Mercados contra política
El Estado socialdemócrata, corrector del capitalismo, ha sido incapaz de imponerse a los mercados desregulados incluso en la actual crisis financiera. Lo analiza así José Víctor Sevilla, ex secretario de Estado de Hacienda, en un ensayo del que anticipamos algunos extractos: El declive de la socialdemocracia
La falta de alternativas favorece el desinterés de los electores de izquierda, dado el escaso efecto de su voto
Un objetivo sería reducir el poder de las grandes entidades financieras. Y ante todo, su influencia sobre la política
La desafección por la política como espacio capaz de afrontar y solventar los problemas de la convivencia aumentaría al comprobar la pérdida de poder de dicho espacio. La influencia de los intereses e incluso de la lógica del ámbito económico en el espacio de la política impide a esta afrontar aquellos problemas cuya solución pudiera afectar negativamente al mundo de los negocios, lo cual deja fuera del terreno de la política la solución de casi todos los grandes problemas: desde el hambre en el mundo, pasando por las enfermedades contagiosas en países pobres, hasta la mayor parte de los problemas medioambientales. El Estado, en lugar de actuar con autonomía sirviendo de contrapeso equilibrador del mundo de los negocios, ha resultado capturado por este, lo cual condiciona gravemente su agenda. Y es que la extensión de la lógica empresarial, de la cuenta de resultados, al ámbito de la política resultará negativa para afrontar cualquier problema que no hubiera resuelto ya el mercado. Por este camino, a la socialdemocracia, para diferenciarse de los conservadores, apenas le quedaría el reducto de intentar reformar algunas viejas costumbres sociales, en tanto dichas reformas no colisionen con los intereses del mundo de los negocios. (...)
El Estado socialdemócrata, corrector del capitalismo, ha sido incapaz de imponerse a los mercados desregulados incluso en la actual crisis financiera. Lo analiza así José Víctor Sevilla, ex secretario de Estado de Hacienda, en un ensayo del que anticipamos algunos extractos: El declive de la socialdemocracia
La falta de alternativas favorece el desinterés de los electores de izquierda, dado el escaso efecto de su voto
Un objetivo sería reducir el poder de las grandes entidades financieras. Y ante todo, su influencia sobre la política
La desafección por la política como espacio capaz de afrontar y solventar los problemas de la convivencia aumentaría al comprobar la pérdida de poder de dicho espacio. La influencia de los intereses e incluso de la lógica del ámbito económico en el espacio de la política impide a esta afrontar aquellos problemas cuya solución pudiera afectar negativamente al mundo de los negocios, lo cual deja fuera del terreno de la política la solución de casi todos los grandes problemas: desde el hambre en el mundo, pasando por las enfermedades contagiosas en países pobres, hasta la mayor parte de los problemas medioambientales. El Estado, en lugar de actuar con autonomía sirviendo de contrapeso equilibrador del mundo de los negocios, ha resultado capturado por este, lo cual condiciona gravemente su agenda. Y es que la extensión de la lógica empresarial, de la cuenta de resultados, al ámbito de la política resultará negativa para afrontar cualquier problema que no hubiera resuelto ya el mercado. Por este camino, a la socialdemocracia, para diferenciarse de los conservadores, apenas le quedaría el reducto de intentar reformar algunas viejas costumbres sociales, en tanto dichas reformas no colisionen con los intereses del mundo de los negocios. (...)
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