EQUO. Desde el 2008, en la asamblea federal, empieza la dificultad en andar el camino en común. Yo ya percibía radicalmente que los partidos políticos en su actual formulación tenían que cambiar, incluso propuse un proceso de primarias abiertas.
M2N.: ¿Qué aportas de tu etapa anterior a EQUO?
I.S.: Más que de IU, traigo experiencia en un trabajo en las instituciones y en la calle durante mucho tiempo. He apostado mucho por estar en la calle y en todas las causas haciendo relación entre las instituciones y la gente. Creo que eso es una experiencia que puedo aportar a EQUO, de la misma forma que yo estoy aprendiendo mucho de las formas de participar y de las exigencias de democracia más directas por las que se apuesta en EQUO.
MD2.: ¿Por qué nace EQUO?
I.S.: Hay una parte muy importante e imprescindible hacia dónde vamos y es que las relaciones entre la política y la ciudadanía no parten de las relaciones de prevalencia de las organizaciones establecidas. La gente está muy informada y hay que introducir mecanismos de democracia directa y pasar de la política del SXIX a la del SXXI. EQUO parte de la ecología, pero también es sustancial los cambios de la democracia. Por eso nos presentamos como movimiento, no como partido. Y estamos para quedarnos.
M2N.: ¿Y qué hay de nuevo en EQUO respecto al resto de formaciones políticas?
I.S.: En primer lugar, somos un partido de estructura horizontal, lo cual no es muy habitual. Además, y muy importante, hay una propuesta, que supone un cambio muy radical en la forma de elección y decisión (primarias abiertas) como es mi caso. Me presenté junto a 80 candidatos. Por otro lado, la forma de trabajar en las propuestas, buscar consensos frente a disensos junto a la participación para no trabajar simplemente por la fórmula de mayorías y minorías, sino un método que obliga a profundizar en la democracia. También planteamos reformas en los partidos que tratan de garantizar que al ser subvencionados por dinero público eso suponga presentar cuentas de transparencia contable y que esto conlleve espacios para los ciudadanos. Explicar en qué se utiliza el dinero y si ese qué tiene que ver con lo que los electores desean, como por ejemplo se hace en las primarias francesas.
MD2.: Más allá de la filosofía ‘verde’ de EQUO, qué plantea el partido a los votantes:
I.S.: En primer lugar, una reforma del sistema político basado en la reforma electoral, en la del funcionamiento de leyes por la transparencia y la participación y también en la reforma de los partidos políticos y de las instituciones judiciales y del Estado, garantizando sin trampa ni cartón democracia y participación.Planteamos también un bloque de ‘ciudadanía-economía’ , modelo de desarrollo que contemple los límites del planeta y de los recursos como centralidad y no como complemente a una política, sino como algo que impulsa el cambio económica y que elimine el trasiego de incentivar el consumo (aunque no sea necesario) para salir de la crisis. Y más consumo y más crédito… retroalimentando una maquinaria que nos ha llevado a la ruina.
MD2.: ¿Cómo sería el programa económico que plantearía EQUO para salir de la crisis y relanzar el empleo?
I.S: Creemos que la base de este país es una fiscalidad justa, que incremente los ingresos y la estabilidad en el gasto. Estamos perdiendo cantidad de recursos por tener un sistema fiscal injusto y que permite y genera fraude. Las grandes empresas, que no las pequeñas ni medianas, no tienen ni demuestran responsabilidad de país y este punto es básico para volver a crecer. Con esta mayor responsabilidad habría más inversión pública en equipamientos y en infraestructuras más sociales que generan más empleo y más capacidad de generar trabajo. Además, hay fórmulas para explorar en economía verde, en energías alternativas, en adaptación de viviendas para un mayor ahorro energético, su rehabilitación, la agricultura ecológica que tiene posibilidades reales en nuestro país. Muy vinculado a todo esto, hay que sacar rendimiento a toda la gente joven formada que tenemos, es decir, aplicarnos a la investigación encaminada a un nuevo modelo productivo.
MD2.: ¿Favorable a la subida de impuestos que mantengan el estado del bienestar o proclive a los recortes?
I.S.: No somos fundamentalistas en la subida de impuestos. Con un sistema fiscal transparente y sin fraude, si los impuestos son justos y cumplen el principio de que quien más tiene y más contamina paga más, en momentos determinados, no hacemos fundamentalismo de algunas subidas de impuestos.
MD2.: Parece que hay una brecha entre el movimiento ‘verde’ español y el europeo, donde forman y lideran gobiernos. ¿Qué ocurre en España donde sigue siendo una opción residual?
I.S.: En cierto modo, porque los partidos al uso han tenido una política más ambiental que una verdadera apuesta por la ecología política y eso ha hecho que se entiendan como políticas sectoriales y complementarias y no como el núcleo y el desarrollo de un modelo que nos lleva a la barbarie. Y aquí tampoco ha regido el sistema de legalidad europea con las formaciones verdes, por lo que ‘verde’ es un apellido que se ha podido utilizar desde diversas consideraciones, lo que ha generado mucha confusión. En tercer caso, el sistema político es poco favorecedor a nuevas expresiones distintas a las nacionalistas dentro de las políticas del Estado. Lo que pasa en España es que con la salida de la Transición el miedo a afrontar esas otras voces necesarias hizo que los criterios de gobernabilidad y estabilidad estuvieran por encima del pluralismo para afrontar nuevas ideas e incorporarlas.
