Calpurnia contra Bush NURIA BARRIOS - Madrid EL PAÍS - Cultura - 27-05-2010
Las teorías darwinistas inspiran el gran éxito literario juvenil en Estados Unidos, 'La evolución de Calpurnia Tate'
En el mundo de la literatura suceden cosas asombrosas que no siempre tienen que ver con la imaginación. Es muy posible que el ex presidente de EE UU George W. Bush haya leído el último gran éxito de la literatura juvenil, La evolución de Calpurnia Tate (Roca). Y no porque él sea un fan de este género, o porque la protagonista viva en Tejas, al igual que él. Muy a su pesar, a Bush le ha surgido una antagonista cuya popularidad crece cada día. Las andanzas de Calpurnia Tate, darwinista convencida, han suscitado un enorme entusiasmo en un país donde las teorías creacionistas fueron alentadas por el propio Bush cuando estaba en el Gobierno. Lo asombroso es que la nueva adalid de la ciencia frente a la religión sólo tiene 11 años, nació en 1899 y es fruto de la ficción.
"Muchos americanos tienen problemas en separar fe y ciencia", comenta Jacqueline Kelly, autora de La evolución de Calpurnia Tate, que encabeza la lista de los libros juveniles más vendidos en España. De formación científica y médico de profesión, Kelly contestó por Internet. A través de la red (www.jacquelinekelly.com), la escritora mantiene un estrecho contacto con los lectores, cada vez más numerosos, de la pequeña Calpurnia. "En este momento hay un movimiento muy fuerte en Tejas que aboga por la enseñanza del creacionismo en los colegios, al igual que se enseña la teoría de la evolución. Pero además quiere que se enseñe en las clases de ciencia y no en las de religión. Me asombra que todavía estemos peleando esa batalla en EE UU. Al principio temía que mi novela fuese atacada por determinadas organizaciones, pero no ha sucedido así e imagino que esto se debe al fuerte respaldo de los bibliotecarios escolares".
La evolución de Calpurnia Tate narra la relación de la protagonista, la cuarta de siete hermanos y única chica, con su abuelo, un naturalista apasionado que sueña con encontrar una especie nueva antes de morir. El anciano, que mantuvo relación epistolar con Darwin, guarda como un tesoro El origen de las especies, el único ejemplar existente en la localidad donde vive la familia. El mundo está a punto de entrar en el nuevo siglo, y hombres y mujeres asisten al surgimiento de inventos increíbles: teléfono, automóvil, Coca-Cola... Pero todas las novedades no son acogidas con idéntico entusiasmo; las viejas costumbres e ideas se resisten a desaparecer. Los prejuicios raciales -la abolición de la esclavitud está reciente-, religiosos -Darwin es considerado con sumo recelo- y sociales -las mujeres no tienen derecho al voto- siguen vigentes.
Curiosa y vital, Calpurnia vive con desasosiego las contradicciones de la época en que le ha tocado vivir. Las excursiones con su abuelo, dedicadas a recoger y clasificar ejemplares, despiertan en ella una pasión hasta entonces desconocida. La niña posee la curiosidad, disciplina y entusiasmo del científico y, sin embargo, está destinada a un futuro doméstico. Piano, bordado y cocina son los pilares de su educación y, para mayor desesperación, el tratado básico de dicha formación es un grueso tomo: La ciencia de las amas de casa. Frente al "orden natural de las cosas", que defiende con rigor su madre, la cría desea la evolución, el cambio. Si existe una especie nueva en ese entorno, es ella. Calpurnia Tate.
Cada capítulo de la novela arranca con una cita de El origen de las especies. A partir de ahí, el lector se adentra en un ambiente familiar no muy distinto al descrito en Lo que el viento se llevó. Grandes familias, plantaciones de algodón, galanteos entre jóvenes, vestidos de fiesta y tirabuzones, tés helados... También fieles sirvientas negras, aunque ya no son esclavas, sino empleadas con sueldo, por mínimo que sea. "Creo que si intentas decir algo a los jóvenes es mejor envolver el mensaje con una buena dosis de lectura agradable para que no dejen el libro y se marchen", declara Jacqueline Kelly. "Quería hacerles ver la ciencia como una posible carrera y quería también incitarles a leer a Darwin en algún momento de su vida".
La evolución de Calpurnia Tate es la primera novela de Kelly y su primera gran sorpresa fue descubrir que sus lectores abarcaban todas las edades. Había escrito una novela "multigeneracional", término que para unos designa una especie literaria nueva. Para otros, se trata simplemente de otro collar para el mismo perro, pues el placer lector compartido por niños y grandes es tan viejo como los clásicos de la literatura juvenil: La isla del tesoro, por citar un ejemplo, y además uno de los libros favoritos de Kelly. "Mis lectores tienen de 9 a 90 años. Supongo que el secreto de La evolución de Calpurnia Tate es la combinación de una joven protagonista que lucha por encontrar su lugar en el mundo, lo que resulta muy próximo a los niños, y un lenguaje cuidado, y eso gusta a los adultos (y no parece molestar a los niños)".
