Cómo salir de la España de los 50 aeropuertos. ELENA SEVILLANO ELPAIS.com - Sociedad - 18-10-2011
Unas jornadas sobre sostenibilidad y partidos políticos ponen sobre la mesa las coincidencias y discrepancias entre quienes se presentan a las elecciones el próximo 20-N"¿Qué opinan de que en España haya 50 aeropuertos y en Alemania, 18?", preguntó Paco Romero a los representantes políticos durante el debate La sostenibilidad en los partidos políticos, organizado en Madrid por el Foro Permanente de la Sostenibilidad para conocer sus programas electorales en esta materia. Lo del medio centenar de aeropuertos se convirtió en la fotografía para retratar la España de los últimos años, de la que conviene huir.
"Me parece una barbaridad, un despilfarro", reconoció María Teresa de Lara, ex portavoz de Cambio Climático del PP.
"Hemos construido aeropuertos sin aviones, AVE sin pasajeros y autopistas sin coches; hay que repensar la política de infraestructuras, y elaborar una ley de movilidad sostenible en las ciudades", animaba Juan López de Uralde, candidato de Equo.
"Nos hemos dejado persuadir colectivamente de que lo mejor para nuestro pueblo era tener AVE, puerto, aeropuerto y autopista; quizás haya sido un hambre atrasada de infraestructuras, que se ha convertido en atracón. Debemos extraer las lecciones", terció Teresa Ribera, secretaria de Estado de Cambio Climático. Adolfo Barrena, secretario de Medio Ambiente, Agua, Transporte, Energía y Sostenibilidad de Izquierda Unida, describió las siglas que representaba como un "movimiento político y social", no verde, aunque integra la sostenibilidad en sus propuestas, y añadió que esta no se podrá lograr sin cambiar a un modelo alternativo al imperante. "Vamos a invitar a los ciudadanos a elevar el problema ecológico a conflicto social, que es como hemos conseguido derechos laborales, Seguridad Social... Movilicémonos, generemos presión, de manera civilizada, a quienes tienen el poder de decisión", arengó.
El representante de Equo fue el que más habló de medio ambiente como asunto transversal de sus políticas territoriales, educativas, urbanísticas o económicas. Y el que más aludió (aunque no fue el único) a una fiscalidad que no externalice los costes ambientales, sino que los incorpore al precio de un producto, un servicio, una infraestructura.
Una vez realizado el diagnóstico, y llegados a la conclusión unánime de que hay que cambiar el modelo productivo, empezaron las divergencias, especialmente evidentes en materia de energía. Todos abogaron por la descarbonización, la reducción de emisiones de CO2; nadie mostró su rechazo a las renovables, todo lo contrario. Pero con matices.
Equo apostó claramente por las energías limpias, lleva en su programa el cierre progresivo de centrales para llegar al apagón nuclear en 2020 y se muestra contrario a que se siga subvencionando la extracción de carbón.
IU, también anti-nuclear, mantuvo que no se cerraran aún las minas puesto que de ellas dependen "comarcas enteras" a las que no se les han ofrecido alternativas socioeconómicas.
El PP y Unión Progreso y Democracia (UPyD) se declaran pro nucleares. Y tuvieron que escuchar las críticas y comentarios de varios asistentes sobre aspectos relacionados con la seguridad o la gestión de los residuos radioactivos."Contemplamos un mix energético equilibrado en el que quepan todas energías, y abogamos por abrir un debate nuclear, para mostrar sus costes de la energía, sus ventajas y sus riesgos", manifestó el portavoz de UPyD, Juan Manuel Juanes, del grupo de Medio Ambiente y Energía del partido. Juanes provocó un murmullo en la sala cuando reconoció que trabajaba en el sector nuclear. Y una réplica de un miembro de la Fundación Renovables cuando defendió la supresión de las "subvenciones" del sector, argumentando que este había alcanzado ya un punto de "maduración técnica". "Son primas o incentivos, no subvenciones, que han permitido el desarrollo de las energías limpias, y que suponen la internalización de sus beneficios medioambientales, dado que no hemos sido capaces de internacionalizar los costes ambientales de las energías convencionales; en ese caso, las renovables serían las más baratas", afeó a Juanes. El representante de UPyD expuso la intención de su formación de "recuperar competencias cedidas a las autonomías" cuando otro asistente se quejó de la dispersión de normativas y las barreras que el actual modelo organizativo (comunidades autónomas y administraciones locales) representaba para las empresas. Equo, IU y PSOE, discreparon.Equo enfatiza el potencial de la economía verde. Para el PP, la "prioridad absoluta" es la reducción del paro, según María Teresa de Lara, que señaló la gestión forestal, la energía o las medidas de ahorro como yacimientos de empleo sostenible. "¿Habrá Ministerio de Medio Ambiente en solitario si gobiernan?", le preguntaron. "Mariano Rajoy ha dicho que habrá Ministerio de Agricultura, nada más, no puedo entrar en detalles hasta que no tengamos el programa electoral publicado", respondió.
"Me inquieta que el partido que probablemente gobierne aún no sabe qué hacer", saltó López de Uralde. Ribera, por su parte, distinguió tres grandes ejes de actuación: cambio climático, biodiversidad y territorio, y eficiencia de los recursos; defendió que el Gobierno socialista había impulsado políticas medioambientales, aunque reconoció que habían sido insuficientes, y admitió también que al modelo de crecimiento le había faltado "transparencia, información y costes bien contados".
Barrera lamentó que la energía, un sector clave, estuviera "en manos privadas".El moderador, Domingo Jiménez Beltrán, cerró el debate, que a ratos cobró tintes de "y tú más" entre PP y PSOE, y vivió rifirrafes (sobre todo respecto a la cuestión nuclear), pullas y alusiones más o menos veladas entre los ponentes, casi todos viejos conocidos.
Jiménez Beltrán hizo un llamamiento a profundizar en la democracia, que "no puede avanzar sin la ciudadanía", y apostó por un sistema "de abajo hacia arriba". "Necesitamos propósito, visión y sentido de la dirección", concluyó.
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