M2N.: ¿Crees que estas elecciones pueden marcar una etapa distinta en la configuración de espacios políticos?
I.S.: Creo que estamos en una época muy de transición. Los riesgos asumidos por el inmovilismo de todos estos años han perjudicado a quienes deberían haber confiado más en la participación para consolidar el sistema, las formaciones más progresistas y más de izquierdas, más emancipatorias, más ecologistas, más radicales. Todo esto no se va a resolver hoy con alianzas tácticas electorales. Hay que dibujar espacios de cambio desde el reconocimiento del respeto mutuo.
M2N.: La izquierda da la sensación de encontrarse desorientada en la situación actual de crisis y más tocada por movimientos de protesta como el 15M
I.S.: El pensamiento dominante analiza la unidad frente a la fragmentación, un argumento que le gusta a la derecha. No es tiempo de unidades tácticas (bloques y frentes de izquierdas). Hay que empezar a hablar de las izquierdas, en plural, y de cooperación y colaboración más que de procesos impostados a efectos electorales, hablar más de causas que de dogmas, de recomponer la desorientación desde un análisis real. La socialdemocracia debe realizar un ejercicio de reflexión sobre lo que ha supuesto abandonar y claudicar los elementos esenciales de una política de protección y bienestar social y de izquierdas para combatir las políticas genuinamente de derechas, de desparpajo liberal para cambiar los servicios públicos. Por tanto, en este momento hace falta honestidad y explicar a la gente las cosas cómo son en los espacios políticos de cada uno donde deben reflexionar y reconstruir movimientos diversos de las izquierdas para en un momento dado hacer un frente electoral respetando la autonomía de cada cual y la capacidad de intervención de cada uno. Partidos de siempre con esquemas de siempre no resuelven problemas de futuro.
MD2.: ¿Por eso EQUO no se sumó a la oferta del 'Frente de izquierdas' de cara al 20N?
I.S.: Para frenar al PP, qué haríamos, ¿pactar con la socialdemocracia traidora? Hay que ser claro, es decir, cuando uno apela a una alianza electoral táctica para recoger los votos de uno que se hunde, hay que decirle a la gente que queremos una coalición amplia para recoger votos de una socialdemocracia traidora que se hunde en la miseria. Y no vamos a parar a la derecha sino a preparar el futuro, porque con nuestros votos solamente no se frena a la derecha. Si quieres una alianza con fuerza y que recomponga la izquierda no es necesario seguir esta táctica.
MD2.: En el Frente no está la socialdemocracia…
I.S.: Entonces ningún bloque de izquierda alternativa hoy, sumados izquierda anticapitalista (que tampoco se ha sumado al acuerdo), EQUO, IU, etc. no tienen expectativas de mayoría absoluta.
MD2.: … así que, EQUO, ¿Dónde se define? ¿izquierda?,¿derecha?, ¿centro?
I.S.: Eso ha generado mucho incomprensión cuando algún candidato de EQUO lo ha dicho. Creo que, desde luego, EQUO es un espacio que procede de los movimientos diversos de las izquierdas con vocación de transformar también la izquierda. Más allá de eso, el elemento de unidad con la ciudadanía, de democracia radical, es un elemento transformador en sí mismo, que va a generar nuevas dinámicas de alianzas.
MD2.: ¿Habéis recogido propuestas del 15M en el programa electoral?
I.S.: Sí, pero no sé si ellos nos las han dirigido a nosotros. Yo he escuchado y hay análisis que comparto y el peor análisis que se puede hacer del 15M es presentarte tutelando y como el capaz de recoger las propuestas que ellos formulan. Eso es seguir el esquema de toda la vida de ‘y tú ven y cuéntame que yo recojo’. Me parece que es más de lo mismo. Un espacio político transformador, como el nuestro, escucha y trata de interpretar porqué estamos cómo estamos con una democracia de bajísima intensidad, unos gobiernos sometidos a chantajes e instituciones blindadas.Con el 15M, he entendido que hay que intentar representar algunas cosas, pero no el 15M, porque eso es una instrumentalización de un movimiento que se ha dado tiempo para transformar las cosas. Recoger sus propuestas y pensar que con eso he resuelto lo que llevo 30 años sin resolver no es así. Yo soy más crítica que todo eso.
MD2.: ¿Y cómo lo habéis hecho?
I.S.: Hemos escogido a nuestros candidatos y candidatas en listas abiertas y desbloqueadas, en primarias abiertas. Ponemos en valor que las subvenciones al partido estén vinculadas a los electores. Decimos a la ley electoral que los electores tengan capacidad de elegir.
MD2.: En base a esto, qué expectativa electoral tenéis en EQUO
I.S.: Más allá de lo que tendríamos que hacer, algo con lo que nos han presionado mucho, hay un marco de referencia más claro: es un momento de cambio en y en el queintentaremos ocupar un espacio. Creemos que podemos tener representación en el parlamento. Queremos ser fuertes para que pase lo que pase estemos antes y después del 20N.
MD2.: ¿Acabarás tu carrera política en EQUO?
I.S.: Sí, espero que dando relevos a gente joven en la que tengo absoluta confianza y que podrá cambiar lo que no hemos conseguido o no hemos sabido los que llevamos ya mucho tiempo.
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