Las teorías darwinistas inspiran el gran éxito literario juvenil en Estados Unidos, 'La evolución de Calpurnia Tate'
En el mundo de la literatura suceden cosas asombrosas que no siempre tienen que ver con la imaginación. Es muy posible que el ex presidente de EE UU George W. Bush haya leído el último gran éxito de la literatura juvenil, La evolución de Calpurnia Tate (Roca). Y no porque él sea un fan de este género, o porque la protagonista viva en Tejas, al igual que él. Muy a su pesar, a Bush le ha surgido una antagonista cuya popularidad crece cada día. Las andanzas de Calpurnia Tate, darwinista convencida, han suscitado un enorme entusiasmo en un país donde las teorías creacionistas fueron alentadas por el propio Bush cuando estaba en el Gobierno. Lo asombroso es que la nueva adalid de la ciencia frente a la religión sólo tiene 11 años, nació en 1899 y es fruto de la ficción.
"Muchos americanos tienen problemas en separar fe y ciencia", comenta Jacqueline Kelly, autora de La evolución de Calpurnia Tate, que encabeza la lista de los libros juveniles más vendidos en España. De formación científica y médico de profesión, Kelly contestó por Internet. A través de la red (www.jacquelinekelly.com), la escritora mantiene un estrecho contacto con los lectores, cada vez más numerosos, de la pequeña Calpurnia. "En este momento hay un movimiento muy fuerte en Tejas que aboga por la enseñanza del creacionismo en los colegios, al igual que se enseña la teoría de la evolución. Pero además quiere que se enseñe en las clases de ciencia y no en las de religión. Me asombra que todavía estemos peleando esa batalla en EE UU. Al principio temía que mi novela fuese atacada por determinadas organizaciones, pero no ha sucedido así e imagino que esto se debe al fuerte respaldo de los bibliotecarios escolares".
La evolución de Calpurnia Tate narra la relación de la protagonista, la cuarta de siete hermanos y única chica, con su abuelo, un naturalista apasionado que sueña con encontrar una especie nueva antes de morir. El anciano, que mantuvo relación epistolar con Darwin, guarda como un tesoro El origen de las especies, el único ejemplar existente en la localidad donde vive la familia. El mundo está a punto de entrar en el nuevo siglo, y hombres y mujeres asisten al surgimiento de inventos increíbles: teléfono, automóvil, Coca-Cola... Pero todas las novedades no son acogidas con idéntico entusiasmo; las viejas costumbres e ideas se resisten a desaparecer. Los prejuicios raciales -la abolición de la esclavitud está reciente-, religiosos -Darwin es considerado con sumo recelo- y sociales -las mujeres no tienen derecho al voto- siguen vigentes.
Curiosa y vital, Calpurnia vive con desasosiego las contradicciones de la época en que le ha tocado vivir. Las excursiones con su abuelo, dedicadas a recoger y clasificar ejemplares, despiertan en ella una pasión hasta entonces desconocida. La niña posee la curiosidad, disciplina y entusiasmo del científico y, sin embargo, está destinada a un futuro doméstico. Piano, bordado y cocina son los pilares de su educación y, para mayor desesperación, el tratado básico de dicha formación es un grueso tomo: La ciencia de las amas de casa. Frente al "orden natural de las cosas", que defiende con rigor su madre, la cría desea la evolución, el cambio. Si existe una especie nueva en ese entorno, es ella. Calpurnia Tate.
Cada capítulo de la novela arranca con una cita de El origen de las especies. A partir de ahí, el lector se adentra en un ambiente familiar no muy distinto al descrito en Lo que el viento se llevó. Grandes familias, plantaciones de algodón, galanteos entre jóvenes, vestidos de fiesta y tirabuzones, tés helados... También fieles sirvientas negras, aunque ya no son esclavas, sino empleadas con sueldo, por mínimo que sea. "Creo que si intentas decir algo a los jóvenes es mejor envolver el mensaje con una buena dosis de lectura agradable para que no dejen el libro y se marchen", declara Jacqueline Kelly. "Quería hacerles ver la ciencia como una posible carrera y quería también incitarles a leer a Darwin en algún momento de su vida".
La evolución de Calpurnia Tate es la primera novela de Kelly y su primera gran sorpresa fue descubrir que sus lectores abarcaban todas las edades. Había escrito una novela "multigeneracional", término que para unos designa una especie literaria nueva. Para otros, se trata simplemente de otro collar para el mismo perro, pues el placer lector compartido por niños y grandes es tan viejo como los clásicos de la literatura juvenil: La isla del tesoro, por citar un ejemplo, y además uno de los libros favoritos de Kelly. "Mis lectores tienen de 9 a 90 años. Supongo que el secreto de La evolución de Calpurnia Tate es la combinación de una joven protagonista que lucha por encontrar su lugar en el mundo, lo que resulta muy próximo a los niños, y un lenguaje cuidado, y eso gusta a los adultos (y no parece molestar a los niños)".
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